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VOLVIENDO A FORKS
- ¡Vaya! Yo también me alegro de verte, Edward- dijo Jasper sonriendo- ¿puedo pasar?- me hice un lado y después que entrara cerré la puerta- ¿Un cuarto para ti solo?- preguntó asombrado, era una regla de la universidad el tener que compartir habitación con alguien, aunque la versión oficial decía que servía para compartir con otras mentes brillantes, la verdad era que sólo era porque no había espacio suficiente para que cada estudiante tuviera su propia habitación.
- Quería estar solo, además toda mi vida he tenido mi propio cuarto, así que...- me encogí de hombros.
- Aunque yo quisiera estar solo, no podría... -Jasper entrecerró los ojos- ¿Esto es obra de tus padres, cierto?
- Sí, estaban tan emocionados de que siguiera sus pasos, que pensaron que lo mínimo que merecía, después que rechazara cambiar mi auto, era que tuviera un cuarto para mí- sonreí sin ganas.
- ¡¿Te ofrecieron cambiar el auto?!- exclamó, yo sólo asentí con la cabeza- ¿El que te regalaron para tu cumpleaños?- rodé los ojos y asentí de nuevo- ¡Pero si lo tienes hace menos de 3 meses!- suspiré exasperado.
- Basta ya, Jasper- le hice un gesto para que se sentara en mi sofá, mientras yo acercaba una silla- ¿qué estás haciendo acá?- pregunté sentándome- ¿Cómo supiste cuál era mi cuarto?
- Responderé primero tu segunda pregunta- se acomodó- Alice me contó que habías sido aceptado en Harvard y bueno... no me resultó difícil averiguar tu habitación- fruncí el ceño confundido- no sé si sabías, pero yo también estudio acá, exactamente acá no, no estudio leyes, estudio psicología, pero mi facultad está cerca y cuando me enteré que estarías acá, simplemente vine aquí y pregunté por ti en secretaría.
- ¿Y te dieron la información así de fácil?- pregunté, ¿no existía confidencialidad acá?
- Sé lo que estás pensando, pero no me costó obtener tu dirección solamente porque pertenezco a la universidad, bastó que me mostrara mi credencial y me dieron tus datos, ya sabes cómo son... - rodó los ojos- fomentan "compartir con otras mentes brillantes"- citó Jasper, no pude evitar reír.
- He oído eso antes.
- Si no lo hubieses hecho, no serías un estudiante de Harvard- sonrió levemente mientras veía su reloj- bien, Edward, no tenemos mucho tiempo, así que seré breve.
- ¿No tenemos mucho tiempo?- pregunté confundido.
- ¿Sabes qué día es hoy?- me contrapreguntó Jasper.
- Viernes...- respondí sin saber adónde quería llegar.
- Sí, Edward, es viernes- rodó los ojos- pero ¿sabes qué fecha es?
- Mm...-pensé durante unos segundos, antes de contestar, nunca estaba preocupado de esas cosas, simplemente me dedicaba a estudiar y olvidaba todo lo demás- es viernes...- abrí los ojos asombrado- doce... es viernes doce de septiembre... -murmuré.
- Exacto, mañana es su cumpleaños- dijo Jasper, teniendo el tacto suficiente para no mencionarsu nombre.
- Sigo sin entender qué estás haciendo acá...- dije después de unos instantes de silencio.
- Vine a buscarte.
- ¿A buscarme?- repetí.
- Sí, irás conmigo a Forks.
- ¿Contigo? ¿A Forks? ¿Por qué?- lo miré aturdido.
- Edward... - suspiró aburrido- ¿A qué crees que podríamos ir a Forks? Estoy empezando a cuestionarme qué haces en Harvard si te cuesta tanto entender las cosas más simples- rodó los ojos- de todas formas, Alice sabría que actuarías así -rió- y me pidió que te entregara esto- me tendió una hoja impresa- No confiaba en tu correo electrónico, así que lo mandó al mío para que yo lo imprimiera y te lo entregara.
