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Me dirigí hacia mi cuarto aun sonriendo y apenas entré, noté a Bella sentada en mi cama, con la vista fija en mi laptop…
- Bella… -susurré con el pánico reflejado en mi voz. Me acerqué rápidamente hacia ella y la tomé del brazo, pero Bella se soltó bruscamente de mi agarre- Bella… déjame explicarte, por favor, no es lo que tú…
- Ficha número 77- me interrumpió.
- Bella, por favor- insistí.
- 77… - repetía ella como si estuviera en trance- 77… 77…
- Bella- tomé su rostro entre mis manos- mírame- sus ojos estaban perdidos en algún lado- Bella…- repetí su nombre. Esta vez ella me miró y su expresión herida hizo que me dieran ganas de volver el tiempo hacia atrás y haber borrado las fichas antes. Si no hubiese ido al baño, habría notado cuando Bella hubiese entrado a mi cuarto, habría cerrado el laptop y después cuando ella se fuera, habría borrado las fichas y seguiría siendo feliz con ella, pero no. Bella continuaba mirándome fijamente sin decir palabra alguna. La tomé por los hombros y la sacudí para que reaccionara- Bella… ¡Háblame!- le supliqué. Ella me miró durante un tiempo interminable y podía notar cómo sus ojos se volvían más y más brillantes. Diablos. ¡Estaba llorando por mi culpa!- No llores, Bella, por favor, déjame explicarte…- pero ella se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta. Corrí hacia ella y la tomé por el brazo.
- Suéltame- dijo duramente.
- Bella…- repetí su nombre nuevamente.
- Suéltame…- contestó y me miró con expresión fría. Solté su brazo y ella se fue sin volverse a mirarme siquiera. Cerré la puerta de la habitación y me dirigí hacia la cama, donde el laptop continuaba prendido mostrando:
FICHA N°77: ISABELLA MARIE SWAN
Sobrenombres: Bella (es el que ella prefiere) y Bells (la llaman así, su padre y Jacob Black)
Primer encuentro: 06 de Julio (Primer día en Forks). Casa de los Cullen.
Familia: Charlie Swan y Reneé Higginbotham Dwyer. Sus padres se casaron muy jóvenes, pero su matrimonio duró poco, se divorciaron cuando Bella tenía seis meses de edad. Vivió con Reneé en California hasta los cinco años, luego se mudaron a Arizona. Su madre se casó de nuevo con Phil Dwyer, un jugador de beisbol, que actualmente se dedica a entrenar ligas menores, mientras que ella es profesora. Ambos viven en Phoenix, Arizona. Por otro lado, Charlie Swan, su padre es Jefe de la Policía Local y suele ir a pescar con su amigo, Billy Black, padre de Jacob, el mejor amigo de Bella.
Fecha de cumpleaños: 13 de septiembre.
Personalidad: Baja autoestima, cree que sus ojos y cabellos castaños son demasiado comunes para que alguien se fije en ella. Se pone nerviosa cuando está con alguien a quien no conoce y se muestra como una persona seria y de pocas palabras. No conoce el egoísmo, prioriza las necesidades de los demás por sobre las de ella. Se sonroja con demasiada facilidad cada vez que se avergüenza. Llora por dos motivos: ira y tristeza. Se incomoda cuando alguien se preocupa de ella, ya que está acostumbrada a cuidar de su errática madre.
Tics nerviosos: Frunce el ceño cuando piensa demasiado en una cosa. Se muerde el labio o agacha la vista cuando le da vergüenza decir algo. Mueve las manos cuando miente.
Mejor amiga: Alice Cullen, asisten juntas al colegio.
Mejor amigo: Jacob Black (Jake para Bella). Lo conoció por Charlie Swan, su padre, quien mantiene una larga amistad con Billy Black.
