sábado, 4 de febrero de 2012

LLC: Cap28: Navidad Parte III

NAVIDAD PARTE III

Me encantaba la Navidad. Siempre me había encantado, desde que me di cuenta del cambio que provocaba en la gente a mi alrededor. ¡Sin mencionar todas las oportunidades de compras! ¡No me tomes mal! Yo no soy nada materialista ni superficial. Es sólo que me gustaba la moda y vestir bien. Sabía la suerte que tenía por haber nacido en una familia sin problemas económicos. La Navidad significaba que podía compartir mi buena suerte con otros que se lo merecían de verdad.

La mayoría de la gente estaría muy triste por estar en el ala de los niños en Navidad. ¡No yo! Soy demasiado alegre. No lo veo como lo peor posible. Si esos niños están en el hospital entonces todavía están vivos y tienen una oportunidad de ponerse bien. Sería mejor para ellos estar en casa y seguros, pero esa no es nuestra decisión. Nadie sabe por qué los niños se ponen enfermos o por qué los médicos no han encontrado las curas todavía. Sí que sé que puedes hacer que esos niños olviden que están enfermos y tristes por un tiempo.

Aparqué mi Porshe al lado del coche de Edward. Rose aparcó a mi lado y después mis padres en el Mercedes de Carlisle. Me bajé de un salto y corrí al Volvo de Edward. Él ya había abierto el maletero y estaba cogiendo la primera de muchas bolsas de regalos.

"¡Recordad!" canté. "Los regalos de niños están en el papel verde y los de niñas en el rojo."

"¡Guau!" dijo Bella. "¿Hay tantos niños aquí?"

"No, pero muchos tienen hermanos," explicó Edward. "Traemos suficientes para que cada niño tenga un regalo. Las enfermedades afectan a la familia entera, no sólo al niño enfermo."

"Esme debe estar muy orgullosa de vosotros," dijo Bella, mirándonos a mi hermano y a mí.

"Intentamos que se sienta así," contesté, guiñándole. Y me acerqué un poco más a Bella. "¡Tengo que compensar mis salvajes fiestas de alguna manera!"

Bella se rió alegremente antes de acercarme. "Alice, me gusta que finjas que eres salvaje cuando todo lo que eres en realidad es una adicta a las compras."

"Comparada a mi hermano, soy el niño-salvaje original," me reí por lo bajo.

"Quizás sólo está fingiendo," susurró Bella. Ahora me tocaba a mí reír.

"¡Oh, Santa!" dijo Edward. Emmett se acercó. Edward le dio dos bolsas.

"Chicas, seréis las ayudantes de Santa con Esme, sacando los regalos de las bolsas," dijo Carlisle. "Los chicos y yo llevaremos las bolsas."

"Rose, haces que la Sra. Claus parezca una supermodelo," Bella soltó una risita.

"Intento atenuarlo, Bella," dijo Rose con una sonrisa maligna. "Pero cuando estás tan buena..." Se abrazaron y se rieron. Se iban a llevar realmente bien. ¡Ya podía verlo!

Nos dirigimos al hospital y Bella y yo nos adelantamos corriendo para abrirles las puertas a los chicos. Edward intentó decirle algo sobre correr, pero una mirada de Bella le calló. Realmente quise reírme, pero decidí contenerme. ¡El espíritu navideño y todo eso!

La primera habitación a la que entramos estaba ocupada por una niña de ocho años con leucemia llamada Kristine. Todos los años me estudiaba las listas y me aprendía los nombres de todos los niños para ayudar a Santa y a la Sra. Claus. Kristine estaba sentada en su cama con su hermano de cinco años. Parecía cansada y había perdido todo el pelo por los tratamientos de quimioterapia. Saqué mi mejor sonrisa y entré en la habitación.

"¡Feliz Navidad, Kristine!" canté.

"¿Cómo sabes mi nombre?" preguntó la niña.

"Me llamo Alice y soy una de las ayudantes de Santa." Me giré y señalé la puerta cuando Emmett y Rose entraban con el resto de mi familia detrás.

"¡Santa!" gritaron los dos niños. Sus padres se levantaron y se acercaron a la cama.

"¡Eso es!" dije.

