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Capitulo 3.- Alborotando el gallinero
Rosalie
pvo
-hola, yo soy Dimitri, mis compañero de cuarto
Alec y Félix, estamos en el cuarto no.1- se acerco un tipo enorme, cabello
negro quebrado, ojos grises, muy atractivo.
El tal Alec y Félix son más pequeños de
estatura, el cabello lacio y negro también, ojos cafés, lindos, pero no guapos.
-hola, somos Alice, Bella y Rosalie, estamos
en el no. 4- conteste.
-soy Sam, ellos son Eleazar y Benjamín,
estamos en el cuarto no. 2- sendos machotes, musculosos pero no tan grandes
como Dimitri, Sam es moreno canela, guapísimo, marcadito de los brazos, ojos
casi negros, cabellos ondulado corto.
Los otros dos, son de tez más clara, cabello
castaño, muy lindos. Puro chico guapo. Lástima que son criminales, como
nosotras.
-nosotras somos Carmen, María y Leah- dijeron
otras chicas –estamos en el no. 1- la primera morena clara, cabello lacio
castaño oscuro, ojos grises, fríos completamente, la segunda rubia de cabello
ondulado, ojos azules con gris o algo así, la ultima de tez morena clara,
cabellos lacio, ojos cafés, nada especial.
-nosotras estamos en el 3, mi nombre en Kate,
ella es Irina y Tania- dijo otra acercándose con su grupo.
Las tres rubias aunque en diferentes tonos,
ojos grises las dos primeras y azules la ultima, ¿serán hermanas? Se parecen
bastante. O tal vez es porque usan el mismo tono de brillo labial.
-yo soy Laurent, mis compañeros Cayo y Marco-
dijeron los últimos.
Los mire seriamente. El primero es moreno con
ganas, usa el pelo largo, de color castaño casi negro, ojos del mismo tono, los
otros dos son blancos, tanto que parece que nunca se asoman al sol. Ojos cafés
casi negros. O eso me pareció, no hacían mucho contacto visual.
-hum ¿no se supone que somos 24? faltan tres-
dije mirando a Esme quien estaba cerca.
-faltan los chicos Cullen, los sobrinos de
Carlisle, aun no los… aun no llegan- se corrigió.
-bueno a comer- dijo el enorme profesor que tenemos
de taller.
Y qué guapo es, cabello negro corto,
musculoso, sonrisa amplia. Perfecto.
-¿te sientes bien Alice?- pregunte cuando su
mirada cambio.
-sí, es solo que se me olvido que día es hoy…-
carajo.
-cariño, lo siento yo también lo olvide,
¿quieres que digamos una oración en nuestra recamara?- sugirió Bella.
-si eso me gustaría-
-Esme ¿podemos retirarnos un momento? no
tardaremos más de media hora- pedí.
-si claro, pero no tarden más, las esperaremos
para comer-
-gracias, vamos Chicas-
Subimos corriendo, entramos y como siempre nos
arrodillamos juntas, en el espacio más grande de la habitación, rezamos por el
eterno descanso de la tía Carmen y de paso por los padres de Bella y mi madre.
No tomo mucho tiempo, era más una plegaria silenciosa por las perdidas. Unos
minutos pidiendo, sintiendo. Nada más. No había lágrimas, eso es para débiles.
Según Bella.
-bien, tengo hambre- dijo Alice más animada.
La tarde se nos pasó entre pláticas, bromas,
risas, parecían ser agradables, aunque enseguida supimos que el grupito de
Carmen nos daría problemas y de Laurent y sus amigos no eran compañía
agradable. También supimos que Irina, Tanía y Kate serían buenas compañeras, y Dimitri con compañía serían buenas amistades.
Es el primer día del resto de nuestras vidas, de esto depende tener un futuro
que no nos avergüence. Si logramos evitar ser como somos…
-chicas lo que pidieron están en sus
recamaras, los uniformes los entregaremos mañana. Es tarde, vayan a descansar.
Buenas noches- se despidió Esme acompañándonos al bloque que ocupa nuestra
recamara.
Apenas cruzamos la puerta nos lanzamos sobre
los paquetes. Todos rotulados con nuestros nombres.
-les dije que tenía gusto, esta lencería es cómoda, aunque no sé si el
algodón sea mi favorito- dijo Bella.
Mirando la ropa interior, mismo modelo en
diferentes colores, los nombres venían bordados.
-y ya vieron que las blusas son las mismas y
los jeans también. Parece que es una especie de uniforme, esperan aquí viene
una lista de instrucciones- dijo Bella sacando la hoja de la bolsa.
“queridas
niñas:
Sé que no
es lo que pidieron, pero como somos no lucrativos y dependemos del gobierno
esta será su ropa del diario, las blusas podrán usarlas como prefieran pero deberá
ser una por día, para las clases usaran uniformes, para la clase de deporte que
será dos veces por semana usaran otro uniforme, así que como verán no
necesitaran tantos cambios. Los fines de semana serán libres de usar lo que
quieran. Los zapatos están bajo sus camas.
Posdata:
Alice en el segundo cajón esta lo que pediste. Rosalie busca en el primero del
tocador ¿Bella y tu?