Tomé la hoja y empecé a leer:
Estimado Edward:
Me hubiese gustado ir personalmente a buscarte, pero no podía faltar a la escuela justo hoy, sería demasiado sospechoso, así que decidí confiar esta misión tan importante a Jazz, dada la asombrosa coincidencia que asisten a la misma universidad.
Supongo que te habrá dicho que TIENES que venir a Forks con él y supongo también que te habrás preguntado: "¿A Forks? ¿Por qué?". Como sé que no vendrás si no te doy una razón poderosa para eso, te lo explicaré brevemente: como sabrás Bella está de cumpleaños mañana y dado que cumple su mayoría de edad, amerita una fiesta en grande. Y DEBES venir. Sé que me dirás: "Ella no quiere verme, Alice" y luego rodarás tus ojos, en ese gesto tan típico de ti. Pero no te preocupes, tengo todo arreglado, ella no te verá, pero tú sí la verás a ella y no tendrás que esconderte detrás de una pared. Parece imposible, pero nada es imposible para mí.
Así que, ordena tus cosas y ven, acá te explicaré el resto de mi brillante plan. No te hagas de rogar. Tú y yo sabemos (en realidad, todos saben) que quieres a ver Bella de nuevo.
Saludos,
Alice
P.D. Jasper es el mejor novio del mundo.
No pude evitar rodar los ojos cuando leí lo último. Era tan Alice.
-¿Y bien?- preguntó Jasper- ¿vendrás?
-¿Tengo otra opción?
- No- rió- ya conoces a Alice... es capaz de hacer cualquier cosa para que vayas a Forks y no quiero que se meta en líos por tu culpa, así que por favor, Edward, limítate a cooperar y nadie saldrá herido- enarqué una ceja y Jasper sonrió- he visto muchas películas de policía, me gusta esa línea, siempre había tenido de usarla- se encogió de hombros.
- Pasas demasiado tiempo con Emmett... -comenté mientras me ponía de pie y empezaba a ordenar mis cosas.
- No puedo evitarlo, es el novio de mi hermana y es hermano de mi novia... ¡vaya! ¡Qué confuso!- sacudió la cabeza.
- Maddie dice que parece la mafia italiana - reí.
- Sí y Alice es todo un capo de la mafia, a veces da miedo- Jasper se estremeció.
- Quién diría que le temes a esa enana... - me burlé mientras iba al baño en busca de mi cepillo de dientes.
- No le temo, Edward, es sólo que cree saber todo y lleva las cosas a niveles extremos cuando quiere algo.
- Sí, lo sé, recuerdo cuando...-empecé a decir cuando volvía a mi cuarto, pero la risa de Jasper me cortó- ¿Qué?
- Tú también crees saberlo todo, quizás sea un rasgo familiar...-se llevó un dedo a la barbilla- que claramente Emmett no heredó, pero...
- Estoy listo-lo interrumpí al tiempo que cerraba mi bolso y lo colocaba sobre mi hombro.
- Perfecto- dijo Jasper poniéndose de pie. Salimos de mi habitación y fuimos hasta la de él para recoger su bolso, antes de irnos al aeropuerto y tomar el vuelo que me llevaría de vuelta a Bella.
***
Emmett nos había ido a buscar al aeropuerto, así que ahora estaba sentado en el asiento trasero de su jeep mirando el paisaje, mientras él y Jasper conversaban animadamente.
- ¡Edward!- me llamó Emmett sin apartar la vista del camino- ¿qué tal la universidad? ¿qué has hecho?
- Todo bien- respondí cortante.
- Se nota -rió Emmett- te sugiero que vayas cambiando la cara, sino Alice...
- Está loca - me volteé a verlos y me crucé de brazos- no sé que estoy haciendo acá, debería estar en mi cuarto... solo... -murmuré enfurruñado.
- Alice no está loca - la defendió Jasper.
- Sí lo está, hasta yo sé eso- aportó Emmett- y no estudio psicología.
- Como sea- dijo Jasper después de suspirar hondo- tienes que aprovechar la oportunidad para arreglar las cosas con Bella.
