sábado, 4 de febrero de 2012

CN77: Capitulo 9: Celos y Felicidad


Disclaimer: Los personajes no nos pertenecen, la historia tampoco xD Solamente nos han dado el derecho de subirla en este Blog para divertir a nuestras seguidoras!! Jajaja ^^

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CELOS Y ¿FELICIDAD?

A la mañana siguiente, desperté cuando sentí los primeros rayos del sol sobre mi rostro, abrí los ojos y noté que unos mechones de cabello castaño estaban desparramados sobre mi pecho. Fruncí el ceño confundido. "¿Bella se quedó cuidándome toda la noche?" Ni siquiera mi madre había hecho eso alguna vez. Respiré profundamente y me giré suavemente hacia Bella.

- Bella… - susurré mientras apartaba unos mechones de cabello de su rostro.

- Edward… - murmuró ella sonriendo, pero no abrió los ojos.

- Bella… - insistí mientras me acercaba a ella- despierta...- la besé suavemente en los labios. Esta vez ella abrió los ojos y me miró confundida.

- Buenos días- le sonreí- pensé que nunca despertarías y tendría que aplicar otras medidas más drásticas –dije en tono serio.

- ¿Drásticas?- preguntó alarmada.

-Sí- continué con mi tono serio- pensé que tendría que atacarte a besos- solté una carcajada y ella sonrió pícaramente.

- Mm… quizás aún no esté despierta- dijo ella bostezando- tengo tanto sueño aún…- apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos. Sonreí malévolamente.

- ¡Vaya! Es imposible despertar a mi novia- exclamé irónicamente- tendré que tomar medidas drásticas. Perdóname, querida Bella, pero es la única forma que se me ocurre para que despiertes- pude ver cómo sus labios se curvaban en una leve sonrisa mientras me acercaba a ella. Le tomé una mano y comencé a darle pequeños besos desde la punta de sus dedos hasta el hombro.

- Bella, despierta…. –le susurré en el oído y pude notar cómo se le erizaban los vellos de la piel, pero ella seguía fingiendo dormir. Comencé darle besos en el cuello y tuve la osadía de morderle suavemente el lóbulo de la oreja, ella se sobresaltó, pero no abría los ojos. Se estaba haciendo la difícil.

- Bella…- comencé darle besos en la frente- despierta… - besé sus mejillas- por favor…. – me acerqué a sus labios y noté cómo Bella se preparaba para el beso. Sonreí y cuando estaba a unos milímetros de su boca, giré mi cabeza y besé nuevamente su mejilla- Iré a ducharme, es una lástima que no despertaras- dije mientras hacía el gesto de levantarme de la cama. Bella bufó molesta y abrió los ojos.

- ¿Adónde crees que vas, Edward Masen?

- ¡Bella! –la abracé sonriendo de oreja a oreja- ¡Despertaste!

- Muy gracioso- frunció el ceño- ¿dónde está mi beso de Buenos Días?- hizo un puchero- te cuidé toda la noche, merezco un premio- sonrió.

- Por supuesto- exclamé- ¡Qué desconsiderado de mi parte, Señorita Swan! – me golpeé la frente y me abalancé sobre ella.

- ¡Edward!- me reprimió- ¡Nos pueden ver!

- ¿Qué importa? Es mi cuarto y te estoy agradeciendo por ser tan buena conmigo- le respondí y comencé a besarla, Bella me respondió gustosamente y estuvimos besándonos por un largo rato, hasta que mi estómago rugió.

- Anoche no cenaste- rió Bella- necesitas desayunar, después puedes seguir agradeciéndome- se levantó de la cama y me guiñó el ojo.

- ¿Adónde vas?- pregunté alarmado.

- Iré a ducharme- respondió.

¿Por qué no te duchas acá? En mi cuarto... digo… me refiero a que por qué no te duchas en mi baño, yo no tengo problemas- dije nervioso mientras me revolvía el cabello.

- Porque tú también debes ducharte- respondió riendo- además ya tengo mis cosas en el baño de Alice, nos vemos después- me sonrió y sopló un beso imaginario hacia mí. Atrapé el beso y dije, aún aturdido:

- Está bien.

Me levanté de la cama y me dirigía hacia el baño cuando me paré en seco. ¿Había atrapado ese beso? ¿Desde cuándo hacía eso? ¿Qué estaba pensando? Claramente no estaba en mi sano juicio, si hubiera estado pensando bien, jamás habría hecho tamaña estupidez. ¿Qué me estaba pensando? Esto no era normal, me estaba ablandando. Empecé a caminar de un lado a otro de la habitación, mientras analizaba mis actos. El sonido de mi celular hizo que me sobresaltara, miré el identificador y decía "Casa llamando". Fruncí el ceño, mis padres aún no llegaban a Chicago.