"¡Jo, jo, jo!" dijo Emmett. "He comprobado mi lista dos veces y dice que Kristine y Benji han sido muy buenos este año."

"¡Sí!" exclamó Kristine, incorporándose en la cama. "¡Benji incluso me dejó sus juguetes ayer!" El niño sólo pudo asentir. Estaba sobrecogido por Santa y la Sra. Claus.

Edward le dio a Bella un regalo verde y le susurró algo suavemente. Cuando se giró hacia mí, tenía los ojos llorosos. Tenía un corazón tan tierno. Esme sacó un regalo rojo y se acercó a la cama con Bella.

"Estas ayudantes son Esme y Bella," expliqué, señalándolas. "Santa ha venido aquí personalmente para traeros a cada uno un regalo de Navidad muy especial."

"¡Gracias, Santa!" gritó Kristine, cogiendo el regalo rojo.

"¡Guau!" dijo Benji, cogiendo su regalo de Bella. Todos nos reímos con eso. Vimos como los dos niños abrían sus regalos. Esta siempre era la mejor parte, ver como sus ojos se iluminaban de felicidad.

"¡Mami! ¡Es una Barbie Navideña! ¡Tiene un reno!" gritó Kristine.

"¡Un dinosaurio!" gritó Benji. "Papi, ¿de qué tipo es?"

"Parece un stegosaurus," dijo el padre de Benji. (a.n.: como comprenderéis, el nombre de un dinosaurio no viene en un diccionario, así que lo he dejado así, espero que lo entendáis.)

"Santa y yo nos alegramos mucho de que os gusten los regalos," dijo Rosalie. "Nos encantaría quedarnos más tiempo, pero como podéis ver, tenemos muchos regalos que entregar." Rose se acercó a la cama y puso la mano sobre la de Kristine. "Ahora, Kristine, Santa y yo esperamos que estés en la lista de niños buenos el año que viene. Asegúrate de escuchar a tus médicos y a tus padres y ponte fuerte. Tendrás nueve el año que viene. Esa es una buena edad para una bici de niña mayor si estás lo suficientemente sana para montarla."

"¡Guau! ¡Realmente sois Santa y la Sra. Claus!" jadeó Kristine. "Aunque tengo una pregunta."

"¿El qué, cariño?" pregunté.

"Sabemos que Santa es Santa Claus, pero ¿cuál es tu primer nombre, Sra. Claus?" preguntó Kristine.

"Es Rose," dijo Rosalie suavemente. Besó a Kristine en la mejilla y todos salimos de la habitación.

Me acerqué a Bella y le di un abrazo. "Lo has hecho muy bien. Por muy triste que estemos por los niños, nunca podemos llorar delante de ellos. Necesitan pensamientos alegres y positivos y no lágrimas."

"¿Se pone más fácil?" preguntó Bella, mirándome con esperanza en sus dulces ojos marrones.

"La verdad es que no. Pero aprendes a ponerles por delante de ti y sonreís quieras o no," contesté. Bella asintió y sonrió. "¡Exactamente, Bella!"

Seguimos recorriendo el ala. Yo entraba primero en todas las habitaciones y decía el nombre de los niños. Ayudaba a convencerlos de que Rose y Emmett eran los de verdad. Aunque con la alegre personalidad de Emmett y estruendosa voz, no tenía mucho que hacer. La mayoría de los niños se quedaban maravillados por lo guapa que era la Sra. Claus comparada con sus libros de historias.

Hicimos un pequeño descanso cuando acabamos un extremo del ala para dejar que los chicos soltaran las bolsas un rato. Todavía teníamos muchos regalos y las bolsas pesaban bastante. Fui corriendo a la estación de enfermeras para desearles una feliz navidad a las chicas que trabajaban allí. Me había ayudado a aprenderme la lista de nombres.

"¡Hola!" canté mientras me acercaba.

"¡Alice!" dijo Mary mientras salía de detrás del escritorio y me abrazaba fuertemente. "¿Están contigo el Dr. y la Sra. Cullen?"

"Sí. Están descansando a la vuelta de la esquina. Acabamos de terminar un extremo del ala."

"Tu familia es tan dulce por hacer esto cada año."

