miércoles, 25 de septiembre de 2013

Volvemos al amor



Capitulo 7.- Aclaraciones y confesiones

Bella pov.

Escuche como la puerta se abría de golpe, me sobresalto el ruido pero unos brazos me apretaron, sentí su olor, Edward. Intentaba abrir los ojos cuando escuche a Jasper furioso. Mientras Edward se levantaba de golpe dejándome sentada y con dolor de cabeza.

-¡¡¡Maldito infeliz, le embriagaste para poder llevarla a la cama, te voy a hacer pedazos, imbécil!!!-

-Jasper no, no es así, detente- trataba Edward de razonar y evitar ser golpeado en el proceso. 

Cuando entendí de que se trataba me pare trabajosamente colocándome entre los dos, Jasper no tratará de golpearlo si yo estoy en medio.

-Edward ¿Qué pasa?- una voz masculina y que hasta este momento no conozco inundo el lugar.

Todos se calmaron al momento, entro un hombre muy guapo rubio, de ojos café dorado como los de Emmet y Alice y detrás de él, una mujer hermosa de cabello bronce y ojos verdes, como Edward.

-no sé papa, Jasper entro gritando y dispuesto a matarme- contesto.

-¡¡¡no finjas desgraciado, anoche hiciste que tomara y hoy amaneces en su cama!!!- grito Jasper fuera de control, mientras Emmet lo agarraba.

-Jasper, lo que implicas es muy serio- dijo mirándolo.

Entonces reparo en mí, yo aun tratado de mantener los ojos abiertos y apoyando mi espalda en el costado Edward, su mano alrededor de mi cintura me sostiene. 

Claro, yo en ropa de cama todavía. Y Edward desnudo del torso. Nos miro seriamente.

-dejemos que Bella se vista y platicaremos de esto abajo, con calma, sin gritos Jasper y con la verdad Edward- salieron todos mientras Rosalie se quedaba junto con Alice.

-Alice ven, te daré algo para que Bella se sienta mejor- dijo la mujer sonriéndome.

Entre a la ducha con ayuda de Rosalie pero me bañe sola, para cuando salí estaba más despejada, Alice me esperaba con una aspirina y un enorme vaso con algún líquido milagroso, apenas lo tome me sentí mejor. Bajamos todas y los chicos ya estaban sentados en la mesa, Jasper y Edward en los costados de frente uno a otro. 

-hola Bella, soy Carlisle Cullen y mi esposa Esme, lamento que nos conozcamos en estas circunstancias- sonreía cariñosamente.

-hola señores Cullen-

-por favor llámanos por nuestro nombre, eres de la familia, Rosalie y Jasper nos llaman tíos, pero si no estás cómoda con eso…- explico la mujer en tono maternal.

-tíos estará bien, la familia se hace grande- me senté junto a Edward, no me importo dar la vuelta al comedor.

Jasper me miro frunciendo el seño. Lo mire seriamente.

-bien Edward ¿quieres explicar que paso?- pregunto su padre mirándonos.

-anoche salimos de fiesta, después de bailar lleve a Bella a la barra, se tomo un par de tragos suaves se mareo así que decidí traerla de regreso. Se durmió en el camino, la subí a su recamara, me fui a la mía…-

-me dirás que caminaste dormido ¿no?- interrumpió Jasper.

-por favor, deja que termine de hablar- pido Carlisle amablemente pero con tono autoritario.

-me fui a mi recamara, deje las puertas abierta porque a Bella le da miedo la oscuridad, no me dormí enseguida, pensé que tal vez se despertaría y se asustaría, encendí la luz de la terraza pero de todos modos decidí esperar. Al rato la casa se apago por completo supuse que era un fusible…-

-lo era, lo revise después de llegar- intervino Emmet. 

-baje por unas velas, no quise dejarla sola y en la oscuridad por si se despertaba mientras yo estaba en la cochera. Cuando regrese estaba arrinconada en la cama, temblando, así que me quede hasta que se calmo y después estuvimos platicando, se quedó dormida y en algún momento me dormí también. Eso es todo- término de contar.

Sin mencionar que yo le había pedido que se quedara, que se acostara junto a mí y que probablemente fuera yo quien se movió hasta quedar sobre él. Porque si recuerdo haberlo abrazado. Después de que sus manos me acariciaran. Raramente no me dio miedo su contacto.

-Bella ¿Eso fue lo que paso? ¿Recuerdas algo?- me pregunto.

-sí, recuerdo que me desperté y todo estaba oscuro, me dio mucho miedo, llame a Jasper pero me acorde que no estaba, así que espere a que Edward apareciera, estaba por llamarlo cuando entro con velas. Tenía la intensión de ir a revisar pero estaba muy asustada y le pedí que se quedara, hum, me cambie de ropa y me acosté, él estaba en el desván, pero, le pedí que se acostara junto a mí, como tú lo haces - mire a Jasper quien estaba serio y apenado por el escándalo - estuvimos platicando un rato y después me dormí. Creo que fui yo quien se movió hasta abrazarlo. Lo siento Ed, de saber que Jasper se pondría así, no te habría molestado- me gire hacia él quien solo me tomo de la mano sonriendo. 

-no importa, de verdad- 

-bien, Jasper ¿te queda alguna duda sobre lo sucedido? ¿Te satisface la explicación?-

-todo bien tío, lo siento, hum, me altere por nada, Edward lo siento de verdad- dijo levantándose de inmediato y saliendo por la puerta de la cocina. 

Alice trato de seguirlo.

-espera Alice, necesito hablar con él- dije y atravesé corriendo la cocina para alcanzarlo. 

Lo hice en el linde del bosque.

-¿Qué te pasa? celos nos son, tu estas con Alice, dime…- pregunte cortándole el paso. 

Me tomo de la mano y caminamos hasta la cerca de madera que hace de límite. Me levanto en brazos y me sentó en el tronco de arriba mientras se acomodaba entre mis piernas.

-pensé que te había hecho daño, no vi el momento en que te fuiste y cuando me di cuenta Alice me aseguro que estarías bien, que Edward te cuidaría, de verdad quería estar con ella y no insistí en venir a verte, cuando Emmet menciono que habían pasado la noche juntos yo solo… perdí la cabeza, te conozco bien y esto es algo que no harías, pensé que…-

-¿qué me había forzado?... como James- susurre, aceptándolo por primera vez.

