"No creo que quiera ir a bailar muy a menudo," dijo Bella.
Estaba tumbado en mi sofá, leyendo un trabajo para una de mis clases de música. Levanté la mirada para verla secándose el pelo en la puerta del baño. "¿Por qué, cariño?"
"Tienes que ducharte antes y después. Tengo demasiado pelo para eso."
Me reí por lo bajo. "¿No te lo has pasado bien?."
"Por supuesto que sí. Estabas conmigo." Se acercó a mí, viendo el trabajo en mis manos. "¿Qué estás haciendo?"
"Repasando mi trabajo. Lo tengo que entregar el lunes."
"¿Por qué no me has dicho nada? Dejándome parlotear e interrumpir... ¡Una pena por tu parte, Tutor-boy!"Sonrió y me dio un beso rápido. "Iré a acabar esto en el baño. Podemos hablar cuando termines."
Empecé a leer mi trabajo otra vez. Leí dos frases más y entonces me interrumpieron al llamar a la puerta. "Adelante."
Alice asomó la cabeza en la habitación. "¿Tienes un momento?"
"Claro," dije, sonriéndole.
"¿Dónde está Bella?" preguntó Alice.
"Secándose el pelo," contesté.
"Oh," dijo Alice mientras andaba por la habitación.
Me incorporé, haciéndole sitio. Me sonrió mientras se sentaba y me cogía una mano.
"Mañana por la tarde vamos a tener un maratón de películas. Voy a hacer toda la gama: comedia, drama, acción, romance."
"Parece interesante," dije, teniendo la sensación de que mi hermana estaba ganando tiempo.
"Míralo como otra excusa para acurrucarte con Bella," dijo Alice animadamente. "Bueno... quería hablar contigo sobre algo."
"Creía que esta noche me había portado bien, "dije, sonriéndole con inocencia.
"Sí," se rió entre dientes. "Estoy totalmente asombrada por todo lo que has cambiado desde que conociste a Bella. Es realmente maravilloso, Edward."
"Si es tan maravilloso, Ali, ¿por qué estás tan triste?" pregunté, frotándole el hombro.
"No estoy triste, de verdad. Sólo un poco. Pero esto es algo bueno y... oh, ¡demonios!" gritó, levantando las manos. "Jasper ha encontrado un apartamento en la ciudad y me ha pedido que me mude con él."
Su expresión de antes tenía sentido ahora. Todavía estaba preocupada por mí.
Le di un abrazo. "Estoy muy feliz por ti, Alice. ¿Sabe Jasper en lo que se está metiendo?"
"Lo dudo," se rió. "Me ha dado completa libertad para decorar el apartamento."
"¡Entonces está claro que no lo sabe!" me reí por lo bajo. "¿Se lo has dicho ya a nuestros padres?"
"Todavía no," suspiró Alice, separándose de mí y mirándome a la cara. "Jasper me lo pidió esta tarde y después salimos todos, así que todavía no he tenido la oportunidad."
"Sabes que mamá esperará verte un anillo en el dedo," advertí.
"Tendrá que superarlo," se encogió de hombros.
"¿Hay alguna razón en particular por la que todavía no te lo ha pedido?" pregunté.
"No necesita hacerlo. Los dos sabemos lo que sentimos. No necesitamos anillos ni un trozo de papel que nos lo digan," contestó. "Es que eso no nos va. No es que sea algo malo. Y estoy segura de que algún día lo haremos. Pero por ahora, nos gustan las cosas como están. Excepto por lo de irnos a casa solos, y el apartamento arreglará eso."
"¿Qué harás sin tu querida tarjeta de crédito?" pregunté con una sonrisa.
"No tengo ni idea," suspiró dramáticamente. Levantó la mirada y me sonrió, diciendo, "Pero Jasper sugirió que buscara trabajos en una de las boutiques de la ciudad. ¡Mencionó descuentos de empleados!"
"No será lo mismo sin ti aquí, Ali," le dije. Sabía que podía ver en mis ojos que la echaría de menos de verdad.
"Estoy segura de que te las arreglarás," dijo, sonriéndome. "Te dejo en las capaces manos de Bella." Mi hermana se detuvo y me miró con una expresión de seriedad casi nunca vista. "Sí que te ama, Edward. Espero que sepas eso."
"Sí, y la amo tanto como ella a mí," contesté.
