Me encontré sonriendo tontamente otra vez. Bella estaba aquí conmigo, viviendo aquí conmigo, sin tener que irse nunca excepto para la universidad. ¿Cómo había tenido tanta suerte? La observé mientras ordenaba su ropa, poniéndola en los estantes que le había dejado libres en nuestro armario. Era tan guapa. Y hoy había sonreído más de lo que lo había hecho en semanas. Me había preocupado tanto que hoy sería difícil para ella, pero se lo estaba tomando todo tan bien.
"¿En qué estás pensando?" preguntó Bella, sacándome de mis pensamientos. Estaba sentada junto a mí en nuestra cama.
La cogí entre mis brazos, apoyando la cara en su cuello y respirando hondo. "En ti."
"¿Y qué estabas pensando de mí?"
"Estaba pensado que eres extremadamente guapa y que me encanta tu sonrisa. También estaba pensando que hemos trabajado suficiente por un día. ¿Hay alguna posibilidad de convencerte de que lo dejes y te des un baño caliente conmigo?"
"Esa es la mejor idea que has tenido en todo el día, Edward. Empieza a llenar la bañera y cogeré mis cosas."
"Y esta vez puedes dejarlas todas en el baño," dije, acercándome para darle un beso rápido.
"Esto es tan sorprendente, Edward. No puedo creer que realmente ahora voy a estar contigo todo el tiempo."
"No tienes ni idea de lo feliz que me hace que eligieses quedarte aquí conmigo, Bella."
Me trazó los labios con el pulgar. "Estoy bastante segura de que la sonrisa que has tenido en la cara todo el día me da algo de idea. Además, habría sido imposible dejar que te quedases en mi casa. No puedes estar sin tu piano y nunca cabría allí. ¿Sabes?, si alguna vez acabamos comprándonos una casa, deberíamos asegurarnos de que tiene un gran salón abierto como el que hay aquí, pero sin la pared. Me encanta verte tocar."
"¿Por qué?"
"Sólo hay dos veces en las que tu ceño está perfectamente liso y tu cara está tranquila," dijo, recorriéndome la frente y las mejillas con las manos. "Cuando estás durmiendo y cuando estás tocando."
"¿Me ves dormir?"
"No más de lo que tú me ves. La verdad es que probablemente tú me ves más por eso de que hablo. ¿Has escuchado algo bueno últimamente?" La curiosidad en sus profundos ojos marrones era inconfundible. Me pregunté por qué me estaba preguntando esto.
"Algunas cosas," contesté, intentando desatarle la lengua.
"¿Cómo qué?"
"Mi nombre. Y que me amas."
"Eso no es malo."
"En absoluto."
"¿Y has oído alguna otra cosa interesante últimamente?" preguntó Bella, intentando parecer indiferente.
"¿Por qué no me hablas de tu sueño y yo te digo si he oído alguna parte?" le ofrecí.
Cada vez estaba más claro a que sueño se refería y quería que ella lo mencionase. Sabía que se sonrojaría y me encantaba ver sus mejillas volverse rojas.
"Creo que no, Tutor-boy. Si no lo has oído, no voy a contártelo."
Iba a ser cabezota. Hora de una táctica diferente.
Me incliné y le susurré al oído, "¿Te refieres a la otra noche cuando estabas gimiendo mi nombre?"
Bella dejó de respirar y me reí por lo bajo. Me dio un golpe en el hombro. "Creo que se sólo estás haciendo suposiciones."
"Y yo creo que me obligaste a darme una ducha muy fría sólo para dejarte seguir durmiendo."
"Es tu culpa," Bella se sonrojó, levantándose de la cama. "Eres demasiado mono."
"¿A dónde vas?"
"A coger mis cosas, tonto. ¿No se supone que ibas a llenar la bañera?"
"Sí," me reí por lo bajo mientras me levantaba e iba al baño.