-entonces ¿sí lo hizo?- pregunto acercándose más.

-si…-

-Bella por qué no lo dijiste en su momento, pudimos llevarlo a la cárcel cariño, no te merecías esto, fue mi culpa, nunca debí dejarte sola, debía asegurarme que llegaras a casa, perdóname Bella, perdóname por favor…- lloro abrazado a mi cintura como un niño pequeño.

-no fue tu culpa, no podías saber, además yo pude llamar a Eleazar o no subirme a su coche, quizá fue mi culpa por ser tan confiada…-

-¡¡¡no!!! Escúchame bien, no fue tu culpa, no merecías esto, no merecías nada de lo que te paso, ¿lo entiendes?, no importa lo que te haya dicho para hacerte callar, ¡¡¡no merecías esto!!!- me decía mientras tomaba mi rosto entre sus manos.

-bien pero si no es mi culpa tampoco la tuya, necesitas perdonarte, porque no era tu responsabilidad y necesitas dejarme crecer, no te digo que no me cuides, porque no sabría que hacer sin ti, pero tienes que dejarme cometer errores y aprender de ellos, necesitas ver por ti, y dejar de ver por mi todo el tiempo. Eres como mi hermano y sé que siempre estarás ahí, pero necesitas hacer tu camino, empezarlo desde ahora y Alice es genial para eso. No pierdas tu vida tratando de arreglar la mía. Solo necesitas estar cerca cuando te lo pida, no las veinticuatro horas- nos quedamos abrazados por casi una hora, nadie nos molesto. 

Regresamos de nuevo tomados de la mano, por fin estoy lista para afrontar lo que paso, tal vez no en ese momento pero eventualmente podré decirlo completo en voz alta. Cuando regrese a mi habitación Edward estaba en la suya. Mirando por la ventana. Toque suavemente en la puerta abierta. 

-pasa, no necesitas tocar- extendió su mano esperando la mía. 

La tome de inmediato.

-esta es la cuestión, hay mucho en mi que no me permite ser como las demás chicas, yo no me acercare como otra lo haría, ni te permitiré lo hagas, al menos no ahora. No puedo prometer que saldré contigo porque ni yo se que pasa conmigo. Las vacaciones terminaran y yo seguiré con mi vida y tú con la tuya, ignoro si nos crucemos o que pasara en seis semanas. Me gusta estar contigo, pero hay cosas que siento y me dan miedo, lo suficiente para salir corriendo y no regresar. Si eres capaz de llevar mi errático ritmo, entonces creo que podemos ver quizá la posibilidad de salir como algo más que amigos y ver qué pasa, sin llegar a ser otra cosa más formal. Solo te pido honestidad. Ya sea para bien o mal- termine de hablar mientras me miraba completamente concentrado en mis palabras.

-hum creo que seré capaz de seguirte, solo te pido que cuando estés lista, si algún día lo estas, me cuentes todo, todo Bella. Y debes de saber que si me gustas y mucho. Tratare de hacer todo lo que pueda por mejorar tu vida, apoyarte, curar tus heridas. Yo, de verdad quiero conocerte - 

-Edward, no soy como un auto que puedas componer, yo jamás estaré bien, siempre estaré rota y no sé si a mi lado encuentras el tipo de felicidad que esperas, yo…- me interrumpí saliendo por la puerta. 

Entre a mi habitación y cerré detrás de mí. Sus palabras me estaban haciendo sentir cosas de nuevo, no físicas pero sí muy fuertes. 

Necesito platicar con Rosalie.

Un par de horas después, tocaron a mi puerta, apenas abrí, apareció su rostro con esas hermosas piedras verdes, la sonrisa de lado.

-esta noche toco en un club de la ciudad, los chicos irán, hum ¿quieres venir conmigo?...es una especie de cita - agrego…

-sí, sí quiero…-

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Volvemos al amor



Capitulo 6.- Noche de bar 2 

Bella pov 

Entramos de nuevo al bar después que me tranquilice casi por completo, apenas cruce la puerta Jasper me saco a bailar, Alice se encargo de Edward. 

-¿estás bien? te ves agitada- me pregunto. 

-Edward me beso- conteste. 

-¡¡¡¿Qué hizo qué?!!!- grito molesto y trato de ir a donde Ed está. 

Lo jale para el otro lado. 

-oye, basta, estoy bien, no fue tan aterrador- mentí, me miro con cara de fastidio- ok un poco, pero se disculpo enseguida y prometió que no lo hará de nuevo -dije con algo de decepción en la voz. 

-y tu ¿quieres que sí lo haga?- pregunto, después de todo me conoce bien. 

-no sé, me hizo sentir cosas que aun no sé si son buenas o no- conteste sin mirarlo. 

-¿me quieres decir que cosas son esas?- 

-¡¡¡no!!!- conteste sonrojándome por completo. 

Se rió de mí mientras bailábamos. 

-mi consejo es que le des tiempo y te des tiempo también para conocerlo mejor, sal con él, platica, interésate en sus cosas, así sabrás si vale la pena arriesgarte a ya sabes, tener algo mas - lo mire con horror - no me refiero a nada físico Bella, me refiero a tener una relación donde él sea tu apoyo, te cuide, te ame y tú hagas lo mismo por o con él. La parte física vendrá cuando estés lista y si es el hombre adecuado sabrá esperar, si no pues le parto la cara y listo- termino sonriendo. 

-¿a quién le partirás la cara?- pregunto Edward sobresaltándome. 

-a ti, si te portas mal con ella- respondió Jasper riendo. 

-me doy por enterado- cambiando lugar con Jasper. 

-Yo te ayudo Jasper- se acerco en ese momento Emmet con Rosalie de la mano. 

-eso no te ayudara, porque te la romperé a ti también si lastimas a mi hermana- le contesto serio al menos en apariencia. 

-sí, yo te ayudo con eso- agregó Edward. 

Y la noche se me paso entre platicas, más gritos que otra cosa, risas y vanidades, en ningún momento Edward trato de tocarme de manera impropia o retenerme más tiempo del necesario. Nos sentamos en la barra a descansar un poco del baile, antes de poder beber algo con alcohol, como yo esperaba, Rosalie me jalo de nuevo a la pista. 


