lunes, 6 de febrero de 2012

CN77: EPILOGO: Año Nuevo

Disclaimer: Los personajes no nos pertenecen, la historia tampoco xD Solamente nos han dado el derecho de subirla en este Blog para divertir a nuestras seguidoras!! Jajaja ^^

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EPILOGO

- ¡Edward, despierta!- me dijo Maddie mientras me sacudía.

- Cinco minutos más… -murmuré y tapé mi rostro con las sábanas.

- Bella llamó- me informó mientras abría las cortinas.

- ¡¿Bella llamó?!- exclamé y me senté rápidamente en la cama, provocando que toda la habitación se moviera - ¿Cuándo? ¿Por qué no me avisaste?- le pregunté molesto mientras las paredes de mi cuarto comenzaban a estabilizarse.

- Relájate- rió- llamó hace una media hora y me pidió que no te despertara- me explicó.

- ¿Y qué dijo? ¡Dime!- le exigí.

- Dijo que vendría en una hora.

- ¿Una hora contando desde que llamó o una hora desde este instante?- pregunté.

- Una hora desde que llamó- me aclaró.

- ¡Entonces vendrá en media hora!- me levanté de un salto de la cama- ¡Por qué no me dijiste antes!

- No quise despertarte antes, además tienes tiempo suficiente para estar listo-dijo en tono tranquilo mientras yo hurgaba nerviosamente entre mis cajones en busca de alguna ropa limpia- ¡En veinte minutos te serviré el desayuno!- me gritó cuando yo corría hacia la ducha.

Media hora después sonó el timbre.

- ¡Es Bella!- exclamé y me pasé una mano por mi cabello- ¡Es Bella!

- Sí, Edward, es Bella, ¿te vas a quedar aquí parado o vas a ir a abrirle la puerta?- me preguntó rodando los ojos.

- Voy- caminé rápidamente hacia la puerta, tomé aire y abrí.

- Hola- me saludó Bella sonriente y todo mi nerviosismo se acabó. La tomé de la mano y la atraje hacia mí.

- Buenos días- le dije mientras le daba suaves besos en el cuello.

- Te extrañé- me dijo y una ola de alegría invadió mi cuerpo.

- Yo también- tomé su rostro entre mis manos y la besé- no sabes cuánto me alegro de que estés aquí…

- Creo que tengo una idea- sonrió.

- ¡Maddie!- la llamé.

- Hola Bella- la saludó- ¿qué pasa, Edward?

- Saldremos a dar un paseo, almorzaremos fuera.

- De acuerdo, diviértanse- nos sonrió- pero tienes que estar aquí a las siete- me advirtió- y Bella tiene que estar en su hotel a las seis.

- ¿Por qué?- preguntó ella asombrada.

- Alice llamó y dijo que Bella tenía que estar a las seis para tener tiempo suficiente para arreglarse para la cena.

- Bella no necesita arreglarse, tiene belleza natural- respondí tomándole una mano y besándola.

- Dile eso a Alice, yo sólo transmito el mensaje- dijo Maddie y se fue.

- ¿Dónde iremos?- me preguntó Bella mientras yo tomaba mi chaqueta.

- Ya verás- la tomé de la mano y la llevé hacia el garaje.

- Hace tiempo que no veía este auto…- susurró mientras observaba mi Volvo.

- Yo tampoco- confesé mientras le abría la puerta para que subiera.

- Gracias.

- De nada- cerré la puerta y rodeé el auto para subirme por el lado del conductor.

- ¿Edward?- preguntó mientras yo ponía en marcha el motor.

- ¿Qué pasa?- pregunté preocupado.

- ¿Por qué dijiste que no veías tu auto hace tiempo? – frunció el ceño- está en tu casa…

- Sí, pero sólo volví a Chicago para las fiestas, sinceramente no quería venir, pero mis padres insistieron… aunque ahora me alegro que lo hayan hecho- tomé su mano y la besé nuevamente, esperando que olvidara el tema. No tenía ganas de hablar de eso.

- ¡Edward! ¡Mira por dónde vas!

- Tranquila… -rodé los ojos. Cómo si fuera capaz de chocar mi precioso Volvo.

