sábado, 4 de febrero de 2012

LLC: Cap35: La vista


¡Pobre Bella! La expresión de su cara... estaba mucho más que avergonzada. Probablemente pensaba que iba a meterme con ella. ¿Cómo podría no pensarlo? Había crecido con Emmett.

Como si yo fuese a meterme con ella alguna vez... verla así... No era la manera más oportuna para averiguar que tipo de ropa interior llevaba tu novia, pero la vista no era en absoluto mala. Me sonrojé por mis propios pensamientos. Eso claramente no era lo más caballeroso que había hecho hoy. Me regañé a mi mismo mientras miraba otra vez la puerta cerrada.

Me puse unos vaqueros y una camiseta, preguntándome si alguna vez saldría del baño. No sabía que hacer para mejorar esto. No podía dejar que se perdiera la esfera bajando. Era tan importante para ella. Había estado hablando de eso todo el día.

Cogí el móvil y llamé a mi hermana. Si alguien sabía que hacer, era Alice.

"Edward, ¿qué tal la multitud?"

"Todavía no hemos ido al restaurante."

"¡Sólo tenéis treinta y cinco minutos hasta que la esfera baje, Edward!"

"Tengo un problemita."

"¿Qué ha pasado?"

"Puede que... bueno... entré en el baño por accidente y Bella todavía no ha salido. No estoy seguro de si va a salir."

"Necesito más información para ayudarte. ¿Qué ha pasado exactamente? Y no te dejes ni un detalle."

"La puerta del baño estaba abierta así que pensé que sólo estaba cogiendo su maleta o algo así. Pero cuando entré, estaba agachada haciendo algo con sus vaqueros."

"Eso no suena tan mal."

"Alice, no tenía ninguna camiseta puesta y sus pantalones estaban por sus rodillas."

"¡Dios mío! ¿Se puso muy roja?"

"No tengo un color para compararlo."

"Edward, tienes que hacer un poco de control de daños cuando salga de ese baño."

"No sé si lo hará."

"Lo hará. Confía en mí. Y cuando lo haga, harás como si nada hubiera pasado. Si ella decide sacar el tema, entonces no pasa nada. Pero en caso contrario, sigue con la noche como si eso no hubiera pasado."

"¿Algo más?"

"Fíjate en su humor. Si parece reacia a que la abraces o la toques, no te lo tomes personalmente. Simplemente deja que supere su vergüenza."

"De acuerdo. Gracias, Alice."

"Sólo relájate y todo irá bien, Edward."

Colgué mi móvil y me lo metí en el bolsillo. Fui hasta la cama y me senté en el borde, esperando que saliera. Miré mi reloj. Nos quedaban veinte minutos antes del gran acontecimiento.

La puerta se abrió y Bella se quedó ahí. Parecía indecisa a dejar el cuarto de baño.

Le di la sonrisa que sabía que le encantaba y me levanté. "¿Lista para que nos vayamos? Tengo la cámara. Alice tiene una mesa para nosotros junto a la ventana. También estaba pensando que podríamos pedir algo de postre. No sé tú, pero yo tengo hambre otra vez." Me mordí la mejilla por dentro, forzándome a dejar de hablar incoherentemente.

"Um...decidámoslo cuando lleguemos allí," dijo Bella, dando un paso.

Di un paso hacia ella, para darle un abrazo. Recordé la advertencia de Alice y me detuve. Indiqué la puerta con la mano. "Después de ti, cariño."

Sonrió un poco, pero no le alcanzó los ojos.

"¿Estás emocionada?"

"Sí," dijo suavemente.

"Rose se alegrará mucho al ver las fotos."

"Estaba pensando que podríamos empezar a ahorrar ahora y enviarlos a ella y Emmett aquí el año que viene," dijo mientras entrábamos en el pasillo.

"Creo que es una idea excelente, Bella. ¿Sería su regalo de boda o de Navidad?"

