sábado, 4 de febrero de 2012

LLC: Cap 62: Contandoselo a la Familia


Edward aparcó el Volvo en la calle. Miramos fijamente el Jeep de Emmett y el Porsche de Alice durante un momento. Nos miramos y empezamos a reírnos.

"¡Va a ser una noche larga!" me reí.

"Eso parece," dijo, riéndose entre dientes. "¿Estás lista, Sra. Cullen?"

El sonido de mi nuevo nombre hizo que una enorme sonrisa me apareciera en la cara, haciendo que me doliesen las mejillas una vez más. "¡Por supuesto, Mr. Cullen!" me incliné y besé a Edward rápidamente.

Salimos del coche y me dio la mano mientras subíamos los escalones y entrábamos en la casa. Todo el mundo estaba en el salón. Emmett, Jasper y Carlisle estaban viendo la televisión mientras las mujeres hablaban en voz baja. Cuando Emmett levantó la mirada y nos vio, apagó la tele.

"Hola," dije, saludándoles con la mano.

"Bueno, ¿quién de los dos quiere explicarlo todo?" preguntó Alice, poniendo las manos en las caderas.

Miré a Edward, y todavía estaba sonriendo tan tontamente como había estado anoche cuando salimos de la capilla. ¡Aunque yo tampoco podía hablar! Podía sentir la misma sonrisa en mi cara. Me besó en la frente y entramos más en la casa.

"Bella y yo tenemos algo que nos gustaría contaros," me besó la mano antes de enseñar nuestros anillos a la familia. "Estamos casados."

Alice chilló y nos atacó, haciéndonos retroceder algunos pasos. "¡Dios mío! ¡Estoy tan contenta por vosotros!" Se separó y empezó a pegar a Edward en el pecho y los brazos. "¡Tú, grandísimo idiota! ¡Ni siquiera me dejaste estar allí o planearlo! ¿Qué te pasa, Edward Anthony?"

Rápidamente le di un abrazo a Alice para que dejara de pegar a Edward. "Relájate, Alice. Fue muy espontáneo."

Alice asintió y la solté.

"Ya te digo." Dijo Rose mientras se acercaba y me abrazaba. "¿Qué provocó esto?"

"No podía esperar más para que Bella fuera mi esposa," contestó Edward, cogiéndome de nuevo entre sus brazos. "Sólo queríamos hacerlo oficial. Por favor, entended que os queremos mucho a todos, pero queríamos una ceremonia muy pequeña y sencilla." Se giró hacia su hermana. "Alice, esperaba que pudieses organizar una fiesta para que lo anunciásemos en las próximas semanas."

Alice nos abrazó otra vez. "¡Me encantaría! ¡No puedo esperar! ¡Ya tengo un millón de ideas! Y como os fuisteis sin mí, tenéis que callaros y disfrutad la fiesta que monte para vosotros."

"Ni soñaríamos con interrumpir tu diversión," contestó Edward, sonriéndole.

"¿Emmett?" le llamé.

Mi hermano mayor no dejaba de mirarnos fijamente.

"¿Vas a decir algo?" pregunté.

Emmett se levantó lentamente y se acercó a Edward y a mí. Nos dio un fuerte abrazo. "Me desilusiona no haber estado allí, pero me alegra que estés feliz, enana. Os quiero a los dos. Siempre que esto sea lo que queréis de verdad, estoy de acuerdo."

Empecé a llorar mientras le devolvía el abrazo. "Gracias, Emmett. Si hubiese querido una gran boda, te habría pedido que fueses mi padrino. Pero sabes que odio la atención."

"Lo sé, enana." Emmett nos soltó y me besó en la mejilla. "Me alegra que estés feliz, Bella."

"Gracias, Emmett." Dije, limpiándome las lágrimas.

Jasper vino y nos abrazó. Le asintió a Edward y me besó en la mejilla. Él podía ver que estábamos muy contentos y era fácil ver que estaba contento por nosotros. No parecíamos necesitar palabras.

"Edward, Bella." Dijo Esme suavemente. "¿Podemos hablar con vosotros arriba?"

