Autora: SKY
Creado en AGOSTO del 2009
Disclaimer: Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephanie Meyer.
Summary: Ya ha pasado un año desde la partida de Edward Cullen de la vida de Bella, esta para "conmemorar" el momento decide pasar la noche en el Claro donde él declaró sus sentimientos por ella, ¿Será que el alcohol le hará una mala pasada o sus presentimientos serán ciertos?
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A TU SALUD - CAPITULO 2
El sitio donde me encontraba era realmente desagradable, un ático de un viejo restaurante caribeño, lleno de cajas polvorientas que le daban casa a ratas y miles de insectos. Reinaba un olor nauseabundo, como ha pescado pasado o queso en descomposición… tal vez ambas. Pero aún con todas esas particularidades yo no era capaz de moverme un centímetro. Tenía 6 meses en la misma posición, no es que contara el tiempo… tampoco es que dejase de hacerlo.
Abajo podía escuchar las voces de los cocineros, mesoneros y clientes, sin hablar de sus pensamientos, no era algo a lo que en realidad prestase atención, me limitaba a que todo aquello me entrara por un oído y me saliera por el otro; nada de todas aquellas estupideces que ellos hablaban era o sería importante para mí. En realidad, su existencia al igual que sus pensamientos eran insignificantes y junto a todo eso, mi vida también lo era.
Lo era desde aquel momento en el que le rompí el corazón al amor de mi existencia para salvarla de lo peor que puede existir en esta tierra… yo mismo. Yo era la causa de casi todos sus accidentes desde que la había conocido, yo ponía en peligro su vida tan solo con estar a su lado… ¿Cómo me perdonaría si algo le pasara por mi culpa? Simplemente no podría perdonarme, por eso me había ido…
Me encontraba tranquilo debido a que sabía perfectamente la forma de trabajar del corazón y la mente de un ser humano; amaban con pasión u odiaban hasta la muerte a "algo" pero en cuanto ponías un poco de distancia entre ese algo y la persona… olvidaban. No es que no tuviesen capacidad de retención, si la tenían, el asunto es que nunca igualarían a la de un vampiro. Además los humanos tienen algo que la mayoría de los vampiros carece… el poder de sanar. Por eso sé que mi decisión está bien… ella sanará y con el tiempo me olvidará, tal vez algún día me dé las gracias por haberme marchado, tal vez ya ahora lo haga…
Sentí como un puñal atravesó mi silencioso corazón luego de esos pensamientos… ella podía haberme olvidado ya y en cambio yo nunca podría hacerlo, aunque pasaran otros 100 años, ellasería la única dueña de mí ser.
El dolor de pensar que ya no me quería retumbaba dentro de mi haciendo que mi cuerpo contorsionara por dentro, como si un fuego invisible me quemara de la forma más brutal y dolorosa por ello rápidamente mi mente viajaba a un terreno más seguro – y sin dudas mucho más egoísta - en el cual pensaba que ella aun me quería y que de cierto modo estaba pasando el mismo calvario que yo estaba pasando en estos momentos…
Ante ellos mis pensamientos comenzaban a enredarse y a hacerme jugarretas recordándome los momentos que habíamos pasado juntos… como por ejemplo los días que pasamos conociéndonos, haciéndonos preguntas tras preguntas; las silenciosas visitas a su cuarto de noche; las caricias y los besos que nos entregamos… en fin, tantos momentos felices…y por supuesto, juntos.
- Ella – dije en un susurro, no me sentía capaz de pronunciar su nombre, ya que al hacerlo mi cuerpo se tensaba de manera dolorosa, como si estuviese anticipándose a algo pero justo cuando mi mente se daba cuenta de que ese "algo" no vendría o no llegaría, la decepción me embargaba por completo… definitivamente era doloroso, por ello en un intento de "mitigar" el dolor no evocaba su nombre... era tonto porque aunque no lo evocara su rostro siempre estaba atrás de mis parpados recordándome todo lo que perdí al irme…
¿Cuántas veces no había pensado en volver? La idea era tan tentadora, solo hacerme la pregunta me hacía sentir ganas de correr, de correr sin parar hasta llegar y verla… ¿Cómo estaría? ¿Habría crecido? ¿Estaría… feliz? ¡Maldición! Seria… justo. Es decir, yo me fui para que continuase su vida, para que fuese feliz con otra persona ¿no? ¿Por qué cada vez que pienso en eso me mareo? Es que acaso no puedo simplemente alegrarme por ella… seguramente ahora la está pasando genial con… que se yo… ese vil Mike Newton; la imagen mental de ella agarrada de la mano con Mike me hizo jadear… es imposible. ¿Qué otro chico podría ser? Tal vez, el hijo del amigo de su padre… Jacob Black. Una oleada de celos recorrió mi cuerpo como un latigazo antes de que pudiese pensar con claridad, supongo que fue respuesta a una afirmación… ese si podría ser el acompañante de ella.
Mis puños se cerraron con fuerza, ¿ella con él? ¡NO! Era algo que no podía creer… ¿mi ángel con otra persona? No, no, no…. ¡mierda! … pero…y si él la hacía feliz… ¿Quién era yo para volver en ese caso? Nadie. ¿Cómo podía molestarme si técnicamente yo la había dejado libre? No podía. No… simplemente no podía hacerlo, ella merecía todo lo mejor y yo no entraba en esa lista. Además después de todo ¿Qué significa mi dolor, mi sufrimiento si ella está feliz? Nada. Simplemente es el precio a pagar por ser tan iluso pensando que podía llegar a ser "normal"….