- ¿Aló?- contesté receloso.

- ¡Edward! ¿Cómo has estado?

- Uhm… bien… -respondí confundido, aún seguía dándole vueltas al tema de mi extraña reacción.- ¿Quién habla? –pregunté.

- ¡Habla Maddie! ¿Cómo es posible que no reconozcas mi voz?- preguntó sorprendida- ¿Estás bien?

- Sí, sí- respondí rápidamente- estoy bien, Maddie… ¿Cuándo vuelves a casa?- pregunté distraído mientras me miraba al espejo en busca de algún signo de mi locura temporal.

- ¡Estoy en casa!- exclamó Maddie en tono molesto- ¿No viste la pantalla de tu celular antes de contestar?

- Sí la vi… - respondí- es sólo que estoy… recién despertando- bostecé- y aún no pienso bien- ladeé la cabeza. "¡Claro! Por eso atrapé ese beso, porque aún estoy dormido…"

- Edward, no me engañes, tú y yo sabemos, que hasta dormido puedes pensar de forma cuerda- rió.

- Tienes razón- reí nerviosamente. Maddie tenía razón, además cuando besaba a Bella estaba muy despierto… me pregunto qué me habrá pasado… ahh… Bella tenía unos labios tan dulces…

- ¿Edward? –oí que Maddie me llamaba preocupada.

- ¿Qué pasa?- pregunté.

- ¿Me estabas escuchando?

- Sí…

- ¿Qué te estaba diciendo?

- Uhm…

- Edward, ¿me puedes explicar por qué estás tan distraído?

- No estoy distraído, basta ya, Maddie- respondí molesto y cambié de tema antes que me empezara a interrogar- a todo esto, ¿por qué estás en casa? Mamá dijo que regresabas la próxima semana.

- Eso es lo que estaba diciendo- bufó exasperada- San Francisco no era tan interesante como pensé- rió- así que decidí volver antes a mi querido Chicago.

- Oh- fue mi gran aporte.

- Además, a tus padres no les importa que vuelva antes, al contrario, están felices, están muy ansiosos por el correo.

- Lo sé, ni me lo recuerdes. Estoy seguro que si no recibo la carta de aceptación de Harvard, me desheredarán.

- No seas tan duro con ellos, sólo quieren lo mejor para ti- me consoló.

- No trates de defenderlos, Maddie- repliqué molesto.

- Está bien, Edward, sólo llamaba para informarte que ya estoy en casa y que puedes volver cuando quieras.

- Gracias, Maddie, nos vemos

- Adiós, Edward

- Adiós.

Después de hablar con Maddie, me duché y me vestí. Cuando bajé a desayunar estaban todos levantados. Jasper y Rosalie también estaban ahí.

- Buenos días- saludé sonriendo.

- Buenos días- respondieron todos, menos Emmett que dijo:

-¡Sí que son buenos, Edward Anthony! La señorita Swan aún tiene una sonrisa imborrable en el rostroy como durmieron juntos- Bella se sonrojó notoriamente mientras Emmett me daba un codazo en las costillas- Seguiste mi consejo de ayer… ¡A las mujeres les gusta lo salvaje!– rió - ¡Eres todo un tigre, Masen! ¿No lo crees, Bella? ¿Cómo es Edward en la…?

- ¡Emmett!- lo reprendió Esme- Bella sólo estaba cuidando a Edward.

- ¿Qué?- preguntó molesto- No nacimos ayer, ¿creen que nos van a engañar? Oh, vamos, Edward y Bella son dos personas jóvenes y hormonales… ¿de verdad les creen que sólo durmieron?

- ¡Emmett, basta ya!- se metió Alice-No todos somos unos pervertidos.

- No soy pervertido, ustedes son unos mojigatos, ¿es acaso un crimen usar la cama para otra cosa que no sea dormir?- preguntó levantando las cejas.

- Estamos desayunando- rodó los ojos Jasper- cállate.

- ¿Estaríamos aquí, Alice y yo, si mamá y papá hubiesen usado la cama sólo para dormir?- continuó hablando Emmett ignorando a Jasper.

- Emmett Cullen, cierra la boca- exclamó Esme levemente sonrojada.

- Está bien, está bien- levantó los brazos disculpándose- perdonen, por ser honesto.

- El desayuno no es un buen momento para serlo- le dijo Rosalie- ¿tienes algo planeado para hoy?- le preguntó a Alice, antes que Emmett siguiera hablando.

- Podríamos ir a La Push, hace un lindo día.