Edward pov. 

Verla bailando con Alice y Rosalie fue demasiado para mi auto control, es tan sexy y ni siquiera lo intenta, ella solo se mueve y segue la música sin querer provocar. Estoy seguro que ni siquiera se da cuenta de ello. Lo que la hace más irresistible. Acabe el contenido de mi vaso de un trago, necesitare mucho control para estar cerca de ella. Es completamente sensual. 

-no es fácil como te darás cuenta, cuídala y no te atrevas a lastimarla, ya ha pasado por mucho- escuche a Jasper mientras se sentaba junto a mí – sabrás cuando este lista para avanzar, será cuando por fin confié en ti. Créeme lo sabrás- dijo mirándome directamente a los ojos, se levanto en cuanto termino de hablar. 

Me quede ahí, mirándola. Grabándome su imagen a fuego en el alma, ya la tengo en el corazón. Diablos. Solo tengo unas semanas de conocerla 

¿Cómo una chiquilla se cuela así? 

Un rato después empezó a bailar con Jasper, de no saber realmente y por seguro que no tenían nada, juraría que sí, la manera como se pegaban y sin embargo note que Jasper cuida bien de jamás rozarla en las caderas o los senos, nada a parte de la cintura y las piernas los brazos incluso la parte alta de la espada. No hay más contacto entre ellos y quizá por eso Bella se siente cómoda con él. 

Nota mental: no tocar partes comprometedoras. 

-hola Edward- me saludo una voz conocida, hum, genial, ojala no quiera nada más que saludar. 

Su hermano también se acerco. 

-hola Kate, Mike, ¿cómo están?- pregunte en tono amable mientras veía a Alice regresar con las bebidas. 

-bien, hum, no me has llamado- contesto Kate. 

-he estado algo ocupado, hum, mis primos están de visita- respondí justo cuando todos regresaban a la mesa -ellos son Rosalie, Jasper y Bella Hale, ella es Kate Newton. Su hermano Mike- hice las presentaciones. 

-es una pena, ya voy de salida, ¿me llamaras pronto?- 

-seguro, cuídate- respondí y antes que pudiera anticiparlo, me plato un beso nada amistoso en los labios. 

Evite mirar a Bella cuando Kate se fue, no quiero ver si esto le hace daño, pero por la cara del furico Jasper supe que sí. 

Diablos. 

-Bella ¿bailas conmigo?- pregunte antes de perder el valor inicial. 

-claro- 

-lamento eso, Kate es una amiga, bueno a veces salimos, sin compromisos y como no tengo novia pues no… bueno me refiero a que…- 

-te acuestas con ella regularmente de común acuerdo- termino por decir. La mire completamente asombrado – Edward, que yo no lo haga no significa que no sé lo que pasa en el mundo. No soy estúpida, Rosalie lo hace, hum, creo que Jasper también, aunque la última vez que salió con alguien fue hace más de dos años…- no dijo más. 

Guardo silencio de pronto. Recordando algo, no muy grato a juzgar por su expresión. 

-¿quieres tomar algo?- pregunte para cambiar de tema. 

-¿me quieres ebria? soy menor para el alcohol ¿recuerdas?- pregunto divertida. 

-también yo pero aquí no les importa mucho, además conozco al cantinero, ven, hoy probaras algo suave, medias de seda, es justo para ti- la tome de la mano y la guie hasta la barra. 

Tres tragos después se rie y mucho, genial su primera salida a mi cargo y la embriago... 

-será mejor que te la lleves antes que Jasper la vea, se pondrá de mal humor, hum, creo que me iré contigo, no sea que se ponga mal- comento Rosalie. 

-estará bien, quédate, podre con esto, no te preocupes, la dejare en su recamara y encenderé la luz de la terraza, así no estará en la oscuridad –respondí mientras la tomaba de la cintura, aun está lo suficientemente entera para caminar por sí misma. Con ayuda. 

La subí al auto y conduje de vuelta a casa. Se durmió a medio trayecto. Entre a casa, encendí las luces y abrí la puerta de su habitación, regrese por ella al auto, sigue completamente dormida. La cargue hasta su cama. Una vez ahí, me quede pensando si quitarle algo o no, decidí que no, quizá se asuste. 

Camine hacia mi recamara y deje la puerta abierta también. En la oscuridad me cambie de ropa y me acosté. No quise dormir pendiente de que no se despertara y entrara en pánico. Apenas son las dos de la mañana, leere algo. 

A las tres de la mañana un fusible se voló, dejando todo a oscuras, rápidamente me levante con dirección a la cocina, las velas ayudarán mientras reviso la caja. 

Cuando regrese con dos velas encendidas a la habitación, Bella está sentada con las rodillas en el pecho, pegada a la pared. 

-no pasa nada, se fundió un fusible, lo revisare y enseguida habrá luz- dije y me dirigí a la puerta. 

-¡¡¡no, no me dejes, por favor, tengo miedo!!!- suplicó casi a nada de llorar. 

Me quede pensando, llevarla conmigo o quedarme con ella. 

- quédate, solo hasta que me duerma, después si quieres haz lo que tengas que hacer con los fusibles- pidió en un susurro, me acerque para calmarla y note que temblaba, de verdad tiene miedo. 

-bueno acomódate, me quedare aquí- me senté en el diván después de dejar las velas en el buro junto a su cama. 

Se levanto, saco algo de los cajones y entro al baño dejando la puerta abierta, me tomo por sorpresa su actitud, quizá confía en mí lo suficiente. Regreso vestida solo con una blusa sin tirantes y un short corto a juego. Las zapatillas salieron volando pero ese momento al verla así me puse duro. 

-hum, ¿puedes sentarte acá?- pregunto con pena palmeando el costado de su cama. 

-puedo pero no quiero que te incomodes- respondí. 

Esperando que no se note mi estado. 

-está bien, Jasper lo hace, se acuesta conmigo hasta que me duermo cuando Rosalie no está- 

- en ese caso…- camine hasta la cama y me senté con la espalda apoyada en el respaldo. 

