"Todos vamos a salir esta noche," anuncié, mirando a mi hermano y a Bella, acurrucados en el sofá.
"¿Quiénes son todos?" preguntó Edward.
"Nosotros seis," contesté. "¿Quiénes si no?"
"¿Estás segura de que Emmett querrá?" preguntó Bella. Todavía estaba un poco nerviosa después de la reacción de su hermano anoche.
"Sí, Bella. Estoy totalmente segura," le aseguré.
"¿A dónde vamos a ir?" preguntó Edward, prestándole más atención a un mechón de pelo de Bella que a mí. No me sentía ofendida. Había querido esto para él desde hacía mucho tiempo.
"Finalmente vamos a llevar a Bella a bailar," dije alegremente. "¡Rose y yo hemos encontrado la ropa perfecta para ti, Bella! ¡Y esta vez prometo mantener alejado a Emmett!"
"Como si una duendecilla como tú pudiera hacer eso," resopló Bella.
"La verdad," Edward se rió por lo bajo, "es bastante fiera para ser tan pequeña." Edward se incorporó de repente, levantando a Bella con él. "Hablando de fiera... querida hermana, ¿ibas a contarme alguna vez con quién te encontraste en el hospital?" sonrió con malicia y Bella se rió en voz baja.
"¿Cómo te has enterado?" pregunté, preguntándome quien había revelado el secreto.
"Jessica me lo ha dicho," Edward se encogió de hombros.
"¿Cuándo demonios te has encontrado con ella?" grité. ¡Iba a localizarla a esa puñetera cría y arrancarle todos los pelos de su cabeza con cerebro de mosquito!
"No necesitas enfadarte," Edward se rió por lo bajo. "Me vio delante de la librería ayer cuando estaba hablando contigo por teléfono."
"¿Qué más te dijo?" pregunté.
"La verdad es que no lo sé. No estaba prestándole mucha atención. Estaba cautivado con las amenazas de Bella de darle una nariz nueva," Edward se rió.
"¿En serio?" grité, saltando alrededor del sofá.
"No fue nada," Bella se encogió de hombros mientras se sonrojaba.
"Está siendo modesta," dijo Edward, abrazándola fuertemente. "Te habrías sentido orgullosa, Alice."
"¡Estoy orgullosa!" me reí por lo bajo. "¡Me sorprende que la dejases!"
"¡Estaba demasiado ocupado riéndome para pararla!" contestó Edward. "¿Y que le dijiste, Ali?"
"¡No es justo, Edward! Haces trampa al usar mi nombre más especial," dije, señalándole con el dedo.
"Lo sé," se rió entre dientes. "¡Ahora cuéntamelo!"
"Sólo le dije que Bella y tú estabais felices juntos," me encogí de hombros. Esperaba que lo dejase ir. No estaría muy contento si se lo especificaba.
"Por su tono de voz, estoy seguro de que no fue nada tierno e inocente, pero no me importa como para sacarte la verdad," dijo Edward con una sonrisa.
"Bella, deberías ir a ducharte. Para cuando acabes, Rose debería estar aquí y empezaremos con tu pelo y maquillaje," dije.
"¡Alice!" se quejó Bella. "¿No es suficiente obligarme a ponerme la ropa que queréis?"
"No," me reí por lo bajo. "¡Ahora ve a ducharte!"
Bella me sacó la lengua mientras ella y Edward se levantaban del sofá.
"¡Portaos bien!" me reí, viéndoles subir las escaleras. No había necesidad de decirles eso. Estaba segura de que todavía no habían progresado en su relación.
Me estiré en el sofá, esperando que Jasper y nuestros amigos llegaran. Pensé en la reacción de mis padres ante las noticias de Edward. Nuestra madre estaba eufórica y casi se echó a llorar. Debió abrazarles veinte veces a cada uno antes de que mi padre la parase.
Mi padre tenía una tapadera valiente, pero creía que este era el primer paso hacia Edward dejando la medicina. A nuestro padre le gustaba hacer como que no tenía ni idea de lo poco que le interesaba a mi hermano ser médico. Si tuviésemos cientos de años y pudiésemos tener múltiples carreras, podía verle enviándole a la universidad de medicina. ¡Podría mandarle dos veces! Pero sólo tenemos esta vida y quería sumergirse en su música.
Puede que no fuese muy parcial, pero estaba bastante segura de que nadie podía tocar como mi hermano. Podía hacer que sintieses la música en tu interior, y eso sólo tocando cosas que tíos muertos escribieron hace cientos de años. Cuando tocaba sus propias composiciones, era irreal.
