Los Accidentes Pasan:
"¿A qué hora tienes la cita con el médico?" preguntó Edward.
"A las diez," contesté, mirando su reflejo en el espejo del baño.
"¿Quieres que vaya contigo?"
"No. No pasa nada. Probablemente tengas razón. Sólo será una recaída de la gripe que tuve hace unas semanas. Me hará una receta para más antibióticos y estaré de nuevo bien en nada de tiempo."
"Eso espero. Sabía que fuimos a bailar demasiado pronto."
"¡No empieces con eso otra vez! Me sentía perfectamente bien esa noche, como demostré por cómo pasamos toda la noche haciendo el amor cuando llegamos a casa. ¡Sé que tus padres nos oyeron!"
"Puede que mi madre haya mencionado algo sobre querer insonorizar nuestra habitación," dijo Edward, con una sonrisa tonta en la cara.
Le di un golpe de broma. "Sigue con eso y pasará mucho tiempo hasta que esas manos se acerquen a mí."
Me abrazó con cariño. "Te amo, Bella Cullen."
"Te amo, Edward Cullen," me puse de puntillas y le besé en la nariz. "Me voy al médico. Para cuando tenga la receta creo que llegaré a casa un poco después del almuerzo."
"¿Te gustaría que cocinase para ti?"
"Mejor esperamos y vemos como estará mi apetito. Ahora mismo, no podría pensar en comer, teniendo en cuenta que no tardaría en devolverlo."
"Eso es muy asqueroso, Bella."
"Podrás quejarte cuando seas el que vomite a primera hora de la mañana," bromeé. "Voy a llevarme el volvo ya que vas a quedarte con Emmett y Jasper."
"¿Cómo sabes que voy a quedarme?"
"Están en casa y la Xbox está conectada," contesté. "No te metas en muchos problemas con esos dos mientras estoy fuera."
"Ni lo soñaría, cariño," dijo mientras me daba un beso de despedida.
Bajé las escaleras. Rose estaba sujetando a mi sobrina, Lily, en su regazo, intentando que sonriese. Lily ya tenía un año y tres meses. Tenía las facciones de Rose, pero el pelo y los ojos de Emmett.
Me incliné sobre la parte trasera del sofá. "¿Cómo están hoy mis dos flores favoritas?"
"Bella, ¿te he dicho ya hoy lo tonto que es eso?" preguntó Rose con una sonrisa.
La besé en la mejilla. "Nop. Pero gracias por el aviso." Me incliné y le sonreí a Lily. "¿Cómo estás hoy, Lily Bear? ¿Vas a sonreírle a tu tita favorita?"
"No estoy ahí para que me sonría," dijo Alice, sonriendo.
"¡Calla!" bromeé, sacándole la lengua.
Lily empezó a reírse, sus risitas de bebé llenando la habitación. Me giré y le besé la pequeña mejilla.
"Gracias, Lily Bear. Sé buena para tu mamá."
"¿A dónde vas tan temprano?" preguntó Alice.
"Edward me pidió una cita con el médico." Contesté. "Se ha auto convencido de que salí al mundo demasiado pronto después de la gripe tan mala que tuve y que estoy teniendo una recaída. Así que para apaciguar al infame Tutor-boy, voy a ver al médico para otra ronda de antibióticos."
"Me hace muchísima gracia que todavía le llames así, Squirt," dijo Emmett, riéndose por lo bajo.
"Deja de llamarme Squirt y retiraré Tutor-boy." Le dije.
"¡Imposible!" se rió Emmett.
"¡Adiós, gente!" grité mientras salía por la puerta principal.
Me subí al Volvo y ajusté el asiento. Me encantaba este maldito coche aunque me negaba a admitírselo a Edward. Iría corriendo a comprarme uno igual. Tras dos semanas de discusiones conseguí que me dejase comprar un coche usado cuando el mío murió el día que nos casamos.
Fui hasta la consulta del médico y entré. Afortunadamente, no tuve que esperar mucho. Con las vacaciones, esta era la estación de la gripe y me había preocupado que tuviera que estar aquí toda la mañana. La enfermera me llevó hasta la habitación y me dijo que me sentara.