Suplique que de verdad no se note, de alguna manera verla tan confiada de mi me hizo dejar la excitación de lado. 

Lentamente se acomodo a mi lado, primero a distancia, pregunto por mis estudios, mis amigos, Jacob, mis gustos, pregunte por los de ella, después de un rato, se acerco mas, para cuando se quedo dormida, estaba prácticamente pegada a mí, no fui consciente que estaba más acostado que sentado, sentía su hombro rozar mi costado, no pude evitar acariciar su mejilla, es aún más hermosa a la luz de las velas. 

Se movió ligeramente, poco a poco se acomodo sobre mi torso apenas más abajo del pecho. Me abrazo suavemente, solo pude poner mis brazos alrededor de ella, me tiene atrapado literalmente, no podré moverme sin despertarla. 

Resignado y para nada molesto cerré los ojos, podré dormir sabiendo que esta junto a mí. 

Emmet pov 

Regresamos de madrugada, casi dos horas después que desaparecieran mi hermano y Bella, no hay electricidad, subí a preguntarle a Edward si es la caja de fusibles pero no esta en su habitación, me di la vuelta y los vi, abrazados en la cama a la luz de una única vela, completamente dormidos. 

A medio tapar, Edward sin camisa con Bella dormida sobre él pero solo puedo ver su brazo y hombro, parte de las piernas, desnudos o no, no se con certeza. Cerré con cuidado la puerta y me fui abajo, el fusible lo arregle antes de acostarme. 

Llego la hora de la comida y aun no se despiertan. Nos sentamos a la mesa y no pude evitar comentarlo. 

-hum, creo que Bella y Edward pasaron la noche juntos…- 

Y Jasper estallo en furia.

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿ Y MI FINAL FELIZ?


Capitulo XXIII

Y las cosas cambian

Viernes…

Por milagro divino las clases se habían cancelado el día de hoy en el instituto. Al parecer el exceso de lluvia más la acumulación de hojas junto a ella habían congestionado el acueducto inundando (más de lo normal) el perímetro.

Era primero de septiembre, como recordaba este día gracias a Edward y su costumbre de 
 Bella tu cumpleaños comienza hoy. Cada año desde que tengo memoria del hecho 
Edward llegaba con una galletita horneada por el según decía (obviamente lo hacía mama, el solo veía) decorada con la cantidad de años que cumpliría. Era un gesto muy lindo de su parte y nuestro secreto ya que nadie además de mis padres sabía lo atento que era mi hermano por el hecho de mi cumpleaños.

Pero este día no sería igual, como desde hace ya varios años. Las galletas siempre llegaron cuando Edward estaba en Inglaterra (gracias a la ayuda de mi madre que seguía horneándolas) pero el ya no estaba para dármelas y regalarme su hermosa sonrisa torcida.

Hoy definitivamente sería un triste y solitario día.

Estaba en casa, viendo la lluvia caer a través de la ventana del cuarto de música, el que ahora era mi lugar favorito. Solo así podía apreciar el aroma de Edward cerca de mí sin sentirme rechazada por el. No entendía las razones pero esta habitación se había convertido en su refugio, siempre estaba aquí, tocando el piano sin detenerse por un gran lapso de tiempo y yo me detenía a escucharlo del otro lado de la puerta sin hacer ruido alguno para no ser descubierta.

Un sonido proveniente de la sala me saco de mis cavilaciones, era el teléfono.

-Alo. ¿Residencia de la familia Cullen? – preguntaron en cuanto lo coloque en mi oído

-Así es – conteste - ¿Quién habla?

- Bella… ¿Eres tú? – una voz particularmente familiar apareció en cuanto oi mencionar mi nombre – soy Emma, Emma Bradley ¿Me recuerdas?

- eh… hola, sí. Te recuerdo.

Como olvidarla. Emma Bradley es la hija de uno de los colegas de mi padre en Nueva York, ella tiene la misma edad que Edward y hasta asistieron al mismo instituto en una ocasión. Fue en ese entonces que mi hermano se enamoró de ella, y quien no lo haría. Era la personificación de la mujer ideal: educada, dulce, cariñosa, atenta, dedicada, responsable, graciosa y que diré de hermosa, era simplemente despampanante pero con una elegancia solo digna de la realeza.

La primera vez que se tomaron ella y mi hermano una fotografía juntos, fue noticia en toda la ciudad diciendo que eran la pareja perfecta pero jamás se dio, a ella le interesaba solo una cosa: trabajar con el cuerpo de paz mientras realizaba su tesis sobre el crecimiento de una niñez en decadencia en los países subdesarrollados del continente.

-¿Bella? Hola… ¿sigues ahí? – había tenido un pequeño recuento de la historia olvidándome que seguía al teléfono.

- Lo siento, sigo aquí. ¿Cómo has estado? – intente sonar cortes.

- Oh, he estado muy bien, gracias por preguntar – su voz era dulce, como la recordaba – pero, háblame de ti. Desde que me fui hace ya varios años apenas he sabido de ustedes.

-eh, pues no hay mucho que contar. Nos mudamos a Forks como sabrás y Edward regreso de Inglaterra, finalmente.

-¿Edward?... me alegra que así sea. Definitivamente iré a visitarlos algún día – sería extraño después de tanto tiempo pero lindo de su parte – claro, si tú quieres.

- Ven cuando quieras – dije invitándola.

-grandioso – la sentí titubear - ¿Bella? Tal vez sea precipitado pero te molestaría que fuera el fin de semana, claro si el señor y la señora Cullen aceptan.

- Lamento decirte que no se encuentran en casa por el momento pero puedes venir si gustas – me pareció buena idea que lo hiciera, tal vez la chispa apagada de Edward podría encenderse al ver a su viejo amor imposible.

-Me parece perfecto – aunque no la vi sus palabras reflejaban alegría – Bella, sé que no me pides explicaciones por mi repentina petición pero me gustaría dártelas.

-Oh, no es necesario – trate de cortarla, ella tenía razón. No estaba pidiendo explicaciones y no las necesitaba, alguien como ella (creo que es única) es siempre bienvenida.

-Claro que sí y por favor no seas modesta – contesto a mi negativa – soy ahora casi una desconocida para ti y aun así me aceptas en tu casa, es lo menos que te debo.

