martes, 7 de febrero de 2012

Cambiando por amor


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Capitulo 3.- Alborotando el gallinero

Rosalie pvo

-hola, yo soy Dimitri, mis compañero de cuarto Alec y Félix, estamos en el cuarto no.1- se acerco un tipo enorme, cabello negro quebrado, ojos grises, muy atractivo.

El tal Alec y Félix son más pequeños de estatura, el cabello lacio y negro también, ojos cafés, lindos, pero no guapos.

-hola, somos Alice, Bella y Rosalie, estamos en el no. 4- conteste.

-soy Sam, ellos son Eleazar y Benjamín, estamos en el cuarto no. 2- sendos machotes, musculosos pero no tan grandes como Dimitri, Sam es moreno canela, guapísimo, marcadito de los brazos, ojos casi negros, cabellos ondulado corto.

Los otros dos, son de tez más clara, cabello castaño, muy lindos. Puro chico guapo. Lástima que son criminales, como nosotras.

-nosotras somos Carmen, María y Leah- dijeron otras chicas –estamos en el no. 1- la primera morena clara, cabello lacio castaño oscuro, ojos grises, fríos completamente, la segunda rubia de cabello ondulado, ojos azules con gris o algo así, la ultima de tez morena clara, cabellos lacio, ojos cafés, nada especial.

-nosotras estamos en el 3, mi nombre en Kate, ella es Irina y Tania- dijo otra acercándose con su grupo.

Las tres rubias aunque en diferentes tonos, ojos grises las dos primeras y azules la ultima, ¿serán hermanas? Se parecen bastante. O tal vez es porque usan el mismo tono de brillo labial.

-yo soy Laurent, mis compañeros Cayo y Marco- dijeron los últimos.

Los mire seriamente. El primero es moreno con ganas, usa el pelo largo, de color castaño casi negro, ojos del mismo tono, los otros dos son blancos, tanto que parece que nunca se asoman al sol. Ojos cafés casi negros. O eso me pareció, no hacían mucho contacto visual.

-hum ¿no se supone que somos 24? faltan tres- dije mirando a Esme quien estaba cerca.

-faltan los chicos Cullen, los sobrinos de Carlisle, aun no los… aun no llegan- se corrigió.

-bueno a comer- dijo el enorme profesor que tenemos de taller.

Y qué guapo es, cabello negro corto, musculoso, sonrisa amplia. Perfecto.

-¿te sientes bien Alice?- pregunte cuando su mirada cambio.

-sí, es solo que se me olvido que día es hoy…- carajo.

-cariño, lo siento yo también lo olvide, ¿quieres que digamos una oración en nuestra recamara?- sugirió Bella.

-si eso me gustaría-

-Esme ¿podemos retirarnos un momento? no tardaremos más de media hora- pedí.

-si claro, pero no tarden más, las esperaremos para comer-

-gracias, vamos Chicas-

Subimos corriendo, entramos y como siempre nos arrodillamos juntas, en el espacio más grande de la habitación, rezamos por el eterno descanso de la tía Carmen y de paso por los padres de Bella y mi madre. No tomo mucho tiempo, era más una plegaria silenciosa por las perdidas. Unos minutos pidiendo, sintiendo. Nada más. No había lágrimas, eso es para débiles. Según Bella.

-bien, tengo hambre- dijo Alice más animada.

La tarde se nos pasó entre pláticas, bromas, risas, parecían ser agradables, aunque enseguida supimos que el grupito de Carmen nos daría problemas y de Laurent y sus amigos no eran compañía agradable. También supimos que Irina, Tanía y Kate serían buenas compañeras, y  Dimitri con compañía serían buenas amistades. Es el primer día del resto de nuestras vidas, de esto depende tener un futuro que no nos avergüence. Si logramos evitar ser como somos…

-chicas lo que pidieron están en sus recamaras, los uniformes los entregaremos mañana. Es tarde, vayan a descansar. Buenas noches- se despidió Esme acompañándonos al bloque que ocupa nuestra recamara.

Apenas cruzamos la puerta nos lanzamos sobre los paquetes. Todos rotulados con nuestros nombres.

-les dije que tenía gusto,  esta lencería es cómoda, aunque no sé si el algodón sea mi favorito- dijo Bella.

Mirando la ropa interior, mismo modelo en diferentes colores, los nombres venían bordados.

-y ya vieron que las blusas son las mismas y los jeans también. Parece que es una especie de uniforme, esperan aquí viene una lista de instrucciones- dijo Bella sacando la hoja de la bolsa.

“queridas niñas:

Sé que no es lo que pidieron, pero como somos no lucrativos y dependemos del gobierno esta será su ropa del diario, las blusas podrán usarlas como prefieran pero deberá ser una por día, para las clases usaran uniformes, para la clase de deporte que será dos veces por semana usaran otro uniforme, así que como verán no necesitaran tantos cambios. Los fines de semana serán libres de usar lo que quieran. Los zapatos están bajo sus camas.