- ¿Y por qué no te enviaron tu auto a Cambridge si pudieron enviarlo hasta Forks?- preguntó. Suspiré mientras doblaba una esquina.

- Porque no quise- dije en tono duro, del que luego me arrepentí- decidí que la mejor forma de conocer Cambridge era hacerlo a pie- reí intentando aligerar el ambiente- pero creo que ahora lo llevaré. Extraño mi Volvo- suspiré dramáticamente.

- ¡Vaya! ¿Lo extrañas más que a mí?- preguntó Bella fingiendo enojo.

- Eso nunca- negué con la cabeza mientras me estacionaba- es sólo que ver el auto… me recordaba a ti… y bueno, no me hacía bien tenerlo cerca mientras estaba en mi fase uhm… oscura.

- Pero estando en tu casa, es imposible que no lo veas- me dijo ignorando por completo lo que había dicho sobre "mi fase oscura".

- Es posible cuando no sales de tu cuarto- detuve el auto y me bajé de él para abrirle la puerta a Bella.

- Edward…-me dijo cuando se bajó del auto- yo…

- Shh… -coloqué mi dedo sobre sus labios- no tienes por qué sentirte culpable, fui yo el que te hizo sufrir… lo que haya sentido mientras estábamos separados es nada en comparación a lo que tú debiste haber sentido…. – apoyé mis manos sobre el auto y Bella quedó atrapada entre mis brazos- pero no hablemos de eso… -me acerqué hasta que pude sentir su respiración en mi rostro- lo importante es que tú y yo estamos juntos- sonreí y la besé- ahora ven, te mostraré el parque- la tomé de la mano y nos alejamos del auto.

- ¿Vienes aquí seguido?

- No- reí- cuando pequeño venía casi todos los días con Maddie, pero uhm… después dejé de venir- contesté algo incómodo.

- ¿Por qué?- preguntó Bella con la curiosidad reflejada en sus ojos. Caminamos en silencio durante unos minutos mientras intentaba hilar una respuesta aceptable, no podía decirle "dejé de venir cuando crecí porque las chicas sabían que venía aquí y me perseguían para rogarme que saliera con ellas".

- Porque todos los que solíamos venir acá crecimos y las niñas, que se convirtieron en adolescentes gobernadas por sus hormonas, comenzaron a verme con otros ojos y el inocente juego de la escondida dejó de ser tan inocente.

- ¡Pobre Edward!- se burló Bella.

- No es gracioso- me quejé, pero no pude contener la risa- Iré a comprar unos helados, si quieres puedes esperarme aquí y disfrutar el paisaje.

- Claro- me sonrió y se sentó en un banquillo.

- Ya vuelvo- me agaché para darle un beso y me fui, estaba a mitad de mi camino cuando una voz me llamó a mis espaldas.

- ¡Edward!

- Oh no…-susurré y me giré.

- Edward- corrió a abrazarme y soltó una risita cuando sus brazos me rodearon.

- Annie, ¿cómo estás?- la saludé mientras intentaba soltarme de su agarre de la forma más educada posible.

- Ahora bien- dijo guiñándome un ojo. Reprimí el impulso de rodar los ojos ante su intento tan barato de coquetería. Sonreí, antes le habría seguido el juego sólo por divertirme un rato, pero ahora había cambiado. Bella Swan me había cambiado, ahora Edward Masen era un chico diferente.

- Me alegro- dije en tono cortés.

- Supe que quedaste en Harvard…

- Sí- confirmé sin saber más qué decir, no tenía la más mínima idea de qué estaría estudiando Annie.

- ¿Sabes, Edward? Deberíamos salir un día de estos, aprovechando que estás acá- me dijo mientras jugaba con su pelo.

- Creo que no, Annie- decliné su propuesta.

- ¿Por qué no?- me preguntó haciendo un puchero. Abrí la boca para responder cuando alguien me tomó del brazo.

- ¿Por qué tardaste tanto, Edward?- me preguntó Bella parándose frente a mí y guiñándome un ojo antes de darme un largo beso.

- Uhm…- dije aún aturdido, no conocía esta faceta de chica celosa de Bella, pero me gustaba y me recobré rápidamente- me encontré a alguien en el camino- expliqué indicándole a Annie.

- Ya veo…- asintió Bella con la cabeza.