"De Navidad sería mejor ya que estaría cerca de Año Nuevo," contestó, entrando en el ascensor.

El camino fue muy incómodo. Seguí luchando conmigo mismo. Quería abrazarla o cogerle de la mano... sólo tocarla de alguna manera y consolarla. No me miraba, ni siquiera a través de sus pestañas.

Las puertas se abrieron a un restaurante muy lleno. Fui hasta el podio con Bella siguiéndome de cerca. Cuando deslizó su mano en la mía, suspiré de alivio. Le di un pequeño apretón, esperando que entendiese que estaba aquí para ella.

"¿Nombre?" preguntó el hombre. Parecía bastante irritado por el ruido de la multitud.

"Cullen," contesté.

"Tabla para dos en la ventana. ¡Julie!" gritó.

Di un paso hacia atrás, chocándome con Bella. La miré. "Perdón. Me ha pillado un poco desprevenido."

"Es un poco maleducado," susurró Bella, sonriéndome. Esa sí que alcanzó sus ojos.

"Seguidme amigos," dijo una rubia.

Supuse que era Julie. Nos guió hasta una mesa junto a la ventana que estaba perfectamente centrada para ver la esfera bajar. Los ojos de Bella se abrieron mucho al ver la multitud y la esfera encendida.

Le dejé la silla que estaba frente a la ventana. Yo me senté a su derecha. "Impresionante, ¿verdad?"

Asintió con la cabeza. Saqué su cámara y la puse en la mesa delante de ella. Puso su mano sobre la mía, dejándola ahí. Se giró para mirarme, sus ojos húmedos.

"Gracias por no... sólo... gracias."

Me incliné y la besé en la frente. "No tienes nada que agradecerme. Tú eres la razón por la que estamos en esta ciudad, vimos la maravillosa Ópera, y por la que estamos aquí ahora mismo, preparándonos para empezar el año nuevo juntos."

Me rodeó con sus brazos y me apretó fuertemente. Cuando quería, sí que agarraba fuerte. Le devolví el abrazo, frotándole circulos contra su camiseta.

"Te amo, Bella."

"Te amo."

Me separé y la besé en los labios rápidamente. Le dediqué una gran sonrisa mientras la cogía de la mano. "¿Estás lista para empezar un nuevo año conmigo, Bella?"

"Mucho." Sonrió y asintió con la cabeza. "Ahora voy a hacer algunas fotos."

"Vale."

Se acercó a la ventana con la cámara. La seguí, sujetándola por detrás. Hizo fotos de la esfera y de la multitud y de algunos edificios que rodeaban el Square. La memoria de la cámara se acabó e hizo un mohín.

"Supongo que tendré borrar algunas."

Metí la mano en el bolsillo y le di una memoria nueva. "Pensé que esto podía pasar."

Se giró y me rodeó otra vez con sus brazos. "Edward, eres el mejor. Te amo."

Me reí mientras la ayudaba a abrir la cámara y cambiar las memorias. Me dio un rápido beso y entonces se giró de nuevo hacia la ventana.

Cuando la hora se acercaba, más y más gente empezó a acumularse alrededor de las ventanas. Me puse en postura protectora cerca de Bella, asegurándome de que nadie se ponía delante de ella o la agobiaba mucho. Esto era demasiado importante para ella para dejar que se arruinara.

La gente a nuestro alrededor empezó a gritar la cuenta atrás. "Diez... nueve... ocho... siete..."

Me incliné y le susurré al oído. "No muevas la cámara de la esfera, ya casi es el momento."

Asintió mientras seguía haciendo fotos. La cuenta atrás acabó y la gente a nuestro alrededor gritó y sonaron un montón de matasuegras. El confeti estaba cayendo en la plaza que había por debajo de nosotros. Bella hizo algunas fotos más antes de girarse.

"Creo que deberíamos empezar este Año Nuevo correctamente," dijo, sonriéndome.

