lunes, 6 de febrero de 2012

CN77: Capitulo 14: Bella POV

Disclaimer: Los personajes no nos pertenecen, la historia tampoco xD Solamente nos han dado el derecho de subirla en este Blog para divertir a nuestras seguidoras!! Jajaja ^^

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CAPIRULO 14
BELLA POV

- ¡Vamos, Bella! ¡Cumples 18 años!- me decía Alice por enésima vez mientras veíamos televisión en su casa- ¡DEBES tener una fiesta! ¿O es un crimen que tenga ganas de hacerle una fiesta a mi mejor amiga?

- No, Alice, no debo tener una fiesta, tú simplemente estás buscando una excusa para...

- Todos tenemos derecho a divertirnos- me sonrió. Abrí la boca para protestar, pero la cerré rápidamente, era inútil. Alice haría la fiesta de todos modos- ¡Así me gusta, Bella!- exclamó entusiastamente y empezó a hablar sin parar acerca de todo lo que había que realizar. Así que durante todo el resto de la semana, Alice Cullen no habló de otra cosa. Al principio, pensé que se cansaría de hablar siempre de lo mismo, pero estaba equivocada y el viernes a la hora de almuerzo, anotaba en una libretita todas las cosas que tenía pendientes.

- ... el DJ me dijo que llegaría a las...-pero su monólogo fue interrumpido por el sonido de su celular- Hola Jazz, sí, ¿conseguiste la dirección?- preguntó- sí, perfecto, sí... sí... te enviaré el mail más tarde... sí... avísame cuando... sí...yo también, adiós -se despidió sonriendo- Jasper te manda saludos.

- Gracias, ¿él también vendrá, cierto?- pregunté sabiendo de antemano la respuesta.

- Sí- contestó Alice con una gran sonrisa antes de volver al tema de la fiesta- mañana quiero que estés en mi casa después de almuerzo para que tengamos tiempo suficiente para prepararnos.

- Está bien, pero... -moví nerviosamente mis manos- hay un problema...

- ¿Cuál?

- Aún no he escogido mi disfraz...

- Sabía que esto pasaría, así que me encargué personalmente del tuyo.

- No me sorprende...- murmuré- ¿Cuál es mi disfraz?- pregunté levantando la vista.

- Princesa de hielo.

- ¿Existe?- fruncí el ceño.

- Vamos, Bella, ten imaginación...- dijo Alice rodando los ojos.

- ¿Y cómo es el disfraz?

- Es un simple vestido blanco con brillos, obviamente, sino parecerías novia -rió.

- Muy graciosa- hice una mueca.

- ¿Sabes? Deberías ver la vida con más humor, sino envejecerás prematuramente- me aconsejó.

- Suficiente, Alice, me convenciste con la fiesta, pero no abuses de mi paciencia. Nos vemos- tomé mi bandeja y me alejé de ella, pero no antes que pudiera decir:

- ¡Hasta mañana, Bella!- rodé los ojos y caminé malhumoradamente a clases.

***

Alice. Alice. Alice. Me estaba colmando los nervios, no sé por qué se empeñaba tanto en hacer esa maldita fiesta, si sabía perfectamente que no tenía ánimos para eso, pero cuando se le metía una idea en la cabeza, no había quién se la sacara.

Me tiré en la cama y me dediqué a observar las manchas de humedad del techo de mi cuarto. Suspiré pesadamente y cerré los ojos, esperando que el sueño me venciera, pero en lugar de eso, mi mente fue invadida por el mismo rostro de ojos verdes que rondaba mis pensamientos desde la primera vez que lo vi, el 8 de julio...

Por más que lo intentara, no podía dejar de pensar en él y temía que Alice se diera cuenta de eso. Pero si lo hizo, nunca lo comentó e iniciamos nuestro último año escolar como si este verano hubiese sido igual a los anteriores y eso se lo agradecía. Como si Edward nunca hubiese existido. Sabía que para ella no debía ser fácil ver a su mejor amiga sufriendo por su primo, así que había aceptado, a regañadientes, que hiciera esta fiesta como forma de agradecerle por todo el apoyo que me había dado durante estas semanas. No me parecía un precio demasiado alto para pagar...