- Es una buena idea, así aprovecho de saludar a Jake- dijo Bella sonriendo. "Genial, ese idiota estará ahí"

- ¿Quién se une?- preguntó Alice. Todos levantaron la mano, gruñí para mis adentros y levanté la mía. Iba a ser un día muy largo.

***

La mañana en La Push había pasado tranquila, habíamos decidido ir a caminar por los alrededores para que yo pudiera conocer la reserva y después de eso, fuimos a almorzar a una posada, que según todos, tenía una comida deliciosa, pero que terminó siendo demasiado seca para mi gusto. Aunque quizás, si no hubiese sido por el hecho que sabía Jacob Black aparecería para arruinarme el día, habría coincidido con los demás, pero estaba demasiado tenso.

En la tarde, bajamos a la playa. Jasper y Emmett estaban bañándose, mientras Alice y Rosalie tomaban el sol.

- ¿Te gusta aquí?- me preguntó Bella mientras caminábamos tomados de la mano por la orilla.

- No lo sé, supongo…- aunque en realidad no me gustaba, tenía que mentir, no quería herir a Bella. Alto ahí ¿desde cuándo me importaba no herirla?

- Edward… ¿en qué piensas? –preguntó curiosa.

- Pensaba en que nunca pensé que al venir acá, tendría la oportunidad de estar en una playa con sol. Es raro- reí.

- Sí, pocas veces hay días tan bonitos como hoy- sonrió.

- Tienes razón… - dije balanceando nuestras manos- ¿por qué no aprovechamos esta oportunidad única en la vida y nadamos un rato?

- Uhm… no lo sé- agachó la vista avergonzada.

- ¡Vamos!- dije arrastrándola al agua- ¿No quieres venir conmigo?- pregunté haciendo un puchero.

- El agua está fría…

- Vamos… entra… me aseguraré que no tengas frío- le guiñé un ojo y ella soltó una risita- ¿No quieres nadar conmigo?- me acerqué a ella y la besé, ella rodeó mi cuello con sus brazos y yo la rodeé por la cintura.

- Está bien, ¿Cómo resistirme si me lo pides así?- me sonrió y nos adentramos en el mar.

- Oh, Bella, eres tan perfecta… -susurré mientras la besaba, el roce de su piel mojada contra la mía, me provocaba unos deseos locos de besarla.

- Tu visión es muy parcial, ¿sabías?

- No lo es, Bella eres la novia perfecta- dije sinceramente- eres linda, amable, inteligente, graciosa, sensible, dulce… oh sí… dulce…. tus labios son tan dulces… -suspiré mientras la besaba con pasión. Ella respondió con la misma intensidad, estábamos tan absortos en nuestra propia burbuja que apenas éramos conscientes del roce las olas contra nuestros cuerpos, hasta que nos golpeó una ola con tal fuerza que causó que perdiéramos el equilibrio y nos hundiéramos. Por suerte, aún tenía abrazada a Bella, así que rápidamente nadé hasta la superficie y la arrastré conmigo.

- ¿Estás bien?- le pregunté, ella simplemente asintió. Suspiré aliviada y la guié hacia la orilla.

- Eso fue… -dijo Bella mientras salíamos del mar- fantástico- rió.

- Sí… - reí con ella- ni siquiera las olas más fuertes nos pueden separar.

Nos acercamos donde estaban los demás, Emmett y Rosalie estaban ocupados besándose, mientras que Jasper tenía la cabeza apoyada en el regazo de Alice, quien le acariciaba el cabello.

- ¿Qué les pasó?- preguntó ella cuando nos acercamos.

- Casi nos ahogamos- respondió Bella entre risas.

- ¿Y dónde está el chiste de eso?- preguntó Jasper extrañado.

- Que ni las fuerzas de la naturaleza nos pueden separar- respondí riéndome con Bella.

- Oh- dijeron Alice y Jasper, mientras intercambiaban una mirada.

- ¿Qué?- pregunté.

- Nada…- respondió Alice estudiándome atentamente. Iba a responderle cuando sentí un grito y automáticamente mi risa desapareció.

- ¡Bells!- gritaba Jacob Black mientras se acercaba a nosotros. Bella le hizo señas con la mano y yo me senté al lado de Alice.

- ¡Jake!- dijo ella abrazándolo- ¡Oh, lo siento! No quise mojarte- al parecer Bella seguía de buen humor.

- No te preocupes- le sonrió él mostrando cada uno de sus relucientes dientes. Rodé los ojos, el idiota soportaría cualquier cosa que le hiciera ella.

- ¿Qué hacían?- preguntó sentándose al mismo tiempo que Bella.