Gustos e Intereses: Lectura, su libro favorito es Cumbres Borrascosas, aunque tiene cierta preferencia por las obras de Jane Austen. No tiene especial interés por la música, pero disfruta oyendo la clásica, dentro de sus compositores favoritos se encuentran Debussy y Chopin. No le gustan los deportes ni ver televisión. Disfruta caminar por los alrededores. No le gusta el frío ni la humedad, pero aún así decidió mudarse a Forks para vivir durante un periodo de tiempo con su padre, así su madre podría acompañar a Phil (su esposo) durante sus viajes.
Rimas utilizadas de Gustavo Adolfo Bécquer: 16,17, 22,23, 24, 27, 32, 38, 46, 57
Primera Cita: 08/Julio: "Al tomar un desvío de la carretera, dimos con una playa desconocida, decidimos ir a explorarla, fuimos tomados de la mano y observamos las estrellas. Después caminamos por la orilla, le di un breve beso en los labios, al ver su dulce expresión, la besé nuevamente y ella me respondió apasionadamente y el choque de unas olas hizo que terminamos cayéndonos al agua. Después de besarnos largo rato, con nuestras manos entrelazadas fuimos de vuelta al auto. Ella me dio luego, un beso en la mejilla y al despedirnos, le di un beso en la comisura de los labios"
Amenazas: Jacob Black, bajo la apariencia de mejor amigo, esconde sus intenciones amorosas. No disimula el hecho que busca acaparar toda la atención de Bella mostrando sus relucientes dientes y se vale del recurso de "¿recuerdas esa vez cuando…?" para acentuar el hecho que él conoce a Bella durante más tiempo y ha compartido más momentos con ella.
***
- ¡Edward Anthony Masen!- gritó Alice apenas entró a mi cuarto.
- Alice, vete ya- gruñí mientras me tapaba la cara con la almohada.
- No me iré hasta que me expliques qué pasó con Bella- dijo sentando en mi cama.
- No.
- Edward, no soy estúpida. Algo pasó entre Bella y tú. Algo muy feo. Lleva dos horas repitiendo el número 77, está como perdida en sus pensamientos. ¡Llevamos dos horas tratando que hable! Papá dice que está en shock- chilló- Y la última vez que estaba bien, dijo que vendría a buscarte, así que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que tú tienes todo que ver con lo que le está pasando.
- Alice… -gemí- vete.
- Ya te dije que no me iría hasta que me dijeras que pasó- insistió.
- Haz lo que quieras- me rendí y cerré los ojos intentando olvidar lo inolvidable. Alice suspiró pesadamente y se fue. No sé cuántos minutos u horas pasaron cuando ella decidió volver:
- Bella está en casa, conseguimos arrastrarla hasta yo. Papá le dio unos calmantes para que se durmiera- al ver que yo seguía mudo, soltó un suspiro exasperado y me obligó a mirarla- Edward, ¿podrías decirme, por favor, qué pasó entre Bella y tú?- suspiré resignado y empecé a hablar:
- Fui al baño y me olvidé de cerrar mi laptop… cuando volví estaba Bella viéndolo… Yo… no sabía que ella seguía acá- la miré con confusión.
- Sí, decidimos que se duchara acá, cenara con nosotros y después se fuera a su casa. Así que cuando estuvo lista, decidió ir a tu cuarto para sorprenderte y… - dejó la frase en el aire.
- Y ella vio lo que tenía escrito en mi laptop… - dije en voz apenas audible.
- ¿Y qué es lo que tenías ahí que es tan terrible?