El sonido de mi celular me sobresaltó, no necesité ver el número en la pantalla para saber quién era.

- Hola Alice- contesté aún aturdida

- ¡Feliz cumpleaños, Bella!- chilló al otro lado del teléfono.

- ¿Cumpleaños?- pregunté confundida.

- ¡Sí, tonta, son exactamente las doce en punto de la noche, así que tu cumpleaños ya ha empezado!

- Oh, gracias- dije sin entusiasmo.

- Arriba el ánimo, Bella, ya verás cómo te divertirás en tu fiesta. Apuesto a que lo pasarás muy bien- rió.

- ¿Qué tramas, Alice?- pregunté suspicazmente.

- Nada, pero ¿por qué te aburrirías si estaremos todos contigo?- preguntó en un tono demasiado inocente. Quise agregar "todos, excepto él"

- Contigo nunca se sabe...- murmuré.

- No seas paranoica, Bella, sólo llamaba para ser la primera persona en desearte feliz cumpleaños, te espero a las tres para que nos arreglemos, duerme bien

- Gracias, adiós Alice.

- Adiós.

Después de colgar y apagar mi celular, no quería más interrupciones, me cubrí la cabeza con la almohada y me obligué a dormir. Pasar un día con Alice requería demasiada energía.

***

- Feliz cumpleaños, Bells- me saludó papá apenas bajé a tomar desayuno.

- Muchas gracias- le sonreí, después de todo no era su culpa tener una hija amargada.

- Tu madre llamó a tu celular y...

- Lo apagué, anoche me dolía la cabeza- lo interrumpí.

- ¿Ya te sientes bien?- preguntó con preocupación.

- Claro papá- le respondí mientras abría los estantes de la cocina.

- Me alegro, ah... -suspiró mientras me miraba con una sonrisa en los labios- no puedo creer cómo pasa el tiempo, recuerdo como si fuera ayer el día que naciste y mírate ahora...

- Papá... -lo corté avergonzada. Iba a responderme cuando el sonidos del teléfono lo impidió- debe ser mamá- y corrí a contestar.

- ¿Aló?

- ¡Bella!

- Mamá- sonreí aunque ella no pudiera verlo.

- ¡Feliz cumpleaños, cariño!

- Muchas gracias

- Cumples 18 años, Bella- empezó a decir mi madre con voz débil- recuerdo como si fuera ayer... - "No, otra vez no" pensé.

- Es increíble cómo pasa el tiempo- dije en un intento de cambiar de tema.

- Sí... lamento no poder estar ahí para entregarte tu regalo personalmente...- me mordí el labio, este verano no la había visitado porque había preferido pasarla en Forks con todos, incluido él- ¿Charlie te dio nuestro regalo?- preguntó mamá sacándome de mis cavilaciones. "¿Nuestro?"

- Eh...-titubeé unos segundos- recién bajé a desayunar, así que...- dije jugando con el cable del teléfono.

- ¡Yo te lo habría entregado apenas hubieses despertado! -rió- espero que te guste cariño, Phil te manda saludos

- Gracias

- Cuídate

- Lo haré, adiós mamá.

- Adiós.

Charlie me observaba divertido por encima de su desayuno.

- Reneé estaba impaciente porque te entregar tu regalo, ¿cierto?

- Cierto... -fruncí el ceño- cuando dijo "nuestro regalo" se refería...

- A uno de parte de los dos, bueno... más Phil- agregó rodando los ojos, mientras se ponía de pie.

- ¡Vaya!-levanté las cejas sorprendida- ¿y dónde está mi regalo?- pregunté mientras buscaba con los ojos algún paquete.

- Aquí- sacó una bolsita de terciopelo de su bolsillo y me la entregó- feliz cumpleaños, Bells- me dio un abrazo y esperó que abriera mi regalo. Apenas tiré el hilo que tenía la bolsita, metí mi mano y al tocar algo metálico lo saqué para observarlo con mayor detención.

- ¿Una llave?- pregunté confundida- ¿En una bolsa de terciopelo?

- Fue idea de Reneé- rió papá- pensó que sería más inesperado, dijo que pensarías que era una joya y tenía razón, porque sí lo pensaste- rió más fuerte.

- ¡Sólo a ella se le ocurriría meter una llave en una bolsita de terciopelo!-rodé los ojos.