"¿Y cómo hacemos eso?" pregunté, rodeándola con mis brazos.

"Deberías besarme."

"Debería besarte," coincidí con una sonrisa.

Se encontró conmigo a mitad de camino y me dio un maravilloso beso. Cuando nos separamos para respirar, la apreté contra mí. Empecé a reírme, al darme cuenta de lo tonto que era dejar de besarla para que respirara y entonces apretarla y quitarle el aire. La sostuve más suavemente y la besé en la punta de la nariz.

"Lo siento. Es sólo que estoy realmente excitado por tenerte aquí conmigo ahora mismo. Te amo, Bella."

"Te amo, Edward. ¿Te importaría que volviésemos ya a nuestra habitación?"

"En absoluto."

"¿Estás seguro? Antes dijiste que tenías algo de hambre."

"Pediré algo al servicio de habitaciones. Vamos." La cogí de la mano y la guié por el abarrotado restaurante y hasta el ascensor.

El camino fue tranquilo mientras Bella se agarraba fuertemente a mí. La besé en la cabeza, aliviado de que las cosas hubieran vuelto a la normalidad. Entramos en la habitación y cerré la puerta con llave.

"Voy a ponerme el pijama," dijo. "Y esta vez me aseguraré de cerrar la puerta," se rió.

La miré fijamente durante un momento. "¿Estás bien?"

"Sí," suspiró, acercándose a mí y rodeándome la cintura con los brazos. "Siento lo de antes. Es sólo que estaba.... muy, muy avergonzada."

"Ya lo sé," me reí por lo bajo, apoyando mi frente contra la suya. "Me preocupaba que nunca saldrías del cuarto de baño."

"Sí que contemplé la posibilidad de acampar allí," dijo con una amplia sonrisa. "Pero estoy segura de que al final habría salido."

"¿De verdad?"

"Te hubiera echado demasiado de menos y hubiera salido."

"¿Es seguro hacer una bromita?"

"Puedes intentarlo."

"Si alguna vez buscas la manera de darme un ataque al corazón, eso lo hará fácilmente."

Se rió, echando la cabeza hacia atrás. Me incliné y rápidamente la besé en la garganta antes de que se incorporases.

Todavía estaba riéndose cuando me miró. "Estás a salvo."

"Ve a cambiarte," dije, soltándola y girándola para que estuviera de cara al baño.

Me puse el pijama y me senté en el sofá, mirando el menú. Bella salió y se sentó a mi lado, apoyándose en mi hombro.

"¿Quieres algo?" le pregunté.

"No."

"Creo que tampoco quiero nada. No veo nada que me apetezca tan tarde por la noche."

Puse un brazo a su alrededor, abrazándola contra mi costado. "¿Te lo has pasado bien esta noche?"

"Muchísimo."

"¿Cuál ha sido tu parte favorita?"

"Ver tu cara en la Ópera. Estabas tan emocionado y pasándotelo tan bien. ¿Y tú?"

"Observarte mientras me disparabas todas esas preguntas durante el descanso."

"Ha sido una noche fantástica, considerando lo que ha pasado."

"No fue para tanto, Bella."

"Edward, no puedo ni empezar a explicar lo mortificada que estaba. Y... creo que pasará un tiempo antes de que veas tanto de mí otra vez."

"Eso está perfectamente bien, Bella," dije, guiándola hasta la cama. "Iremos tan rápido como tú quieras. ¿Sabes? No tienes nada de lo que avergonzarte. Si ayuda, puedes encontrarte conmigo cuando esté así cuando quieras."

"¡No creo que eso ayude!" se rió.

"¿Por qué no? Yo te veo, tú me ves... así estaremos igual."

"Edward, fue suficiente verte completamente vestido. No sé si tengo control suficiente para comportarme si te viera con tan poca ropa. Y no estoy lista para algo más que enrollarnos ahora mismo."

