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12.- Tomando
el control
Edward pov
-buenos días Sr. Cullen, esta es la información de
la reunión, esperamos su esposa y usted estén puntuales, mandare un vehículo
por ustedes ¿tiene el cheque?-
-sí, claro, aquí lo tiene, gracias, estaremos ahí
sin falta- conteste cerrando apenas se dio la vuelta. No tenía tiempo que
perder.
-¿estás lista?-
-sí, pondré las maletas en el auto, ¿usaremos auto?-
-no, pasaran por nosotros, ¿llevas surtido?-
-solo lo básico, nada ostentoso-
-maravilloso- dije mas sarcástico que emocionado.
Ellos con pistolas y nosotros con navajas
-revisare de nuevo las ventanas de la recamara-
subió sin perder tiempo.
Subí detrás de ella. Evitaba estar mucho tiempo a
solas conmigo. Su mejor pretexto era el empleo que según tenía, se pasaba todo
el día en el estudio dibujando, según era arquitecta. La luz roja estaba
encendida, tomamos los comunicadores.
-tengo el
satélite de Cabo punta, los seguiremos en tiempo real, los cuidare bien, Esme,
y Carlisle están ahí, recuerden que no se conocen. Tendremos un equipo listo,
estarán bien, cuídense y que no los maten-
Emmet como siempre. Nos miramos sonriendo. Por
primera vez desde que la noche en el hotel. Ese asunto no estaba terminado,
pero al menos Bella se mantenía concentrada, hasta parecía natural en nosotros,
poco a poco regreso la confianza y la seguridad que siempre tuvimos al estar
juntos.
-vamos cariño, han llegado por nosotros- dijo
asomándose a la puerta, la situación estaba en movimiento.
Dos horas después nos llevaban por el bosque, dieron
varias vueltas antes de por fin llegar al sitio. Si pensaron que eso nos perdería
estaban drogados. Crecimos en ese bosque. Claro que esa parte no la sabían.
-esta es la tienda que hemos reservado para ustedes-
-gracias, hum ¿a qué hora debemos estar en la
hoguera?- pregunto dulcemente Bella. Falsa.
-nosotros les avisamos, mientras pueden ponerse cómodos,
cada tienda está separada lo suficiente para darles privacidad- sonrió
maliciosamente. Le partiría la cara. La miraba como si estuviera desnuda.
-gracias, lo necesitaremos- dije tomando a Bella de
la cintura.
Apenas se fue el tipejo. Revisamos la cabaña, como
pensamos, habían micrófonos, genial. La noche sería interesante. El pretexto de
su periodo ya no funcionaría, no teníamos un mes todavía. Me miro pensativa.
Era divertido ver cómo se concentraba tratado quizá de encontrar una
alternativa, mientras veía el único saco matrimonial que había, era grande pero
no lo suficiente.
Se mordía le labio inferior mirando y pensando. Las
ganas de reírme eran muchas, pero probablemente se enfadaría. Además se veía
absolutamente hermosa. Siempre. Decidí jugar sucio. Después de todo, quizá
saliera ganando si conseguía hacerla mía, ya no me aguantaba.
-ven cariño, descansemos un poco- sonreí mientras
abría el saco.
Me miro sacando su muy grande cuchillo de la bota
derecha. Esa no me la esperaba. Deje de sonreír al momento, tampoco esperaba que
se quitara el pantalón. Sus muy lindas bragas de encaje blanco me pudieron. La
baba, hacia su aparición una vez más, y no de la boca.
-gracias
amor, estoy agotada- respondió mientras se quitaba el abrigo y se metía
conmigo, estaba jugando sucio, mucho más que yo, el cuchillo seguía en su mano.
–Me tocas y te convierto en niña - susurro en mi oído, presionando el arma
contra mi entrepierna.
-lo sé- respondí a ambos comentarios. Me costaría
más trabajo del que pensé. Decidí intentarlo más tarde. Pero mi excitación no
mejor la sentir su piel desnuda pegada a la mía.
Como dijo, estaba agotada, se durmió minutos
después, aproveche para esconder el serrucho que traía por cuchillo, busque
entre sus cosas, uno en el cinturón, otro en el abrigo, encontré otro más
pequeño en el dobles de las botas, si que estaba armada, decidí dejar todos
pero alejarlos de ella. Al menos en ese momento.