- Ok.- si quería hablar, quien era yo para detenerla.

- cuando me fui de viaje con el grupo me sentí muy mal por dejarlos a ustedes mis dos grandes amigos (obvio que Edward, yo solo era la niña que siempre estaba ahí, con un libro en mano. Pero le agradecí mentalmente que me incluyera) así que me prometí que en cuanto regresara volveríamos a estar cerca y pasar tiempo juntos pero al enterarme que ustedes ya no vivían en Nueva York me causo mucha pena y por eso estoy ahora aquí llamándote para recuperar el tiempo que no tuvimos.

-Es muy lindo de tu parte – como lo dije, una gran chica – solo avísame cuando llegas y te recogeremos en el aeropuerto.

- Gracias Bella. Solo déjame arreglar las cosas y yo te llamare para avisarte. Nos veremos pronto y gracias de nuevo, por todo.

-No hay problema, fue un placer saber de ti – me despedí y luego colgué la llamada.

Tal vez mi idea funcionaria y ella sería lo que Edward necesita para ser feliz. Solo esperaba que así fuera porque su misteriosa tristeza se estaba convirtiendo en mi tristeza.

Eran las once de la mañana, además de alojarme por un buen tiempo en el cuarto de música, recibir la llamada de Emma y tomar un desayuno tardío no había hecho absolutamente nada. 

El reloj avanzaba lento y mi actuar estaba igual.

No quise cocinar, solo sería yo así que ordene una pizza y me senté en la sala con un libro de Cecelia Ahern a esperar. Cinco minutos después y el timbre sonaba, demasiado rápido para lo acostumbrado pero tal vez hoy era mi día de suerte. Camine hacia la puerta llevando conmigo el dinero de la pizza pero al abrir la puerta Emmett con paquete en mano apareció.

-Paquete para la señorita Bella Cullen, alias la amiga de la enana – dijo este en tono de falsa seriedad.

-Emmett - me reí - ¿Qué haces aquí?

-Hieres mis sentimientos – hizo un puchero – no creí que debía tener razón alguna para visitar a mi queridísima, chaparrisima, bellísima, patosisima (no creo que exista esa palabra) y graciosísima hermanita menor adoptada – sonrió mostrándome sus dientes.

Yo solo voltee los ojos, Emmett podía ser muy el cuándo habría su boca – No es eso, solo que no es necesario que me traigas nada.

-Pero si no lo he hecho –dijo frunciendo la frente.

-¿Y lo que traes entre tus manos? – le dije señalando el paquete e intentando no reírme de él.

- Ups… - lo vio – no me acordaba.

-Si Emmett.

- pero ya en serio – levanto una ceja – yo no te he traído nada, bueno, no de mi parte –se quedó pensativo un segundo – es solo que hoy le he ayudado a mama en la tienda y me ofrecí de repartidor y heme aquí.

-¿Alguien me envió un paquete? ¿A mí? – pregunte asombrada.

-Increíble verdad – dijo este asintiendo tontamente – hasta yo me asombre cuando me di 
cuenta que era para ti.

-¿Por qué? – dije extrañada.

- Pues… - empezó a contar con los dedos como si estuviera en preescolar – porque es extraño – batió un poco la caja – Jake no te regala nada, Edward tampoco lo hace, yo menos y Alice, pues tu no la dejas…

Seguía batiendo la caja como queriendo averiguar que hay en ella – Emmett – le grite para que dejara de hacerlo.

-¿Qué? – Pregunto abriendo los ojos porque lo había asustado – y no me grites que me espantas.

-Oh, ya se, ya sea porque no te regalamos nada – dijo este dando brinquitos, era chistoso. 

Ver a Alice era una cosa, pero con Emmett se veía ridículo – porque nos da miedo de que 
Bella la loca aparezca matándonos del susto como casi lo haces conmigo ahora.

-Eres un exagerado – negué con la cabeza – que idioteces las que dices.

- No son idioteces – levanto un dedo negando con el – solo es el resultado de mi estudio.

-¿cuál estudio? – con que me iba a salir ahora.

- Pues el de Molestemos a Bella para ver como actúa – sonrió con malicia – y hemos llegado a la conclusión de que estás loca.

-Emmett – le regañe - ¿Hemos?

-Sí, Jake y yo – su carita de niño no sería defensa si me nacía darle un golpe.

-¿Jake? ¿Mi Jake? – lo mire confundida.

-Duoh… pues cual otro – zapateo con sus tenis el piso como diva incomprendida.

- Es que… de verdad Bella, no reaccionas como la gente normal – me tomo con una mano del hombro – ni Alice es tan rara como tú, y sabes que no existe ningún duende como ella en este mundo.

-Como sea – lo corte – termina de hacer lo que a lo has venido.

-¿Me estas corriendo? – Sonó ofendido – yo que con todo cariño tomo el auto para venir a dejarte este paquete y hablar un rato contigo y tú me tratas de esta manera.

-¿Cual paquete? – Intente no reírme –ni siquiera me lo has dado para decir que has cumplido con tu, óyeme, obligación como repartidor de paquetes.

-Oh, pues toma. Aquí está tu tonto paquete – estiro sus manos entregándomelo pero volteando su cara hacia un lado para no verme – y me voy. Sé cuándo no soy bienvenido.

Camino hacia el auto con aires de resentido – osito, no te enojes – le grite desde la puerta, definitivamente Emmett era una diva – ordene pizza – le informe cuando no me hizo caso. Y fue suficiente para detenerlo. A Emmett se le convence por el estómago.

-¿Pizza? – se giró y me vio con esos ojos brillantes que ponía cada vez que le hablaban sobre comida.

-Oh, si… - sobreactúe un poco pero que importa – una gran pizza que será tristemente abandonada si el maravilloso Emmett no viene a su rescate.

-Si me lo hubieras dicho desde el principio nos hubiéramos ahorrado muchas molestias – camino a mi lado entrando a la casa - ¿Cuándo llega?

- En unos diez minutos – me senté frente a él, el cual se encontraba ya bien ubicado en la mesa de la cocina.