- Ya sabes cómo es... ¿Por qué no vamos afuera a ver tu regalo?- sugirió.

- Está bien... -le dije con recelo y lo seguí hacia el jardín. No pude evitar soltar un grito ahogado cuando vi lo que había allí. Frente a mí había una gran camioneta roja- ¡Es nueva!-exclamé sin pensar.

- Sí, es nueva- rió mi padre- Con Reneé pensamos que te merecías un vehículo nuevo ahora que tienes 18.

- Muchas gracias- lo abracé emocionada.

- De nada, Bells, te lo mereces -dijo dándome unas suaves palmadas en la espalda- Iremos a almorzar a Port Angeles, invité a Billy y Jake espero que no te moleste...- añadió algo avergonzado.

- ¡Claro que no! Creo que es una idea genial- dije contenta.

- Qué bueno que pienses eso, ¿por qué no vamos a dar una vuelta?- dijo señalando mi flamante camioneta. Le sonreí abiertamente y me subí por el lado del conductor, mientras él subía por el del copiloto.

Después de recorrer varias veces los alrededores de Forks, papá comentó mirando su reloj:

- Sé que te gustó tu regalo, pero ya casi es hora de almorzar, así que...

- ¿Es en Port Angeles?- lo interrumpí.

- Sí, por eso...

- ¡Allá vamos!- lo corté riendo. Realmente me gustaba tener un medio de transporte propio en el que pudiera andar por encima de los 60 km/h.

Media hora después estábamos con los Black en Port Angeles.

- Quiero hacer un brindis... -empezó papá.

- Papá...-murmuré avergonzada.

- ... por Bella- continuó hablando mi padre como si yo no hubiese interrumpido- ¡Feliz cumpleaños! Y estoy muy contento de que este año pueda saludarte personalmente- sonrió radiante. Desde que se habían separado, todos mis cumpleaños los había pasado con mi madre y Charlie sólo me había saludado telefónicamente desde entonces- ¡Salud!

- ¡Salud!- dijimos todos.

Charlie y Billy, se enfrascaron en una conversación acerca de los distintos estilos de pesca, mientras que con Jake empezamos a hablar sobre mi fiesta.

- ¿Estás emocionada?- me preguntó.

- Sí, Jake, no tienes idea- contesté rodando los ojos.

- Alice está muy entusiasmada.

- ¿Y cuándo no lo está?

- ¿De qué te disfrazarás?- dudé un instante antes de responder- ¿tan feo es?

- No... es sólo que... olvídalo, me disfrazaré de... -tomé aire y miré mi servilleta- Princesa de hielo- levanté la vista y Jacob me observaba perplejo.

- ¿En serio?- y se largo a reír.

- Basta ya- lo regañé.

- Pero es que... -volvió a reír- princesa... tú...- decía entre risas.

- ¿Qué tiene de malo?-pregunté a la defensiva y él suspiró profundamente para calmar su risa.

- No eres lo que podríamos decir grácil... - dijo sonriendo.

- ¿Qué estás insinuando, Jacob Black?- le pregunté entrecerrando los ojos- ¿Sólo porque soy algo torpe piensas que no tengo derecho a disfrazarme de princesa? ¿Quién crees que eres? No tienes...

- Ya, ya, Bella, cálmate- dijo Jake levantando las manos en gesto de disculpa- lo siento, no debí decir eso... y menos en tu cumpleaños... soy un idiota.

- Sí que lo eres- respondí cruzándome de brazos.

- Vamos... ya dije que lo sentía...

- A veces un "lo siento" no es suficiente... -murmuré mientras mi mente se alejaba de Jacob y se enfocaba en Edward... aunque él había dicho que estaba arrepentido, todo el dolor que había sentido cuando me enteré lo de las fichas no lo olvidaría.

- ¿Bella? ¿Bella? - alguien me llamaba, enfoqué mi vista en el presente y vi una mano agitándose enfrente, fruncí el ceño confundida- Pensé que te habíamos perdido- bromeó Jake.

- Muy gracioso…- le siseé. Jake abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por papá que dijo:

- Es hora que volvamos, son casi las cuatro…

- ¡¿Las cuatro?! Alice va a matarme, tenía que estar a las tres en su casa…

- Es tu cumpleaños, no puede enojarse contigo- me consoló Jake.