- Verás, cuando llegué a la adolescencia, mis compañeras comenzaron a fijarse en mí y a invitarme a fiestas. Al principio, me negaba, aún no estaba interesado en salir con chicas, prefería jugar Play Station con mis amigos- reí sin ganas- pero ellos me sugirieron que saliera de vez en cuando, así me servía para conocer más gente y distraerme un rato. Con el tiempo, me empezó a gustar ir a fiestas y cada día que pasaba me volvía más sociable y las invitaciones a salir aumentaban considerablemente- miré a Alice en busca de alguna reacción, pero ella me miraba impasible- Y eran tantas que empezaron a confundirse en mi cabeza y me di cuenta que necesitaba un orden... – suspiré pesadamente antes de confesar la parte siniestra de mi historia- Entonces se me ocurrió la idea de…- agaché la vista avergonzado y empecé a hablar atropelladamente- crear unas fichas las cuales contuvieran datos sobre las chicas con las que salía… que fueran un ayuda-memorias, al principio sólo anotaba las cosas en papel, pero con el tiempo, se fueron acumulando demasiados papeles y decidí pasarlos a mi laptop, así me creé un archivo con todas las "fichas" que había creado y las enumeré…
- No estarás diciendo que…- me interrumpió Alice alarmada.
- Sí, Alice, eso mismo estoy diciendo- dije frustrado- en ese archivo tengo todas las chicas con las que he salido desde que decidí que eran más de las que podía recordar. Bella era la ficha número 77, por eso repetía ese número- me pasé una mano por el pelo nervioso- estaba viendo la suya cuando me di cuenta que lo que tenía escrito allí no le hacía justicia, porque ella era perfecta ¡y me amaba! Me lo dijo cuando estábamos en La Push- me levanté de la cama y empecé a caminar de un lado a otro por mi cuarto- y entonces… entonces… - me detuve de golpe y miré a Alice con un brillo maniaco en los ojos- ¡entonces me di cuenta, Alice! ¡Me di cuenta que amaba a Bella! Y estaba tan… - comencé a gesticular con las manos- tan… emocionado… tenía que decírselo… ¡tenía que decirle que la amaba! Estaba tan… tan… - sacudí la cabeza de forma histérica- distraído que decidí ir a lavarme la cara con agua fría para borrar la sonrisa idiota que tenía en ese momento, me sentía tan bien, Alice… ¡Nunca antes me había sentido así! Salí del baño aún sonriendo y cuando volví… - suspiré largamente- ya sabes lo que pasó- me acerqué y me senté junto a ella en mi cama.
Alice me miró durante unos minutos y luego me abofeteó. Me llevé la mano a mi mejilla derecha para intentar calmar el dolor que empezaba a sentir
- ¡Edward Anthony Masen, eres una persona horrible!- empezó a gritarme- ¡Nunca pensé que tuvieras la mente tan retorcida! ¿Cómo se te pudo ocurrir crear una cosa así? ¡Las chicas tienen sentimientos! – Quise replicar: "Por eso lo hice, se merecían que recordara su nombre, por eso creé las fichas", pero me contuve- ¡Jamás pensé que serías así! ¡Si hubiera sabido nunca te habría ayudado con Bella! ¡Me avergüenzo de ti! ¡Me avergüenza que seas mi primo! ¡Pobre Bella! ¿Te das cuenta todo el daño que le hiciste? ¡Ella te ama, Edward! ¡Ahora entiendo por qué está en shock!- se levantó de la cama de un salto- Escúchame bien, porque lo diré sólo una vez, si yo fuera Bella, jamás te volvería a hablar- siseó- eres la peor persona que he conocido- dicho esto, me volvió a abofetear, pero esta vez en mi mejilla izquierda- No te mereces el perdón de Bella, te mereces lo peor- gruñó y salió de la habitación dando un portazo. Me tiré sobre la cama y cerré los ojos esperando despertar de esta pesadilla.
***
Desperté cuando los rayos del sol chocaron contra mi cara, ayer había olvidado cerrar las cortinas y aunque ese detalle, en un día normal habría provocado que anduviera mal genio todo el día, hoy me daba igual. Tenía problemas más importantes que solucionar.
Me dirigí hacia el baño arrastrando los pies y después de ducharme, intenté peinar mi cabello inútilmente. Antes de ir a desayunar, me miré una última vez al espejo y suspiré, mis enormes ojeras mostraban claramente mi noche de desvelo.