"Um... hay algo más. Pero por ahora tienes que guardártelo para ti," susurró Alice, inclinándose hacia mí. "Emmett y Rose ya han decidido donde van a vivir."
"¿Por eso Jasper ha decidido buscar ahora un apartamento?" le susurré.
"Sí. Sabe que a Rose le encanta la casa y quiere que se quede con ella," contestó. "Sólo quería advertirte. Me preocupa que vuelvan las pesadillas de Bella."
"Dios, espero que eso no pase." Me pasé una mano por el pelo. No sabía como podría verla sufriendo tanto otra vez.
Mi hermana sabía lo que yo estaba pensando. Apoyó una mano en mi brazo y me lo frotó, intentando consolarme. "Quizás no pasará."
"¿Cuándo se lo va decir Emmett?"
"Mañana por la noche," contestó.
Asentí. Esperaba que tuviera cuidado con sus palabras y no hiciera bromas. Bella solía contestar lo que otros decían. Si Emmett tonteaba, Bella se lo devolvería, escondiendo lo que sentía de verdad.
"Bueno, tuve una conversación muy interesante con Bella," mi hermana sonrió con malicia.
"Lo sé. Me lo ha dicho," dije.
"Los dos lo escondéis muy bien. Si no os hubiera visto bailando, no lo habría sabido," comentó. "¿Hay alguna razón en particular por la que lo estáis escondiendo?"
"No estamos escondiéndolo necesariamente, pero tampoco estamos intentando que todo el mundo lo sepa. Pero hay una persona en particular que hay que considerar. Mide 1,90 y tiene músculos del tamaño de mi cabeza," contesté.
"Lo averiguará algún día," me advirtió Alice.
"Pero esperemos que para entonces Bella estará preparada para eso," dije.
"¿Preparada para qué?" preguntó Bella, mientras salía del baño.
"Emmett," contestó Alice.
"¡Oh!" Bella asintió mientras se sentaba en mi regazo y se apoyaba contra mi pecho.
"Bueno, parecéis cansados," dijo Alice mientras se levantaba. "Edward, más vale que cierres bien tu puerta si planeas dormir mañana por la mañana. De lo contrario, mamá estará intentando arrastrarte para que bajes a desayunar muy temprano. Viene su club de jardinería. ¡Sabes que les encanta oírte tocar!"
"Gracias por la advertencia," contesté. "¿Puedes cerrarla mientras sales?"
"Supongo que puedo hacer eso por ti," Alice suspiró dramáticamente. "Considéralo como mi regalo de despedida para ti."
Me reí mientras la veía girar el pestillo y cerrar la puerta.
"¿A qué se refería con lo de regalo de despedida?" preguntó Bella, recorriéndome el brazo con los dedos.
"Jasper le ha pedido a Alice que se mude con él. Van a vivir en un apartamento en el centro de la ciudad," expliqué.
"¿Cuándo ha pasado eso?"
"Hoy. Alice acaba de contármelo. También ha dicho que planea tener un maratón de películas mañana por la tarde."
"Debería ser divertido," contestó Bella. Su tono era inexpresivo y me molestó.
Levanté su cara hacia la mía. "¿En qué estás pensando?"
"Sólo me preguntaba si Jasper se está mudando para que Emmett pueda vivir allí."
"¿Preguntándote o preocupándote?"
"Un poco de los dos."
Me giré para estar tumbado en el sofá con Bella encima de mí. Le froté la espalda delicadamente, esperando consolarla. "Bella, te prometo que no estarás sola, sin importar lo que Emmett decida."
"Lo sé. Te tengo a ti," suspiró, mientras me abrazaba con fuerza. "¿Te lo has pasado bien esta noche, Edward?"
"Por supuesto. Pude tenerte cerca toda la noche."
"Me gustó como me presentaste a Jacob."
"¿Prefieres 'encantadora' a 'preciosa'?"
"No estaba hablando de esa parte."
Sabía a lo que se refería, pero por alguna razón, quería escuchar como lo decía. "¿Entonces de qué estás hablando?"
"'Mi encantadora Bella'. Me gustó como sonaba el 'mi'. Le estabas diciendo que soy toda tuya."
"¿No te pareció posesivo por mi parte?"
"Edward, cualquier manera de la quieras poseerme está bien por mi parte."
Me reí de ella mientras giraba un mechón de su pelo entre mis dedos. "Y eso que yo pensaba que eras muy independiente."
