¿What do you do for love?
Bajamos al estacionamiento del hotel por el ascensor dándonos besos furtivos, era excitante hacerlo, procurar que nadie se diera cuenta, mientras el ascensor paraba en los pisos esperamos que bajara la gente y cuando la puertas se cerraban nos besamos, tenía muy claro que había cámaras pero no me importaba, no creo que dijeran nada. Cuando llegamos al primer subterráneo las puertas se abrieron y nos bajamos. Caminamos de la mano hasta mi vehiculo, saque la alarma. Abrí la cajuela para dejar mi chaqueta, cuando lo hice unos volantes esparcidos me llamaron la atención.
Noche de Sexo
¿Te crees lo suficientemente capaz para complacer?
Pruébalo
Avalon Discoteque
Eran cuatro entradas VIP me sonreí — hazlo real, sácala a bailar, conoce a la mujer detrás del sexo —y las palabras de Jasper se me vinieron a la mente, deje las entradas donde estaban y cerré la puerta de la cajuela. Me subí y encendí el vehiculo.
— ¿De que te ríes? —me preguntó ella mientras se ponía el cinturón de seguridad.
— De nada —le contesté.
La mayoría del trayecto lo hicimos en silencio, salvo por la música, en mi mente estaba distraído pensando en como iba a hacer para que esas entradas llegaran a sus manos sin yo entregárselas directamente quería que fuera una sorpresa y casi una casualidad aparentada que nos encontramos allí. Estacioné el auto fuera de su departamento pero yo aún no conseguía planear nada — tal vez es mejor que la invites directamente —me dijo mi vocecilla y suspiré.
— Bien —exclamó ella jugando con sus manos nerviosa
— Bien —contesté acercándome a ella.
Su respiración se hizo agitada de solo acercarme, yo aún tenía patente sus gemidos y su osada performance de hacía un rato, me encantaba esa dualidad en ella, como era posible que se pusiera roja como tomate conmigo a pocos centímetros cuando de verdad debería estarlo era todo lo contrario, deseosa de que yo tomará el papel de macho recio y la hiciera mía sin control. Me quede contemplándola por unos minutos, deslicé mi mano por su mejilla y ella cerró sus ojos ante mi contacto — ¿Cómo puedes amar a alguien tanto en tan poco tiempo? —me pregunté con el corazón desangrando por la separación inminente que se venía.
— Creo que es tiempo que me vaya, seguro tienes cosas que hacer —se escuso mi dulcinea, no puede evitar suspirar me acerque aún más hasta casi rozar sus labios con los míos.
— ¿Te gusta bailar? —le pregunté dándole el espacio suficiente para que pudiera ordenar sus pensamientos.
— No mucho —contestó dudosa y me reí — ¿Por qué? —agregó extrañada por mi interés.
— Por nada, que duermas muy pero muy bien –—le desee despidiéndome, rocé la comisura de sus labios quería guardar el sabor de estos, la delicadeza de su piel contra la mía — ¡Basta hombre contrólate! —me recriminé separándome de ella.
Miré como entró a su edificio y permanecí un minuto más hasta que la brillante idea se vino a la cabeza. Me conecté al notebook y tenía claro que su amiga Alice de seguro pasaba conectada todo el día ya fuera al Messenger o al Foro. No encontré su Messenger en el perfil pero cuando noté que usuario estaban en línea abrí mis ojos desmesuradamente satisfecho — ¡Bingo! —exclamé abriendo un topic en el foro.
Tengo dos entradas VIP hoy en la noche para la Discoquete Avalon ¿Interesadas? Contestar por MP
Ahora a esperar, no tardó ni medio minuto en aparecer el MP pero no de ella sino de varias otras, en eso apareció el que me interesaba
¿Qué tengo que hacer para ganarlas? ¿Cobras? ¿Cuánto?
Era el mensaje y me reí entre dientes — Para ti cortesía de la casa —exclamé escribiendo la respuesta.
Son tuyas si las quieres dame una dirección para enviártelas
Y allí estaba yo pagando correo certificado Express de dos horas para que se las fueran a dejar. Siguiente parada del plan — Jasper —necesitaba distraer a la amiga de Bella y que mejor que mi viejo amigo tirado a galán. Era hora de que utilizara sus encantos para que me beneficiaria en algo de aquello.
— ¿Edward Cullen invitándome a salir? —inquirió en una risotada, puse mis ojos en blanco — Hemos caído bajo ¿tan desesperados estamos? —cuestionó divertido — Ojo que a mí me gustan las mujeres eh—aclaró dejándome entrar a su departamento.