El Dr. Jensen entró en la habitación y me sonrío. "¡Bella! ¿Qué te trae de vuelta tan pronto? Esta vez pareces mucho más saludable."
"La nausea y los dolores de cabeza han vuelto. A Edward le preocupa que esté teniendo una recaída de la gripe."
"¿También has estado cansada?"
"Es difícil decirlo con las vacaciones."
El Dr. Jensen empezó a tocarme el cuello. "¿Cómo te va el trabajo en la universidad?"
"Parece que les gusto a mis alumnos. ¡No puedo pedir más que eso!"
"Bueno, los ganglios linfáticos parecen estar bien." Sacó su estetoscopio. "¡Oigamos tus pulmones!"
Tirité un poco cuando el metal me tocó la piel.
"Respira hondo, Bella."
Lo hice hasta que había escuchado todas las zonas que quería.
"Tus pulmones parecen estar bien. Vamos a hacer un análisis de sangre."
"¡Odio la sangre y las agujas, doc! ¿No podemos saltarnos esto?"
"¿Y qué Edward venga aquí? Creo que no," se rió el Dr. Jensen.
Me reí con él. "Sí, haría eso. ¡Y probablemente también le diría a Carlisle que te llamase!"
"No lo dudo. Le diré a la enfermera que venga y te saque sangre y volveré tan pronto como tenga respuestas para ti."
"Gracias, Dr. Jensen."
Cerró la puerta y solté un gran suspiro. ¡Odiaba las agujas! ¡Ya me había puesto mala una vez hoy y sabía que al ver la sangre me pondría mala otra vez! Me levanté y cogí una revista. Justo cuando volvía a sentarme, entró la enfermera.
Me sonrió, pero no estaba de humor para devolvérsela. ¡Estaba aquí para apuñalarme! Me sacó sangre y conseguí no mirar. ¡Me alegraba no haberme puesta mala! Ojeé tres revistas antes de que el doctor volviese a la habitación.
"Bella, voy a tener que mandarte a otro médico," dijo el Dr. Jensen, sonriéndome.
¿Por qué me sonreía si tenía malas noticias? ¿Estaba loco? ¿Qué clase de doctor necesitaba ver? ¡Oh, Dios! ¡Por favor, que no sea cáncer!
"¿Qué? ¿Por qué?" pregunté.
"Bella, tendrás que pedir cita con tu ginecólogo. Estás embarazada."
"Has confundido mis resultados con los de otra persona. Tomo la píldora. Llevo tomándola años."
"¿Intimasteis tú y Edward mientras te tomabas las medicinas para la gripe?"
"¡Más bien no, doc! Estaba un poco malita por entonces."
El Dr. Jensen se rió por lo bajo. "¿Cuándo después de que te sintieses mejor?"
"Bastante pronto," dije. La cara y el cuello los tenía totalmente rojos mientras recordaba la noche en cuestión. "¿Por qué?"
"Los antibióticos pueden anular algunos métodos anticonceptivos. Necesitas dejar de tomarlos ya y pedir cita con tu ginecólogo. Querrá hacer algunas pruebas y prescribirte vitaminas. Ese tipo de cosas. Son buenas noticias, Bella."
Empecé a reírme histéricamente. "¡Sólo si tú eres el que va a decírselo a mi hermano y a Edward!"
"Privilegio entre doctor y paciente, Bella," el Dr. Jensen sonrió con malicia.
"¡Ve y escóndete tras eso, doc! Recordaré esto," suspiré, sonriéndole.
"Dale recuerdos a Carlisle," dijo el Dr. Jensen mientras me indicaba que saliese de la habitación.
"Estoy segura de se alegrará mucho."
"Tan orgulloso como está de Lily, ¡estoy seguro de que estará en las nubes porque su único hijo va a hacerle abuelo! ¡Deja de preocuparte y vete a casa!"
Me subí en el Volvo y me senté tras el volante, mirando fijamente a la gente que pasaba por el aparcamiento del hospital. Sabía la noche exacta en la que esto había pasado. Había estado bromeando sobre ella esta mañana. ¿Cómo iba a reaccionar Edward? ¿Quién de los dos mataría a Emmett primero?