"Soy independiente. Nunca olvides eso, Tutor-boy. Pero eso no significa que no sea agradable saber que perteneces a alguien. ¿Y quién no querría pertenecer a alguien tan maravilloso como tú?"
"Sabes que me ves de una forma ridícula, ¿verdad?"
"¡Mira quien fue a hablar! Tú eres el que está constantemente diciéndome que nunca has visto a alguien más preciosa que yo." g
"Eso, mi amor, es sólo la completa verdad."
"Podríamos discutir esto durante horas y nunca estar de acuerdo," Bella se rió por lo bajo.
"Creo que en vez de eso deberíamos acostarnos. Puede que mi madre decida llamar a mi puerta hasta que la abra. Con ella nunca puedes saberlo. Y dudo que Alice aprecie que nos quedemos dormidos durante su maratón de películas."
"Vale," Bella bostezó. "Sólo un minuto."
Me reí entre dientes. "Si te doy un minuto, te quedarás dormida aquí encima de mí."
"Lo dices como si fuera algo malo."
"Bella," gemí. "Sabes que este sofá no es suficientemente largo para mí. Por favor levántate."
"¡Oh, vale, bebé grande!" dijo entre risitas mientras se levantaba y saltaba sobre nuestra cama.
Fui detrás de ella, hundiéndola más en el colchón. "¡Te cogí!"
Bella me sonrió con malicia. "Y ahora que me tienes, Edward, ¿qué vas a hacer conmigo?"
"¡Nada esta noche!" me reí. "Entre lo de la ducha y mantenerte de pie toda la noche, estoy agotado."
¿No se supone que los hombres son insaciables?"
"¿No se supone que ahora deberías estar sonrojándote?" me reí cuando sus mejillas se pusieron rojas. Levanté una mano y le acaricié la mejilla. "¡Ahí está! ¡Empezaba a pensar que había perdido mi toque!"
"¡Oh, cállate, Tutor-boy!" dijo Bella, dándome con una almohada.
Me reí entre dientes mientras ponía la almohada en su sitio. La cogí entre mis brazos y me acurruqué contra ella. "Te amo, Bella."
Me besó la punta de la nariz. "Te amo, Edward. Con todo mi corazón."
Se movió para tener la nariz presionada contra mi cuello. La sentí respirar hondo.
"Edward," susurró.
"¿Sí, cariño?"
"¿Puedes tararearme mi nana?"
"Cualquier cosa por ti, cariño."
Suavemente le tarareé mientras le acariciaba el pelo. Estaba más agotada de lo que había dicho. Estaba profundamente dormida en unos minutos. Poco después la seguí, pensando en lo maravillo que era tenerla entre mis brazos.
Algo después, me desperté para encontrar que Bella ya no estaba conmigo. Me incorporé y la vi sentada delante de la gran ventana, mirando fijamente la luna. Llevaba una de mis camisetas y tenía los brazos y las piernas escondidos debajo. Me levanté y cogí la manta que tenía ahí para ella. Me senté detrás de ella, tapándola con la manta. La sujeté contra mí, besándole el pelo.
"¿Qué haces levantada, cariño?" le susurré.
"Estaba mirando la luna. Esta noche está muy brillante."
"¿Qué te ha despertado?"
"No estaba teniendo unos sueños muy buenos."
Puse la mano bajo mi camiseta para frotarle las piernas. "¡Bella! ¡Estás congelada! ¿Cuánto tiempo has estado aquí sentada?"
Se encogió de hombros, pero no dijo nada.
"Quédate aquí," le ordené, presionándole los hombros para mostrarle que iba en serio.
Entré corriendo en el baño y preparé un baño para ella, poniendo el agua tan caliente como creía que podría soportarla. Volví al dormitorio y la cogí en brazos, llevándola hasta la bañera. Hizo una mueca cuando intentó levantarse. Obviamente había estado sentada en esa posición bastante tiempo. La miré con expresión de desaprobación mientras la ayudaba a quitarse la ropa y a meterse en la bañera.
"Ahora vuelvo. No salgas del agua hasta que te hayas calentado."
Sólo me asintió.
Encontré su pijama de franela y lo llevé al piso de abajo. Lo tiré en la secadora y cerré la puerta de un golpe. Encendí la máquina y entré en la cocina dando zancadas. Me detuve y respiré hondo. Si empezaba a tirar cosas aquí, despertaría a mis padres.