Seguimos sus padres hasta el estudio de Carlisle. Edward y yo nos sentamos en el sofá que había en la habitación. Carlisle se sentó detrás de su escritorio y Esme se quedó de pie a su lado.

"¿Por qué os fuisteis y os casasteis así?" preguntó Esme. Obviamente estaba disgustada por no haber estado allí para ver nuestra boda. "Edward, sabes que todos teníamos muchas ganas de planear la boda después de la graduación."

"Bella nunca ha querido una gran boda y yo sólo quería hacerla feliz. Pero el por qué lo hicimosahora…" Edward me miró y sonrió. Me sujetó contra su costado. "Necesitaba alguna manera de mostrarle a Bella y a todo el mundo que es y siempre será lo más importante que hay en mi vida."

"Edward, sabemos eso," dijo Esme, moviéndose y sentándose a nuestro lado. "Lo vemos todos los días por como os miráis."

Sacudió la cabeza lentamente. "Si fuera así, las discusiones sobre universidades médicas habrían acabado hace tiempo."

Esme se agarró la garganta y se giró para mirar fijamente a Carlisle un momento. Él frunció el ceño.

Esme se giró hacia nosotros y me miró atentamente. "¿Nos escuchaste, verdad?"

Bajé la mirada y asentí. Las lágrimas vinieron y empezaron a caer silenciosamente. "Iba al piso de abajo cuando os oí hablando. Quería saludaros, pero entonces oí lo que estabais diciendo."

"Bella pensó que estaba siendo egoísta así que intentó dejarme," explicó Edward, agarrándome con más fuerza. "Había recogido toda su ropa y me había dejado una nota con su anillo y su móvil."

"Eso explica el grito," dijo Esme. Me cogió la mano y me levantó la cara. "Bela, siento lo que oíste. Te prometo que nadie piensa que seas egoísta. Te queremos, Bella." Se giró y miró a su marido. "Carlisle."

"Bella, siento que oyeses algo que te hiciera pensar que eres egoísta. Estás tan lejos de serlo. Yo soy el que es egoísta. Estaba tan preocupado por lo que pensaba que Edward debería hacer con su vida que no me di cuenta de lo que quería hacer con su vida. Como Esme me señaló durante la conversación, sólo vivimos una vez. Debería estar llena con las cosas que nos hacen sentir completos y felices. Tú eres esas cosas para Edward, al igual que su música." Carlisle se levantó y se acercó a nosotros. Nos indicó que nos levantásemos. Nos abrazó con fuerza. "Permíteme que te de la bienvenida oficial a la familia, Sra. Cullen," dijo Carlisle mientras me besaba la mejilla.

"Gracias," dije, todavía llorando.

"Edward, lleva Bella arriba para que pueda lavarse un poco antes de que bajéis y respondáis más preguntas," dijo Esme.

Edward asintió y nos fuimos a nuestra habitación. Me reí cuando abrió la puerta y reveló el desorden que había.

"Mañana va a ser un día largo para nosotros, limpiando todo esto."

"Eso parece," se rió entre dientes mientras me llevaba hasta el baño. Mojó una toallita y me limpió la cara y el cuello.

"Se lo han tomado mucho mejor de lo que yo pensaba," dije."

"Sabían que el día vendría, aunque no cuando. Te dije hace tiempo que te haría mi esposa."

"Y has mantenido tu palabra, Sr. Cullen."

"¿Cómo no, Sra. Cullen? Eres todo lo que mi corazón desea y más."

Le rodeé el cuello con los brazos y apoyé la cabeza en su hombro. "Estoy tan contenta de ser tu esposa, Edward. Te amo."

"Te amo, Bella." Me sostuvo un rato, los dos disfrutando de estar juntos y casados. "Creo que deberíamos bajar, cariño."

"Probablemente," suspiré.

Me besó la frente y me rodeó la cintura con un brazo. Bajamos al salón y nos sentamos juntos en el suelo para poder ver a todo el mundo.

"¿Quién tiene la primera pregunta?" bromeé.