Con veintitrés años, nueva profesora de universidad y embarazada. ¡Por accidente! No es que esto hiciese que me arrepintiera de esa noche porque había sido una de las noches más calientes que había tenido con Edward. Se me puso la cara toda roja. ¿Era esto hormonal? ¿Ya estaba empezando?
"¡Oh, Dios!" gemí, apoyando la cabeza contra el volante. Saqué mi móvil y busqué entre los números hasta que encontré el que necesitaba. Esperé pacientemente a que alguien contestase.
"Oficina del Dr. Johnson."
"Soy Bella Cullen. Necesito pedir cita para ver al Dr. Johnson tan pronto como pueda."
"Cullen. Un momento. Bella, estuviste aquí hace tan sólo dos meses. ¿Pasa algo?"
"Según el Dr. Jensen, estoy embarazada."
"¡Oh, eso es maravilloso, Bella! ¿Es tu primer hijo?"
"Sí."
"¿Qué te parece el próximo viernes a las once?"
"Perfecto.
"Mientras tanto, ¿tienes alguna pregunta?"
"¿Puede ir mi marido conmigo?"
"Por supuesto que sí, querida. Te veremos el viernes próximo."
"Gracias." Colgué el móvil y me quedé mirándolo fijamente. Ya eran dos personas las que estaban muy contentas por este bebé. Desafortunadamente, ninguno de ellos estaba en mi familia.
¿Un bebé? ¿Cómo me sentía yo sobre un bebé? Amaba a Edward. Siempre supuse que un día tendríamos un bebé… un trocito de cada uno con su aspecto y mi amor por la lectura, pero con las habilidades matemáticas de Edward. Sonreí mientras imaginaba una cabecita con el pelo color bronce. Me di cuenta entonces de que estaba contenta por este bebé. Me froté una mano sobre el estómago y esperé con todo lo que tenía que Edward también estaría contento. Ahora, sólo tenía que volver a casa y pensar en cómo decírselo.
Cuando llegué a casa, estaba extrañamente silenciosa. Me alegré mientras subía las escaleras. No quería correr el riesgo de soltarlo antes de hablar con Edward.
Abrí la puerta de nuestra habitación. Estaba sentado en el sofá, leyendo unos papeles. Probablemente estaba corrigiendo un trabajo de alguno de sus alumnos. Cerré la puerta y fui hasta él.
"Edward, necesito hablar contigo."
"Vale. Deja que acabe este párrafo y tendrás toda mi atención."
Le esperé pacientemente.
Solté el trabajo y sonrió. "Empieza."
"Es por el coche. Creo que vamos a necesitar otro."
"¿Ha pasado hoy algo con el Volvo?"
"No exactamente."
"¿Qué significa no exactamente, Bella?"
"Es que creo que es hora de dejar que me compres un coche nuevo en vez del usado con el que reemplazamos mi camioneta."
"¿A qué viene este interés repentino en un coche nuevo?" preguntó Edward, mientras me sentaba en su regazo de cara a él.
Me encogí de hombros. "Sólo pensé que querrías que tu hijo se montase en un coche más seguro. Aunque me quedaré con el viejo si es lo que quieres."
Dejó de respirar cuando escuchó lo que dije. "¿Bella?"
"No estoy mala, Edward. Estoy embarazada."
Edward estaba claramente asombrado. Tenía la boca abierta y los ojos como platos.
"¡Lo sé!" dije, señalándole la cara. "Esa es la cara que le puse al médico. Le pregunté cómo era posible. Parece que los antibióticos eliminan la parte 'anti' de los anticonceptivos, dejando la parte conceptiva detrás. Así que esa noche de baile sobre la que estábamos bromeando esta mañana fue la culpable." Dejé de divagar y esperé para ver si Edward iba a hablar. Podía ver en sus ojos que estaba intentando comprender mis noticias. "Sé que esto es mucho que procesar, pero ¿podrías decir algo antes de que grite?"