Edward todavía creía que yo no tenía ni idea de su misteriosa composición. Claro, le dejaría a Bella contarles a todo el mundo la nota que sacó, pero todavía no se la había tocado. Me imaginé que estaba guardándola para una ocasión especial con ella. Me sorprendía que no la hubiera tocado el día de San Valentín.
Me reí para mí. Bella no tenía ni idea de que la había escuchado bastante. Edward se la tarareaba cada vez que tenía una pesadilla. Era lo único que la calmaba un poco. Había tenido que amenazarle para que finalmente hablase con ella sobre sus sueños y por lo que yo sabía, no había tenido más desde su conversación. Me pregunté si tendría que amenazarle otra vez, sólo para que le contase lo de su composición.
La puerta principal se abrió. "¡Knock, knock!" dijo Rose mientras entraba, con Emmett detrás de ella.
"¡Hola!" canté, levantándome y abrazándoles. "¿Estamos de mejor humor hoy, Emmett?"
"No está decidido," murmuró, mientras se dirigía a la televisión.
"¿Qué le pasa?" pregunté, cogiendo el abrigo de Rose.
"Está un poco cabreado porque le he advertido de cómo va a ser la ropa de Bella esta noche," Rose se rió por lo bajo. "¡A veces se comporta como un oso!"
"Puede oíros, ya sabes," murmuró Emmett.
"Oyes, pero no escuchas," dijo Rose, poniendo los ojos en blanco. Nos sentamos junto a Emmett.
"Venga, Em," intenté persuadirle. "Bella es una mujer joven. Necesitas tratarla como a una."
"Está moviéndose demasiado rápido," murmuró Emmett.
"No pensaste que fuera demasiado rápido la semana pasada o hace dos semanas o incluso hace dos días," discutí. "¿Qué te pasa?"
"Emmett, conoces a Edward," dijo Rose suavemente. "Sabes que no va a hacer nada para hacer daño a Bella. Sabes que no le está haciendo falsas promesas."
"Estás siendo muy injusto con Bella. Ella no se comportó así cuando tú le pediste a Rose que se casara contigo," señalé.
"Rose y yo tenemos veinticinco. Somos adultos. Ella es sólo una niña," discutió Emmett.
"¿Consideras que Edward sea un niño?" pregunté.
"No, pero es diferente," contestó Emmett.
"¿Por qué es diferente? ¿Porque es un hombre y ella es una mujer? ¿O es porque es tu hermana pequeña?" preguntó Rose.
"¡Bien! ¡Charlie y Renee claramente estarían orgullosos de tus instintos paternales con Bella!" bromeé. "Más te vale esperar que Rose y tú no tengáis una hija. Te arrancarías todos los pelos de la cabeza antes de que fuera una adolescente."
"No bromees con eso, Alice," dijo Emmett. "Sabes que tienes esa forma peculiar de decir cosas que después pasan."
Meneé los dedos en su dirección. "¡Tu primer bebé con Rose va a ser una niña!"
"¡Maldición, Alice!" bramó Emmett. "¡Te dije que no hicieras eso!"
"¡Relájate, Emmett!" me reí. "¡No puedo ver el futuro de verdad, tonto!"
"Hasta ahora has tenido demasiada razón para mi gusto. Jasper y tú, Rose y yo, y ahora Bella y Edward. Puedes parar cuando quieras," murmuró Emmett.
"Tengo un buen ojo para el amor, Emmett." Suspiré dramáticamente mientras ponía las manos sobre mi corazón. "Además, mi madre os juntó a ti y a Rose para que salieseis. Sólo pensé que teníais mucho en común."
Alguien llamó a la puerta. Por el sonido, ¡supe que era mi persona favorita! Chillé y fui hasta la puerta, abriéndola.
Salté en sus brazos y le besé en la mejilla. "¡Hola, Jazzy!"
"Hola, Alice," Jasper se rió entre dientes. "¿Me has echado de menos?"
"Siempre," suspiré, apoyando la cabeza en su pecho.
"Yo también te he echado de menos. La verdad es que quería hablar contigo si tenías un momento," dijo Jasper.
"Claro," contesté, soltándole. "Deja que coja la chaqueta y podemos ir a dar un paseo."
Cogí mi chaqueta del armario y miré a Rose inquisitivamente. Me miró encogiéndose de hombros. Me puse la chaqueta y me encontré con Jasper en el porche. Rodeamos la casa y fuimos al jardín de atrás.
"¿De qué querías hablar?"
"Sabes cuanto te amo, Alice."
"¡Por supuesto, Jasper! Lo sé desde el momento en que nos conocimos."