"¡Yo!" cantó Alice, botando en el sofá. "¿A dónde habéis ido?"

"Las Vegas," dije entre risitas.

"¡Qué propio de Bella!" dijo Alice, sonriendo con malicia.

"¿Angela te ha enseñado eso?" me reí.

"Por supuesto." Dijo, riéndose por lo bajo.

"¡Has llevado a mi hermana pequeña a Las Vegas para casarte con ella!" gimió Emmett. "¡Venga, Eddie! ¡Se supone que eres el romántico! ¡Al menos dime que fuiste lo suficiente listo como para no dejar que Elvis os casara!"

"¡Por supuesto que Elvis nos casó!" dije, fingiendo estar impresionada. "Y nuestro Elvis era el pre-gordo. Aunque creo que le gustaban los tíos, porque le dijo a Edward que era un tío muy atractivo."

Todo el mundo se quedó mirándonos fijamente mientras Edward se reía en voz baja contra mi pelo.

"Y durante la ceremonia, ¡movía las caderas en dirección a la persona con la que estaba hablando! ¡Era graciosísimo! ¡También tenemos un video! ¿Queréis verlo?" moví las cejas mirando a Emmett."

"Isabella, eres mala," me dijo Edward entre dientes al oído.

"Un video…" consiguió decir Esme "… parece estupendo, querida. Edward, ¿por qué no lo pones para que lo veamos?"

Se levantó y fue corriendo hasta el coche por el DVD. Yo me quedé sentada sonriendo inocentemente a nuestra familia. Iban a llevarse una buena sorpresa. Edward volvió y puso el DVD. Nos movió para apoyarnos contra un lado del sofá.

El video empezó con Edward y yo hablando con Eleazar. "Elvis saldrá en un momento," dije, intentando mantener la seriedad.

Emmett estaba sentado en el borde del sofá esperando que Elvis apareciese. Cuando Eleazar empezó su discurso de bienvenida, Emmett se inclinó y me dio un golpe en el hombro. "Apestas, Bella."

"¡Oh, gracias a Dios!" suspiró Esme.

"Bella, eres demasiado malvada," dijo Alice entre risitas.

"Ya deberíamos saber que no podemos creerla," añadió Rose. "Pero caemos una y otra vez."

"Es muy convincente cuando se siente segura," dijo Jasper.

"Quizás es mejor es que no tuviera un gran público," dijo Carlisle, riéndose por lo bajo.

Cuando llegó la parte en la que había parado la ceremonia, todos empezaron a reírse.

"¡Mira su cara!" gritó Alice.

"¡Ni siquiera yo le asusto tanto!" se rió Emmett.

"¡Está al borde del pánico!" dijo Jasper riéndose.

"¡Pobre Eddie!" se rió entre dientes Rose.

"Nunca te he visto tan nervioso, hijo," dijo Carlisle, intentando no reírse.

Esme estaba soltando risitas contra su mano, negándose a comentar nada.

Edward me sujetó con fuerza y me susurró al oído. "Mira lo preciosa que eres, cariño. Estás radiante. Sin importar lo que lleves puesto o el momento del día, así eres siempre para mí."

"Necesitas dejar de decirme cosas así, Edward," susurré, sonriéndole.

"¿Por qué?"

"Porque no creo que les fuera a hacer mucha gracia que te atacase justo aquí en su salón."

"No me importaría.

"¡Eso ya lo sabía, Tutor-boy!"

"Ha sido una ceremonia preciosa," dijo Esme, mientras se limpiaba los ojos.

"Ojalá hubieseis esperado para que estuviésemos allí, enana, pero estabas preciosa y me alegra que estés contenta," me dijo Emmett.

"Sabía que estaba tramando algo. Le dije que estaba segura de que no era algo típico de Edward," dijo Alice, sacudiendo la cabeza.

"Bella me hace olvidar toda razón," se rió Edward entre dientes, abrazándome con fuerza.

"Creo que es al revés," me reí.