- Ella no quiere verme- rodé los ojos.
- Eso no es cierto- soltó Emmett de pronto.
- ¿Ah no?- le pregunté levantando una ceja.
- Al menos eso lo que dice Alice- se encogió de hombros.
- ¿Qué es exactamente lo que dice?- preguntó Jasper y agradecí internamente por ello, porque en el fondo, aún quería tener la esperanza que Bella me perdonara.
- Dice que Bella le dijo a Edward, que le diera tiempo, que no es lo mismo a que no quiera verlo.
-¡Vaya, Alice es un genio!- exclamé irónicamente.
- Es suficiente, Edward- replicó molesto Jasper- ella tiene las mejores intenciones de ayudarte a mejorar las cosas.
- Lo hace por Bella, no por Edward- dijo Emmett.
- Ahora sí que me siento honrado- susurré volviendo mi vista hacia la ventana. Podía observar cómo lentamente se hacía visible la casa de los Cullen.
- Edward... entendemos que estés nervioso por volver, pero haz un esfuerzo por controlarte- me sugirió Jasper, mientras Emmett estacionaba su jeep.
- Además, papá y mamá están muy emocionados por verte y no merecen que se amarguen por tu mal humor, así que entrarás con tu mejor sonrisa y responderás todas sus preguntas sin chistar- me ordenó Emmett- ¿está claro?
- Como el cristal- suspiré apoyando la cabeza contra el asiento y llevando mi vista hacia el techo del jeep.
- No será mucho tiempo -me consoló Jasper- puedes decir que estás cansado del viaje.
- Y te creerían- agregó Emmett mientras abría la puerta- parece que no hubieras dormido en semanas- y se bajó del jeep.
- Tiene razón- siguió Jasper volteándose para verme con mayor detención- si fuera tú... diría que estrés - me guiñó un ojo y se bajó del auto.
- Sí, claro, estrés... - rodé los ojos.
- ¡Bájate!- gritó Emmett- ¡ven a buscar tus cosas!
- ¡Ya voy!- exclamé molesto y me bajé del jeep, cerrando la puerta bruscamente.
- ¡Ten cuidado!
- Lo siento- dije rápidamente.
- Mi jeep es inocente, no te desquites con él... - me reclamó Emmett mientras yo bajaba mi bolso y caminábamos hacia la puerta.
- ¿Dónde está Jasper?
- Adentro...- respondió desinteresado y continuó alegando al tiempo que colgaba las llaves - ¿te gustaría si yo hiciera lo mismo con tu auto?
- Ya te pedí disculpas, Emmett...- repliqué a punto de perder mi escasa paciencia, mientras dejaba mis cosas en el vestíbulo - si sigues...
- ¡Edward!- me llamó y me volteé a ver quien era.
- Alice...- sonreí forzadamente, por culpa de este demonio estaba acá.
- Qué bueno que hayas podido venir- me sonrió y enarqué una ceja, ¿tenía alguna posibilidad de negarme?, ella soltó una risita y agregó- te hemos extrañado tanto- y corrió a abrazarme. Le di unas suaves palmadas en la espalda y fui a saludar a los demás.
Después de conversar, en mi opinión, tiempo suficiente, me excusé diciendo que estaba cansado del viaje, notando cómo Jasper me sonreía burlón.
- ¡Qué rápido pasa el tiempo!- exclamó Carlisle, poniéndose de pie. Rosalie miró a Jasper, quien asintió con la cabeza y comentó:
- Es hora que vayamos a casa.
- Los acompaño a la puerta- dijo Carlisle, mientras Emmett tomaba de la mano a Rosalie.
- Jasper, no... -gimió Alice.
- Mis padres quieren ver a su hijo también- le sonrió Rosalie- buenas noches- y salió con Emmett.
- Hasta mañana - se despidió Jasper y caminó hacia la puerta, mientras Alice se colgaba de su brazo y dificultaba su andar.
- Es una exagerada- murmuré negando con la cabeza.