- Ella es Annie…-comencé a presentarla.

- Hola Annie, soy Bella, novia de Edward- dijo Bella en tono dulce, aun cuando su mirada era bastante intimidante.

- Oh, ¿novia?- sonreí viendo la expresión de sorpresa de Annie. Era sabido que yo nunca había tenido novia, sólo tenía citas.

- Sí, ¿algún problema?- preguntó Bella cruzándose brazos y enarcando una ceja. Aunque aún no habíamos hablado acerca de si habíamos vuelto a ser novios o no, Bella parecía tenerlo muy claro. Reprimí las ganas locas que tenía de reír, para qué iba a mentir, me encantaba ver cómo Bella marcaba su territorio.

- Claro que no- rió nerviosa Annie- ya me voy- se acercó para despedirse de mí, pero Bella dio un paso hacia adelante impidiendo que ella se acercara a mí. Me mordí el labio inferior para contener la risa- Uhm… ¡nos vemos, Edward!- exclamó Annie agitando su mano en forma de despedida.

- Sí, claro… -gruñó Bella.

- Adiós, Annie- le sonreí- un placer haberte visto- ella sonrió nerviosamente mirando de reojo a Bella. Cuando Annie se perdió de vista, Bella se volteó:

- ¡Edward Anthony Masen!

- ¿Sí?- pregunté con tono inocente.

- ¿Quién era ella?

- Annie- respondí.

- Sé cómo se llama- preguntó enfurruñada- ¿saliste con ella?

- Sí- dije sinceramente.

- ¿Cuántas veces?- inquirió y yo reí- ¡Responde!

- No lo sé, Bella, ¿cómo crees que voy a contar las veces que salgo con alguien?- sonreí, aunque eso era parte mentira, en mi archivo de fichas tenía registrada cada cita, pero como lo había borrado antes de irme a Harvard, no podía acceder a esa información.

- ¿Fue tu novia?

- Nunca he tenido novia.

- ¿Nunca?- preguntó dudosa.

- Nunca. ¿No viste la cara de Annie cuando dijiste que eras mi novia? –reí- No la culpo por tener esa reacción.

- No entiendo…- murmuró.

- Bella…-levanté su barbilla con mi dedo- es cierto que he salido con muchas chicas, pero han sido sólo citas, no sentía deseos de tener novia… y era porque aún no conocía a la indicada- le sonreí- pero ahora que la conocí y la tengo frente a mí… debo confesar que me gusta tener novia- negué con la cabeza- no, lo que quiero decir, es que me gusta que seas mi novia- me acerqué a ella y le di un breve beso.

- Edward, eres tan dulce…- me dijo.

- Gracias, pero no le digas a Emmett-bromeé.

- No lo haré.

- Perfecto, por cierto… - acerqué mi boca hacia su oído y le susurré: amo verte celosa- luego le mordí el lóbulo de la oreja. Giré mi cabeza para quedar frente al sonrojado rostro de Bella- amoverte sonrojada- la besé nuevamente- pero lo que más amo es que… -suspiré y enfoqué mi vista en esos ojos color chocolate que había extrañado tanto durante estos meses- amo que seas mi novia…

- Edward…- susurró.

- Vamos por esos helados, y olvidémonos de Annie ¿de acuerdo?- le sugerí.

- De acuerdo- accedió.

- Esa es mi chica…- le sonreí, la tomé de la mano para seguir disfrutando con ella el resto del día.

Después de almorzar, me dediqué a mostrarle la ciudad a Bella y juntos recorrimos mis lugares preferidos, estábamos teniendo una tarde perfecta sentados en la playa observando el mar, cuando sonó mi celular.

- ¿Puede haber alguien más inoportuno?-murmuró Bella malhumorada- no contestes- me sugirió.

- Es tentador- respondí mientras yo sacaba mi celular del bolsillo- pero puede ser importante… Ah, no, es Alice- dije mirando el visor.

- No contestes… -insistió.

- Si no lo hago será peor…- y contesté- ¿Qué quieres?- pregunté cortante.

- ¡Hola, Edward! ¿cómo estás? Sí, yo estoy bien, gracias por preguntar- dijo Alice en tono sarcástico.

- ¿Qué quieres?- pregunté de nuevo, mientras Bella soltaba una risita.