Me moví para estar sobre ella y empecé a besarla por el cuello y los hombros.

"¿Qué estás haciendo?" se rió.

"Has dicho enrollarnos ahora mismo."

Se rió más fuerte, empujándome. "Qué novio eres. Sólo prestando atención a la mitad de mi frase."

"Lo he escuchado todo, Bella. Sólo quería oírte reír. Y entiendo lo que estás diciendo. Tan preciosa, sexy e irresistible como te encuentro, no tengo problemas esperando la ocasión correcta. No quiero dejarme llevar solamente por las hormonas."

"¡Exactamente!" dijo, poniéndome los brazos a su alrededor. "Esa es una de las cosas que más me gustan de ti, Edward. Me entiendes. Te amo y sé que me amas, pero ese paso es muy grande y creo que deberíamos conocernos mejor antes de llevar las cosas a ese nivel."

"No es que no disfrutara anoche completamente, pero creo que probablemente no deberíamos repetirlo durante un tiempo. Pareció llevarnos al límite a los dos innecesariamente."

"Lo escondes muy bien. Tú nunca pareces nervioso."

"Me alegra que pienses eso," me reí por lo bajo.

"Así que para que no se nos vayan las cosas de las manos, me aseguraré de mantener mi camiseta puesta y las puertas cerradas, y tú no te quites la camiseta. Creo que estaremos bien si hacemos eso."

"Siempre podemos pegarnos a Emmett. Nada calma más las hormonas que un gigante hermano mayor."

"¿Tienes idea de lo tonto que es que te preocupe Emmett?

"¿Bella, alguna vez has visto a Emmett cuando alguien le silba a Rosalie? ¿Solamente le silba?"

"No."

"Realmente deberías verlo. Quizás entonces lo entenderás."

"Prometo protegerte de mi gran y protector hermano."

"¡Eso sí que sería algo interesante de ver! Tú, con esas pequeñas manos en las caderas," dije, besándole las manos. "Tu barbilla hacia fuera y tus ojos marrones ardiendo. Y Emmett... con brazos más grande que todo tu cuerpo. Sí, mis miedos son irracionales," me reí por lo bajo.

"¿Podemos discutir más sobre esto mañana?" bostezó, acurrucando la cabeza contra mi pecho.

"Claro," me reí, dándole un beso en la cabeza.

"Vale," suspiró, poniendo un brazo alrededor de mi cintura.

Me reí en voz baja, sabiendo que estaba medio dormida. Le froté la espalda y no tardó mucho en quedarse dormida. Esperé para ver si hablaría y no estaba sorprendido por lo que oí.

"No, no, no," murmuró, apretándose contra mi costado. "Ciérrate. Ahora tienes que cerrarte, estúpida puerta."

"Bella, la puerta está cerrada," le susurré.

"No puedo conseguir que se quede cerrada. Angela, no se cierra."

"Gira el pomo," me reí por lo bajo.

"Gracias, Ang. Eres una buena amiga. Ahora, ven y ayúdame a quitarle las alas a Mike. No quiero que me siga más."

Sacudí la cabeza, sorprendido por la intensidad de sus sueños y como cambiaban.

"Emmett, no puedes tener un sujetador de cocos de verdad sin importar lo que Jasper diga. Simplemente compra el de plástico."

Hice lo que pude para reírme en voz baja mientras la sujetaba. Suspiró y supe que su fase de habar estaba a punto de acabar.

"Te amo, Edward."

Se acurrucó más contra mí, tiritando un poco. Subí las mantas hasta su cuello para que se calentara y la besé en la frente.

"Yo también te amo. Más de lo que puedo decir."

Nueva York había sido todo lo que había esperado, sólo que mejor. Sería difícil compartirla con mi familia cuando llegásemos mañana a casa. Pero al menos ella era mía para que la compartiese. Verdaderamente era el hombre con más suerte del planeta.

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