Abrí el grifo, esperando a que el agua estuviese cálida y agradable. Pensé en burbujas, pero esta noche quería ver a mi Bella. Entró y empezó colocar sus cosas de aseo. Sonreí, disfrutando de las pequeñas maneras que tenía de entrar en mi vida. Volví a la habitación y cogí ropa para después.
Sonó mi móvil. Me giré y lo miré un momento. ¿Quién llamaría a esta hora? Lo cogí y vi el nombre. Sonreí y contesté.
"¿Ya me echas de menos?"
"Sí, pero no estoy llamando por eso," contestó Alice. "Sólo quería saber como le iba a Bella."
"Muy bien hasta ahora. Hoy ha sonreído más que en toda la semana."
"Me alegra mucho oír eso, Edward."
"¿Qué más quieres, querida hermana?"
"Quiero que Bella y tú vengáis de compras conmigo mañana por la tarde."
"¿Por qué?"
"Quiero la opinión de Bella para algunas cosas del piso. También hay algo que quiero comprarle a Jazz y me gustaría saber tu opinión sobre eso. ¡Os recogeré a las dos en punto!"
"No le he preguntado a Bella si quiere ir."
"Sí quiere. Confía en mí. Y ahora sigue haciendo lo que estuvieses haciendo."
"También te quiero, Ali," me reí.
"¡Estaba bien hasta que has hecho eso!" dijo Alice lloriqueando. "¡Eres horrible, Edward Anthony!"
Me reí otra vez. "Alice, te digo algo bueno y dices que soy horrible. ¿Estás bien?"
"No creía que fuera a echaros tanto de menos a ti y a nuestros padres."
"Culpabilidad enviada, recibida y aceptada. Bella y yo estaremos listo a las dos."
"¡Gracias, Edward! ¡Te quiero, hermanito! ¡Hasta mañana!" dijo animadamente antes de colgar.
Cerré el móvil y sacudí la cabeza. Entré en el baño y perdí el hilo de mis pensamientos al ver a la preciosa mujer sentada en nuestra bañera.
Bella abrió los ojos y giró la cabeza para mirarme. "¿Era Alice la que ha llamado?"
Me obligué a recordar como hablar. "Sí. Mañana por la tarde vamos a ir de compras con ella."
"¿Cómo te ha hecho sentir culpable?"
"Me ha dicho que me echaba de menos y se ha puesto a llorar," admití mientras me quitaba la ropa.
"Astuta duendecilla," dijo Bella, riéndose entre dientes.
Me metí en la bañera y rodeé a Bella con mis brazos, sujetándola con fuerza contra mí. Cogió una de mis manos y empezó a jugar con mis dedos.
"Esto ha sido una buena idea. Sólo nosotros dos, relajándonos. Estaba pensando que quizás deberíamos hacer la cena para Carlisle y Esme mañana por la noche. Sería una buena manera de agradecerles que nos dejen vivir juntos así. Sé que es algo que no muchos padres permitirían."
"Carlisle y Esme son personas muy cariñosas. Sin mencionar que mi madre dijo perfectamente en serio lo de que todavía no estaba preparada para que me mudase."
"Esme y tú estáis más cariñosos ahora. Me gusta ver eso. ¿Pero por qué? Quiero decir, la primera vez que hablamos de ella pude ver que estabas muy unido a ella."
"Quiero mucho a mi madre, Bella. Me dolió mantenerla alejada de mí, pero ella y Alice se parecen de muchas formas. Si no hubiera creado esa distancia entre nosotros, tendría que haberle explicado lo de Jessica y no quiero que mi madre se entere de eso nunca."
"¿Pero por qué?"
"Sobre todo porque las circunstancias exactas no son algo que una persona quiero contarle a su madre. Algunas me avergüenzan por haber sido engañado tan tontamente. Y después están las cosas que creo que mi madre haría si lo supiera. Rechazar a la gente puede parecer algo anticuado, pero te aseguro que todavía pasa. Sin importar lo que Jessica hiciera, sus padres no se merecen ser rechazados por su error. Mi madre vería eso de forma diferente."