- ¡Son las seis de la tarde!- chilló Alice- ¡Y Bella sigue contigo! ¡Ella debería estar conmigo!

- Alice…

- ¡Alice nada! ¡Tienes quince minutos para traerla al hotel!- seguía reclamando Alice, pero no podía concentrarme en lo que decía, Bella me acariciaba mi cabello y me iba dando cortos besos en el cuello, en mi mejilla…- ¡Edward!

- ¿Qué?- pregunté aturdido, mientras Bella me sonreía pícaramente.

- ¿Me estás escuchando?

- Claro… - le respondí con mucho esfuerzo, Bella estaba intentando que le colgara a Alice y estaba muy cerca de lograrlo.

- ¡Edward!- me gritó.

- ¿Qué?- pregunté con los ojos cerrados, pensando que quizás así podría ponerle atención a Alice, pero no estaba resultando, no sabía que Bella podía ser tan persuasiva. Tragué saliva dificultosamente.

- ¡Edward!

- Te estoy escuchando, Alice- le mentí- no es necesario que me grites.

- Trae a Bella, ahora. Adiós- y colgó.

- Bella…

- ¿Sí, Edward?- me preguntó con fingida inocencia.

- No juegas limpio, ¿sabías?

- No sé de qué estás hablando- sonrió.

- Sí lo sabes, así que te llevaré donde Alice- Bella gimió- si no estuvieses estado distrayéndome habría convencido a Alice de que te quedaras conmigo, así que esto es tu culpa- le dije con una amplia sonrisa.

- Edward… - me dijo Bella con ojos suplicante.

- Tu culpa- repetí- vamos, antes que Alice llame a la policía para que te busquen- me levanté de la arena y le ofrecí mi mano a Bella para ayudarle a ponerse de pie.

- No quiero ir con Alice… -murmuró.

- Ve el lado positivo, sólo serán un par de horas- la tranquilicé- después de la cena, Jasper se encargará de Alice.

- Fue una bendición que Rosalie y Jasper hayan podido venir- comentó Bella.

- Para que veas todo lo que hago por ti- le dije mientras llegábamos a mi auto.

- ¿Qué quieres decir?- preguntó parándose de golpe.

- Que fui yo el que movió los hilos para que ellos vinieran, ¿crees que permitiría que la histeria de Alice o las bromas Emmett arruinaran la celebración de nuestro primer año nuevo juntos?- le pregunté.

- Edward… - me dijo ella sonriendo- ¡eres el mejor!- y me abrazó.

- Lo sé- reí. Bella me golpeó el pecho juguetonamente.

- Creído…

- Pero aún así me amas- la besé en los labios y luego le abrí la puerta del auto- Alice te espera.

Y sin más demora, conduje rumbo al hotel donde una histérica Alice caminaba de un lado a otro en el vestíbulo.

- ¡Bella!- chilló apenas nos vio entrar y corrió a abrazar a Bella, como si no la hubiese visto en años- ¡Vamos! ¡Tenemos mucho que hacer! ¡Son casi las siete!- decía una Alice al borde del colapso.

- Tranquila, ya estoy aquí- dijo Bella intentando calmarla.

- ¡Menos mal!- dijo Alice en un tono muy alto, digno de una cantante de ópera- ¡Vamos!- la tomó del brazo.

- ¡Edward!- me llamó Bella desesperada y Alice me fulminó con la mirada.

- Nos vemos en más tarde- le aseguré, tomé su rostro entre mis manos y le di un largo beso.

- ¡Suficiente!- reclamó Alice- Adiós, Edward- tomó de la mano a Alice y se la llevó rumbo a los ascensores. Las seguí con mi vista hasta que desaparecieron y volví a mi auto para iniciar mi viaje de vuelta a casa.

- ¡Nuestros invitados ya están aquí!- exclamó mi madre alegremente cuando sonó el timbre.

Minutos más tarde, aparecieron los Culen y los Hale, después de hacer las presentaciones pertinentes, nos dirigimos al comedor para cenar.

- Edward, ha hablado maravillas de ti, Jasper-comentó mi madre.

- Gracias- respondió él cortésmente.

- ¿Y no hablado de mí también?- se metió Emmett.

