martes, 20 de diciembre de 2011

Solo te necesito a ti


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Capítulo 6.-  Venganza e Infierno.-

Bella pov

Las pesadillas habían cesado, junto con la ola de emociones, al parece mi escudo volvía a ser efectivo, aunque sigo sintiéndolas son más apacibles, incluso los enojos los manejo mejor. 

Alcance la última semana de clases, la de los exámenes, Edward se negaba a dejarme ir, con todo un plantel de adolescentes calenturosos y exaltados por los finales, teniendo miedo que acabara perdiendo la poca paz que tengo, pero no quise dejarle ganar esta partida.

Solo falta saber, si este infierno regresara o fue solo un lapsus de locura. Carlisle se entierra de cabeza en sus libros buscando algo sobre esto, pues sigue desconcertado por todo lo pasado.

 Por petición mía, Emmet, Rosalie y Renessme no han regresado para las vacaciones, lograron convencerla de ir por toda Europa y conocer más aun como exploradores, es emocionante para mi hija que no se entero del motivo real. Me aterra tener episodios con ella en casa.

Aun tengo la espina clavada del montaje de Patricia, pero ya sé como devolverle el favor, después de todo ¿qué tan difícil es hacer un montaje de calidad?

Tanta que hasta un humano experto autenticaría la foto, a mis ojos vampíricos pocas cosas se escapan.

 Así fue como una mañana en el instituto, las fotos de una Patricia desnuda teniendo sexo con dos chicos muy monos ellos, inundaron las aulas, corredores, pasillos, cafetería y estacionamiento en un abrir y cerrar de ojos.

La cara de esa perra al verse en la foto fue impagable, moría por reírme en su cara, pero dado el tipo de “vendetta” corría el riesgo de ser expulsada del instituto, por lo que mi autoría quedo cubierta apenas por mi autocontrol recién recuperado y largamente adiestrado.

Debo decir que a Edward no le gusto mucho la broma pero no dijo nada. Además fue claro para la tipeja quien es la autora sabiendo que eso fue lo que ella hizo con anterioridad. Dejo el instituto al día siguiente. Recuperando con eso la paz que por años había sentido, al menos mis episodios de furia ya no serán tan grandes.

No me duro mucho, en cuanto baje la guardia regresaron los problemas, no en forma de pesadillas pues son mucho más vividas que antes y ya no puede llamárselas así,  las emociones aumentaron trayendo la carga de todo Fork y condados vecinos, dolía, cada acción soñada ocasiona un daño que mi cuerpo resiente, cada sentimiento me debilita mas cada día.

Carlisle decidió que el momento de pedir ayuda a otros vampiros había llegado, por lo que llamo a nuestro viejo amigo Eleazar, quien sabiendo algo de lo sucedido llego tan pronto como la distancia lo permitió, así como su adorable mujer Carmen, ambo se quedaron impactados de ver como cada día es peor y horrorizados del desastre monumental que esto genera en mí y en la familia.

Decir que están preocupados es poco, sin saber cómo ayudarme o como detener esta avalancha de situaciones que se me viene encima, lo único que atinan a hacer es turnarse para estar cerca de mi pues no sé en qué momento o porque situación, las alucinaciones, ahora las llamamos así, aparecen de la nada, un momento de normalidad y al instante uno de locura.

Sin incluir mi frágil estabilidad, un minuto rio de nada, al siguiente el mueble más cercano es destruido y después de eso el llanto, sí llanto, me asalta junto con la culpabilidad por romper cosas otra vez, pues al final del día, Edward es quien recoge, limpia y arregla cada desastre que hago.

- Hey no importa, igual no me gustaba esa silla – bromeo cuanto dicha silla paso por un costado de su cabeza para estrellarse en la pared contraria.

Y con cada noche la pasión resurgía, al menos eso es igual que antes.

- te amo Bella, eso no cambiara nunca, ya veras saldremos de esto, lo juro-

-¿Y si no?- pregunte con el terror reflejado en mi voz

-Hey no pienses así, Carlisle está trabajando en esto, Esme, Eleazar y Carmen  están a todo lo que da para encontrar una respuesta, además Alice ha empezado a tener visiones otra vez, quizá pronto de con algo- dijo y llore de nuevo.

-No, por favor Bella, no llores, eso no lo soporto – dijo mientras me besaba suavemente al principio.
Sintiendo agitación acompañada del deseo en sus besos, mi cuerpo lo multiplico estando más que dispuesta en poco tiempo…

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