"Con la declaración de Emmett y la promesa de Edward, me preguntaba si estabas preocupada ya que todavía no te he pedido nada oficialmente."
"¿Parece que esté preocupada?" pregunté con una sonrisa maliciosa.
Jasper me sonrió dulcemente. "Es difícil de decir. Has estado muy contenta planeando la boda y ayudando a Edward con su sorpresa. Pero me preguntaba que estabas sintiendo bajo toda esa felicidad por ellos."
"Jasper, no necesito que me pidas nada ni que me pongas un anillo en el dedo para saber que me amas. Puedo verlo en tus ojos y sentirlo cuando me tocas. Además, ya deberías saber que si tuviera un problema con eso, yo te haría la vieja pregunta."
"Apuesto que lo harías," Jasper se rió por lo bajo, mientras me daba una abrazo. "Entonces sólo tengo una pregunta más."
"¡Pregunta!" me reí, mirándole a sus preciosos ojos.
"He encontrado un apartamento mucho más cerca de mi trabajo. Me preguntaba si querrías vivir conmigo."
"¡Guau!" silbé. "¡No estaba esperando eso! ¿Pero por qué estás buscando un apartamento si tienes una casa en perfectas condiciones?"
"Rose necesita la casa. La hace sentir como si nuestros padres todavía formaran parte de su vida. Por eso anoche le pidió a Emmett que vivieran juntos. Y francamente, no quiero volver a escuchar los sonidos que estaban haciendo nunca más."
Me reí, recordando esa noche perfectamente. "Puedo ver como eso te haría buscar un apartamento."
"¿Qué te parece, Alice?"
"Sabes que en el momento que me mude, esperan que cuide de mí misma. Nada de tarjeta de crédito. Sólo puedo quedarme el móvil."
"Es hora que uses tu título y hagas buen uso de tus conocimientos sobre la moda. Llevas con ese trabajo de la oficina desde que te graduaste y sé que te aburre. ¡Venga, Alice! ¡Estaremos viviendo en el corazón de la ciudad! ¡Toda la vida nocturna al alcance de tu mano! ¡Todas esas boutiques de lujo deseando contratar a una mujer con talento como tú!"
"Jasper, yo... Edward." Bajé la mirada al suelo, al no querer ver el dolor en sus ojos.
"Alice, si te lo hubiera pedido hace tres meses, habría entendido perfectamente tu reticencia. Pero te lo estoy pidiendo ahora. Sabes que Edward está bien."
Tenía razón. Edward ahora estaba completamente diferente. Y yo sólo era la hermana mayor. Nuestra madre todavía estaría aquí para cuidar de él. Vivir todos los días con Jasper...
Jasper me levantó la barbilla para mirarme a los ojos. "Te amo, Alice. Te echo de menos cada vez que salgo por la puerta sin ti a mi lado. Es como si me faltara algo vital."
"¿Puedo decorar?"
"¡Alice, el piso entero es tu paleta!"
Chillé mientras le lanzaba los brazos al cuello. Me abrazó fuertemente, levantándome del suelo y besándome en los labios.
"¡Vamos a vivir juntos, Jazzy! ¡Vamos a contárselo a Rose!"
"Me sorprende que no quieras contárselo a Edward primero," dijo Jasper. Me bajó y volvimos a la parte delantera de la casa.
"Esa será una conversación difícil. Preferiría salvarla para más tarde." Subí corriendo los escalones y entré en la casa. Salté en el sofá, apenas evitando los pies de Rose.
"¡Qué demonios, Alice!" gritó Rose, alejándose de mí.
Le sonreí con malicia. "¡Rose! ¡Tengo noticias excitantes!"
"¿Por eso casi aterrizas encima de mí?" preguntó Rose, haciendo como que estaba irritada.
Jasper puso una mano en mi hombro y me calmé un poco. Siempre me sorprendía que pudiera hacer eso con sólo tocarme.
"Jasper y yo tenemos noticias excitantes. ¡Ha encontrado un apartamento y vamos a vivir juntos!" grité.
"¿Jasper?" preguntó Rose, mirando a su hermano. "¿Vas a irte de casa?"
"Sólo para que Emmett pueda mudarse," contestó Jasper. "Le pediste anoche que lo hiciera."
"¡Pero hay espacio de sobra!" discutió Rose. "No tienes que irte."