- ¿Por qué lo haría? Eres mi primo, mis padres te conocen desde siempre- le respondí.

- Pero podrías decir que soy un buen primo- respondió encogiéndose de hombros.

- Sí, claro… -contesté rodando los ojos.

- ¡Emmett!- lo regañó Rosalie.

- ¡Rosalie!- le respondió éste.

- ¡Emmett!- lo regañó Esme.

- ¡Mamá!- rió.

- Emmett, suficiente- lo reprendió Carlisle.

- Aburridos…. –gruñó en voz baja.

- ¿Por qué no salimos al jardín?- sugirió Alice.

- ¡Buena idea!- la apoyó Esme.

- Ya casi es hora- dijo mi padre mirando su reloj, se levantó le ofreció el brazo a mi madre y salieron. Carlisle y Jasper hicieron lo mismo con Esme y Alice.

- ¿Vamos?- le pregunté a Bella ofreciéndole mi mano para que la tomara.

- ¿Por qué no puedes ser así?- se quejó Rosalie mirando a Emmett.

- ¿Así cómo?- preguntó confundido.

- Olvídalo- suspiró resignada y se colgó del brazo de Emmett.

- Te encantará el jardín- le comenté a Bella mientras salíamos.

- Ya lo conozco- rió ella.

- Pero no lo has visto hoy, luce totalmente diferente.

- ¿Adónde vamos?- preguntó Bella deteniéndose de golpe, al notar que íbamos en otra dirección.

- Confía en mí- le pedí, ella asintió y retomamos el paso- me gusta venir aquí, tiene una vista privilegiada para ver los fuegos artificiales- le dije cuando llegamos casi al fondo del jardín, a un lugar escondido entre unos tupidos árboles.

- ¿Y por qué no vienen todos para acá?

- Porque uhm… olvidé comentar que aquí se ve mejor- reí.

- Ya veo- sonrió Bella.

- Además, quería que estuviéramos solos… -susurré atrayéndola hacia mí.

- Gran idea….- aprobó Bella rodeando mi cuello con sus brazos.

- Bella… - murmuré mirándola fijamente- hay algo que quiero decirte…- pude notar como automáticamente se tensó ante mis palabras- tranquila, es algo bueno…

- Oh- dijo ella simplemente.

- Bella… esta semana ha sido sin duda la mejor de toda mi vida, por fin estamos juntos- le dije abrazándola con fuerza- pensé que nunca volvería a tenerte aquí… entre mis brazos…

- Edward… -empezó a decir ella, pero la callé.

- Shh… déjame hablar…- ella asintió con la cabeza- Bella, ahora soy tan feliz, que parece que todo fuera un sueño y temo despertar y que todo desaparezca tras una cortina de humo…. – la besé dulcemente antes de seguir- si esto fuera un sueño me gustaría que durara eternamente para seguir pensando que amas tanto como yo te amo a ti… -sonreí.

- Ed…

- "Es un sueño la vida, pero un sueño febril que dura un punto, cuando de él se despierta, se ve que todo es vanidad y humo… ¡Ojalá fuera un sueño, muy largo y profundo, un sueño que durara hasta la muerte! Yo soñaría con mi amor y con el tuyo"- recité cada palabra sin despegar mis ojos de los de Bella, los cuales ahora estaban llorosos.

- ¿Gustavo Adolfo Bécquer?- preguntó ella.

- Exacto, rima número setenta y siete- sonreí y ella me miró sorprendida- tenía que hacer que dejaras de asociar ese número con algo negativo- contesté sinceramente- ¿tuve éxito?

- Eres perfecto- rió ella.

- Tomaré eso como un sí- volví a besarla, pero el sonido de los fuegos artificiales causaron que nos separáramos. Estuvimos observándolos abrazados hasta que se acabaron.

- Feliz año nuevo, Edward- me dijo Bella volviendo a besarme- ¿tienes algún deseo para este año?

- No- contesté, tomé su rostro entre mis manos y me acerqué para besarla nuevamente, pero ella se alejó.

- ¿Por qué no?- preguntó con el ceño fruncido.

- Porque todo lo que más deseo en este mundo, ya lo tengo en mis manos- sonreí y me incliné para besarla. Por fin, estábamos juntos nuevamente y mi corazón estaba completo.

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