"¿Cómo puede importarte tanto alguien que te hizo daño?"
"No me importa, Bella. Es sólo que no quiero que mi madre malgaste tiempo o energía en personas que no se lo merecen."
"Bueno, ¿por qué no empezaste con eso? Eso sí que tiene sentido."
Me reí entre dientes de mi preciosa Bella. Siempre me sorprendía con lo que decía. "¿Por qué no pasamos a un tema mejor?"
"¿Cómo qué?"
"¿Te sientes preparada para tu examen de matemáticas del martes?"
"Creía que habías dicho que íbamos a pasar a un tema mejor."
Cogí una manopla y le eché el gel de Bella. La empujé para que se sentara y empecé a lavarle la espalda. "Es un tema mejor. Tienes que admitir que este semestre te está yendo mucho mejor."
"Todo gracias a ti y a tus clases."
"Y a ti por pararte y creer en tus capacidades."
"Sí, eso también," se rió por lo bajo.
Le di la manopla, y empecé a coger agua con las manos para enjuagarle el jabón de la espalda. "¿Cuál es tu clase favorita ahora?"
"La misma que a principio de año y espero que sea la misma al final," contestó. "Mi clase de literatura. ¿Sabes? Mi trabajo de Frankenstein le encantó a la profesora."
"No me digas," dije, mientras le besaba la espalda.
"Mi profesora dijo que nadie había discutido nunca que el pueblo fueran los monstruos en la historia. Dijo que todos los estudiantes que había tenido escribían sobre el doctor o sobre el monstruo. Le gustó especialmente que señalase que el monstruo era malo porque sucumbió a la presión de los malvados pueblerinos."
"Y aquí estaba yo preocupándome de que tu profesora pensase que estabas un poco loca. Parece que te considera brillante."
"Puede que haya mencionado las palabras 'con más talento' o algo por el estilo," se rió entre dientes mientras se lavaba los pies. "También me preguntó algo que tú me preguntaste."
"¿En serio?"
"Sí. Me preguntó si había pensado en enseñar a nivel universitario. Dijo que si cambio algunas asignaturas ahora, no tendré que preocuparme por añadir clases para ponerme al ritmo. Dijo que todavía es pronto en mi carrera académica para cambiar a un nivel más elevado y sólo añadir dos clases extra el próximo semestre para coger el ritmo."
"¿Crees que podrás con todo ese trabajo?" pregunté con preocupación. Bella me había devuelto la manopla y rápidamente me lavé. El agua estaba empezando a enfriarse.
"Bueno, una sería una clase de psicología de más nivel y esa no me preocupa. Pero la otra sería una clase para hablar en público. Todas las presentaciones de esa clase son orales. Para algunas tendrás tiempo para prepararte y otras se decidirán al principio de la clase. Puedo imaginarme tartamudeando y poniéndome roja delante de todo el mundo. Iba a dejar esa clase para dentro de otro año, pero con los requisitos de clases de más nivel, acabaré teniendo tres clases de discursos y la primera no la puedo atrasar más."
"No vas a dejar que tu miedo a la atención se meta en medio de tu camino para convertirte en la Profesora Culle, ¿verdad?" pregunté mientras me levantaba. Le sonreí, para que supiera que sólo estaba bromeando. Bella puede que odiase la atención, pero raramente estaba demasiado asustada para enfrentarse a un desafío. Había oído a Angela llamándola 'Valiente Bella Swan' algunas veces y en eso tenía que darle la razón a Angela.
Bella resopló mientras me daba la mano y se salía de la bañera. "Probablemente no. Pero nunca puedes saberlo conmigo."
Le di una toalla. "Ya lo sé."