"Este año tenemos un nuevo Santa y Sra. Claus. Santa es mucho más creíble sin el cojín en el estómago. Y la Sra. Claus está haciendo que todos la miren."

"¿El doctor Cullen y su mujer se lo cedieron?"

"¡No!" me reí. "Mis buenos amigos Emmett y Rosalie se ofrecieron voluntarios."

"Rosalie... ¿no es esa la chica rubia tan guapa? La hermana de tu novio, ¿verdad?"

"¡Mary, tienes una memoria excelente!"

"Los recuerdo del año pasado." Mary frunció el ceño por un segundo y suspiró. "Alice, hablando de gente que recuerdo..."

"¿Qué pasa?"

"La chica Stanley está en el hospital. Ella y su madre, la cotilla de la ciudad, se han ofrecido a dejar caramelos durante el día."

"Esa... ¡tan falsa!" gruñí. "¿En qué planta están?"

"Sally me ha llamado de la quinta planta para decírmelo. Sabía que estarías aquí y querrías saberlo."

"¡Ali!" me llamó Edward mientras él y Bella se acercaba corriendo y riéndose. "Necesitas venir a ayudar a Emmett. ¡Está teniendo un fallo con la ropa!"

"¡Él... él... ha rajado los pantalones!" jadeó Bella a través de su risa.

"¡No!" jadeé.

"¡Tengo justo lo que hace falta!" dijo Mary. Rodeó el escritorio y buscó algo en su bolso. Volvió con una bobina y una aguja. "Siempre lo llevo conmigo para pequeños accidentes."

Las cogí y se las di a Edward. "Llévaselo a mamá. Ahora voy." Edward asintió, todavía riéndose por lo bajo. Él y Bella se fueron corriendo.

"¡Guau! ¿Ese era Edward?" preguntó Mary con sobrecogimiento en la voz.

"¡Sí!" sonreí de oreja a oreja.

"¡Alice, ese no es el mismo chico que ha estado aquí estos últimos años!"

"¡Lo sé! La chica morena que estaba con él es su novia Bella. ¡Están muy enamorados!"

"¡Y el destino tiene que poner a la malvada chica Stanley en el hospital el mismo día que estáis aquí! Eso no es justo. Nunca me gustaron ni ella ni su madre pero después de lo que le hizo a Edward... la verdad es que ella es la primera persona que alguna vez he detestado. ¿No es eso triste?"

"No te preocupes por ella, Mary. Si esa... digamos que si se acerca a mi hermano, necesitará su propio entrega-caramelos."

"Alice, querida," me llamó mi madre entre risas. "No puedo hacerlo. ¡Por favor, ayuda!"

"Te veré más tarde, Mary," dije, dándole un abrazo. "¡Tengo que salvar los pantalones de Santa!"

Diez minutos y dos pinchazos después, tenía a Emmett de nuevo de una pieza. El ala se había llenado con nuestra risa durante el proceso entero. Los gritos de Emmett cuando le pinchábamos no ayudaron nada. Lo recogimos todo y nos dirigimos al otro extremo del ala.

Tardamos sobre una hora y media en acabar de entregar los regalos a cada niño. Sobraron algunos así que Edward y Bella los llevaron al garaje. Mis padres los dejarían en algún centro de donaciones más tarde. Decidieron ir a su despacho para ver sus mensajes.

Cogí a Jasper. "Tenemos que ir a la quinta planta."

"¿Por qué?" preguntó Jasper, viendo mi mezcla de alegría y enfado.

"Ella está aquí en el hospital."

"¿Quién?" preguntó Rosalie, al notar mi tono de voz.

"¡Ella!" gruñí.

"Por favor, dime que le vamos a hacer algo," suplicó Emmett, frotándose las manos.

"Nada demasiado drástico," dijo, sonriendo malignamente. "Pero quiero asegurarme de que se retuerce un poco."

"¿Cuál es el plan?" preguntó Rosalie.

"¡Es muy simple!" contesté. "No será tan divertido como mi plan original, pero funcionará. Casualmente tenemos una conversación sobre lo maravillosamente que están Edward y Bella juntos. Entonces hablamos de la estúpida, idiota y tonta niña que pensó que él no era lo suficientemente bueno para ella."