Cuando bajé las escaleras, ya estaban todos desayunando. Alice me dirigió una mirada asesina apenas me vio, Emmett me sonrió cuando ella volvió su vista a su plato, mientras que mis tíos intercambiaron una mirada de preocupación. Resignándome a que sería observado durante el tiempo que estaría acá, me senté junto a los demás.
- Buenos días- me saludó mi tía, mientras colocaba un plato de cereales frente a mí. Yo sólo me limité a asentir con la cabeza y tomé una cucharada, la miré durante unos instantes y no pude evitar pensar en Bella, los granitos del cereal eran del mismo color sus ojos. "¿Por qué tenían que ser cereales con sabor a chocolate?" pensé molesto y subí a encerrarme a mi habitación.
Estuve un rato debatiéndome entre ir o no ir a la casa de Bella. Por un lado, sabía que tenía que ir y aclarar las cosas con ella para que todo volviera a ser como antes, pero por el otro lado, no sabía que decir, obviamente no podía decirle: "¿Sabes, Bella? He salido con tantas chicas, que se me ocurrió crear una ficha por cada chica que salía para no quedar mal. Cuando te conocí pensé que serías una más en mi lista y me empeñé en conquistarte para tener algo de diversión en el verano, pero me enamoré de ti, pensaba decírtelo la próxima vez que te viera, pero jamás pensé que verías mi laptop".
Debí haber apagado el laptop. Debí haberlo cerrado, al menos. Debí haber borrado el archivo. Nunca debí haber creado una ficha de Bella. Nunca debí haber creado ese archivo. Daría lo que fuera por volver el tiempo atrás, pero sabía que eso era imposible. Respiré hondo y me dirigí a casa de Bella.
***
Estacioné mi auto frente la casa de Bella y caminé nervioso hacia la puerta. Toqué el timbre y esperé a que ella abriera la puerta. Después de esperar unos minutos, insistí nuevamente, pero nadie salía. Insistí e insistí durante más de una hora, pero nadie salió. Así que caminé de vuelta al auto, con la vista fija en el suelo.
Sabía que Bella no quería hablarme, pero tenía la esperanza que me diera la oportunidad de explicarle las cosas y disculparme por todo el daño que le había hecho. Mientras conducía de vuelta, trataba de pensar en qué podía hacer para que ella me hablara, tenía que haber algo que pudiera hacer…
Apenas llegué a la casa de mis tíos, subí a mi habitación directamente, no estaba de ánimo para que todos me observaran como si fuera una bomba a punto de estallar.
Aún estaba mi laptop en el mismo lugar que Bella lo había dejado, me acerqué a él sabiendo que tarde o temprano tendría que apagarlo, después de todo, no era culpa del pobre aparato lo que yo tuviera almacenado en él. Lo abrí y al instante la ficha de Bella estuvo frente a mis ojos, no pude evitar leerla y aceptar que ella tenía todo el derecho a no hablarme. ¡Había sido tan imbécil al crear ese archivo!
De pronto, algo captó mi atención. Las rimas. Quizás, si le escribía algo así en una hoja de papel, como ya lo había hecho antes, consiguiera que Bella me diera la oportunidad de hablarle, después de todo, en una ocasión me había dicho que escribirle poesía era "lo más romántico" que habían hecho por ella.
Motivado por este descubrimiento, busqué alguna rima que lograra ablandar el corazón de Bella, busqué una hoja de papel y un lápiz y comencé a escribir:
"Si de nuestros agravios en un libro
Se escribiese la historia
Y se borrase en nuestras almas cuanto
Se borrase en sus hojas.
Te quiero tanto que aún: dejó en mi pecho
Tu amor huellas tan hondas
Que sólo con que tú borrase una,
¡Las borraba yo todas!"
Más abajo agregué mi mensaje:
Siento tanto lo que pasó. Por favor, dame una sola oportunidad para explicarte todo.