Se encogió de hombros mientras se rodeaba el cuerpo con la toalla. "Te dije que no soy como la mayoría de la gente."
"Lo sé," dije, acercándome y abrazándola con fuerza. "Y eso me encanta."
"Voy a poner música. ¿Alguna petición?"
"Lo que escojas estará bien," contesté, soltándola. Me sequé y me vestí rápidamente.
Estaba poniendo el CD en el stereo cuando entré en la habitación. Me sonrió y volvió al baño para vestirse.
Escuché la música mientras empezaba con una guitarra acústica y una batería. Por el ritmo y los tempos podía decir que era country. ¿En qué estaba pensando Bella? Sabía que odiaba la música country.
You got someone here wants to make it alright
Someone that loves you more than life right here
You got willing arms that'll hold you tight
A hand to lead you on through the night right here
I know your heart can get all tangled up inside
But don't you keep it to yourself
When your long day is over
And you can barely drag your feet
The weight of the world is on your shoulders
I know what you need
Bring it on home to me
You know I know you like the back of my hand
Did you know I'm gonna do all that I can, right here
I'm gonna lie with you till you fall asleep
When the morning comes I'm still gonna be right here. Oh, yes I am
So take your worries and just drop them at the door
Baby leave it all behind
When your long day is over
And you can barely drag your feet
The weight of the world is on your shoulders
I know what you need
Bring it on home to me
Baby let me be your safe harbor
Don't let the water come and carry you away
When your long day is over
And you can barely drag your feet
The weight of the world is on your shoulders
I know what you need
Bring it on home to me
You got someone here wants to make it alright
Someone who loves you more than life right here (Bring it on home – Little Big Town)
Levanté la mirada y vi a Bella mirándome desde la puerta del baño. Le sonreí y extendí los brazos. Levantó un dedo. Fui hasta el stereo y puso uno de los CDs de música clásica. Corrió hasta la cama y se acurrucó entre mis brazos, abrazándome con fuerza.
"¿Te gusta?" preguntó.
"Era tolerable. Sabes lo que siento por la música country."
"A mí me gusta un poco."
"¿Y por qué?"
"¿Estabas escuchando la letra?"
"Sí."
"¿Y de qué crees que trata la canción?"
Le cogí las manos y entrelacé nuestros dedos. "Creo que de confiar en la persona en tu vida para ayudarte con todos los problemas de la vida."
"Es bueno saber que no soy la única observadora en esta relación," se rió por lo bajo. Me miró, con amor brillando en sus preciosos ojos marrones. "Es que me di cuenta de que decía todo lo que me estabas intentando decir la semana pasada cuando no podía dormir. Gracias por no montar una escena. Te prometo limitar tu exposición al country."
"¿Limitar?" me reí.
"Oh, sí. Todavía no voy a sacar las cosas fuertes. Lo haré poco a poco."
"Bella, odio el country."
"Edward, te enseñaré los beneficios de la música country. No todo me gusta, pero hay algunas canciones muy buenas. Además, cuanto menos te quejes, más buena seré contigo."
"¿Ah, sí?" pregunté, girándola para que me mirase.
"Por supuesto," susurró antes de inclinarse para besarme.
Mi cuerpo entero reaccionó al tener sus labios contra los míos. Con la locura de esta semana y la mudanza, hacía tanto que no teníamos tiempo para más que algunos besos. Puse una mano en su cuello y le rodeé la cintura con el otro brazo, apretándola más contra mí. Bella respondió rodeándome el cuello con los brazos. Dejé que nos cayésemos sobre la cama, con ella encima de mí. Deslicé la mano que tenía en su espalda bajo su camiseta y froté su sedosa y suave piel. Gimió suavemente y sonreí. También la sentí sonreír.
Se separó de mí y me miró. "Te amo, Edward."
Ningunas otras palabras del idioma me habían sonado más dulces. Me la acerqué, para acabar con nuestro beso.
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