- Nos divertíamos… - sonreí- hasta que tú llegaste- murmuré.

- ¿Cómo has estado, Jake?- preguntó Bella intentando entablar una conversación con él y no conmigo, su novio.

- Ahora mejor- suspiré exasperado ante la respuesta del imbécil- siempre me pone de buen humor verte.

- Tú siempre estás de buen humor, Jake- le dijo Bella.

- Sólo cuando tú estás cerca- respondió él sonriéndole. Podía sentir la furia dentro de mi cuerpo, podía sentir cómo la ira se apoderaba de mí, necesitaba enfriarme y alejarme de Black.

- Voy a bañarme un rato- murmuré y me adentré en el mar. Sentí un alivio inmediato cuando el agua fría hizo contacto con mi piel. No había pasado mucho rato cuando sentí las voces de Jasper y Emmett acercándose.

- ¡Edward!- me llamaban.

- ¿Qué quieren?- gruñí.

- Tranquilo- dijo Jasper- sólo queríamos asegurarnos que no intentaras ahogarte.

- ¿Por qué lo haría?

- Porque estás enfermo, Edward… -dijo Emmett serio.

- ¿Enfermo? No estoy enfermo. ¿De qué estaría enfermo?- las palabras me salían atropelladamente.

- Sí, lo estás- siguió Emmett mientras me miraba con expresión de lástima- estás enfermo de…

- ¡¿De qué?!- grité.

- De celos- respondió Jasper y ambos se largaron a reír histéricamente.

- ¿Celos?- pregunté confundido.

- Vamos Edward, reconoce que tienes ganas de matar a Jacob Black, cortarlo en pedacitos…- empezó Jasper.

- Y esos pedacitos quemarlos para servirlos como acompañamiento del almuerzo- siguió Emmett- quizás logras que la comida no sea tan seca.

- ¡No estoy celoso!- reclamé- pero molesta ver cómo Black le coquetea a MI novia.

- Pero Bella, es tu novia, mi querido Otelo- me aseguró Jasper- ella tiene ojos sólo para ti.

- Exactamente, su corazón sólo late por ti…- continuó Emmett.

- Sus pulmones sólo respiran por ti…

- Su cerebro sólo funciona para pensar en ti…

- Basta ya, entendí el punto- sonreí.

- Qué bueno, por un momento, pensé que tendríamos que hundirte para que te entrara suficiente agua al cerebro.

- ¿Qué? –pregunté sin entender.

- Con agua en el cerebro, tus pensamientos serían claros como el agua- Emmett rodó los ojos como si estuviera diciendo algo obvio. Miré a Jasper y sólo se encogió de hombros.

- ¿Por qué no salimos?- sugerí.

- Buena idea- apoyó Jasper y nos dirigimos hacia donde estaban los demás. Alice y Rosalie tomaban sol. Mientras Jacob y Bella conversaban animadamente.

- ¡Volvieron!- exclamó Bella.

- Sí, volvimos- respondí mirando amenazadoramente a Jacob, antes de sentarme al lado de ella- te extrañé- le besé la mejilla y tomé su mano. Jacob siguió hablando con Bella, mientras yo jugaba con su mano y hablaba con los chicos. Después de un rato, el idiota dijo las palabras que yo quería oír desde que llegó:

- Debo irme.

- Oh, está bien- dijo Bella- me alegro haberte visto, Jake- le sonrió.

- A mí también- y Jacob Black sacó otra de sus reluciente sonrisas dignas de comercial de pasta dental. "Apuesto que se echa algo en los dientes, es imposible que los tenga así de blancos, de forma natural…"- Adiós, Bells- le dio un beso en la mejilla y yo apreté inconscientemente la mano de Bella.

- Adiós, Jake- murmuró ella y lo vio alejarse. Cuando se perdió de vista, suspiré aliviado.

- Edward…- dijo seria.

- ¿Sí?- pregunté sonriendo. Me sentía tan contento ahora que no estaba el idiota ese.

- Vamos a caminar…-contestó poniéndose de pie. Rápidamente hice lo mismo y la seguí.

- Edward, ¿por qué te pones así?- preguntó ¿herida?

- ¿Así como?

- Cada vez que Jake está cerca… te pones a la defensiva…

- Bella, a ese idiota…-me miró reprobatoriamente- Jacob… -me corregí e hice una mueca al decir el nombre- le gustas y…

- Pero a mí no me gusta- me interrumpió.

- Y me molesta ver cómo te coquetea descaradamente frente a mis ojos- continué diciendo cuando ella se rió- ¿te parecería gracioso si alguien coqueteara así conmigo?- pregunté irritado.

