I'm not a fiction personality
Abrí la puerta de mi automóvil y cuando se subió comprobé que me había reconocido, estaba completamente tiesa en su posición y casi podía sentir el latir de su corazón, lo que obviamente era imposible.
— ¿Cómo supiste que era yo?
Me preguntó y levanté mi mano desde la palanca de cambio hasta llegar a la altura de su pecho deteniéndola allí.
— ¿Quién se pondría una polera de crepúsculo veinte para las doce de la noche?
Le pregunté. No dijimos nada en todo el trayecto y en mi mente había varias preguntas que responder antes de pasar al siguiente paso de mi loca idea, pero lo de orgasmos mentales había sido un poco desproporcionado, es decir en ¿De verdad quería llevarla a mi departamento? ¿Tal vez no debía hacerlo? ¿Después de todo es una fans? ¿Cómo se vería esto en un titular?
Probablemente ella pensó que yo estaba muy decidido pero al contrario, estaba tan asustado como ella e incluso por mi mente la recriminaciones no se dejaban esperar — Esto terminará en un brillante y colorido titular —pero a pesar que sabía de los riesgos algo estaba apoderado de mí que me impedía pensar cuerdamente.
Al final doble en la esquina y cuando noté la fachada de mi condominio supe en ese instante que ya no había vuelta atrás. Estacioné el auto con el corazón en la boca y era extraño pero esa faceta de matador ni yo mismo me la creía — deben haber formas más sanas de conocer a alguien — me dije mientras rodeaba el automóvil para abrir su puerta. Desde hacía un par de meses mi vida era todo menos normal, era como si viviera dos vidas totalmente distintas y hoy por primera vez estaba juntando a ambas, al Edward Cullen real con el actor. Tomé la manilla de la puerta y de un golpe abrí.
— ¿Bajaras o quieres que te cargue?
Le pregunté haciendo una voz sugerente y era increíble, en mi vida había hecho algo así ni en la preparatoria y eso era mucho decir. Su rostro denotaba miedo y confusión pero por sobre todo sorpresa, estaba estática, probablemente temblando y seguramente yo la estaba intimidando con mi actitud de atracción fatal. Extendí mi mano para que la tomará, dudo y otra vez sentí latir de su corazón furioso contra su pecho, cuando su delgada mano se posó sobre la mía me dio una corriente eléctrica, su cuerpo salió completo del automóvil y en verdad yo no le había hecho justicia a su belleza, era completamente normal, como una chica cualquiera con la que pude haberme topado, su rostro estaba tenso pero emocionado, su piel blanca era extraña y las luces del estacionamiento estaban haciéndola ver aún más blanca, sus mejillas estaban teñidas de un sutil escarlata y su cabello negro largo brillaba aún más.
No sé porque pero sus labios me capturaron en seguida y ahogue el impulso de besarla cual romeo de la historia, en cambio cerré la puerta provocando que nuestros cuerpos se acercaran más de lo debido para la primera cita con un completo desconocido, su reacción me descolocó y de primera fuente su saltito me comprobó que ella estaba tan o más nerviosa que yo.
— Esto de verdad está pasando —me preguntó con un hilo de voz.
— Así es — le confirmé con una sonrisa estúpida tatuada en el rostro.
— Es como el minuto millonario — exclamó ahogando una risotada histérica, no pude evitar reírme de aquel comentario.
Tanto era lo que yo le gustaba que incluso teniéndome frente a ella me idealizaba a tal extremo de creer que yo le cumpliría todas sus fantasías sin defecto. La tomé de la mano y la jalé hasta el ascensor, tal vez era tiempo que ella conociera al verdadero Edward Cullen y si después de mañana aun quería verme entonces no me había equivocado con ella.
— Digamos que al igual que tu soy ecologista y me gusta contribuir al planeta
— ¿Disculpa? —me preguntó entrecortado era evidente que casi no le salía la voz.
— Hoy no necesitaras tu manta eléctrica —le aclaré decidido a quitar la imagen de ficción que tenía.
— No soy un personaje de ficción —le repetí en mi fuero interno todo el trayecto del ascensor, se que la puse nerviosa por la manera en que la mire y seguro estaba en mi "momento vampírico" porque casi me la devoré con la mirada pero quería que me viera a mí no al personaje y mucho menos al actor.
Cuando llegamos a mi piso, sostuve las puertas para que bajara, se tropezó y definitivamente estaba en mi "momento vampírico" inexplicablemente la sujete con una precisión poco conocida para mí y evite que se estrellara contra el piso, me reí ante lo caballeroso que estaba volviéndome en cuestión de minutos.