"¿Dejarle saber lo que se está perdiendo?" preguntó Jasper, levantando una ceja.

"Es lo suficientemente egoísta para que le importe," me encogí de hombros. "¡Se la comerá por dentro!"

"¿Y si intenta causarle problemas a Edward?" preguntó Rose.

Me reí por lo bajo. "¿Y quién de nosotros dejará que se acerque lo suficiente para que haga eso?"

"Desafío a todos a que intenten arruinar la relación de mi hermana," dijo Emmett, cruzando los brazos.

"Con cuidado, Em," dije con una sonrisa. "¡No queremos que también rajes tu chaqueta!"

Corrimos a los ascensores y nos dirigimos a la quinta planta. Les guié al escritorio de la enfermera.

"¡Sally!" canté.

"¡Alice!" gritó, saliendo del escritorio para abrazarme. "Mary y yo estábamos hablando de ti antes."

"Acabo de dejar a Mary. Me lo ha contado," dije. "Bueno, ¿dónde está?"

Sally se rió por lo bajo, "La he enviado a la habitación de Mr. Davies. ¡A que le cambie su orinal!"

Me reí y la abracé. "Sally, siempre estaré en deuda contigo."

"Alice, es todo un placer para mí. Alguien que se mete con la familia Cullen se mete conmigo," contestó Sally. Miró a mí alrededor. "Jasper, Rosalie, os recuerdo del año pasado. Es bueno volver a veros, Pero Santa, ¿quién eres tú?"

"¡Santa es el prometido de Rose!" anuncié alegremente, cogiendo la mano de Rose y enseñándole a Sally su anillo.

Emmett se quitó el sombrero y la barba de mentira. "Soy Emmett."

"¡Hola y felicidades!" dijo Sally.

"Alice," me susurró Jasper al oído. "Viene por el pasillo y no está de muy buen humor."

Asentí y me giré hacia Sally. Le guiñé el ojo y esperé que Jessica Stanley se acercara un poco más. Entonces, más alto de lo que era necesario, empecé a hablar.

"Emmett se declaró anoche delante del árbol de Navidad. Fue tan tierno y romántico. Creo que le dio algunas ideas a Edward. Está saliendo con la hermana de Emmett y están muy enamorados. No puedo esperar a que conozcas a Bella. Es una chica encantadora y nuestros padres la adoran. Estaban tan contentos cuando Edward terminó con esa horrible chica Stanley. Esa relación nunca habría llegado a ninguna parte. Esa chica fue lo suficientemente tonta para pensar que Edward no era lo suficientemente bueno para ella."

"¿Puedes imaginártelo?" añadió Rosalie. "¡Cómo puede alguien pensar que es mejor que Edward Cullen me supera! Si no fuera mucho más joven que yo, hubiera salido con él."

"He tenido suerte de que sea más joven," se rió Emmett, mientras rodeaba con un brazo a Rosalie. "Además, mi hermana está mucho mejor con él."

"Por mucho que desee tenerte como cuñado, Emmett," dijo Jasper. "No puedo decir que hubiera estado decepcionado si fuera Edward. Es muy buen chico. Siempre es honesto y va al grano. Aunque Bella le complementa perfectamente. Es su media naranja."

Estuve atenta de Jessica durante nuestra conversación. Al principio estaba en shock por habernos visto, después sintió celos al oír hablar de Bella, después furia cuando hablamos de ella, se quedó sobrecogida cuando Rose habló de Edward, y después volvió a los celos. ¡Qué mal que no pudiera hacer nada por eso! Me reí por dentro mientras veía a esta egoísta y malvada chica comportarse como si sintiera algo por mi hermano.

"¿Dónde está Edward?" preguntó Sally.

"Él y Bella se han escapado al coche," contesté, guiñando con mucha exageración. "No estoy segura de si volveremos a verles esta noche."

"¡Qué!" gritó Jessica.

Todos nos giramos para mirarla. Sally se puso delante de nosotros. "Señorita Stanley, ¡estás es un hospital!" dijo entre dientes. "Hay personas muy enfermas en esta planta y no necesitan que les molestes. Bueno, ¿cuál es el problema?"