— Pues justamente por eso te tengo una cita a ciegas ¿Te tinca? — Le contesté — y déjame decirte que no te arrepentirás —agregue recordando a Alice. Me observó un tanto escéptico e intrigado, finalmente habló.
— Tengo una dudita matador ¿Si no voy a arrepentirme como dices por qué no hay interés de tu parte? —cuestionó sarcástico pensando en que iba a asignarle el cacho.
— Simple, me gusta la amiga —respondí despejando la interrogante.
— ¿Es amiga de tu amiga sexual? —Preguntó abriendo los ojos como plato — Digo virtual —corrigió al ver mi descontento por su expresión.
— ¿Quieres o no quieres ir? —pregunté perdiendo la paciencia
— Por supuesto que quiero ir —contestó con bastante más interés que antes.
Llegamos bastante temprano pero era mejor así sino todo mi plan se vendría abajo, nos sentamos cerca del bar y luego de pedir un par de cervezas mi amigo me miró.
— ¿Y dónde está mi dulcinea? —preguntó impaciente y seguro se imaginaba a una bomba sexual y si bien no era fea tampoco era exuberante. Pero la expectación es algo inevitable cuando se va a lo desconocido bien lo sabía yo.
— La paciencia es la madre de todas las ciencias —exclamé medio filosófico y Jasper me miró extrañado
— ¿Dónde está mi amigo? ¿Qué le han hecho? —preguntó preocupado al verme tan metido en este cuento del amor
— Cuando te enamores hablamos
— Pues si me voy a poner como estas tú prefiero no enamorarme por ahora, soy demasiado joven —me contestó pidiendo otro trago.
Iba a contestarle cuando a lo lejos le vi. Me reí y me acomode de tal forma que los cuerpos de unas cuantas personas me cubrían.
— Allí está tu cita a ciegas —le dije a mi amigo golpeando su hombro y apuntando a Alice que daba saltitos por convencer a Bella para que se acercaran a la planta de baile.
— ¿Alice? —exclamó trapicándose con la cerveza me miró en pánico — ¿Bella es tu amiga sexual? —preguntó y entonces yo fui el sorprendido cuando él la llamo tan familiar.
— ¿Ustedes se conocen? —fue mi turno de las preguntas.
Iba a contestarme cuando noté como Bella miraba hacía nosotros, improvisadamente me giré al igual que mi amigo ambos tratamos de pasar desapercibido, aún no quería que me viera además necesitaba que Jasper me explicará esta extraña coincidencia. Otra vez fui ayudado de la nada, no supe bien si para mi buena suerte o mala un el muchacho que estaba sentado al lado de mi amigo también las observaba.
El baile provocador que ambas iniciaron hicieron que al final ni Jasper me contará bien la historia ni yo preguntará más. Simplemente me alegre tener a un muy dispuesto amigo para entretener a la amiga, me senté a unos cuantas sillas de distancia siempre procurando que no me vieran directamente. Como siempre Bella me subestimaba, en realidad todas las mujeres subestiman a los hombres al pensar que pueden bailar de esa manera sin que a uno le pase nada, sentía mi cuerpo caluroso y no era precisamente por el ejercicio físico, mi libido se había despertado pero en potencia y de solo contemplar como su amiga le pasaba sutilmente su mano por sus caderas en movimientos ingenuos pero totalmente sensuales me hizo alterar el pulso y volar lejos la imaginación — De ese vestido no quedaría señal alguna —me propuse en la mente sonriendo suspicaz.
La observe harto rato hasta que mire a Jasper que se sobresalto al ver que "mi ayuda divina" se le adelantaba. El muchacho de su costado sacó a bailar a Alice y Bella decidió ir a mirar por allí. Debo reconocer que no solo fue mi amigo quién se sobresalto, yo mismo por un segundo temí que se equivocará después de todo Bella igual estaba bailando y que mi brillante plan se viera confundido, se me apretó el corazón pero cuando fue Alice la que tomó la iniciativa me reí. Me senté más confiado y esperé, claro que no contaba con ella se vendría a la barra. Me levanté justo para pasar por un costado caminando detrás de uno de los pilares del lugar, rodee la pista de baile y me puse al otro lado del lugar. Jasper aguardó y luego entró en acción.