Esme”
-sí, es uniforme, bueno se ve mejor que el del
reclusorio- dijo Alice colgando las blusas, había en morado, azul cielo, rosa,
amarillo, verde limón, gris y una en anaranjado.
Los jeans son en azul suave y el otro azul
intenso.
-me gustan los zapatos, se ven cómodos- dije
probándome los míos, son sencillos, sin tacón con un lazo en la parte del
frente, en negro.
-me gustan los tenis- dijo Alice.
Sacándolos, eran negros, sin adornos, tipo
Converse. Genial.
-¿no revisaras tu maquinita?- pregunte al
duende.
-no, mañana, pondré algo de estilo a esas
blusas y quizá algo a los jeans. Buenas noches- se giro, apago su lámpara y se
perdió.
-¿de dónde crees que sacan el dinero para lo
que no es reglamentario?- pregunte señalando la ubicación de la dichosa
maquinita.
-no tengo idea, pero mañana pregunto, buenas
noches rubia- dijo Bella perdiéndose también al momento.
Me acosté pensando en lo que nos esperaba al
día siguiente y los próximos dos años. Mientras estuviera con ellas, nada
estaría mal. Bueno, hipotéticamente hablando.
-Buenos días, su uniformes chicas- dijo Esme
entrando después de tocar.
Apenas estaba saliendo del baño. Se retiro
nada más dejarlos.
-no usare esto, es horrible, el color puedo
soportarlo pero el modelito no- me queje en cuanto vi el uniforme.
No suelo ser esclava de la moda pero esto es
una aberración.
Una prenda tipo overol con la falda hasta
debajo de la rodilla en tela suave color rosado y unas playeras blancas de
cuello redondo, completamente fuera de moda.
-lo arreglaremos fácil, necesitamos aguja,
hilo, incrustaciones y unas cuentas brillantes, tengo todo menos las tijeras-
dijo Alice.
La reina de la moda. Saliendo del tocador con
la dichosa y famosa maquinita.
-yo las consigo- dijo Bella.
Salió un momento después.
-hare el diseño del mío- dije tomando un
marcador.
Trace en la parte de adelante unas líneas
dejando solo los tirantes originales y alargándolo hasta la cintura, quitaría
todo lo del centro, en la parte de atrás haría lo mismo. Marque la falda hasta
la mitad de las piernas, marque los costados hasta la cadera.
-puedes hacer lo mismo con el mío y el de
Bella, ¿Qué te parece si hacemos los uniformes iguales y solo decoramos
diferente?- pido Alice.
Para cuando termine Bella aun no regresaba.
Unos minutos después entro con las tijeras.
Bella pov.
Salí en busca de unas dichosas tijeras.
Pregunte entre las compañeras excepto a Carmen y su grupo, me dirigí hacia la
dirección, Carlisle tendría. Toque suavemente la puerta y espere me dejara
entrar.
-adelante- escuche.
-hola Carlisle, ¿tendrás unas tijeras que me
prestes?- pregunte mirando a los tres hombres ahí sentados.
Bueno jóvenes es una mejor descripción, apenas
los mire sin reparar en ninguno de los dos primeros hasta que llegue al último,
sus ojos me atraparon por un segundo de más. Todos están con cara de fastidio y
apenas sentados, más bien acostados en las sillas.
Uno es enorme, apenas más grande que Dimitri,
cabello negro muy cortito, justo como a la rubia le gustan, el otro rubio con
cara de sufrimiento, Alice moriría por hacerlo feliz, es su tipo. Pero el
último. Dios, el ultimo es guapísimo, Señor apiádate de mí, no solo sus
maravillosos ojos verdes, es perfecto.
-¿tijeras Bella?- pregunto Carlisle llamando
mi atención.
Me situé junto al escritorio dando la espalda
a los chicos, me distraerían esos ojos verdes y sus labios rojos.
-no te preocupes, no matare a nadie- dije en
broma, medio riendo medio sarcástica.
Carlisle se puso serio y levanto la ceja. No
le gusto mi broma. Nota mental no hacerlo de nuevo.
-¿para que las quieres? -Pregunto sacándolas
de un cajón con llave.
-las chicas y yo queremos cortar los jeans que
trajimos, haremos Bolsas con lo que sobre, ya sabes para las clases- mentí sin
mirarlo directamente a los ojos.
Mientras cambia el peso de una pierna a otra
repetidas veces mostrando inocencia, fingiéndola.
-una hora, te las prestare una hora- aseguro.
-bien una hora, gracias- dije no sin antes
mirar a los chicos de nuevo, sobre todo esos ojos verdes.
Regrese rápidamente logre conseguir agujas y
algo de hilo en rosa, en caso que Alice no tuviera.
-ya tengo las tijeras, genial ya los marcaste,
me gusta el estilo- dije cuando vi los trazos de marcador.
Cortamos la parte de arriba mientras Alice
costuraba a mano los dobles y Rosalie preparaba las cuentas, al parecer solo usaríamos
la misma moda arriba en todos los uniformes.