Como predije, diez minutos después la pizza había llegado y Emmett llevaba devorada la mayoría. Por ese lapso de tiempo me sentí bien, no estaba sola y mi compañía era la persona más graciosa y ocurrente que jamás había conocido pero así como llego se tenía que ir y yo volvería a estar como el inicio.

-Gracias por la Pizza – se froto el estómago – espero mama haya hecho el almuerzo.

-Eh… Emmett, pero si te acabas de comer ocho pedazos – hable asombrada– ¿cómo es posible que quieras comer más?

-Es que quiero crecer grandototote y fuertototote como Melvin – se rio y yo solo voltee los ojos.

– Lo siento cariño pero debo dejarte – tomo mi mano – me duele hacerlo pero hay fuerzas más poderosas que me llevan lejos de ti, compréndelo no te abandono porque quiera.

En eso su teléfono sonó – si mama, llego en un momento – corto y me vio con ojos entrecerrados – ves lo que te digo….

Me dio un beso en la mejilla y se subió al auto – Adiós – grito desde este y movió u mano en forma de despedida. Le respondí repitiendo el acto y gritándole un – Adiós oso - cuando iba desapareciendo.

Regrese a la casa, ya no llovía, solo brisaba pero aun así preferí quedarme dentro y recoger todo el desorden que Emmett había dejado en la cocina luego de estarme tirando pedacitos de su servilleta de papel en la cara. Quince minutos después y ya tenía todo listo.

Frente a mí, en la entrada de la casa sobre la mesita se encontraba aquel paquete misterioso que Emmett me había traído y del cual había olvidado su existencia.

Era obvio que se trataba de algún alimento dulce y delicioso de la pastelería de la mama de Alice (porque Sweetness el nombre de esta se encontraba en la caja)pero aun así era curioso que alguien me enviara algo de ahí.

Tome la cajita con mucho cuidado y la abrí, en ella un pequeño sobre aparecía primero, puse la caja a un lado; una nota doblada en cuatro decía:

Preciosa

Hoy comienza tu cumpleaños…

Pdta: sé que tenía que entregártela personalmente ya que estoy aquí. Lo siento, espero me perdones. No te la comas hasta que yo llegue…
De tu hermano, tú mejor amigo y la persona que más te quiere en este mundo

Edward

Por un momento me congele por la sorpresa, escrita con la perfecta letra de Edward se encontraban las palabras que quería oír desde que desperté. Aunque no lo hizo personalmente al final de cuentas lo había hecho y eso me emociono a tal punto que creí ver el sol brillar con intensidad e iluminar donde me encontraba parada en ese momento. Me sentí flotar, por primera vez en el día me sentí completamente feliz. Edward me quería, lo había escrito y yo no cabía de la emoción.

Edward POV

Cuando abrí los ojos en la mañana lo primero que se me vino a la mente fue la cara de Bella cada vez que yo llegaba con la galleta especial que le hacía (claro que la horneaba mama, pero la intención es lo que cuenta), su sonrisa, la forma en como daba saltitos en su cama feliz de verme con ella en las manos y la alegría que irradiaba cuando se la entregaba y observaba los números sobre ella. Bella siempre había sido reticente con sus cumpleaños pero el primer día de septiembre simplemente olvidaba ese pequeño detalle y se dejaba consentir por mí.

Por eso cuando me encontraba manejando el Audi de mi padre (ya que yo no tenía auto propio) recordé la pastelería de Renne y me desvíe en dirección a ella. Era muy temprano todavía pero ella me había contado que los viernes siempre estaba ahí. Así que sin pensarlo dos veces estacione el auto y toque el timbre de la entrada, ya que todavía estaba cerrado.

-Hola querido –me saludo al verme - ¿Qué haces desde temprano por aquí?

- Bueno… - la mire – quería que me hicieras un favor si es posible para ti.

- lo que sea, ya sabes que puedes contar conmigo. Eres como uno más de mis hijos – sonrió cálidamente.

-Gracias Renne – le explique las razones que me traían hoy a su tienda y ella entendió feliz por lo que yo hacía por mi hermana. Solo le pedí una cosa, discreción. Nadie más sabía y no quería que nadie más lo hiciera. Era algo especial entre Bella y yo y así quería que quedara (a pesar de todo lo sucedido)

Le entregue la nota que escribí con el papel que me dio y me despedí de ella agradeciéndole nuevamente todo lo que hacía. Regrese a mi auto para ahora si llegar al hospital. Me sentía ansioso, quería hacerlo personalmente pero mi conciencia lo evitaba.

Desde hace varias semanas tenía una necesidad terrible. Después de ver a Bella darle un beso no muy casto a Jake lo acepte, estoy enamorado de mi hermana y es la cosa más horrible que he hecho en toda mi vida. Sentí quemarme cuando sus labios se posaron sobre los de él, el pecho me dolía y quería golpearlo para que dejara de hacerlo y no volviera a tocarla nunca, pero no podía. Él es el amor de Bella y aunque me esté muriendo por dentro tengo que aceptar su decisión y entender de una vez por todas que yo solo soy y siempre seré Edward su hermano mayor.

Mientras hacía ronda la imagen de Bella durmiendo plácidamente era lo que más ocupaba mi cabeza, llámenme acosador pero cada mañana desde que entendí lo que sentía por ella me conformaba con entrar sigilosamente a su habitación y verla dormir por un par de minutos, es tan hermosa, solo así podía verla sin que fuera extraña mi mirada para ella y para todo los demás.

Cada día después de eso me alejaba un poco, no la veía a los ojos y mucho menos pasaba tiempo con ella. Es demasiado doloroso pero lo mejor al final, no quería arriesgarme a estar solos ella y yo y no aguantar las ganas de besarla. Me moría por besarla, era como un vampiro sediento de sangre; sus labios son la sangre prohibida para mí.

Bella POV

Contemple aquella galleta un millón de veces, iba y venía por toda la casa haciendo no sé qué pero al final siempre me encontraba en el mismo punto, en la mesa de la cocina observándola.
Eran las tres treinta, solo media hora y Edward estaría en casa. El me había dicho que esperara y eso es lo que hacía (desde hace mucho).

Oi el cerrojo de la puerta abrirse, me sentí nerviosa. Era mi hermano, no había razón para hacerlo pero aun así aquí estaba con las manos sudorosas y abriendo y cerrando el libro como loca.