Edward
Era una nota breve, pero quería que Bella la leyera, si escribía algo demasiado largo, corría el riesgo que ella botara mi nota sin siquiera leerla. Bajé corriendo las escaleras y me dirigí nuevamente a la casa de Bella, deslicé la nota por debajo de su puerta, toqué el timbre y volví a casa de mis tíos
***
Había pasado una semana y yo seguía hundiéndome en mi miseria. Cada día que pasaba me costaba más conciliar el sueño, todo lo que veía era a Bella. Cerraba los ojos y la veía, los abría y la seguía viendo. Iba rumbo a la locura y Bella aún se negaba a verme. Aunque le había escrito poesía día tras día, había llamado infinidades de veces a su casa, enviado cientos de mensajes a su celular, tocado el timbre en innumerables ocasiones y esperado largas horas afuera de su casa, la puerta nunca se abría.
Hoy era una de esas veces, estaba sentado en la entrada de su casa mirando hacia el bosque, que ya conocía de memoria (a estas alturas sospechaba que podía decir cuántos árboles habían allí y qué animales merodeaban por los alrededores) cuando comenzó a llover torrencialmente y decidí que después de tres horas y media, era mejor que volviera a casa.
Siguiendo mi comportamiento habitual, me salté la cena y me encerré en mi cuarto, no pasó mucho tiempo cuando sentí unos golpecitos en mi puerta.
- ¿Edward? ¿Podemos pasar?- preguntó Esme, asomando su cabeza por la puerta. Me limité a asentir con la cabeza y me senté en la cama. Les señalé el sillón que estaba enfrente de mí para que ella y Carlisle, que entró detrás de ella, se sentaran.
- Edward- empezó a decir él- estamos preocupados por ti. Llevas días así, en este estado de… zombie… prácticamente no hablas, cuando estás acá vives encerrado en tu cuarto y…
- Eso no es bueno para ti- continuó Esme-necesitas distraerte, no puedes seguir así- agaché mi vista y la fijé en mis manos- Edward, sabemos lo que pasó con Bella y…
- ¿Lo saben?- dije parándome de pronto- si lo saben, ¿por qué me siguen hablando?-pregunté mientras caminaba como histérico por mi cuarto- ¡Soy una persona horrible! –dije pasándome una mano por mi cabello- ¡Ya no sé qué hacer para que Bella me hable! ¡Lo he intentado todo! Pero ella sigue sin hablarme, aunque la entiendo… ¿por qué me hablaría? Yo… -suspiré- sé que no me merezco a que ella me hable, pero… me gustaría tener la oportunidad de explicarle… de disculparme, lo único que pido es que me dé un minuto de su tiempo… -me senté derrotado en mi cama.
- Edward…- dijo Esme sentándose junto a mí- no seas tan duro contigo mismo…
- Todos cometemos errores- siguió Carlisle sentándose al otro lado mío- es parte de la naturaleza.
- Pero yo…- empecé a decir.
- Tú cometiste un error y ahora estás sufriendo las consecuencias de eso, pero la vida sigue, Edward y aunque te resulte difícil de entender, necesitas avanzar- me interrumpió mi tío.
- Debes darle tiempo a Bella, ella aún está dolida por lo que le hiciste- Esme me abrazó por el hombro- con Carlisle estuvimos pensando y creemos que sería bueno para ti volver a Chicago y alejarte de todo.
- Aunque nos gusta tenerte acá, creemos que seguir en Forks sólo contribuye a que te acuerdes más de Bella- me aseguró él.
- Yo… no sé qué hacer- suspiré, me tapé la cara con las manos y comencé a sollozar.
- Edward, no te pongas así- me suplicó mi tía, abrazándome con más fuerza y acercándome a ella.- Ya verás que todo se solucionará- Me hundí en su pecho y ella me acariciaba el cabello mientras me susurraba: "Espera hasta mañana, estarás bien".
- Tienen razón- murmuré después de haber terminado de lamentarme.
- ¿Qué piensas hacer?- me preguntó Carlisle.