- Extraña a Jasper- dijo Esme a mis espaldas y me giré hacia ella- vamos, te acompañaré a tu cuarto- asentí y fui a buscar mis cosas que aún seguían en el vestíbulo.
Subimos las escaleras en silencio, el que fue roto cuando Esme abrió la puerta de mi antigua habitación, encendió las luces y dijo:
- Está tal como la dejaste- me sonrió dulcemente y me cedió el paso para que entrara con mis bolsos.
- Gracias- le devolví la sonrisa lo mejor que pude. No pude evitar recordar las palabras que me había dicho Emmett cuando llegamos: "...así que entrarás con tu mejor sonrisa..."
- No hay de qué, descansa, cariño- se despidió y salió del cuarto.
Dejé mi bolso en el suelo y después de ponerme pijama y lavarme los dientes, me senté sobre la cama, mientras observaba mi entorno, Esme tenía razón, la habitación seguía igual a cómo la dejé. Cerré los ojos y dejé caer mi cabeza sobre la almohada, mientras esperaba que si algo hubiese cambiado en estas semanas, fuera la opinión que Bella tenía sobre mí. Con este último pensamiento, me hundí en un profundo sueño.
***
El sábado me desperté temprano y después de ducharme, bajé a desayunar.
- Buenos días - saludé a Esme y Alice, que conversaban mientras ésta última le mostraba un montón de papeles.
- Buenos días- me sonrió mi tía, levantando la cabeza- siéntate, ya te sirvo...
- No es necesario, puedo hacerlo yo mismo- respondí, era obvio que lo que estaba escrito en esas hojas era importante y no quería distraerlas.
- Eres nuestro invitado- me dijo Esme, pareciendo aliviada de dejar a Alice- yo lo haré.
- Está bien- me resigné y me senté en la mesa.
- Buenos días, Edward- me saludó Alice demasiado alegre.
- Hola... - enfocando mi vista en el plato de cereales que Esme ponía frente a mí- Gracias
- De nada- y salió de la cocina, sea lo que sea que tramara Alice no era bueno si su propia madre huía de ella.
- Hoy nos espera una larga jornada- empezó a decir.
- ¿Nos?- pregunté comiendo una cucharada de mi cereal.
- Sí, tenemos mucho por hacer. Es una bendición que hayas despertado a esta hora, porque tengo tiempo suficiente para explicarte mi plan.
- Te escucho- contesté, aunque estaba seguro que si me negaba, Alice me lo contaría igual.
- Hoy es la fiesta de Bella y será de disfraces -¿Disfraces? ¡No tenía disfraz!, solté la cuchara y cayó estrepitosamente en el piso.
- Pero como te dije, no tienes que preocuparte por eso- me aseguró mientras se levantaba y me traía otra cuchara.
- Gracias, ¿Ah no?- pregunté dudoso y me agaché a recoger la cuchara.
- No, tu disfraz está listo- levanté las cejas asombrado- te dije que tenía todo arreglado- respondió sentándose nuevamente.
- ¿Y de qué se supone que me disfrazaré?
- Del Fantasma de la Ópera- respondió.
- Sí, claro- susurré irónico y me metí otra cucharada de cereal a la boca. Esperé la risa de Alice, pero nunca la oí, pasé mi vista desde mi plato hacia su rostro serio- ¿de verdad?
- De verdad, verás... -ella se acomodó en su silla- si queremos que tú la veas a ella y ella no te vea a ti... tienes que tener un disfraz que te oculté el rostro. Inicialmente pensé en El Zorro- me tensé en mi asiento- pero con el antifaz destacarían demasiado tus ojos y... no creo que estés dispuesto a usar lentes de contacto... -negué con la cabeza mientras terminaba mi desayuno- además El Zorro es un personaje muy... cómo decirlo, apasionado y no nos sería de ayuda en este caso. Así que opté por el Fantasma de la Ópera, que es mucho más romántico- sonrió y miró las hojas que tenía frente a ella.
- Pero hay un problema...
- ¿Cuál?- preguntó frunciendo el ceño.