Posdata: Alice en el segundo cajón esta lo que pediste. Rosalie busca en el primero del tocador ¿Bella y tu?

Esme”

-sí, es uniforme, bueno se ve mejor que el del reclusorio- dijo Alice colgando las blusas, había en morado, azul cielo, rosa, amarillo, verde limón, gris y una en anaranjado.

Los jeans son en azul suave y el otro azul intenso.

-me gustan los zapatos, se ven cómodos- dije probándome los míos, son sencillos, sin tacón con un lazo en la parte del frente, en negro.

-me gustan los tenis- dijo Alice.

Sacándolos, eran negros, sin adornos, tipo Converse. Genial.

-¿no revisaras tu maquinita?- pregunte al duende.

-no, mañana, pondré algo de estilo a esas blusas y quizá algo a los jeans. Buenas noches- se giro, apago su lámpara y se perdió.

-¿de dónde crees que sacan el dinero para lo que no es reglamentario?- pregunte señalando la ubicación de la dichosa maquinita.

-no tengo idea, pero mañana pregunto, buenas noches rubia- dijo Bella perdiéndose también al momento.

Me acosté pensando en lo que nos esperaba al día siguiente y los próximos dos años. Mientras estuviera con ellas, nada estaría mal. Bueno, hipotéticamente hablando.

-Buenos días, su uniformes chicas- dijo Esme entrando después de tocar.

Apenas estaba saliendo del baño. Se retiro nada más dejarlos.

-no usare esto, es horrible, el color puedo soportarlo pero el modelito no- me queje en cuanto vi el uniforme.

No suelo ser esclava de la moda pero esto es una aberración.

Una prenda tipo overol con la falda hasta debajo de la rodilla en tela suave color rosado y unas playeras blancas de cuello redondo, completamente fuera de moda.

-lo arreglaremos fácil, necesitamos aguja, hilo, incrustaciones y unas cuentas brillantes, tengo todo menos las tijeras- dijo Alice.

La reina de la moda. Saliendo del tocador con la dichosa y famosa maquinita.

-yo las consigo- dijo Bella.

Salió un momento después.

-hare el diseño del mío- dije tomando un marcador.

Trace en la parte de adelante unas líneas dejando solo los tirantes originales y alargándolo hasta la cintura, quitaría todo lo del centro, en la parte de atrás haría lo mismo. Marque la falda hasta la mitad de las piernas, marque los costados hasta la cadera.

-puedes hacer lo mismo con el mío y el de Bella, ¿Qué te parece si hacemos los uniformes iguales y solo decoramos diferente?- pido Alice.

Para cuando termine Bella aun no regresaba. Unos minutos después entro con las tijeras.

Bella pov.

Salí en busca de unas dichosas tijeras. Pregunte entre las compañeras excepto a Carmen y su grupo, me dirigí hacia la dirección, Carlisle tendría. Toque suavemente la puerta y espere me dejara entrar.

-adelante- escuche.

-hola Carlisle, ¿tendrás unas tijeras que me prestes?- pregunte mirando a los tres hombres ahí sentados.

Bueno jóvenes es una mejor descripción, apenas los mire sin reparar en ninguno de los dos primeros hasta que llegue al último, sus ojos me atraparon por un segundo de más. Todos están con cara de fastidio y apenas sentados, más bien acostados en las sillas.

Uno es enorme, apenas más grande que Dimitri, cabello negro muy cortito, justo como a la rubia le gustan, el otro rubio con cara de sufrimiento, Alice moriría por hacerlo feliz, es su tipo. Pero el último. Dios, el ultimo es guapísimo, Señor apiádate de mí, no solo sus maravillosos ojos verdes, es perfecto.

-¿tijeras Bella?- pregunto Carlisle llamando mi atención.

Me situé junto al escritorio dando la espalda a los chicos, me distraerían esos ojos verdes y sus labios rojos.

-no te preocupes, no matare a nadie- dije en broma, medio riendo medio sarcástica.

Carlisle se puso serio y levanto la ceja. No le gusto mi broma. Nota mental no hacerlo de nuevo.

-¿para que las quieres? -Pregunto sacándolas de un cajón con llave.

-las chicas y yo queremos cortar los jeans que trajimos, haremos Bolsas con lo que sobre, ya sabes para las clases- mentí sin mirarlo directamente a los ojos.

Mientras cambia el peso de una pierna a otra repetidas veces mostrando inocencia, fingiéndola.

-una hora, te las prestare una hora- aseguro.

-bien una hora, gracias- dije no sin antes mirar a los chicos de nuevo, sobre todo esos ojos verdes.

Regrese rápidamente logre conseguir agujas y algo de hilo en rosa, en caso que Alice no tuviera.

-ya tengo las tijeras, genial ya los marcaste, me gusta el estilo- dije cuando vi los trazos de marcador.

Cortamos la parte de arriba mientras Alice costuraba a mano los dobles y Rosalie preparaba las cuentas, al parecer solo usaríamos la misma moda arriba en todos los uniformes.