- Iré a despedirme de Bella- respondí fijando la vista en la alfombra- luego de eso volveré a Chicago, tiene razón, me hace mal estar en Forks, será mejor que vuelva a casa… además la próxima semana llegan las cartas de aceptación y me gustaría estar allí cuando eso pase. Mis padres no hablan de otra cosa, lo único que quieren es que reciba la carta de Harvard- dije con pesar.
- ¡Arg!- exclamó Esme-esa estúpida tradición. No tienes que hacerle caso a lo que diga Lizzie, tú debes estudiar lo que tú quieras, Edward, no dejes que ella y Ed, decidan por ti.
- Es tu decisión y si ellos no te apoyan, nosotros lo haremos- dijo Carlisle- siempre estaremos a tu lado para apoyarte- me sonrió.
- Gracias, de verdad, realmente yo… -empecé a decir.
- Sí te lo mereces- aseguró Esme, como si estuviera leyendo mi mente- eres un buen chico, Edward.
- Gracias- dije de nuevo- nunca me había sentido así… ustedes son tan diferentes… mis padres nunca se han sentado conmigo a conversar acerca de lo que pasa, siempre que estamos todos, se limitan a informarme de lo que tengo que hacer, la única persona que se preocupa por mí en casa es Maddie…
- No te sientas mal, nos tienes a nosotros para lo que necesites- me dijo sinceramente.
- Gracias…- sonreí tristemente.
- Ahora- dijo poniéndose de pie- iré a comprar tu pasaje de regreso a Chicago y a asegurarme del traslado de tu auto- me palmeó suavemente en la espalda y se fue.
- Yo llamaré a Lizzie para avisarle y le diré que lo haces porque estás tan preocupado por tu carta de Harvard que quieres estar allí cuando llegue. No creo que ponga problemas si le digo eso- rió Esme- haz lo que tengas que hacer, Edward- agregó en tono serio, me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.
Me levanté de la cama, encendí mi laptop y busqué una última rima que sirviera como despedida:
"Como en un libro abierto
Leo de tus pupilas en el fondo
¿a qué fingir el labio
Risas que se desmientes con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
De confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! ¡Nadie nos mira!
Ya ves: soy un hombre… ¡Y también lloro!"
Era una rima deprimente, pero reflejaba bien mi estado de ánimo. Tomé aire y me preparé para escribir la última nota para Bella:
Ya no sé qué hacer para que me des la oportunidad de hablarte. Sé que no merezco tu perdón, pero necesito que me escuches, es como si una parte de mí hubiese muerto el día en que me dejaste de hablar. Siento tanto lo que pasó. Créeme que daría lo que fuera por ganarme tu perdón y que volviéramos a estar juntos. Pero ya me di cuenta, que tú no quieres saber más de mí (y no te culpo). No sabes cómo me odio ahora por causarte tanto sufrimiento.
Sé que es hora que aleje de ti, ya me di cuenta que no quieres saber de mí, así que esta es la última carta que recibirás de mí. Decidí volver antes a Chicago, es lo mejor, así podrás salir de tu casa sin miedo a encontrarme por ahí.
Después de leer la carta varias veces, la firmé y me dirigí, por última vez a la casa de Bella.
***
Me estacioné frente a la casa y apagué el motor. Estuve un rato observando cómo las gotas de lluvia se deslizaban por las paredes, hasta que me decidí a bajarme del auto. Corrí rápidamente hacia la puerta, para huir de la intensa lluvia que caía.
Me paré frente a la puerta un instante, sin saber qué hacer, el corazón me latía tan fuerte que estaba seguro que se podía oír desde el interior de la casa, a pesar de la lluvia. Saqué la carta de mi bolsillo y la deslicé debajo de la puerta. Suspiré y toqué el timbre por última vez.
- Te amo, Bella- susurré y me caminé de vuelta hacia mi auto.
- Edward… - me giré bruscamente pensando que era una alucinación, cuando la vi, parada junto a la puerta.
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