Corte mi falda a mitad de la pierna y
reutilice esa tela, corte de manera vertical la falda desde la orilla hasta la
cadera y costure unas franjas adelante y dos atrás, cada franja tenía cuatro
dobleces pequeños. En las partes lisas coloque cuentas brillantes de colores.
Para el de Alice use tachuelas en negro y para el de Rosalie cuentas en blanco.
Bordamos las iniciales en hilo negro
Alice cortó su falda con pequeñas aberturas a
los costados y coloco tablones para que se ampliara. Coloco cuentas de colores
en las orillas. Pedí que hiciera lo mismo con el otro uniforme que me quedaba y
cambie las cuentas de colores por unas tachuelas en morado. Rosalie tenía uno
igual con aplicaciones en pedrería incrustada, de colores. De nuevo las
iniciales en piedras brillantes diminutas.
Rosalie cortó los costados hasta la cintura y
con la tela que sobro hizo extensiones de manera que parecían dos pedazos de
tela sobreponiéndose, coloco tachuelas en Rosa fucsia en la orilla. En la mía
formo una B en cuentas brillosas moradas y en la de Alice puso una A en cuentas
negras. Su inicial esta en piedritas de colores.
-estamos listas, vayamos a comer- dijo cuando
sonó la campana que anunciaba el almuerzo.
Apenas llegamos al comedor, vi a los chicos de
la oficina. Por algún motivo no les mencione a mis amigas que los vi antes. Nos
sentamos por casualidad en la misma mesa, cada una está diseñada para 6
personas, excepto la de profesores que es para ocho.
-hola, ¿son nuevos?- pregunto Alice mirado al
dueño de mis ojos, digo de los ojos verdes.
-sí, apenas entramos hoy- contesto el enorme
–soy Emmet Cullen, mis hermanos Jasper y Edward- agrego mientras los otros
levantaban la mano al ser nombrados.
-soy Alice, Rosalie y Bella- presento mientras
sonreíamos al ser mencionadas.
-Bella, ¿saldrás conmigo este fin de semana?-
pregunto Dimitri.
-no, este fin de semana no saldremos, nos
falta un mes pero si te portas bien y lo pides apropiadamente, quizá te diga
que sí- respondí girándome para verlo.
-no seas mala me romperás el corazón, di que
sí- dijo abrazándome, grave error.
-te romperé la cara si no me sueltas ahora-
conteste muy seria.
-lo siento no quise molestarte- dijo el tipo
separándose.
-Bella eso fue…- empezó Alice
-no quiero oírlo- dije a mi prima.
-Quiero postre- dijo Rosalie cambiando de
tema.
Como siempre.
A pesar que los chicos Cullen se veían
agradables no hicieron por platicar más que entre ellos, por lo que un rato
después nosotras platicábamos con los demás, dándoles la espalda.
-¿conmigo si saldrás Rosalie?- pregunto Félix
-sí, saldré contigo en cuanto se pueda-
respondió la otra buscando novio.
Loca.
-¿y tu Alice, te animas para ir al cine
conmigo?- pregunto Alec.
Asintió rápidamente, vi regresar a Dimitri.
-Bella discúlpame, no quise ofenderte hace
rato, ¿aceptarías salir conmigo?- pregunto de nuevo con cara de arrepentimiento.
-sí, pero no te equivoques, solo amigos, no me
interesan los hombres- dije sin pensar.
Él regreso a su lugar. Los murmullos
empezaron, algunas risas, y silbidos no esperaron. Sonreí cuando entendí lo que
todos parecieron pensar. Tonta.
-¿Cuándo dices que no te interesan te refieres
a que no te gustan en general o que por ahora no te interesa tener pareja?-
pregunto Sam desde el otro lado del lugar.
Todo el salón se quedo en silencio. Incluso mis
amigas me miraban. Me levante despacio y camine hasta Dimitri. Lo mire
seriamente, me incline despacio hasta besarlo, no suavemente sino con ganas.
Como hacía mucho no besaba a nadie. No sentí gran cosa. Ok, no sentí nada. Pero
no era en él en quien pensaba.
-Bella, basta-me pidió Carlisle con voz serena
pero autoritaria.
-disculpa Carlisle, trataba de mostrar un
punto- dije antes de salir del comedor.
Subí directamente a nuestra recamara. No podía
dejar fuera de mi cabeza esos ojos verdes, me gustan demasiado, ¿los ojos
solamente? No, todo él, al menos físicamente, se ve genial en esa camisa de
cuadros, sus jeans, hasta su tenis de marca, ese aire de descuido que lo rodea.
Labios rojos.
Mientras besaba a Dimitri me imagine por un
momento besando esos labios, me encendí solo de imaginarlo, gracias a Dios
Carlisle me detuvo o habría hecho algo peor. Su mirada había estado en mí casi
todo el tiempo, excepto cuando hablaba con sus hermanos, pude sentirlo. Pero
eso no significa que sea algo para tomarse en serio.
Después de todo con Embry había sido igual y
termine con el corazón roto.
No, lo mejor sería mantener la distancia tanto
como pudiera, por mi propia seguridad. Aunque mirarlo no me hará daño.
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