Bella pidió un trago y me dedique a observar ese cuerpo tan perfecto y sus actitudes, me reí cuando sus pies se movieron al compás de la música — No mucho —murmuré maravillado tomando de mi trago, ella jugaba suntuosamente con el cristal entre sus manos y las ganas de besarla se acrecentaron. Esto de observarla era como estimularse igual que un niño de tercer grado y para qué, cuando podía jugar en las grandes ligas. Deje el vaso sobre la pequeña mesa donde estaba sentado y tomé mi celular, era increíble lo tecnológico que me había vuelto en cuestión de días.
Baila para mí
Fue el mensaje de texto que le mande y apenas lo hice la miré extasiado esperando su reacción de confusión y esa expresión que ella solía dar a lo desconocido era sublime, me excitaba sobre manera ser el causante de tantas reacciones en una persona, otra vez mi ego se veía presentado — Esto esta mal —me dije entre dientes pero la sonrisa se esculpió a fuego cuando la vi ser un manojo de vergüenza contestando el teléfono, me reí mordiéndome la mano y mirando a otro lado por la vergüenza ajena que sentí al verla completamente torpe producto del nervio. Cuando finalmente cayo en cuenta que era un mensaje fue mejor y diez mil veces mejor su cara de desconcierto, levantó la vista y miro a todos lados sin darse cuenta, sus labios estaban abiertos expectantes porque yo apareciera en cualquier momento de entre la gente pero se equivocaba, no iba a aparecer antes de jugar al menos un par de minutos, mi lado perverso se estaba apoderando de mí. Sus mejillas se tiñeron de un escarlata exquisito y me fascinó.
¿Vergüenza ahora?
Fue el siguiente mensaje que le mandé y sus ojos se abrieron más, dejo el trago y corrió por el pasillo hasta la pista de baile — ¿Dónde va? —me pregunté con temor a que se fuera pero cuando la vi interrumpir a su amiga Alice en la mitad de su danza de seducción, me reí sin poder contenerlo. Ni siquiera miró al acompañante de ella, estoy seguro que no notó que lo conocía. Hablaron varios minutos, desvié mi atención a Jasper que no tenía buena cara pero ahora supe porque no lo reconoció, este se alejó un tanto de ellas. Bella por su parte miraba desconcertada a todos lados buscándome, así que pensé que era hora de dejar ser encontrado, mi decisión fue ratificada cuando Jasper me encontró en la penumbra y pude ver claramente como alzó su ceja molesto por tanto juego. Era exquisito verla desesperada así que me traiciono mi lado malo y seguí con el jueguito de lo desconocido por unos minutos más.
Te ves realmente hermosa cuando estas desesperada, aunque mi cara favorita es otra ¿Adividinas cual?
Era el mensaje de texto y la música cambio a una muy conveniente.
Cualquier alcance con la realidad es mera coincidencia ¿Qué opinas?
Le comenté por mensaje de texto y ella rió al comprender la ironía de la canción.
¿Qué tan osada puedes llegar a ser?
Era el siguiente mensaje que envié sus ojos brillaban aún en la oscuridad y mi ansiedad por tenerla cerca, por tocarla, por quitarle ese vestido se disparó.
Al ver que Jasper tomo un poco a Alice como no queriendo la cosa y que propiciamente una pareja y más personas se cruzaron me acerque. Le puse mi mano en la cintura y su cuerpo se puso rígido por el contacto, me acerque y roce con mis labios su cuello hasta llegar a su oído donde susurré.
— ¿Bailarás para mí? –pregunté con la voz ronca y seductora, realmente me traía más que prendido.
— ¿Aquí? —cuestionó en un hilo de voz y definitivamente su mente era osada
— Ajá —murmuro en respuesta haciendo que mi aliento tibio inundará su rostro.
La giré y quedamos nariz con nariz, me reí porque su expresión era indescifrable, se acercó y fue como verla en cámara lenta, termino besándome en los labios de forma apasionada, fue allí ante tanta urgencia y sexualidad que desbordo ese beso que me olvide de los modales, de que estábamos en publico, sin mucha cortesía y derribando el mito de "príncipe" bajé mi mano por su espalda hasta su trasero para hacer que su cuerpo casi se fundiera contra el mío que ya estaba reaccionando a tanto estimulo externo.
Comenzamos a bailar besándonos y me traiciono la respiración estaba completamente errática, sin sentido, escasamente podría haber recordado donde estábamos sino fuera por la música desbordante que se sentía en mis oídos..
— ¿Salimos de aquí? —le pregunté pegando mi rostro al suyo
— Absolutamente —contestó ella.