- La máscara del Fantasma oculta sólo la mitad del rostro, bueno, El Zorro también aunque oculta la mitad superior...
- Edward, Edward, Edward... -me interrumpió Alice sonriendo, si eso era posible, aún más.
- ¿Qué?
- Ya pensé en eso también, me insulta que me tengas tan poca confianza.
- ¿Y?- pregunté molesto.
- La forma que tiene la máscara, provoca un efecto especial- al ver mi cara de aturdimiento, siguió- confunde tus facciones, las tuyas son bastante cuadradas, pero la máscara hará que parezcan más redondas y además será un poco más larga de la original...
- Ya veo- murmuré sonriendo.
- Una vez que solucioné eso, quedaban otros 2 problemas- abrí la boca para preguntar cuáles eran, pero Alice no me dio tiempo para hacerlo- Tu cabello y tus ojos. Tienes un color bastante inusual de cabello, ¿sabías? Te peinarás con todo el cabello hacia atrás y las luces que pondremos harán que sea imposible saber cuál es su verdadero color. Y con tus ojos pasará lo mismo. Bella no sabrá que eres tú.
- Pensaste en todo- le dije asombrado.
- Por supuesto, tu único trabajo es hacer que Bella quiera estar contigo toda la noche y asegurarte de actuar de tal forma, que ella se acuerde de ti, sin saber que eres tú.
- Suena fácil- le respondí irónicamente, pero Alice no lo notó.
- Ahora, ve a despertar a Emmett- miró su reloj- los quiero fuera antes de las doce.
- ¿Por qué?
- Porque Bella llegará después de almuerzo y no puede saber que estás acá.
- ¡¿Y dónde diablos quieres que vaya?!- le grité molesto.
- En la casa de Jasper. ¡Vamos, muévete!-me ordenó.
- ¡Ya voy! - exclamé furioso y subí a despertar a Emmett. Después de tener que soportar sus quejas por haberlo despertado a "esta hora tan inhumana de mañana" mientras desayunaba, nos dirigimos a la casa de los Hale y pasamos el resto del día ahí, hasta que fue hora de volver y enfrentar lo inevitable: Bella.
***
Apenas llegamos donde los Cullen, Jasper llamó a Alice para informarle que estábamos afuera.
- Alice dice que nos espera junto a las escaleras- Emmett y yo asentimos con la cabeza y entramos a la casa.
Después de besar a Jasper, Alice le susurró algo en el oído y él y Emmett desaparecieron de vista.
- Es increíble cómo cambias, Edward- rió- nunca pensé que peinarte de otra forma, te haría lucir tan distinto- sacudió la cabeza levemente- pero eso no importa ahora. Bella está allí- me indicó una silueta con destellos luminosos que estaba de pie junto a una columna- asegúrate de cambiar un poco tu voz y… disfruta tu noche – me sonrió antes de perderse entre la gente, tarea nada difícil considerando un escasa estatura.
Caminé hacia Bella y cuando estuve lo suficientemente cerca de ella, le hablé:
- ¿Me concede esta pieza, señorita?- pregunté con voz grave.
- Oh…- miró ella a todos lados confundida. No pude evitar sonreír, seguía con su baja auto-estima, después de recuperarse me contestó: -c-claro… - la tomé de la mano, ignorando el sentimiento de completitud que me invadía al poder tenerla de nuevo cerca de mí y la guié hacia la pista de baile.
- Soy Bella- se presentó- ¿cómo te llamas?- preguntó mientras me miraba. Un escalofrío recorrió mi espalda temiendo que ella descubriera quien soy.
- Esta noche soy Erik Destler- le sonreí y tomé su mano para depositar un suave beso en ella.
- ¿Ese es el verdadero nombre del Fantasma de la Ópera, cierto?
- Cierto- le contesté mientras empezábamos a movernos al ritmo de la música.
- No quiero parecer descortés, pero ¿de qué estás disfrazada?- le pregunté, su vestido era blanco y tenía numerosos brillantes en él, haciendo que destacara por encima de cualquier otro disfraz.