El hecho de que ella me haga sentir vivo con tan solo oír su risa, de que me haga sentir que el corazón vuelve a latir con cada roce de su piel o que simplemente me haga sentir el hombre más afortunado del mundo cuando sus ojos encuentran los míos no me da derecho de robarle su alma. Eso jamás. Ella merecía o mejor dicho merece todo y más. Y yo no podía darle demasiadas cosas como por ejemplo una vida pacífica, hijos, una vejes feliz…. Nada, para ella, en ese sentido, soy un ser vacío.
Sin embargo, el día en que ella tuviese que… irse al "otro mundo", ese mundo al que yo nunca llegaría dada mi condición de "vivir para siempre", el día que ella llegase a ese punto…. No sé qué haría. Frente a ese final el dolor en mi pecho crecía amenazantemente y mi cuerpo temblaba sin control. Yo buscaría la manera de acompañarla, porque puedo vivir sabiendo que ella vive y es feliz… pero nunca sabiendo que ella ya no está en este mundo.
Egoísta o no egoísta, esa era mi esperanza. Por que llegará el día en que estaremos juntos, no en este mundo… pero lo estaremos. ¡Sí! Sin dudas, esa es mi gran esperanza… lo que me ayuda a continuar aquí, inmóvil, en este mugriento ático.
Mi celular vibro sacándome por un segundo de mis ensoñaciones, ¿Quién podría ser? Hacía meses que mi celular no daba señales de vida, mi familia me había estado dando espacio para recuperarme, aunque yo opinaba que nunca podría… dejó de vibrar e inmediatamente volvió a hacerlo.
El ejercicio se repitió tres o cuatro veces más y fue cuando comencé a preocuparme, ¿y si estaba pasando algo? ¿Carlisle, Esme… Bella? Su nombre chocó en mi cabeza junto con un miedo atronador ¿y si le pasaba algo? Sin siquiera pensarlo ya tenía el celular en la mano y estaba revisando el numero de quien me llamaba… era Alice, mi miedo creció aún más.
¿Sí? – pregunté tenso por el susto.
¿Edward? – La voz de mi hermana sonó al otro lado del auricular.
¿Qué sucede Alice? – mi voz no tenia vida, era monótona, y hasta yo mismo podía notarlo.
¡Me alegro que lo dudes! – Respondió rápidamente e intuí una sonrisa en su rostro por el tono de su voz pero… ¿Qué yo dudaba que? – date prisa ¿sí? ¿Has visto un calendario? Ya ha pasado mucho y sin dudas llegarás en un momento en el que ella te necesitará, adiós.
¿Qué ella qué? ¿Alo? – pregunté confuso por el monologo que mi hermana me acababa de dar pero en respuesta sonó un "Piiiiib Piiib…." - ¿Alice? ¿Alo?
- ¿me trancó? – Dije aun en voz alta y con el celular pegado a mi oreja - ¿Alice? ¿Alice?
Repetí su nombre solo por probar suerte, definitivamente ella me había trancado. Un leve disgusto subió por todo mi cuerpo, mi hermana pensaba que todos sabíamos el futuro y por ello no explicaba o simplemente creía que leería su mente… ¿pero como si estoy a miles de kilómetros de distancia?.
Respiré varias veces antes de ponerme a analizar sus palabras, no había entendido ni una sola palabra pero estaba seguro de que ella no me haría ninguna bromita y menos en esta situación.
Comencé a repetirme una a una sus palabras buscando el significado que yo no había entendido "¡Me alegro que lo dudes! date prisa ¿sí? ¿Has visto un calendario? Ya ha pasado mucho y sin dudas llegarás en un momento en el que ella te necesitará, adiós". ¿Dudar que? ¿Un calendario? ¿Ella? ¿Qué ella?
¿Bella? Mi mente unió todo a partir de ese nombre, consulté el calendario del celular, tan solo faltaban dos días para que se cumpliera un año de… ¡oh! Un año…
Alice había visto a mi determinación flaquear, había notado mi dolor y mis tentadoras ideas de volver, pero eso no significaba que yo tuviese que hacerlo… ¡por que lo había prometido! Le había prometido no atormentar su vida de nuevo trayendo a mis oscuros demonios hacia ella… pero… ¿ella me necesitaba? ¿Y si le pasa algo malo? y si… ¡no lo sé! ¡Maldita sea!
¡Qué frustrante! Sabía que me estaba engatusando como un niño pequeño, estaba usando unas simples palabras como escusa para mi comportamiento para mi falta de lealtad a Bella… ¡yo se lo había prometido! Pero si ella me necesitaba… aún después de tanto tiempo… ¡eso cambiaba las cosas!
Sí, eso cambiaba todo… no quise darle más vueltas al asunto por miedo a que en un impulso de "madurez" me echara para atrás y no fuera a su encuentro. Me moví por primera vez en aquellos largos 6 meses, pensé estúpidamente que algún músculo protestaría pero ni siquiera sentía la necesidad de estirarme un poco, ya me encontraba listo para la batalla… recordándome una vez más lo poco humano que era.
Sacudí el polvo de mi camisa al igual que mis pensamientos y sin más, con una sonrisa ansiosa dibujada en mis labios salte por la ventana y me lance a toda la velocidad a mi próximo destino… un pequeño pueblo llamado Forks.
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