- Si quieres, podemos llevar a Charlie y tú te vas directo donde Alice- sugirió Billy.

- No quiero molestarlos, yo puedo…

- No es molestia, Bella, vete tú directo donde los Cullen- insistió Billy.

- Nosotros nos iremos con Charlie y hablaremos de fútbol durante todo el viaje- agregó Jake sonriendo.

- Papá, ¿no te molesta ir con…?

- Claro que no, Bells, vete- se despidió de mí con un abrazo- disfruta tu fiesta.

- Gracias- le sonreí- Adiós Billy, Jake te veo después.

Apenas me subí a mi camioneta, llamé a Alice para avisarle donde estaba y corté antes que pudiera hablar y quejarse por mi falta de mi puntualidad.

***

- Ya casi es hora y aún no está lista- se quejaba Rosalie mirando mi rostro, con Alice tenían planeado realizar unos diseños con brillos alrededor de mis ojos, pero requería tiempo y lamentablemente (para ellas, no para mí)

- Si alguien no se hubiera demorado, habríamos alcanzado a hacer todo, pero…- Alice suspiró resignada.

- Es mi cumpleaños, no pueden enojarse conmigo hoy- dije rápidamente.

- Lo sabemos… -murmuró Rose con los labios tensos- aplicaremos una suave capa de brillo en torno a tus ojos, no podemos hacer algo más elaborado…

- Tienes razón- la apoyó Alice mientras sacaba su celular.

- ¿A quién llamas?- pregunté curiosa.

- Jazz, ¿a quién más podría llamar?- me preguntó suspicaz.

- Uhm… no lo sé, yo…

- ¡Jazz!- exclamó Alice de pronto- ¿Cómo están?

- ¿Cómo están?-susurré mirando a Rose.

- ¿Dónde crees que estaría Emmett? ¿Acá con nosotras?- me contestó en voz baja- cierra los ojos- obedecí y sentí cómo aplicaba el maquillaje sobre mis párpados.

- … sí… ¿no tuvo problema con el disfraz? Oh… sí… debe cambiar algo, no es su estilo habitual… el peinado… ¿tanto así?- rió Alice-eso espero… la idea del disfraz es esa… sí, estamos casi listas, sí… llámame cuando estén afuera… sí, Jazz, yo también, un beso- guardó su celular – Rose, te está quedando genial.

- Lo sé, dilo, soy toda una profesional- rieron.

- Abre los ojos, Bella- ordenó Alice.

- Estás deslumbrante- me dijo Rosalie.

- Perfecta- sonrió Alice- esta noche será inolvidable- agregó con un brillo extraño en los ojos. Algo planeaba, esto no me estaba gustando.

- Ustedes chicas son lo máximo, muchas gracias- las abracé.

- Lo sabemos- sonrió Rosalie.

- Pero no nos pongamos sensibles, se arruinará todo nuestro trabajo y tenemos que estar perfectas para los chicos- comentó Alice y sentí una punzada en el pecho. Rosalie tenía a Emmett, Alice tenía a Jasper y yo… ¿a quién tenía? Jacob vendría, pero no era lo mismo. Quería estar con Edward, aunque mi lado racional me gritara que necesitaba olvidarlo y partir de cero con otra persona.

- ¿Bella?- inquirió Alice tímidamente- ¿por qué no bajas tú primero mientras Rose y yo nos damos los toques finales a nuestro maquillaje?

- Tú eres la festejada, tienes que atender a tus invitados… - la apoyó Rose, las miré entrecerrando los ojos y salí del cuarto.

Cuando estaba bajando el último escalón de la escalera, sentí que alguien me llamaba.

- ¡Bella!- me giré y vi que una sombra enorme se acercaba. No sé qué estaba pensando Alice cuando eligió las luces, ¡apenas veía a quien tenía al frente! Y junto con la música estridente y los disfraces, estaba segura que era imposible saber quién era quién - Hola, Bella…

- Hola… ¿quién eres?- pregunté dudosa.

- ¡Jake!- rió, aunque su risa sonaba algo ahogada.

- ¡Oh, hola! No te había reconocido… ¿de qué estás disfrazado?- pregunté frunciendo el ceño.