- Fue idea de Alice- rió y calló durante unos segundos- Alice Cullen, la dueña de esta casa, ¿la conoces?
- Sí, ella fue la que me invitó- dije sinceramente.
- Bueno, ella fue la que eligió mi disfraz. Según ella, soy la Princesa de Hielo.
- ¿Princesa de Hielo?- pregunté confundido- ¿Existe?
- No tengo idea- volvió a reír- pero ella dijo que tenía que destacarme por encima de todos, porque sino ¿cómo sabrían que yo era la cumpleañera?- se encogió de hombros.
- Logró su objetivo, apenas crucé por la puerta, fuiste la primera persona que llamó mi atención.
- Genial- dijo irónica y rodó los ojos. Sonreí. Seguía sin gustarle ser el centro de atención.
- No te enojes con ella, seguro que tenía buenas intenciones. Además… -bajé la voz cuando la música cambió a una melodía más lenta, levanté brevemente la vista y vi cómo Alice conversaba con el DJ. Hice una nota mental para agradecerle después. Coloqué mis manos en la cintura de Bella mientras ella rodeaba mi cuello con sus brazos- te ves preciosa hoy, por cierto… feliz cumpleaños- le susurré en el oído con voz ronca y pude notar cómo se estremecía. Al parecer seguía teniendo ese efecto sobre ella, aunque no supiera quién era yo realmente. Satisfecho con este descubrimiento, apoyé mi barbilla en su cabeza y me dediqué a disfrutar el resto de la noche. Pero todo era demasiado perfecto para que durara eternamente…
- La pasé muy bien hoy, Erik- dijo Bella mientras ambos estábamos sentados en las escaleras.
- Yo también, nunca pensé encontrar a una princesa aquí…
- Eres un seductor- rió.
- No es verdad- reí con ella.
- Debes tener a muchas chicas enamoradas de ti…
- No lo creo…- fijé mi vista en el interesante suelo.
- ¿Por qué no? Eres guapo…
- ¿Guapo? – la interrumpí- ¿cómo puedes estar tan segura? Quizás debajo de esta máscara, sí tengo el rostro desfigurado- dije en tono grave, ella me miró seria unos instantes y luego se largó a reír.
- Sí, claro… ¿por qué no te la sacas y lo comprobamos?- sugirió astutamente.
- No, arruinaríamos la magia del momento- sonreí torcidamente.
- Buen punto- accedió ella- pero olvidando que seas guapo o no, eres divertido e inteligente- dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
- Si fuera cierto o no, no me importaría- sonreí tristemente.
- ¿Por qué no? – preguntó en tono suave.
- Porque sólo me interesa una sola chica… -susurré.
- Oh… -dijo simplemente y después de unos minutos de silencio agregó: me pasa algo parecido…
- ¿Qué? ¿Tienes muchos detrás de ti?- pregunté en tono de broma, aunque internamente me moría por saber la respuesta.
- No es eso- rió. "¿No es eso?" ¿Qué significa eso? ¿Por qué evadió mi pregunta? Iba a repetirla cuando ella siguió hablando- es sólo que… sólo me interesa un chico…-me tensé, ¿habría otro? ¿ella me había olvidado tan rápido? No, no debía ser eso, sino Alice no me habría obligado a venir…
- ¿Y? ¿Él no te corresponde?- pregunté aparentando un interés cortés.
- No es eso- repitió ella.
- ¿Entonces?-pregunté algo impaciente. Odiaba tener que preguntar tanto, pero ella no facilitaba las cosas.
- Es complicado- respondió ella mientras movía nerviosamente las manos. No pude evitar los ojos. ¡Dios mío! ¿Por qué no podía responder lo que quería saber de una maldita vez? Cerré los ojos y conté hasta tres antes de volver abrirlos y decir:
- Entiendo que no quieras hablar de ello, debe ser un tema sensible para ti- quise agregar "aunque por muy sensible que sea el tema, igual me gustaría que me dieras una respuesta directa que saciara mi curiosidad"
- Eres un gran chico, Erik- me dijo dándome una suave palmada en el brazo- lo que sea que haya pasado con esa chica, se solucionará, ya verás- me sonrió. No pude evitar sonreír, aunque por la ironía de la situación, Bella no tenía ni idea que mi felicidad dependía exclusivamente de ella.