La jalé con demasiada urgencia, bajamos hasta salir del local y era como que mi suerte me condenaba, un flash en mi rostro apenas pisamos la calle, traté de protegerla haciendo que caminará más rápido y pegándola a mi cuerpo pero claro no todos reaccionamos de la misma manera y ella se congeló en la mitad de su caminar. Los periodista la cerraron en un circulo y ella miraba totalmente asustada por tanta atención. La jalé hacía el automóvil estábamos por llegar cuando sentí una pregunta demasiado estúpida y poco sutil que me enfureció ¿Pero quién se creen… Cómo siquiera pensar en que ella es una prostituta?, me pregunté desbordante de rabia e hice algo que no hubiera hecho que fue girarme para encararlo. Bella mi miro asustada por mi actitud pero de verdad me dieron ganas de romperle la cámara en la cara, el periodista claro estaba en su salsa y de seguro quería que cumpliera con mis intensiones pero ella me llamó a la calma.
— Por favor
Me pidió con la voz estrangulada por el susto y accedí. Me relajé y era primera vez desde mis años de escolar que no sentía esa irá descontrolada por aclararle algo a alguien. Toda mi maduración se había ido a un lugar lejano por esos escasos minutos de tensión en donde pensé varias formas de hacerlo entender que ella no era "la de turno" sino algo más y que era hora de que dejara de meter su nariz donde no lo llamaban.
Me subí y me excusé no quería causarle problemas ni menos estrés traumático por salir una noche a divertirse, ella se rió nerviosa pero esa sonrisa era un buen indicio. Me preguntó si era siempre así y quise decirle que no pero desde que esta locura de la fama había comenzado era cada vez peor, le pregunté a cambio si a ella le importaría aparecer en alguna revista y ella me miró como si yo fuera estúpido ¿qué? Me dije para mis adentros y claro ella veía algo que yo no estaba viendo.
— Me preocuparía que fuera una impresión equivocada — y eso me dejo marcando ocupado ¿impresión equivocada? ¿Qué acaso no lo ves?, ¡No ves que te amo! Grité ahogadamente en mi mente pero ella se acordó de quién menos quería ser recordada si mal no conocía a Jasper, Alice ahora estaría preocupada de otras cosas y su amiga Bella estaba lejos, muy lejos de su mente al menos esta noche.
— Alice —susurró llamándola y explicándome que tenía que avisarle que se iba a ir sola y enrole mis ojos claro que ella no lo vio.
— Yo no me preocuparía por tu amiga —le dije deteniendo el auto y tomando entre mis manos su celular — Lo siento cariño Jasper me asesinaría si te dejo interrumpirlo ahora —pensé
— ¿Por qué? —preguntó intrigada
— Digamos que está bastante ocupada y en muy buenas manos –expliqué besándola en los labios
Profundice el beso a medida que la jalaba para que sentará sobre mis piernas, uno de mis defectos era la impaciencia y con ella lo quería todo ahora. La toque sin pudor y me encantaba su reacción, toda su piel se erizaba y ella perdía la cordura cuando yo la tocaba de esa manera. Mi respiración se volvió más errática sentía toda mi sangre latir por mis venas de manera salvaje, y era muy buena idea que ella se hubiera puesto vestido, solo me faltaba quitarle una prenda y estábamos listos para amarnos sin control por segunda vez en un automóvil, estaba gustándome esto de los espacios pequeños y restringidos.
— No creo que sea buena idea —murmuró entre cortado ¿Por qué a las mujeres el baja el pudor en plena acción? Pensé pero como un pudor disfrazado porque ella a pesar de que su mente y razón le decían que no debía hacerlo estaba deseosa que yo no parara sino tan solo debía abrir la puerta y bajar
— ¿Qué cosa? —le pregunté restando importancia a su minuto de niña buena.
— Estar aquí alguien puede vernos —protestó
— Son las dos de la madrugada, todo mundo esta durmiendo —contesté metiendo mi mano bajo su ropa interior, ella jadeo y cerro sus ojos, la observe.
Su rostro se fue lentamente poniendo primero de un carmesí sutil hasta llegar a un rojo furioso, sus mejillas estaban teñidas de este exquisito color, su respiración se apagaba en ciertos momentos, la temperatura de su cuerpo estaba elevadísima. Sus piernas se juntaron y su cuerpo se contrajo justo cuando iba a llegar al orgasmo, ese gestó de excitación completa, de niña transformada en mujer, en mi mujer me trastornó.