Me desnude casi por completo, la haría mía y no me
importaba si después me atravesaba de lado a lado, mi erección era monumental,
sin presumir, y tenerla así apenas en bragas y blusa no ayudaba.
Bella pov
Lo sentí abrazarme, pero como otras veces, sus manos
recorrían mi cuerpo, se quedaron en mi culo, su parte favorita de toda mi
anatomía. Me olvide de la amenazas, su aliento me rozaba el cuello, sabía lo
que quería y no había nada más que yo quisiera también, siempre podría decir
que era parte de la misión, para darle credibilidad al asunto. Sí como no.
Lo deje tocarme, me deleite con su calor, sus
caricias, me gire apenas para besarlo, era débil y no me importaba, la humedad
en mi era notable. Gemio cuando llego a esa parte y lo descubrió. Me beso con
más ímpetu. Me arranco la blusa y la bragas, como antes, bajo a mis senos,
mordió, chupo, marco como suyos, no es que fuera necesario, me llevo al cielo
solo con sus dedos, me hacia gritar solo con sus manos, en mi cuerpo, entrando
con rapidez, me vine en poco tiempo, esperando, deseando lo que seguiría, lo
sabía que vendría ahora.
Recorrí con mis manos sus cuerpo, me recorrió con
las suyas, se detuvo en la cicatriz que dejara la bala, apenas una línea gracias
a las cirugía correctiva que me hicieron después, una ceja levantada fue todo, después
frunció el ceño, algo tendría que decirme de eso. Me beso de nuevo, con ganas
de arrancarme los labios, se coloco sobre mí, a nada de entrar, Dios extrañaba
eso, su manera de tomarme, de hacerme el amor, de entrar en mí, la manera como
se movía estando dentro, como me hacía gritar y querer más. La manera como… lo
vi esa noche, con ella. Carajo. El maldito recuerdo no me dejaba.
Se detuvo, una lagrima rodo por mi costado, lo
empuje suavemente mientras me apartaba tanto como el saco lo permitía.
-cariño no…- se interrumpió. Cuando un sollozo se me
escapo. Joder, no era el momento. –no llores, conseguiremos tener un bebe, ya
verás, hare lo que sea necesario- lo mire sin entender, señalo hacia un
costado, la silueta de una persona, la luz de la linterna era clara.
-lo sé amor, ambos haremos lo que sea necesario,- me
vestí apenas me paso la ropa que sacara de la mochila.
-Srs. Cullen es hora de la fogata, espero no
interrumpir nada importante- dijo el tipo de pie en la abertura cerrada de la tienda. Imbécil.
-nada que no hubiéramos terminado, estaremos ahí en
unos minutos- respondió Edward. Me miro seriamente. Se acerco a besarme, pero
no lo hizo se desvió a mi oído. –“debo decirte algo, después”-
Asentí, termine de vestirme, revise mis armas y no
encontré la más grande. Lo mire esperando. Negó con la cabeza. Lo mire molesta,
negó de nuevo, me acerque hasta enterrarle las uñas en el pecho, negó de nuevo.
Asintió después de que las enterrara en su entrepierna. Lo tenía debajo del
saco, de su lado. Lo guarde recordando castrarlo después. Como nota mental.
-cariño si querías tocarme de nuevo solo pudiste
pedirlo, la agresión no es necesaria, te daré lo que pidas, si lo pides apropiadamente-
dijo tocando mi culo. Dos podíamos jugar a esto.
-cariño, cuando quiera tomarte de nuevo solo necesito
hacer esto- me pegue a él tallándome contra su erección. Gruño antes de
sepárame.
-vamos- dijo enfadado, me tomo de la cintura apenas
salimos.
Tardamos cinco minutos en llagar al centro. Entre
las parejas había personas de todas las edades, incluso un par de mujeres. Vi a
Esme y Carlisle llegar después, parecían muy enamorados, como si se conocieran
de toda la vida y de no poco antes nada más. No les pusimos mucha atención.
Pero recordé el asunto del hotel.
-bueno este es un retiro para conocerles un poco
mejor, sé que no es el procedimiento normal, pero ustedes son las parejas que
más han tardado en conseguir la adopción. Disfruten de la tarde, platiquen,
compartan, si tienen preguntas o necesitan algo, estaremos por aquí-
Platicamos con prácticamente todos, nuestros
mentores incluidos, para la media noche nos retiramos, pretextando agotamiento.
Mental más que físico. Al menos de mi parte. Aviamos recolectado mucha
información, no parecía importante por separado pero juntando todo seguro que
había cosas valiosas. Media hora después de regresar a la tienda llego el tipo.