-Hola – me saludo al verme sentada en uno de los sillones de la sala.

-Hola – conteste con voz tímida – y gracias.

Él sonrió, por primera vez desde hace mucho tiempo había calidez en ello – de nada – se acercó un poco – es nuestra tradición… nuestro secreto.

Sus palabras fueron como un golpe a la barrera que nos separaba y movida por esa felicidad corrí hacia el lanzándome a sus brazos.

Cuando choque con su cuerpo lo sentí tensarse pero no me importo, rodee con mis brazos su cuello y me pegue a el abrazándolo como si fuera lo último que haría en mi vida. Gracias a 

Dios me correspondió, su abrazo era fuerte pero delicado, necesitado al igual que el mío.

Esa noche fue perfecta, no porque haya visto a Jake, sino porque finalmente Edward y yo tuvimos una charla normal, no como lo hubiera querido pero aun así las palabras no estaban compradas y hubo muchas.

Mi galleta (deliciosa por cierto) quedo en nada luego que Edward y yo cenáramos en la terraza, fue el postre. Al final del día las cosas dejaron de pintarse de gris y tomaron un tono pastel, suave y sutil, lo que buscaba.

-Edward – lo llame para que volteara a verme – tengo algo que contarte.

-Dime – tomo un plato y comenzó a lavarlo.

- ¿Recuerdas a Emma? – dije suavecito.

-¿Emma Bradley? – pregunto girando para verme.

-si… - sonreí – tu amor imposible.

El arrugo su frente y entrecerró los ojos, parecía molesto por algo pero luego se relajó - ¿Qué pasa con ella?

-Vendrá a visitarnos – le anuncie – mañana a las diez llegara su avión a Port Ángeles.

-¿Mañana? – No parecía feliz - ¿Y quién la recogerá? Sabes que tengo pacientes que atender.

-No te preocupes por eso – le dije – los tortolos de Alice y Jasper me acompañaran al aeropuerto.

-Está Bien – sonrió – pero recuerda arreglar una habitación para ella.

-Ya lo hice… se quedara en la habitación de huéspedes que esta frente a la tuya – espero mi plan funcione.

-Bueno – dijo sin agregar más.

-Bien.

Edward POV

Cuando llegue a la casa encontré a Bella sentada en la sala con un libro en mano y mordiéndose el labio desesperadamente ¿estaba nerviosa?

La salude y ella me devolvió el saludo, yo si me sentía nervioso, no sabía cómo había tomado lo de la galleta pero al oír un gracias salir de sus labios todos mis temores se fueron. Le había gustado y eso era maravilloso.

Bella siempre me ha sorprendido pero cuando la vi moverse y correr hacia mí en cuestión de segundos, fue algo alucinante, por un instante olvide quien era ella (mi hermana) y la vio como mi igual, como mi amor. Sentir sus brazos alrededor de mi cuello y su cuerpo cerca del mío era perfecto y a la vez muy peligroso pero no me importo, la tome de la cintura y la abrace con fuerza, quería sentirla mía por un momento.

Entre platica y platica la cual Bella había empezado me conto que tendríamos visita ese fin de semana, nada más y nada menos que mi ilusión de adolecente vendría a vernos. Las palabras que uso Bella cuando dijo que era mi amor imposible están más lejos de la verdad de lo que ella podría saber jamás. Emma Bradley había pasado a ser solo una amiga para mí después de su rechazo una noche antes de irse y ahora ella creía que al colocarla frente a mi habitación serviría como puente para unirnos. Oh, si tan solo fueras tú en vez de ella.

Bella POV

Solo cuando Alice me pregunto por Jake recordé que no lo había visto ya hace más de dos días, si habíamos hablado pero solo minutos y eso era todo. No sentía que la compañía de 
Jake fuera una buena idea en estos momentos, me interesaba solo una cosa y esta era pasar la mayor parte del tiempo con Edward como lo había hecho la noche anterior.

-Alice ¿supiste algo de Edward y de quien está enamorado? – le pregunte en el aeropuerto mientras Jasper iba por unos refrescos.

-Lo siento Bella, eso todavía sigue siendo un misterio para mi – sonrió.

-Ok, está bien – si Alice no sabía nada las cosas seguían igual.

Veinte minutos después y la maravillosa Emma Bradley aparecía con sus maletas. La salude y ella me dio un fuerte abrazo, se las presente a los chicos y regresamos a Forks luego de un pequeñísimo Tour por Port Ángeles a petición de Alice.

Una vez en Forks decidimos salir a Almorzar al Lounge Alice, Jasper, Rose, Emmett, Emma y yo. Todo iba bien, los chicos estaban encantados con ella y las chicas le tomaron confianza casi desde el momento en que la vieron (lo repito, perfecta). Entre risas y anécdotas conoció a mis amigos y me felicito por el excelente gusto que tenía para escogerlos.

Después de rogarle que no pagara y ella negarse diciendo que era algo que quería hacer nos fuimos en dirección al hospital para darle una visita a Edward y de paso ya que era casi su hora de salida ir a algún lugar, todos (incluyendo a Jake).

Cuando Edward nos vio se sorprendió, no se imaginaba que iríamos a visitarlo y menos en compañía de Emma.

No podía negarlo una vez que se saludaron fue obvio para todos, Emma y Edward eran la pareja perfecta; los dos son hermosos e inteligentes. Pero me sentí mal por un momento, si ellos llegaban a tener algo yo quedaría en segundo plano (de nuevo) y no lograríamos volver a ser los mismos de antes.

-Bella ¿Estas bien? – Jake me giro buscando mi cara ya que estaba de espaldas.

-Preciosa ¿Te pasa algo? – Edward me tomo por lo hombros.

-No me pasa nada – levante la vista – estoy bien.

-Pero si estas algo pálida – dijeron Alice y Rose a coro.

-Es solo el olor a sangre – mentí – ya se me pasara.

- ¿Quieres recostarte? – me pregunto mi hermano.

-No, ¿Ya vas a salir? – cambie de tema, no quería ser el centro de atención.

-En un momento, si quieres espérenme en el auto – presiono mi mano.

-Está bien – camine hacia la puerta que llevaba al exterior buscando salir de ahí.