Cogí la tetera y la llené de agua. La puse a calentar y encontré las bolsitas de té de mi madre. Cogí una taza de uno de los muebles y puse la bolsita dentro. Me apoyé contra el mostrador, esperando que la tetera silbara. Pensé que debería decirle a Bella. Pensé en llamar a Emmett y hacer que viniera a hablar con ella.
Pero entonces me di cuenta de que eso empeoraría las cosas porque Bella estaría demasiado avergonzada para hablar. La tetera silbó y la quité de la vitrocerámica. Llené la taza y después mojé la bolsita en el agua. Cuando acabé con eso, cogí la taza y volví al lavadero. Cogí su pijama de la secadora y volví al piso de arriba. Me recordé que tenía que mantener la calma. No estaba enfadado con ella, sólo con la situación, pero sabía que Bella pensaría que estaba dirigido a ella.
Estaba saliendo de la bañera cuando entré en el baño.
"¿Te sientes mejor?"
Asintió con la cabeza.
"Te he hecho té, pero deberías ponerte el pijama mientras todavía está caliente de la secadora."
Lo cogió y se lo puso sin decir una palabra. Creo que sabía que estaba furioso, pero dudé que supiera por qué. Le cogí la mano y la llevé hasta la cama, arropándola con las mantas antes de darle la taza de té.
"Por favor, bébetelo todo," dije, forzando mi voz para que fuera suave.
Cogió la taza con una mano y me cogió la mano con la otra. Aunque no me miraba. Simplemente miraba la taza entre sorbos. Cuando acabó, cogí la taza y la dejé en la mesita de noche.
"Podrías ponerte muy enferma por esto," dije, haciéndole círculos en la mano con el pulgar. "No es saludable dejarte coger tanto frío, Bella."
"No fue a propósito. No me di cuenta de que había pasado mucho tiempo, eso es todo."
"¿E qué estabas pensando para no darte cuenta de que tenías frío?"
"Estaba intentando convencerme de que es tonto por mi parte seguir teniendo pesadillas. Especialmente porque las cosas que veo no son reales."
Moví la cabeza para que tuviera que mirarme. Le sonreí. "¿Funcionó?"
Suspiró, pero me devolvió la sonrisa. "No muy bien. Parece que he despertado y he hecho que se enfade alguien que me importa mucho."
"¿Sabes por qué estoy enfadado, Bella?" pregunté, colocándole un mechón de pelo tras la oreja.
"¿Porque he pasado mucho frío?"
"No, Bella. Me molesta que me dejases dormir en vez de dejar que te ayudara."
"No lo entiendo," dijo Bella, sacudiendo la cabeza.
"¿Qué es lo que no entiendes? Te amo. No quiero que estés disgustada y quiero hacer que todo sea mejor para ti lo mejor que pueda. Bella, si esto hubiera sido al revés, ¿estarías de acuerdo en que te dejara dormir mientras algo me molestaba?"
"¡Por supuesto que no!" gritó.
"Entonces, ¿por qué pensaste que yo merezco que me consueles, pero tu no te mereces que yo lo haga?"
"Es que no estoy acostumbrada, Edward."
"Puedo entender eso. Pero de ahora en adelante, eso no es una excusa válida, Bella."
Asintió, bajando la mirada. Le levanté la barbilla para que me mirara otra vez.
"¿Quieres volver a dormir o prefieres quedarte levantada?" Por la expresión soñolienta de sus ojos, sabía que elección quería que hiciera, pero era su elección.
"Creo que debería intentar dormirme otra vez."
Me tumbé a su lado bajo las mantas y la cogí entre mis brazos. Su espalda estaba apoyada contra mi pecho. Entrelacé los dedos para saber si se volvía a levantar. Apoyé mi cabeza en la suya. Sus mejillas todavía estaban cálidas del baño. La besé suavemente.
"Te amo tanto, Bella. Por favor, quiero que sepas eso y que me dejes estar aquí para ti. Quieroestar aquí para ti."
"Te prometo que lo intentaré," susurró.
Tarareé hasta que supe que estaba profundamente dormida. Me forcé a quedarme despierto durante un tiempo para asegurarme de que no tenía más pesadillas. Aunque había sido una noche larga y perdí la batalla mucho antes de lo que quería. Mientras me quedaba dormido, me pregunté momentáneamente si había vuelto a cerrar la puerta.
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