Entro lentamente cuando abrí la puerta, la observe, para ser honesto y completamente real la muchacha estaba bastante buena, tenía una figura normal, nada exuberante pero aun así provocadora, claro que yo no hubiera elegido esa polera en especifico pero mi mente formulo más de una forma, bastante osada, de quitarla. Desvié mi vista a su pantalón y no pude evitar fantasear con sus curvas, tanto que me sentí un verdadero canalla por pensar en cómo sería tenerla entre mis brazos, sentir sus piernas cruzar mi cintura — basta Edward detente, se noble— me dije y era realmente difícil ser tan noble como ellas lo pintaban.
Me adelante y le di la cara, seductoramente me saque la chaqueta y la deje en una silla a un costado, sin quitarle la vista de encima, y era realmente exquisito verle ese sonrojo de vergüenza mezclado con la sorpresa y el nervio que seguro estaba sintiendo, cuando en verdad yo debía ser el más asustado, si terminaban las cosas como creía terminarían la que juzgaría sería ella no yo, el que más podía perder de los dos era yo, y cumplir tantas expectativas nunca es bueno y siempre es difícil.
Extendí la mano acercándome a ella, me miró confundida y de verdad la estaba traicionando el nervio.
— Tu chaqueta —le dije dándole una mirada evidente y ella rió nerviosa.
Me lo entregó y pude ver como se percató recién que traía la puesta la polera, se la tapo, cuando volví a la habitación la excitación era evidente, había un ambiente tenso pero chispeante y yo no podía decir que era tan noble, por mi mente divagaban muchas pero muchas de las poses y situaciones que había leído y otras tantas que había fantaseado alguna vez.
Le ofrecí algo de tomar para romper el hielo y hace mucho que no estaba en esta posición de galán con alguien real, y que no estuviera pauteado en un libreto, este era como mi propio libreto y jamás me gusto ser el artífice de mi propia realidad. Cuando me dijo agua no pude evitar mirarla incrédulo, se corrigió al segundo, le pase una botella de cerveza y tomé de la mía, grande fue mi sorpresa cuando ella se la acabo de un golpe.
— Si que teníamos sed ¿Otra?
Le pregunté sorprendido y ella asintió y fue allí cuando vino la pregunta de rigor — ¿Cómo? — fue todo lo que necesito decir para que yo entendiera el mensaje.
— Digamos que tenemos un pasatiempo en común
Finalice y otra vez mi modo pasional cobro vida e imprudentemente al pasar la botella roce sus labios contra los míos. Su pregunta siguiente fue con la voz completamente estrangulada por el deseo y podía apostar que estaba comenzando a excitarla de manera lujuriosa. Me mantuve cerca y esto de la seducción misteriosa tenía buenos resultados, el galán estaba a punto de lograr su conquista y de paso despejar el mito.
— Leer ¿Cuál creías?
Fue mi respuesta contra su rostro, susurré apropósito y estaba comprobando que esa mujer se había subido a mi auto muy consciente de lo que pasaría. Mi ansiedad se disparó y tenía unas ganas tremendas de tocarle el rostro y besarla, sentir sus labios tersos y cálidos contra los míos, fantaseaba con la humedad de su boca, estaba así absortó cuando finalmente escuche a lo lejos su inquietud.
Me separé al tiempo que suspiré y si iba a convertirme en un personaje como el que ellas habían descrito necesitaba tener alcohol en las venas para poder ser tan desinhibido y olvidarme de la responsabilidad y el decoró. Tomé un sorbo y le contesté siguiendo el juego de la seducción misteriosa, pero la risa traicionera afloró y es que no me veía haciéndomelas de don Juan pero debo reconocer que toda la experiencia estaba siendo sublime y muy pero muy excitante.
Cuando le confesé que nos conocíamos más de lo que ella creía me apoye contra el refrigerador y era tiempo que ella supiera la verdad, si iba a cruzar el limite me mostraría tal cual era para nada un ser perfecto sino lleno de defectos entre esos que era hombre y como tal mi mente pensaba más con la carne que con el sentimiento, lo que no implicaba que pudiera enamorarme si tampoco era un monstruo sexual pero le traía ganas debía confesarlo. Cuando le dije el nombre de mi alter ego su sonrisa se apago y se descolocó — la cagaste eres oficialmente un psicópata — me dije en pánico porque de pronto se pusiera a gritar y todo terminará mal sin siquiera comenzar. Asi que decidí actuar me acerque y fui al ataque otra vez, deslice mi dedo por su brazo hasta llegar su hombro sin perder detalle de su expresión.