"¿Estás embarazada?" preguntó Edward.
Asentí.
Una sonrisa empezó a formarse en sus labios y llegó a sus ojos. "Estás embarazada," repitió con convicción en la voz.
Asentí de nuevo, sonriéndole.
Me cogió en brazos y salió corriendo de la habitación. Paró junto a las escaleras y gritó, "¡BELLA ESTÁ EMBARAZADA!"
Tan pronto como el eco de su grito se apagó, puertas empezaron a abrirse por la casa. Me agarré a él con fuerza cuando escuché pasos que subían corriendo las escaleras. Levanté la cabeza para verle con la misma sonrisa tonta que tenía cuando nos casamos.
"¡Oh, Bella!" chilló Alice, mientras subía corriendo las escaleras, por delante de todos los demás.
Edward me apartó del borde de las escaleras anticipando el ataque de Alice. Me abrazó con fuerza por lo hombros, pero se mantuvo separada de mi estómago.
"¡Voy a ser tía!" chilló.
"No es que no esté emocionado, pero ¿cómo ha pasado?" preguntó Emmett, con mi sobrina en brazos. "Creía que estabais teniendo cuidado. No llevas tanto tiempo fuera de la universidad."
"¡Bueno, papá!" empecé. "Fue un accidente. Había algo que a Renee se le olvidó mencionar y que nunca se me ocurrió preguntar."
"¿El qué?" preguntó Rose, mientras cogía a Lily de entre los brazos de Emmett.
Sonreí a mis dos flores favoritas. Me incliné y besé a mi sobrina en la frente. Sonreí a mi cuñada. "Los antibióticos que te dan para la gripe pueden hacer que las pastillas anticonceptivas no tenga efecto."
"¡Oh!" dijo Jasper, mientras empezaba a reírse. Se sentó en las escaleras. "Eso es… ¡oh!"
"¿Qué le pasa?" preguntó Edward.
Alice sonrió. "Así es como él y Rose vinieron al mundo."
"Carlisle, vamos a ser abuelos otra vez. Más vale que saques tus zapatillas de viejo," bromeó Esme.
"Seré el abuelo más joven y hippy, Esme," bromeó Carlisle. "Para mí no hay zapatillas."
"¡Tenemos tanto que decidir y planear!" dijo Alice, cogiéndome de la mano. "Está la ropa y los accesorios y donde vais a vivir para que podamos montar la habitación del bebé tan pronto como podamos."
"Alice, para," dijo Edward con suavidad, soltándome la mano de la de mi cuñada. "Vas a asustar a Bella innecesariamente. Estemos felices por el momento y disfrutemos la Navidad. Podemos hablar de esto después."
"¡Vale! Pero hablaremos de esto," advirtió Alice. Rápidamente empezó a sonreír otra vez. "¡Voy a ser la tita Ali!" se sentó en el regazo de Jasper, rodeándole con sus brazos. "¿Qué te parece, tito Jazzy?"
"Ya tenemos esos nombres, Alice," dijo Jasper, riéndose entre dientes. "¿Lily, recuerdas?"
"¡Por supuesto que me acuerdo! ¡Es que estoy emocionada! Todos sabíamos que Rose tendría una familia. Pero, ¿quién habría pensado que el pequeño Eddie crecería, se casaría con una mujer preciosa y traería un niño al mundo?" dijo Alice entre risitas.
"¿Entonces todo el mundo está contento con esto?" pregunté nerviosamente.
Todos gritaron mi nombre. "¡Bella!"
"Dios, espero que el niño tenga más sentido común que tú," bromeó Emmett, dándome un
"Mientras tenga su sentido del humor," añadió Rose.
"Pero al bebé tiene que gustarle la música como a Edward," dijo Alice.
"¡Parad!" me reí por lo bajo. "¿Puedo estar embaraza durante un día entero antes de que todos planeéis la vida de nuestro bebé?"
Edward dio una vuelta conmigo y sonrió. "Nuestro bebé, Bella."
"Sí, Edward," dije, rodeándolo el cuello con los brazos. "Nuestro bebé."
No hay comentarios:
Publicar un comentario