- No es eso- dijo ella sonriendo- es sólo que te ves tan… sexy cuando estás celoso.

- ¿Celoso, yo?- pregunté mientras caminaba de un lado a otro. Bella me miraba divertida- Sí, estoy celoso, pero tú- la acusé- ¡me das motivos! ¡Tú eres MI novia! Mía, mía, mía. Y Jacob Black no tiene derecho alguno a…

- Edward… - dijo ella tomando mi rostro entre sus manos- Jake es sólo un amigo y tú eres mi novio… - me miró fijamente- así que no tienes por qué preocuparte- me sonrió y me dio un dulce beso en los labios- tú eres la persona que ocupa cada rincón de mi corazón.

- Bella…- susurré.

- Te amo, Edward- murmuró y rodeó mi cuello con sus brazos antes de besarme. Estuvimos besándonos durante largo rato, pero no me importaba, sólo quería sentir los labios de Bella sobre los míos. Pero era demasiado bueno para ser verdad.

- ¡Hey, cabeza de cobre y cabeza de chocolate! ¡Ya nos vamos!- gritó la inconfundible voz de Emmett. Nos separamos a regañadientes y caminamos tomados de la mano adonde todos nos esperaban.

- ¡Por fin!- exclamó Alice mirando el reloj apenas nos vio.

- Edward… - dijo Emmett mientras me abrazaba por los hombros- sé que te dije que a las mujeres le gustaba lo salvaje, pero no es necesario que te internes en un bosque para…

- ¡Emmett!- gritamos todos.

- Ya, ya, me callo- rodó los ojos- tropa de amargados.

***

Después de llegar a casa, me despedí de Alice, Jasper y Bella y me dirigí a mi cuarto para ducharme y sacarme todo lo salado del cuerpo. Una vez que estaba limpio, encendí el laptop mientras me sacudía el cabello con la mano y me tendí sobre la cama. Abrí la ficha de Bella y al leer lo que llevaba escrito, me di cuenta que no le hacía justicia a cómo era ella realmente. Lo que había escrito era un simple bosquejo de la perfección de Bella. Hoy había sido un día importante, por fin había vivido en carne propia lo que eran los celos, mis amigos en Chicago a menudo hablaban acerca de eso, pero nunca antes había comprendido que era un sentimiento tan fuerte. ¡Lo encontraba tan absurdo! Aunque estar celoso, había tenido su recompensa, Bella me había dicho que me amaba. No era la primera vez que una chica me lo decía, pero sí era la primera vez que sentía algo que recorría mi cuerpo y me provocaba que quisiera besar locamente a la que me lo decía. Cada vez que una chica me decía "Edward, te amo", yo respondía automáticamente "yo también", aunque sólo lo decía para que la chica de turno no se largara a llorar delante de mí y me acusara de insensible. No era una persona muy abierta con mis sentimientos, me costaba expresarlos, pero no era insensible, algunas veces había querido responder "yo también te amo", pero una fuerza interior causaba que no fuera capaz de decir esas dos palabras adicionales.

Maddie solía decirme que cuando uno sentía algo realmente fuerte por alguien, las palabras salían solas, fluían libremente… Quizás eso era lo que me pasaba con Bella, ella era tan especial… ahh… cada día que pasaba ocupaba más mis pensamientos, por primera vez en mi vida me sentía contento, por primera vez sentía que alguien, aparte de Maddie, se preocupaba de mí, era algo nuevo para mí. Me sentía poderoso, me sentía amado y todo gracias a Bella.

Mi ama de llaves tenía razón, estaba distraído y no tenía que ver con estar recién despertando, no… lo que me pasaba es que… ¡estaba enamorado de Bella! Sonreí como estúpido al descubrirlo, pero una sensación tan fenomenal… ¡Nunca antes me había sentido así! Pero… cuando Bella me había dicho que me amaba, no había tenido la oportunidad de decirle que el sentimiento era mutuo y que yo también la amaba. Suspiré y susurré "Te amo, Bella". Reí. ¡Las palabras salieron de mi boca tan naturalmente!

Lo había decidido, le diría a Bella que la amaba. Y lo haría hoy. Me levanté renovado de la cama y me dirigí al baño, me lavé la cara con agua fría para borrar la sonrisa idiota que tenía e intenté arreglarme un poco el cabello. Suspiré y mirando mi propio reflejo, murmuré: "Te amo, Bella". Sonreí ampliamente. ¡Era tan fácil decirlo!

Me dirigí hacia mi cuarto aun sonriendo y apenas entré, noté a Bella sentada en mi cama, con la vista fija en mi laptop…

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