-buenas noches, Srs. Cullen, hay algo de lo que me
gustaría platicar con ustedes, su adopción ha sido rechazada me temo- me abrace
a Edward a nada de llorar, su rostro de pesar era muy parecido al que viera
horas antes, cuando lo rechace.
-¿por qué?- pregunto.
-me temo que hay cosas que no cumplen, requisitos,
pero ha otras maneras, verán, mi compañero y yo pertenecemos a un grupo activo
de personas que pensamos que si estos asuntos fueran mas fáciles, no habrían
tantos niños huérfanos. Pero todo tiene un precio-
-no tenemos tanto dinero, ¿Cómo pagar algo así?-
intervine, forzándolo a hablar claro.
-no con dinero señora, hay otros métodos, ustedes
son personas respetadas en la comunidad y tengo entendido que solo estarán aquí
por un par de meses, así que pensamos que podrían hacernos un favor, ya saben,
favor con favor se paga-
-haremos lo que sea necesario- dije seriamente.
-bien, eso quería escuchar, es todo por ahora, le
avisaremos cuando estemos listos, el campamento se acaba mañana después del
desayuno, lo hemos acortado por motivos del clima, parece que lloverá todo el día
de mañana y preferimos no arriesgarlos- Tal como dijo, después del desayuno nos
llevaron de vuelta a la casa. Apenas subí a la recamara la luz parpadeaba.
-¿que encontraste amor?- pregunte mientras Edward
fingía buscar algo en la computadora.
-habrá una reunión
de los cabecillas de la organización con las personas influyentes, y según
nuestro topo, los dos más importantes estarán ahí, pensamos que te pedirán
entretenerlos. Contactaron a Esme también, tal como esperábamos. Te tocara
hacer algo más que sonreír y mirar bonito-
-nada que me guste amor, mejor buscamos en otra página-
respondió Edward.
-no hay mas
para buscar, no nos da tiempo de meter más gente, estarán en la cuidad en dos
días, Isa cuídate. No podrás llevar armas, estaremos detrás y sobre ustedes. Que
no te maten-
-No, esa está bien, me gusta esta de aquí- respondí.
Quitando los comunicadores.
-te digo que no me gusta- insistió levantando la
voz.
Lo mire sin decir nada. Salí rumbo a la cocina, no
era algo que discutir ahí, se haría lo necesario para atraparlos. Era nuestro trabajo y debía recordarlo.
-Bella hablemos de esto por favor- pidió entrado
tras de mí.
-¿Qué quieres hablar? Me parece bien y a ti no, no
me convencerás de lo contrarío y no te convenceré a ti, para que discutir,
veremos cómo van las cosas y decidiremos sobre la marcha, pero te digo que la
elección ya está tomada-
-¿aunque no esté de acuerdo?-
-aunque te mueras por ello- conteste sin mirarlo.
-no te dejare…comprarlo- lo mire furiosa, estaba arruinando
todo.
Nos descubrirían por sus estúpidos celos sin
sentido. Lo amenace de nuevo con el cuchillo de cocina. Me miro serio, no lo
intimide esta vez. Lo tomo por el filo sin importarle lastimarse, jale el
utensilio cortándolo, la sangre no tardo en salir, una leve mueca me dijo
cuanto le dolió, mas mi acción que el filo.
-no creo que puedas evitarlo- subí y cerré la puerta
detrás de mí.
Con cerrojo. No insistió. No me hablo el resto de la
noche, la luz parpadeaba de nuevo. No tuve ganas de escuchar nada, le arroje
una blusa. Media hora después el timbre sonó, se habían tardado. Baje hasta el último
escalón.
-Edward, primo, vine para invitarte una cerveza, lo
siento Bella, noche de hombres, no lo esperes despierta- Emmet. Bien.
Lo saco prácticamente a rastras. Llevaba la mano
vendada. Apenas salieron. Sonó el timbre de nuevo.
-Sr. Cullen, que bueno que le encuentro, ¿su
esposo?-
-no está- dije cautelosa, mientras recordaba donde
estaba el arma más cercana.
-genial, tengo algo que proponerle, algo que le
ayudaría a conseguir lo que tanto desea, ¿le interesa?....-
Eso era lo que estábamos esperando, el juego final
estaba por empezar, era hora de acomodar las piezas más importantes.
- Nosotros…-
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