-Bella – oí la voz de Alice detrás de mí – espera

Me gire para verla - ¿Qué pasa? – no había nadie más que ella siguiéndome.

-Nada – me vio raro – solo quería asegurarme de que no te pasara nada.

-Pues no te preocupes – soné un poco pesada – estoy perfectamente.

La tarde fue… incómoda para mí, pareció como si Emma y Edward jamás se hubieran separado. Habíamos risas, juegos y pláticas abundantes entre ellos dos. Definitivamente había perdido a mi hermano, en que cabeza me cabía que eso era una buena idea.

Han pasado menos de dos semanas, mis padres volvieron el domingo como habían dicho y ahora Edward y Emma eran novios; yo no podía estar peor. ¿Es que mi vida ahora se trataba de perder a mi hermano cada vez que la oportunidad se diera? Y para colmo mis padres estaban rarísimos, se veían siempre serios y me abrazaban cada vez que me los encontraba.

Edward POV

Cuando vi a Emma no sentí nada, ni nervios, ni emoción y mucho menos atracción física. Es hermosa, no puedo dudarlo pero ella había dejado de significar algo más que una amiga para mí. Pero aun así, aquí estaba siendo su novio. Era desconsiderado de mi parte pero necesitaba aparentar una vida normal ahora que mis padres estaban aquí y Emma parecía una buena opción, luego de que me dijo que había sido un error decirme que no aquella vez porque yo le gustaba y le seguía gustando.

-Bella ¿Estas segura? –oi a Alice preguntarle (se encontraban en su habitación y la puerta estaba entrecerrada.

-¿Por qué no Alice? Mañana es mi cumpleaños y quiero vivir mi adolescencia como cualquier joven – sentí un poco de dolor en sus palabras.

Estaba espiando y no era correcto de mi parte pero las palabras de Alice me preocuparon.

-¿Jacob está al tanto de lo que quieres? – le pregunto preocupada.

-Es hombre Ali, no lo sabe aún pero lo va a entender.

¿Qué pensaba hacer? Sus palabras iban por un camino que no me gustaba para nada – pero Bella, espero un poco más, todavía eres muy joven.

-Voy a cumplir 18 Ali, podre hacer lo que quiera con mi vida sin pedirle permiso a nadie – Bella ¿Qué piensas hacer?

-Pero… - hablo Alice

-Pero nada, quiero saber lo que es hacer el amor y… - se detuvo – tengo a Jake.

¿Eso qué significa? ¿Tengo a Jake? Parecía como si se conformara.

-¿Eso es lo que quieres?

-Si… -respondió Bella.

Amor mío, por favor no. No desperdicies algo tan precioso con alguien como Jacob, eres muy joven y tienes mucho tiempo para eso – le hable en susurro sin que se dieran cuenta.

Tena que evitarlo, Bella podía tener esa experiencia cuando quisiera, lo sabía, pero no quería que sucediera. Sabía que jamás seria yo el que le crearía ese deseo y me estaba convirtiendo en un egoísta al querer evitarlo.

13 de septiembre

Hoy era el día en que definitivamente Bella ya no sería la misma de antes, ella lo había decidido.

Edward haz algo – mi corazón palpitaba nerviosos y desesperado por lo que sabía.

Bella POV

Después de hablar con Alice dude un momento si era correcto lo que pensaba hacer, no me sentía preparada pero había oído de alguien que el tener esa experiencia te daba seguridad y eso era lo que necesitaba en este momento.

Hoy era mi cumpleaños (que felicidad) y era la fecha que había decidido para hacerlo. Nadie sabría, solo Jake Alice y yo…

No podía engañarme, le había contado a mi mejor amiga para que ella me contradijera y me rogara que no lo hiciera y Alice lo hizo (un poco), tenía miedo y dudas enormes en mi cabeza.

Alice y mi madre habían exagerado con la fiesta, miles de adornos decoraban cada rincón del jardín trasero y la entrada de la casa, al parecer sería una fiesta nocturna con tema de Hollywood. Había una alfombra roja y todos vestían de manera elegante. Yo me encontraba en un ceñido vestido rojo corte sirena y peinada con un moño levemente recogido a un lado, labios rojo pálido y ojos semi ahumados.

Me quede sorprendida cuando vi a Jake, Jasper y Emmett vestidos de meseros y no de galanes de cine; solo Edward estaba majestuoso con su traje negro y perfecto, traía una corbata roja que hacia juego con mi vestido. Era extraño ya que Emma traía puesto un traje color turquesa.

La noche paso tranquila, solo el hecho que Edward estuviera junto a mí y no con su novia fue lo que me llamo la atención, me traía refrescos, me acompañaba a saludar a cada uno de los invitados y hasta me acompaño a la segunda planta de la casa cuando quise ir al baño. Era demasiado extraño para mí y para Alice que también estuvo conmigo.

-Fiesta – grito Emmett luego que todos los invitados se habían ido.

-¿Qué dices? – le pregunte

-Ya tienes dieciocho y hay que divertirnos – dijo Rose

-Vamos a Port Ángeles – grito Alice

-¿Qué? – dijimos Edward y yo a coro

-No, no, no – di dos pasos hacia atrás – primero me haces ponerme este vestido y ahora 
quieres secuestrarme a una disco.

- Primero, no te estamos secuestrando ya que tenemos el permiso de tus padres, segundo, el vestido te queda hermoso. Fuiste la sensación de la fiesta – sonrió

- Ahora, a cambiarnos – ordeno Rose – chicos, estaremos listas en diez minutos, no se tarden.

Veinte minutos después y nos encontrábamos viajando hacia Port Ángeles, y no quería, tenía otros planes pero al parecer a Edward le había parecido buena idea porque sonreía mientras manejaba mi Beetle.

-Bella pero si te queda precioso – me dijo Alice cuando vio mi cara de disgusto.

-No me importa – renegué.

-Edward dile – pidió Rosalie

-Eh… si Bella, te queda muy bien – su respuesta sonó rara, pero no importo en ese momento. 

No quería ir y punto.

Porque ellas vestían de mezclilla y camisas y a mí me daban un vestido azul marino pegado y corto para salir.


No sabía que iba a pasar pero fuera como fuera me las pagarían.