- Gracias- respondí.
- ¡Bella!- gritó Jasper mientras se nos acercaba.
- Hola- le sonrió.
- Veo que conociste a Erik- afortunadamente, con Jasper nos habíamos puesto de acuerdo en quién sería yo, para evitar ser descubiertos.
- ¿Se conocen?- preguntó Bella confundida- pensé que Alice te había invitado- dijo mirándome.
- Erik es un amigo de la universidad- respondió Jasper en tono seguro. Sonreí contento. Habíamos acordado decir que éramos amigos y no compañeros, para evitar tener que mentir tanto- y como él, no tenía planes para el fin de semana… -sonreí nuevamente, esto seguía siendo cierto- Alice me dijo que lo invitara para que se divirtiera un rato- Le guiñé el ojo, que no estaba oculto bajo la máscara, a Jasper.
- Y Alice no acepta un no como respuesta, así que… heme aquí- respondí encogiéndome de hombros. Todos nos reímos.
- ¿Y de qué hablaban?- preguntó Jasper.
- Estábamos conversando de la vida… - respondí.
- Oh, ya veo- dijo Jasper asintiendo con la cabeza- pero… lamento interrumpir su interesante charla…
- ¿Es hora de irnos?- pregunté.
- Sí, mañana nos espera un largo viaje- contestó Jasper- lo siento, Bella…
- No te preocupes- nos sonrió. Me levanté y le extendí mi mano para ayudarla a ponerse de pie.
- Gracias.
- No hay de qué-le aseguré- Fue un verdadero placer compartir esta noche contigo, Bella- besé su mano nuevamente mientras tomaba una rosa que Jasper me pasaba disimuladamente por detrás- Buenas noches, princesa- y le entregué la flor.
- Muchas gracias- rió avergonzada. Incliné mi cabeza como gesto de despedida y me aparté para que Jasper se despidiera de Bella, la guiara rumbo al vestíbulo y la distrajera el tiempo suficiente para que yo pudiera escabullirme escaleras arriba hacia mi cuarto.
***
- ¡EDWARD!- gritó Alice mientras entraba a mi habitación.
- Hola-le contesté malhumorado. Al recordar que hoy volvía a Cambridge, tal cual como había vuelto, sin ningún avance en lo referente a Bella, se me olvidó toda la gratitud que sentí anoche hacia Alice.
- ¡Vaya! Alguien amaneció mal genio…- rió ella.
- ¿Y cómo quieres que amaneciera, Alice?- le espeté furioso-¡Dijiste que me ayudarías a arreglar las cosas con Bella y hoy me iré de aquí, exactamente igual a cómo llegué!
- No me grites, escucho perfectamente bien- dijo ella duramente- además esta es sólo la primera fase de mi plan.
- ¿Primera fase? ¿Y qué sigue después? ¿Más fiestas? ¿Más misterios?
- No seas impaciente, te dije que te ayudaría y eso estoy haciendo, pero no me digas que ¿realmente esperabas que Bella viniera acá hoy y todo se arreglara?- me estudió unos segundos y suspiró molesta- sí lo esperabas… ¡Por Dios, Edward! Las cosas requieren tiempo…
- ¿Más tiempo?- pregunté al borde del colapso- ¿Quieres que espere toda la vida?
- No seas exagerado- rodó los ojos-un par de semanas bastarán- me dijo tranquila.
- Un par de semanas… -murmuré incrédulo.
- Ya verás como todo se solucionará, Edward- me tranquilizó.
- ¿Cómo puedes estar tan segura? No lo sé, Alice…
- Vamos, Edward, ten confianza- me aconsejó.
- Es que no entiendo cómo puedes estar tan segura de que todo va a funcionar
- Porque si no supiera que todo saldrá bien… me dejaría de llamar Mary Alice Cullen- me dijo en tono serio.
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