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Capitulo 11.- Reencuentro… ¿familiar?
Edward pov
Sentí su aroma nada más llegar al bosque, esta en casa. Bella esta en casa,
tal como Alice dijo.
Corrí tan rápido como pude hasta llegar a la sala sin detenerme, entonces
que la vi sentada en el mismo sofá donde me quedara yo al verla partir, me miro
con todo el amor reflejado en su rostro, mi hija, Emmet y Rosalie se habían ido
a casa de Esme, dándonos privacidad para el encuentro.
No supe qué hacer primero, si abrazarla, besarla, preguntar lo que había
pasado
¿Por qué tardo tanto en volver? ¿Por qué se fue en primer lugar? ¿Cómo pudo
dejarme de lado de esta manera? ¿Cómo no pensó en mis sentimientos al dejarme
sin una despedida?
Y poco apoco mi jubilo se torno en enojo…
¿Cómo se atrevió a dejarme así?
Y antes de darme cuenta saltaron de mi boca una tras otra las palabras,
entre acusaciones, reclamos, preguntas, todo es una enredadera sin sentido o al
menos eso pensé hasta que me respondió con el más calmado de los tonos.
- Me fui sin despedirme porque no me habrías dejando de otra manera, debía
aprender a controlar esto, sí pensé cuanto te lastimaría, pero también pensé en
cuanto dolería si por no dominar las nuevas emociones te hacía daño o a alguien
más de la familia- empezó a responder preguntas que ya ni siquiera recordaba
haber hecho.
Me quede estático en donde me encontraba, escuchándola, su voz me perdió.
-Dejarte fue lo más difícil que hice en estos últimos 100 años, pero me fue
necesario y necesito que lo entiendas así, no supe cuánto tiempo estuve fuera
Edward, después de marcharme pase varias semanas vagando en los bosques pero siempre me alcanzaban las sensaciones y
las pesadillas no cesaban, hasta que me hundí en un lago profundo que encontré,
permanecí ahí hasta hace unos días cuando decidí regresar, no fui consciente
del paso del tiempo y te pido perdón por ello, no quise dejarte por tanto, pero
ahora tenemos toda la vida para recuperarnos, no me iré jamás pero necesito saber que me perdonas y que
estamos bien- concluyo con un susurro, cargado de dolor, el suyo y el mío.
Sin pensar más la abrace, por fin después de casi un año abrazo a mi esposa
de nuevo y nada es mejor que esto… bueno casi nada, salvo los besos que
vinieron y las caricias con ellos y la excitación detrás de todo lo anterior.
Su piel sigue tan suave como recuerdo, pero la experiencia de tocarla es
mucho mejor que en mis recuerdos, lentamente la lleve a la recamara, seguí
besándola hasta tumbarla sobre la cama, cada nuevo beso es una tortura
delirante, la forma en que me toca por encima de la ropa es erótica, poco a
poco, sin entender como asoy capaz de hacer algo lento, me deshice de su
vestido rosa pálido.
-Hum lencería rosa de encaje – murmure contra sus labios.
-Tu favorita- respondió entre besos
y mordiscos rápidos a mi pecho.
Mientras sus manos desaparecían los botones de mi camisa y detrás el
pantalón, poco a poco la lencería y lo demás se perdió, solo hay espacio para
estar piel con piel. Perdidos en el deseo de amar y ser amados mutuamente.
Me retire solo un poco para poder apreciarla desnuda, viendo como mis manos
lograban estremecerla, hasta casi gemir de placer, sin aun tocar partes intimar,
solo ante la expectación de lo que estaba por llegar.
-¿Qué esperas para venir? – Pregunto, a medio susurro- si quieres me voy
otra vez - insistió con voz picara,
mientras hacía ademan de levantarse.
-Nunca te iras de mí, no te perder de vista por la próxima eternidad – dije
mientras me tiraba encima de ella recibiendo mi peso con risas de victoria.
Que estúpido fui al pensar que sería lento, estúpido y un optimista
empedernido si me creía capaz de hacerle algo lento en ese momento, al apenas
presionar su cuerpo bajo el mío supe que estaba perdido.
Bella pov
Le sentí sobre mí en su total desnudes y la evidencia de su deseo haciendo
presión en mi vientre, rodamos sobre su espalda, así podre mirarlo mejor cuando
entre en mi cuerpo y ver si ese deseo por mi ha disminuido, aunque soy capaz de
sentir la turbación que le provoco, los viejos miedos no me han abandonado del
todo, quizá nunca se vayan.
-Bésame más – pedí
-Tanto como tú quieras – dijo con sus labios sobre mi piel.
Me levante solo lo suficiente para que se deslizara dentro, esto no será
lento, no con todo este deseo atrasado a punto de hacer explosión.
Gemí apenas entro, sentí los espasmo de placer, eso será muy rápido…
demasiado, le escuche gemir cuando me cerré entorno a su sexo y al poco de 2
movidas ambos estábamos jadeando y excitados a nada de terminar ese encuentro.
-Mejorara lo prometo – susurro apenas sin aliento en mi oído al derrumbarme
sobre él, no agotados, solo extasiados.
Y lo cumplió, los siguientes
encuentros fueron de todo menos rápidos, hasta que impaciente por los
comentarios de nuestra hija, Emmet nos llamo por teléfono, argumentando que sí no
dejábamos el sexo de lado, Renne iría a buscar alguien con quien experimentar
eso que trae a sus padres locos desde hacia unas semanas.
Porque según sus palabras, teníamos cinco semanas perdidos….
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