"Nad... Nada," tartamudeó Jessica. "Um... Alice, ¿podría hablar contigo un momento?" la chica actualmente intentó sonreírme. ¡Era tan estúpida!

Le devolví su falsa sonrisa, pero la mía era mejor. "Lo siento... ¿quién eres?"

"¡Oh!" dijo Jessica. "Creía que... Soy Jessica. Solía salir con Edward."

La miré con confusión y después como si la recordara. "Lo siento, Jessica. Sólo te vi una vez y estabas a cuatro patas. No te vi mucho la cara."

Emmett, Rosalie, Jasper y Sally estaban riéndose en voz baja detrás de mí. Les ignoré y seguí sonriendo a mi presa.

"Juraría que la última vez tenías más pelo. ¿Te trajo Santa cera depilatoria?" pregunté.

Jessica se quedó mirándome fijamente. Tenía la boca abierta y una expresión de horror. ¡Bien!

"O quizás era el chico al que estabas ayudando. Podía ver que le costaría encontrar su camino en la oscuridad. Por supuesto, probablemente es uno de los chicos que echa la culpa al encogimiento," me reí por lo bajo. "¿Cómo está?"

"No lo sé."

"¿No estáis juntos?" pregunté, haciendo como que estaba en shock. "¡Qué pena!"

"Um... él sólo estaba allí para..."

"¡Oh! ¡No necesitas contármelo! He oído que a muchos adolescentes les gusta experimentar. Supongo que podrías llamarlo la fase de bestialidad," dije dulcemente. "Al menos para él," murmuré muy bajo para que no me oyera.

Tenía los ojos desenfocados mientras intentaba comprender lo que le estaba diciendo. Sacudió la cabeza, como si fuera a ayudarla.

"Es sólo que... quería saber cómo le iba a Edward," dijo Jessica, intentando poner su falsa sonrisa otra vez. "Realmente le echo de menos. Nunca pude disculparme por esa noche. Todo fue un gran malentendido."

Me mordí la mejilla. ¿Cómo se atrevía a llamar a lo que hizo un malentendido? ¡Si ahora mismo no estuviéramos en un hospital! Pero la reputación de mi padre era más importante que estacosa que tenía delante.

"¡Eso es agua pasada! ¿Sabes? Probablemente ni siquiera se acuerda de ti. Para serte sincera," solté una risita." Ni siquiera yo recuerdo lo que pasó esa noche. ¡Estábamos tan contentos de que decidieras seguir adelante! ¡Seguir fingiendo le estaba rompiendo el corazón a Edward! Quería sentir algo por ti, ¡pero no había chispa! A veces pasa eso. ¡Bueno! ¡Después salimos a celebrarlo!" le guiñé. "¡Las resacas fueron brutales!"

"¿Podrías decirle hola de mi parte, por favor?" preguntó Jessica.

"Intentaré recordarlo," me reí, sacudiendo la cabeza. "Es que soy horrible con los nombres. Es Jennifer, ¿verdad?" contesté. Me miré la muñeca. "¡Oh! Mira que hora es. Más vale que nos aseguremos de que Edward y Bella están decentes antes de que mis padres vayan al garaje."

Me giré hacia Sally y la abracé. Me dio una palmadita en el hombro y me guiñó el ojo.

"¡Sally! Ha sido fantástico verte, como siempre. Llamaré para quedar para comer contigo y las chicas pronto." Me giré de nuevo a Jessica. "¡Feliz Navidad, Jennifer!"

Le dije adiós con la mano mientras entraba en el ascensor con Jasper, Emmett y Rosalie. Cuando las puertas se cerraron, nos echamos a reír. A Edward probablemente le molestaría por lo tierno de corazón que es, pero sabía que nunca lo averiguaría. Le protegería justo como he hecho durante toda su vida. ¡Nadie se mete con mi hermano y sale impune de eso!

"Ojalá hubiera encontrado una excusa para pegarle," suspiré, apoyándome contra Jasper. "¡Pero me aguantaré con enfurecerla cualquier día!"

"¡No te preocupes, Alice! A esa chica le carcomen por dentro sus celos de Bella. Se autodestruirá en un tiempo," dijo Jasper.

"¡La venganza es tan dulce!" me reí por lo bajo.

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