Jasper se sentó al lado de Rose y le cogió una mano. "Rosalie, sabes que eres una parte de mí como yo lo soy de ti. Nunca estaré lejos. Pero tú y Emmett vais a casaron en junio. Te conozco. No esperarás mucho para empezar una familia. Siempre has querido un marido e hijos, desde que eras una niña pequeña. Y sé cuanto significa la casa para ti. Así que como regalo de boda, te doy la casa entera. ¡Sólo unos meses antes y sin un lazo!" Jasper guiñó y Rosalie empezó a reírse mientras se limpiaba las lágrimas de los ojos.
"Supongo que todos nos estamos dando cuenta de que hemos crecido y ya no somos niños," dijo Rose.
"¡Sí que lo parece!" dije con alegría.
"¡Esme y Carlisle!" dijo Rose. "¿Qué van a hacer con esta enorme casa vacía?"
"No estará vacía," contesté. "Edward y Bella estarán aquí. Mamá se asegurará de que se queden hasta que acaben la universidad. Y no es como si nunca fuéramos a visitar o a quedarnos a dormir."
"¡Oh, Alice!" dijo Rose, cogiéndome la mano. "¿Qué vas a decirle a Edward?"
"Bueno, siempre ha dicho que no me echaría de menos," dije con una pequeña sonrisa.
"Sabes que nunca lo decía en serio," dijo Jasper, frotándome los hombros.
"Por supuesto que lo sé," me reí por lo bajo. "¡Es algo que le gusta decir para fingir que no se beneficia de mi personalidad única!"
"¿Dónde está?" preguntó Rose.
"Él y Bella se fueron arriba para empezar a arreglarse para esta noche," contesté. "Bella debería bajar dentro de poco para que empecemos con su pelo."
"Estoy justo aquí," dijo Bella desde arriba de las escaleras. "Acabemos con esto."
"¡Oh, Bella!" Rose se rió por lo bajo mientras se levantaba y se dirigía a las escaleras. "¡No hagas que parezca tan horrible! Sabes que te gustó lo que hicimos la última vez."
"Sí," dijo Bella. "¡Justo hasta que el oso de mi hermano me aplastó!"
"¡Lo siento, enana!" Emmett se rió por lo bajo, mirándola.
"Pórtate bien," le advertí a Emmett mientras me inclinaba hacia él. "Y si estuviera en tu lugar, no esperaría mucho para hablar con Bella sobre tus intenciones de mudarte."
Asintió con la cabeza.
Subí corriendo las escaleras y me uní a Rose y Bella en mi baño. "Estaba pensando en rizos sueltos esta noche, Rose. ¿Qué piensas?"
"Eso será perfecto para la camiseta. Pero deberías recoger lo de delante con un pasador para que se le vean los hombros," contestó Rose.
"No demasiado maquillaje, por favor," suplicó Bella.
"No mucho," le aseguró Rose. "Sólo sombra de ojos y un poco de colorete para ayudar a que no se note cuando después te pongas roja."
Bella se sonrojó y las tres nos reímos juntas. Nos habíamos hecho buenas amigas durante los últimos meses y no había nadie con quien preferiría ver a mi hermano que no fuera Bella. Estaba contentísima de que le hubiera abierto su corazón y aceptado su promesa.
¡Iba a mudarme! Iba a vivir con el hombre que amaba. También iba a quedarme sin tarjeta de crédito, pero iba un precio muy pequeño que pagar.
Edward... mi hermano pequeño. Me reí por lo bajo. Emmett no era el único que tenía problemas. Pero Jasper tenía razón. Edward había cambiado mucho en los últimos meses, todo gracias a Bella. Sólo se unirían más mientras se ayudaban a hacer frente a Emmett y mi mudanza. ¡Eran una buena pareja! Lo había visto esa primera noche.
Hace años, mi madre me había dicho que cuidara de él. Había pasado cada día de mi vida haciendo eso de alguna manera. Esto era más que irme a vivir con el hombre que amaba... estaba dejando al hermano al que tanto quería . Él estaría bien... yo estaría bien. El apartamento no estaba tan lejos...
Si me era tan difícil dejar a Edward, no podía imaginar por lo que pasarían Rose y Bella. Aunque Jasper y Emmett no eran de lo que veían este tipo de cambio como una pérdida. Pero para sus hermanas que les querían y se sentían protectoras con ellos... Tendríamos que aguantar juntas y estar ahí para las demás.
Sonreí, pensando en todas las llamadas que esto crearía. Era correcto buscar lo bueno y encontrar razones para sonreír. Esto sería un buen cambio para todos nosotros. Algunas de las elecciones más fáciles en la vida tienen las mayores consecuencias. Pero los seis nos teníamos... Todos creceríamos y nos beneficiaríamos de estos cambios. Claramente podía ver eso.
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