Corte mi falda a mitad de la pierna y reutilice esa tela, corte de manera vertical la falda desde la orilla hasta la cadera y costure unas franjas adelante y dos atrás, cada franja tenía cuatro dobleces pequeños. En las partes lisas coloque cuentas brillantes de colores. Para el de Alice use tachuelas en negro y para el de Rosalie cuentas en blanco. Bordamos las iniciales en hilo negro

Alice cortó su falda con pequeñas aberturas a los costados y coloco tablones para que se ampliara. Coloco cuentas de colores en las orillas. Pedí que hiciera lo mismo con el otro uniforme que me quedaba y cambie las cuentas de colores por unas tachuelas en morado. Rosalie tenía uno igual con aplicaciones en pedrería incrustada, de colores. De nuevo las iniciales en piedras brillantes diminutas.

Rosalie cortó los costados hasta la cintura y con la tela que sobro hizo extensiones de manera que parecían dos pedazos de tela sobreponiéndose, coloco tachuelas en Rosa fucsia en la orilla. En la mía formo una B en cuentas brillosas moradas y en la de Alice puso una A en cuentas negras. Su inicial esta en piedritas de colores.

-estamos listas, vayamos a comer- dijo cuando sonó la campana que anunciaba el almuerzo.

Apenas llegamos al comedor, vi a los chicos de la oficina. Por algún motivo no les mencione a mis amigas que los vi antes. Nos sentamos por casualidad en la misma mesa, cada una está diseñada para 6 personas, excepto la de profesores que es para ocho.

-hola, ¿son nuevos?- pregunto Alice mirado al dueño de mis ojos, digo de los ojos verdes.

-sí, apenas entramos hoy- contesto el enorme –soy Emmet Cullen, mis hermanos Jasper y Edward- agrego mientras los otros levantaban la mano al ser nombrados.

-soy Alice, Rosalie y Bella- presento mientras sonreíamos al ser mencionadas.

-Bella, ¿saldrás conmigo este fin de semana?- pregunto Dimitri.

-no, este fin de semana no saldremos, nos falta un mes pero si te portas bien y lo pides apropiadamente, quizá te diga que sí- respondí girándome para verlo.

-no seas mala me romperás el corazón, di que sí- dijo abrazándome, grave error.

-te romperé la cara si no me sueltas ahora- conteste muy seria.

-lo siento no quise molestarte- dijo el tipo separándose.

-Bella eso fue…- empezó Alice

-no quiero oírlo- dije a mi prima.

-Quiero postre- dijo Rosalie cambiando de tema.

Como siempre.

A pesar que los chicos Cullen se veían agradables no hicieron por platicar más que entre ellos, por lo que un rato después nosotras platicábamos con los demás, dándoles la espalda.

-¿conmigo si saldrás Rosalie?- pregunto Félix

-sí, saldré contigo en cuanto se pueda- respondió la otra buscando novio.

Loca.

-¿y tu Alice, te animas para ir al cine conmigo?- pregunto Alec.

Asintió rápidamente, vi regresar a Dimitri.

-Bella discúlpame, no quise ofenderte hace rato, ¿aceptarías salir conmigo?- pregunto de nuevo con cara de arrepentimiento.

-sí, pero no te equivoques, solo amigos, no me interesan los hombres- dije sin pensar.

Él regreso a su lugar. Los murmullos empezaron, algunas risas, y silbidos no esperaron. Sonreí cuando entendí lo que todos parecieron pensar. Tonta.

-¿Cuándo dices que no te interesan te refieres a que no te gustan en general o que por ahora no te interesa tener pareja?- pregunto Sam desde el otro lado del lugar.

Todo el salón se quedo en silencio. Incluso mis amigas me miraban. Me levante despacio y camine hasta Dimitri. Lo mire seriamente, me incline despacio hasta besarlo, no suavemente sino con ganas. Como hacía mucho no besaba a nadie. No sentí gran cosa. Ok, no sentí nada. Pero no era en él en quien pensaba.

-Bella, basta-me pidió Carlisle con voz serena pero autoritaria.

-disculpa Carlisle, trataba de mostrar un punto- dije antes de salir del comedor.

Subí directamente a nuestra recamara. No podía dejar fuera de mi cabeza esos ojos verdes, me gustan demasiado, ¿los ojos solamente? No, todo él, al menos físicamente, se ve genial en esa camisa de cuadros, sus jeans, hasta su tenis de marca, ese aire de descuido que lo rodea. Labios rojos.

Mientras besaba a Dimitri me imagine por un momento besando esos labios, me encendí solo de imaginarlo, gracias a Dios Carlisle me detuvo o habría hecho algo peor. Su mirada había estado en mí casi todo el tiempo, excepto cuando hablaba con sus hermanos, pude sentirlo. Pero eso no significa que sea algo para tomarse en serio.

Después de todo con Embry había sido igual y termine con el corazón roto.

No, lo mejor sería mantener la distancia tanto como pudiera, por mi propia seguridad. Aunque mirarlo no me hará daño.


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