"Vuestra fiesta para anunciarlo va a ser espectacular," dijo Alice muy animada, botando en el sofá. "¡Rose y yo vamos a hacer que sea el acontecimiento del año!"

"No puedo esperar a contárselo a las mujeres del Club de Jardinería," dijo Esme, acercándose a Alice y Rose.

"Antes de que intenten arrastrarme hasta su círculo del mal, ¿puedes llevarme arriba, marido?"

"Lo que quieras, esposa." Edward se levantó y me llevó con él. "Ya nos vamos a la cama."

"Que no se te olvide el desayuno de mañana," nos advirtió Alice, mientras nos íbamos hacia las escaleras.

"Edward," le llamó Emmett. Nos giramos para mirar a mi hermano. "Me alegra que te hayas casado con ella, pero si me haces tío, te mataré."

"¡Emmett!" grité.

Edward y Emmett empezaron a reírse. Les miré. Edward me besó en la frente y empezó a tirar de mí hacia las escaleras.

"¿Cómo puedes encontrar eso gracioso?" le pregunté.

"Porque no es la primera vez que me lo dice," se rió por lo bajo.

"¿Cuándo fue la primera vez?"

"¿Recuerdas la segunda noche con la escayola? ¿Cuándo hiciste el guiso?"

"Sí."

"¡Me lo dijo esa noche!"

"¡Ese gran… ugh! ¡No puedo creer que te dijera eso! ¡Entonces ni siquiera estábamos haciendo nada!"

Se encogió de hombros. "Te quiere, Bella. Quiere lo mejor para ti."

"Entiendo eso," dije, mientras él cerraba la puerta de nuestra habitación. "¡Pero debería entender que no soy tan estúpida como para quedarme embarazada en este momento de mi vida! ¡Sólo tengo veintiún años y medio! ¡Todavía me queda un semestre más en la universidad!"

"Cálmate, Bella," dijo con voz tranquila, abrazándome y acariciándome el pelo. "¿Qué pasa? Nunca te molestas tanto con Emmett."

Respiré hondo y le devolví el abrazo. "Creo que todo me está llegando ahora… todo el estrés de ayer, mi camioneta muerta, y la excitación de anoche."

"Anoche fue bastante impresionante. Y eso sólo fue casarme contigo. No tengo una palabra para lo que vino después," se rió por lo bajo, besándome el cuello.

"No debí ser tan genial si no tienes una palabra para ello."

Edward se rió amenazadoramente. "¿Por qué no lo repetimos y vemos si juntos podemos encontrar una palabra?"

"¡Uy, Mr. Cullen, creo que estás intentando seducirme!"

"Sra. Cullen, eres tú la que me embrujó el día que nos conocimos."

"¿Exagerando un poco, no?"

"¿Por qué?" preguntó, mirándome a los ojos y frotándome las mejillas con los pulgares.

"Me dio la impresión de que esa noche te irrité."

"Sí, un poco. Pero incluso eso cuenta. El hecho de que pudieras irritarme prueba que caí bajo tu hechizo al instante."

"Y pensar que todo vino de tu decisión de ir a cenar para ver si yo mordía."

"Siempre estaré agradecido a Alice por hacerme ir."

"Yo también."

"Ya hemos hablado suficiente, Sra. Cullen. Los únicos sonidos que quiero oír de ahora en adelante van a ser los que me indiquen que te gusta la lenta tortura que pienso hacerle a tu encantador cuerpo."

"¡Joder, Edward! ¿Estás intentando que me desmaye antes de que me toques?"

Se rió y me cogió en brazos. Me tiró sobre la cama y fue hasta su estéreo. Puso uno de los CDs de rock y lo puso en repetir.

"¿Durante cuánto tiempo planeas torturarme? He visto que le has dado al botón de repetir."

"El que haga falta," contestó mientras se tumbaba sobre mí.

"¿Qué haga falta para qué?"

Me recorrió la mandíbula con la nariz y me besó la barbilla. "Para que te dejes llevar y olvides que alguien más existe en este mundo aparte de nosotros.

Iba a ser una noche larga con mi maravilloso marido… ¡y no podía estar más feliz!

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