- Darth Vader, ¿por qué? ¿no se nota?- preguntó preocupado.

- Seguro que se nota con algo más de luz… -le respondí.

- De todas formas, prefiero mantenerme en el lado oscuro de la fuerza- rió y luego agregó- aunque la falta de luz no es excusa, yo te distinguí desde lejos, tu disfraz no es precisamente sutil… no… ¡la princesa de hielo tiene que destacar!- se burló.

- Jake…- le advertí.

- Lo siento, señorita cumpleañera, ¿quiere tomar algo?- preguntó cambiando de tema.

- Claro- accedí.

- Bien, ya vuelvo- y desapareció de mi vista, no era algo difícil, después de todo, su disfraz era negro y la falta de luz lo ayudaba a camuflarse.

Mientras esperaba que volviera Jake, me quedé de pie observando cómo el resto bailaba y se divertía y no pude evitar volver a pensar en cómo me gustaría que él estuviera aquí.

- ¿Me concede esta pieza, señorita?- preguntó una voz grave, miré a todos lados buscando a quién le hablaban, pero nadie más estaba cerca, así que... ¡Qué vergüenza! Me estaba hablando a mí, debe pensar que soy retrasada donde no contesto, cerré los ojos levemente y conté hasta 3 antes de contestar: - c-claro.- "Genial, Bella, pensará que nunca has visto un chico antes." Él me tomó de la mano y sentí un extraño cosquilleo que sólo había sentido frente al suave tacto de Edward. De pronto, me sentí más ligera como si todo estuviese bien y mi humor mejoró considerablemente, así que decidí que Alice tenía razón y era hora de que me divirtiera. Mientras el muchacho misterioso, que iba disfrazado de fantasma de la Ópera, me guiaba hacia la pista de baile, intenté iniciar una conversación.

- Soy Bella, ¿Cómo te llamas?- le pregunté observándolo atentamente, algo había en sus rasgos que me resultaba curiosamente familiar, pero la escasa iluminación no me ayudaba a distinguir sus rasgos con claridad.

- Esta noche soy Erik Destler- me respondió sonriendo y luego tomó mi mano y la besó suavemente. Perdí el hilo de mi pensamiento durante unos segundos antes de recuperarme y decir:

- ¿Ese es el verdadero nombre del Fantasma de la Ópera, cierto?

- Cierto- contestó mientras comenzábamos a bailar- No quiero parecer descortés, pero ¿de qué estás disfrazada?

- Fue idea de Alice- reí al recordar que ella estaba mucho más entusiasmada por la fiesta que yo, la festejada- Alice Cullen, la dueña de esta casa, ¿la conoces?

- Sí, ella fue la que me invitó- me respondió. ¿Alice lo había invitado? ¿De dónde lo conocía? ¿Por qué no me había hablado de él antes? Algo raro había ahí...

- Bueno, ella fue la que eligió mi disfraz. Según ella, soy la Princesa de Hielo- Esperé que se burlara como lo había hecho Jake, pero no lo hizo.

- ¿Princesa de Hielo?- preguntó confundido- ¿Existe?

- No tengo idea- volví a reír, tenía tan poco interés en la fiesta que ni siquiera había averiguado si ese personaje existía realmente o era invento de la mente de Alice- pero ella dijo que tenía que destacarme por encima de todos, porque sino ¿cómo sabrían que yo era la cumpleañera?- me encogí de hombros.

- Logró su objetivo, apenas crucé por la puerta, fuiste la primera persona que llamó mi atención- dijo en tono grave. Su voz era hipnotizante, era cautivadora, no me molestaría oírlo hablar el resto de la noche.

- Genial- dije irónicamente.

- No te enojes con ella- dijo con una leve sonrisa- seguro que tenía buenas intenciones- la música cambió a una melodía lenta- Además… -Sentí como un calor me invadía cuando Erik colocaba sus manos en mi cintura y me sorprendí a mí misma, cuando instantes más tarde me di cuenta que mis brazos estaban alrededor de su cuello- te ves preciosa hoy, por cierto… feliz cumpleaños- me susurró en el oído con voz ronca y me estremecí. ¿Por qué Erik tenía que provocarme estas sensaciones? Yo quería a Edward, no a él... Me perdí en mis pensamientos mientras Erik apoyaba su barbilla en mi cabeza y bailábamos al ritmo de la música. No sé cuánto tiempo estuvimos así, mi mente seguía recordando a Edward con cada paso que daba, no sabía qué es lo que estaba pasando, pero no era normal que lo recordara tanto en un día.

Más tarde, estábamos sentados en las escaleras, yo estaba aliviada de poder estar más lejos de Erik, su presencia me alteraba.

- La pasé muy bien hoy, Erik- dije remarcando el nombre que me había dicho, intentando que me revelara su nombre real.

- Yo también, nunca pensé encontrar a una princesa aquí…- respondió siguiéndome el juego.

- Eres un seductor- reí.

- No es verdad- dijo riendo conmigo

- Debes tener a muchas chicas enamoradas de ti… - susurré estableciendo lo obvio.

- No lo creo…- me respondió con la vista fija en el suelo.

- ¿Por qué no? Eres guapo…- empecé a decir.

- ¿Guapo? – me interrumpió- ¿cómo puedes estar tan segura? Quizás debajo de esta máscara, sí tengo el rostro desfigurado- dije en tono grave, lo miré seria durante unos instantes, ¿sería verdad? y luego me largué a reír.

- Sí, claro… ¿por qué no te la sacas y lo comprobamos?- le sugerí, si no me decía su nombre, me conformaría con ver su rostro.

- No, arruinaríamos la magia del momento- "¡Touché!" pensé y él sonrió torcidamente.

- Buen punto, pero olvidando que seas guapo o no, eres divertido e inteligente- le dije en tono casual.

- Si fuera cierto o no, no me importaría.

- ¿Por qué no?

- Porque sólo me interesa una sola chica… -susurró. Una chica. Vaya, no me esperaba esto, al parecer no soy la única que tiene problemas amorosos. De pronto recordé que había dicho algo y sólo atiné a decir:

- Oh… -después de unos minutos de silencio, seguí hablando: me pasa algo parecido…

- ¿Qué? ¿Tienes muchos detrás de ti?- preguntó, según yo, en un intento de aligerar el ambiente.

- No es eso- reí. Era una chica normal, apenas se fijaban en mí, no era como Alice o Rosalie que si no estuvieran con Jasper y Emmett, tendrían a muchos chicos detrás de ellas.

- ¿Y? ¿Él no te corresponde?- preguntó mostrando un cortés interés. Después de todo, ¿por qué le interesaría mi vida? Apenas nos conocíamos...

- No es eso- repetí.

- ¿Entonces?

- Es complicado- respondí moviendo nerviosamente las manos.

- Entiendo que no quieras hablar de ello, debe ser un tema sensible para ti- agregó en tono simpático.

- Eres un gran chico, Erik- le dije sinceramente mientras le daba una suave palmada en su brazo- Lo que sea que haya pasado con esa chica, se solucionará, ya verás- le sonreí y él me devolvió la sonrisa.

- Gracias.

- ¡Bella!- me llamó Jasper mientras se acercaba.

- Hola- le sonreí.

- Veo que conociste a Erik- me dijo.

- ¿Se conocen?- pregunté confundida- pensé que Alice te había invitado- dije sin apartar la vista de Erik

- Erik es un amigo de la universidad- respondió Jasper- y como él, no tenía planes para el fin de semana… Alice me dijo que lo invitara para que se divirtiera un rato- terminó de informarme.

- Y Alice no acepta un no como respuesta, así que… heme aquí- respondió Erik y todos nos reímos.

- ¿Y de qué hablaban?- preguntó Jasper.

- Estábamos conversando de la vida… - respondió Erik.

- Oh, ya veo- dijo Jasper asintiendo con la cabeza- pero… lamento interrumpir su interesante charla…

- ¿Es hora de irnos?- preguntó Erik.

- Sí, mañana nos espera un largo viaje- contestó Jasper- lo siento, Bella…- se disculpó.

- No te preocupes- sonreí. Erik se levantó y me extendió su mano para ayudarme a ponerme de pie.

- Gracias.

- No hay de qué. Fue un verdadero placer compartir esta noche contigo, Bella- besó mi mano nuevamente- Buenas noches, princesa- y me entregó una rosa que sacó literalmente de la nada.

- Muchas gracias- reí algo avergonzada. Él inclinó su cabeza como gesto de despedida y desapareció de vista.

- Parece que la pasaste bien, Bella- me dijo Jasper, mientras me guiaba hacia el vestíbulo.

- Sí…-susurré y volteé a verlo con desgana.

- Vi a Jake hace un rato y me comentó que había ido a buscar refrescos para los dos y cuando regresó vio que estabas muy ocupada- rió.

- ¿Has visto a Alice?- le pregunté ignorando su comentario.

- Creo que la vi por ahí… -me contestó levantando la cabeza para mirar entre la multitud.

- Como si la fuera a ver así, Jasper- rodé los ojos- es demasiado pequeña… -bostecé, al estar sin Erik había vuelto a tomar consciencia del tiempo- me iré a casa, tengo sueño, me despides de Alice, ¿está bien?

- Claro- asintió y miró hacia las escaleras.

- No creo que esté en su cuarto…

- No, yo tampoco… te acompaño a tu camioneta, Bella.

- De acuerdo- accedí y después de despedirme de Jasper, conduje camino a casa mientras pensaba en Erik para no dormirme frente al volante.

***

Habían pasado tres meses desde mi fiesta de cumpleaños y no había un solo día en que no recordara a Erik. Había algo en él que me atraía, aunque no lograba identificar qué era. Pero pensar en él, hacía que automáticamente pensara en Edward y me confundiera. Antes de conocer a Erik pensaba que estaba enamorada de Edward, pero ahora no estaba segura, Erik había remecido mis sentimientos por completo. No sabía qué hacer.

Pensé que Alice me interrogaría al día siguiente de la fiesta para que le contara todos los detalles acerca de lo que había pasado entre Erik y yo. No había que ser un genio para saber que Jasper le había contado a Alice lo que Jake le había dicho, después de todo, Erik era su compañero de universidad. Pero Alice permaneció muda, actuó como si nunca se hubiera enterado. Quizás lo hacía porque sabía que aún no estaba lista para iniciar algo nuevo con otra persona, no lo sé.

Cada día que pasaba, mi situación empeoraba, sentía que iba a estallar de un minuto a otro. Todo lo que tenía en mi cabeza era: Edward y Erik. Me costaba el doble concentrarme, sabía que no podía seguir así. Internamente odiaba a Alice, por actuar tan… no-Alice. ¿Por qué no me interrogaba sobre Erik? Ella era mi mejor amiga y me conocía lo suficiente para saber que algo me pasaba, pero por algún motivo que desconocía, no mostraba interés en averiguar qué era lo que me tenía mal, simplemente lo ignoraba, en mis momentos de mayor desesperación, pensaba que lo hacía a propósito. Pero Alice no sería capaz, además ¿qué ganaba ella si yo pensaba todo el día en Edward y en Erik? Nada. Hasta donde sabía, ella aún no retomaba el contacto con Edward y seguía pensando en que era un idiota…

- Bella, ¿estás bien?- me preguntó Alice sacándome de mi ensoñación. Ambas estábamos en su habitación.

- Sí, sólo pensaba…- le contesté, ella me sonrió y siguió leyendo su revista. Bufé exasperada, le quité su revista y se la tiré lejos.

- ¡Oye!- me reclamó- ¿Cuál es tu problema?- preguntó molesta.

- ¿Mi problema, Alice, mi problema? Tú eres mi mejor amiga y te deberías dar cuenta que no estoy bien, que estoy pasando por un momento difícil y ¡tú ni siquiera preguntas qué es lo que me pasa!- chillé enojada.

- Sé lo que te pasa, Bella, por eso no te pregunto- se levantó del piso y fue a buscar su revista- estás así desde la fiesta, Jazz me contó que estuviste con Erik casi toda la noche- me dijo sonriendo mientras volvía a sentarse junto a mí- Así que… ¿por qué te preguntaría si ya sabía lo que te pasaba?- se encogió de hombros.

- ¡Pero deberías ayudarme!

- ¿Ayudarte cómo?- preguntó tranquilamente- eres tan terca, que dijera lo que dijera, no me harías caso, así que prefiero ahorrar mis energías- abrió de nuevo su revista y comenzó a leer. La miré furiosa durante unos segundos, Alice estaba acabando con mi paciencia- pero si te hace sentir mejor, puedes contarme cuál es tu problema- me sonrió. Tenía unas ganas locas de borrarle esa sonrisa de su cara, pero me contuve.

- Bien, Jake fue a buscar unos refrescos para nosotros dos y mientras lo esperaba, se acercó a Erik y me invitó a bailar. Cuando tomó mi mano, sentí un extraño cosquilleo y repentinamente mi humor mejoró- sonreí- como tú me habías dicho que me divirtiera, decidí hacerte caso y empecé a entablar una conversación con Erik… -moví nerviosamente mis manos- estuvimos bailando durante mucho tiempo y después nos fuimos a sentar al pie de las escaleras, pero cada minuto que pasaba con Erik recordaba a Edward. Algunas veces llegaba a pensar que era Edward el que estaba conmigo y no Erik- Alice rió- no es gracioso…

- Perdón, continúa por favor- se disculpó.

- Estuvimos hablando un rato más hasta que llegó Jasper y dijo que tenían que irse…- de pronto se me ocurrió algo- hay una cosa que no me cuadra.

- ¿Qué cosa?- preguntó Alice.

- Jasper le dijo a Erik que tenían que irse, pero luego Jasper me acompañó hasta mi camioneta… por lo tanto… Erik todavía seguía en la fiesta- Alice frunció el ceño.

- Sí- contestó rápidamente- estaba conmigo, Erik fue a agradecerme que lo haya invitado, es todo un caballero- sonrió.

- Pero entonces…

- Después de dejarte a ti, Erik y yo nos encontramos con Jasper, me despedí de ellos y se fueron. Fin de la historia. Sigamos con la tuya- me ordenó Alice.

- Está bien, desde ese día que no puedo sacarme a Erik de la cabeza y me confunde…

- ¿Por qué te confunde?- preguntó Alice sonriendo. ¿Dejaría de sonreír alguna vez?

- ¡Porque estoy enamorada de él!- le grité furiosa.

- ¿De quién?- inquirió en tono tranquilo.

- ¡De Edward!

- No entiendo- rió Alice.

- ¡¿Qué es lo que no entiendes?!-chillé.

- Si estás enamorada de Edward, ¿por qué estás confundida?

- Yo…-miré a Alice perpleja.

- Yo creo que conocer a Erik…

- ¿De verdad se llama así?- la interrumpí.

- Claro que no… como te decía, conocerlo te sirvió para descubrir que aún estás enamorada de Edward.

- ¡¿Y qué gano sabiendo eso, Alice?! No puedo llamarlo y decirle "Hola Edward, habla Bella, ¿sabes? Estuve pensando y me di cuenta que sigo enamorada de ti. Avísame si tú también lo estás de mí"

- No es mala idea- rió Alice.

- Alice…- le advertí.

- Está bien, Bella…-suspiró resignada- te ayudaré a que soluciones las cosas con Edward. Tengo un plan

- ¿Tan rápido?- pregunté sorprendida.

- Así es, las mentes brillante funcionamos así- dijo hojeando su revista.

- ¿Ahí tienes escrito tu plan?- le pregunté irónicamente mostrándole la revista.

- No, sólo quiero marcar la hoja que estaba leyendo antes que tú me la quitaras de golpe.

- Perdona, Alice, yo estaba un poco alterada… -me disculpé.

- ¿Un poco?-levantó la ceja- no importa- me sonrió- por cierto Bella…- siguió hablando mientras doblaba la esquina superior de su revista- el verdadero nombre de Erik es Edward.

- ¿Edward?

- Sí, Edward Anthony Masen- me dijo con una sonrisa de oreja a oreja

- ¡¿QUÉ?!- grité abriendo los ojos como platos.

- Ya escuchaste- rió Alice- Erik es Edward, mi primo y también el chico del que estás enamorada.

- Pero, pero, pero…. Erik… Edward…. Oh… Dios… -murmuré aún en estado de shock.

- Vamos Bella, concéntrate…- exigió Alice, enfoqué mis ojos en su rostro y al ver que tenía toda mi atención siguió hablando: Esto es lo que vamos a hacer…

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