— Esa expresión que acabas de dar me vuelve loco –confesé contemplando sus ojos vidriosos llenos de lágrimas incapaz de siquiera articular palabra alguna. Estaba dudando de dejarse llevar por el placer y cuando decidió hacerlo, justo cuando iba a tocar el botón del pantalón se sintió la alarma del vehículo que estaba a un costado del nuestro.
— ¿Durmiendo eh? —preguntó avergonzada pero también molesta por haberla incitado así y luego haberla dejado con todas las ganas. Se bajo del auto urgida y lo hizo justo a tiempo para ordenarme la ropa.
Me bajé del auto luego de dar un suspiro grande y tratar de controlar a mi cuerpo. Puse la alarma pero ella se adelanto a mis movimientos y camino hasta el ascensor, cuando iba a entrar hice algo que había querido hacer desde que salimos de ese lugar y era tomarle la mano como si fuéramos novios. Se quedo estática sin mirarme cuando lo que yo quería era que me preguntará ¿Qué significaba eso? — Vamos mi amor pregunta, pregunta, pregunta —le incité mentalmente pero claro ella tampoco leía la mente.
Entramos a mi departamento y mis ansias volvieron de fundirme con su cuerpo, la besé y acaricié hasta que ella tomó la iniciativa y lo hizo conmigo, me perdí en el contacto calido de su mano con mi parte sensible y perdí el norte de mis pensamientos justo cuando iba a llegar al orgasmo se detuvo y la miré desesperado.
Con el pulso a mil busque el dichoso preservativo y ella se termino de desnuda subida a mi cama. Me senté en el borde y ella se sentó en mi regazo, iba a moverse pero me gustaba más tener el control a mí sobre todo si estaba desesperado no iba a arriesgarme a que se le ocurriera parar justo cuando estuviera por alcanzar mi tan esperado orgasmo. Colapse en su pecho y ella se acurruco junto a mí.
Se quedo dormida en cuestión de minutos y yo la seguí al rato. Desperté de repente miré mi reloj un poco atontado y eran cerca de las diez de la mañana, bastante temprano para mí, ella en cambio dormía profundamente, tenía su entrecejo fruncido, sus labios estaban curvados expectantes, y algo balbuceo entre dientes. Me acerque para escucharlo mejor.
— ¿Qué decías? —murmuré contra su oído y esta técnica se la había aprendido a mi hermana Rosalie con mi padre cuando se dormía en el sillón y éramos chicos.
— ¿qué soy yo para ti? —preguntó casi ininteligible y me reí.
— Lo eres todo —contesté besando su frente y me levanté.
Me bañe y luego me vestí, al salir de la habitación y ya se estaba volviendo habitual me encontré con Pat en la salida del dormitorio, su cara me lo decía todo y como era posible que mi hermana me lo llevará sin avisarme pensé.
— ¿Qué tortura te hizo ahora la tonta de mi hermana? —le pregunté y para variar no tenía comida de perro. Plan de contingencia pensé abriendo el refrigerador pero lo único digerible era un poco de paté.
Se lo dí todo y luego le di unas galletas que encontré. Comencé a preparar el desayuno, puse la tetera, unas tostadas y en eso miré a mi alrededor por mi perro pero este no estaba en ningún lado luego miré hacía el pasillo y pensé lo peor.
Cuando me asomé estaba él arriba de la cama lamiendo a mi dulcinea moderna que estaba balbuceando algo.
— ¡Pat bájate de la cama!
Le ordené y luego entré a la habitación. Bella aún miraba aturdida a mi perro, claro que la reacción de este con ella me gusto. Seguro no se hubiera imaginado una despertada de ese tipo, me senté en el borde de la cama.
— Lo siento ¿Te despertó? —le pregunté y traté de ahogar la risa por la situación.
Estaba un poco desilusionada por que fuera mi perro la que la hubiera despertado entonces recordé lo que estaba soñando y me intrigó el final de sueño.
— ¿qué soñabas? —le pregunté suspicaz
— ¿Yo? —preguntó nerviosa
— Sí tu –confirmé acercándose a mi —parecías bastante feliz incluso murmuraste algo –le confesé.
— Mientes – se defendió —yo no habló en sueños —aseguré y me reí perversamente esta vez.
— ¿Segura? –le pregunté para hacerla dudar, ella asintió. Iba a hablarle cuando sentimos el ladrido de Pat que la salvo.
— Salvada por el ladrido —exclamó bajito mientras se levantaba de la cama y caminaba hacía el baño cerrando la puerta tras de sí
No hay comentarios:
Publicar un comentario