— Si mal no recuerdo tenias unas ideas bastante buenas acerca de lo que me harías sin realmente me tuvieras realmente al frente.
Exclamé explorando su honestidad y ella me miró impactada, me acerque le quite la botella de los dedos y deje la propia a un costado, como se quedo callada decidí decirle algo osado y divertido.
— Te comieron la lengua los ratones
Le pregunté y su respuesta me dejo en blanco, completamente incapaz de haberlo siquiera prevenido. Me beso desenfrenadamente cruzando sus manos en mi cuello, sin esperármelo mi cuerpo reacciono más de lo que yo hubiera deseado y la apreté contra mi cuerpo, la hice caminar sin detenernos. Entre tanto le quite la ropa, su polera cayó al suelo y ella hizo lo mismo con la mía, me beso el torso desnudo y sentir sus labios era exquisito, sus lengua humedad recorrer mi piel, hizo que me tensará ante la posibilidad de hacerla mía sin más contemplaciones ni siquiera tomando el cuidado debido. La tomé atrayéndola hacía mi y la recargue contra la pared fuera de mi habitación. Enterré mis labios en su cuello desesperado y hambriento succioné el lóbulo de su oreja, tenía claro por su respiración que estaba lista para lo siguiente ni siquiera tenía que tocarla para comprobarlo, bajo sus manos hacía mi pantalón, al principio en acto reflejo quise detenerla pero luego me excito la idea que sintiera que tan excitado estaba por su cuerpo. Desvió su mano hacía mi trasero que apretó y la textura de su mano y la intensidad con la cual apretó logró que me la imaginará completamente desnuda entre mis brazos. Abrí la puerta y la giré para que quedará de espaldas a mí cuerpo, apreté sus caderas contra mi pelvi, tenía una mano en uno de sus pechos y la otra bajo sin pedir permiso cuan intruso desea comprobar su teoría y la toque sin tapujos, introduje mi dedo sin mayor preámbulo al notar lo excitada que estaba y ella ladeo su cabeza excitada, deposite mis labios en su cuello y bese la base de este apretando levemente con mis dientes su piel mientras la estimulaba.
Me sentó en la cama y tiré de su pantalón de buzo, levanto sus piernas ayudando a quitarlo, se soltó el corpiño y lo dejo caer al suelo, acto seguido se sentó en mi regazo y ya no había señales de la timidez que creí haber notado en un principio. Mis labios se fueron a sus pechos y con mis manos la sostuve para evitar que se moviera, la sentí arquearse ante mis húmedas caricias y su jadeo fueron música para mis oídos, baje mis manos hasta sus nalgas apretándolas y era tan tersa su piel, como un cojín de plumas, estaba apretado y bien definido. La tumbe contra la cama y me levanté para terminar de desnudarme, estaba más que deseoso de sentirla y la ropa estovaba a este punto. Abrí el cajón de mi velador y saque el condón, lo deje a un lado, tiré de su ropa interior para quitarla por completo. Tomé una pierna entre mis manos y comencé a acariciarla incluyendo la planta de los pies, comenzó a jadear y noté como puso sus ojos en blanco. Bese la pantorrilla y sus jadeos se hicieron más audibles, descontrolados lo que me excito aún más. Recorrí su cuerpo besándola hasta el muslo y recliné mi cuerpo cuando baje por su entrepierna para volver a introducir un dedo en su sexo. Sus ojos se cerraron automáticamente ante el placer que estaba sintiendo, lo hice hasta que sentí como su cuerpo se estremeció un poco, señal que estaba por llegar al orgasmo, me acerque sin que lo notará y me introduje en ella.
Enrollo sus piernas apretando mi cintura y la bese nuevamente mientras comenzaba a moverme en su interior, sus gemidos se volvían locos, de pronto no pude contener los míos propios y sucumbí al placer que estaba dándome su cuerpo. Me miró y sus ojos calaron hondo en mí. Mientras sentía como sus labios me devoran el cuello y jugaban con el lóbulo de mi oreja, fue allí cuando terminé respirando entrecortado y completamente cansado. Tenía mis manos apoyadas en la cama, me quede estático mirándola tratando de regularizar mi respiración agitada.
— ¿La ficción o la realidad?
Fue la pregunta curiosa que brotó automáticamente de mis labios apenas pude hablar.
— La realidad y espero de todo corazón que te parezcas al personaje "siempre listo" de las historias que he leído —me contestó y me reí al tiempo que me separaba de ella.
Y yo espero que no seas una fans más Me dije mientras entraba al baño para quitarme el condón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario