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14.- ¿Noche de
ilusiones?
Edward pov
Abrí los ojos, convencido que estaba en el infierno,
el cuerpo me dolía como la madre, apenas lograba mantenerme despierto. No
lograba enfocar nada. La gente a mi alrededor gritaba ordenes, veía todo en
cámara rápida, las imágenes era surreales.
Mi mente vago a tiempos mejores. Tiempo donde solo éramos
Bella y yo, desnudos en una cama, en la arena, en la playa, en la tina, la
regadera, las escaleras del instituto, la dirección, el baño del restaurante,
cada lugar donde la hice mía…
La veo vestida de blanco, ¿cliché? sí, pero no había
nada más hermoso, confirme que era un Ángel. Caminaba hacia mi sonriendo, con
la sortija de diamantes de mi madre me dejara. Ese que nunca le dí, pero que
siempre quise. Su rostro iluminado por las velas del lugar era lo más hermoso.
Su cuerpo, delgado en otro tiempo, era adornado por las primeras muestras de la
presencia de nuestro hijo, su vientre redondo era hermoso, como ella…
Sus gritos mientras daba a luz, eran desgarradores,
me odie por hacerla pasar ese rato. El llanto de un bebe me dejo idiotizado. Su
mirada de felicidad me contagiaba. La bese con toda la ternura que pude reunir,
mientras abrazaba a mi bebe. Tan hermoso como ella…
En cuanto lo vi supe que se caería y lo hizo, su
primera caída en bicicleta sin llantas de entrenamiento. No lloro, se molesto,
se monto y lo intento de nuevo, era tan terco como su madre, con apenas cuatro
años, mostraba una madurez increíble, Bella salió de la casa, embarazada como
estaba se movía lentamente. Tan hermosa como siempre…
Es año de graduación, Edward Jr, por fin sale de la
facultad de Medicina, Isabella Jr., termina al instituto. Mi esposa hermosa
como siempre, se roba las miradas de los adolecentes y los padres de los
adolecentes. Mis celos no mejoran con los años, partiré un par de caras antes
que el día termine. Me mira adivinando mis pensamientos. Su mano recorre mi
brazo. Esa noche será mía como cada una desde que nos casamos…
No puedo creer esto, los años han sido buenos, por fin
mi hija llega a su boda, Bella a mi lado, manteniendo a raya sus emociones, la
vena de rebeldía ha sucumbido con el paso de los años. De esas buenas épocas
solo sus tatuajes quedan. Me ha hecho feliz todo este tiempo. Cuanto la amo…
El primer nieto, mi hijo sí que se mueve rápido,
apenas se caso su hermana, espero que mi hija tarde un poco más, aunque para
ser honestos es lo mismo que Bella a esa edad, los quebraderos de cabeza fueron
mínimos. Mi esposa recordaba sus tiempos de joven. Las reglas eran justo lo que
debían ser, para los nietos aplicaba igual. El primero y los cuatro que le
siguieron…
Los años no pasan en vano, la boda del último nieto,
el más chico ahora es un hombre, tan parecido a mí que sorprende. Bella una vez
más se controla, mi chica ideal, su cabello en otro tiempo chocolate ahora es
casi gris en su totalidad. Sus ojos no pierden ese brillo, más de cincuenta
años juntos y la amo como el primer día, quizá más…
La muerte es apacible, vivir difícil, doloroso, sin
ella nada vale la pena, pero esta maldita vida no termina, me duermo suplicando
no despertar, pero sigo haciéndolo…
Un dolor me atraviesa el pecho. Es mi hora. La veo a
lo lejos, casi puedo escucharla hablar...
Luego y gracias a Dios, oscuridad absoluta.
-Edward ¿puedes escucharme?- una voz, suave, de
mujer, la conozco, o eso creo.
-déjalo, necesita descansar, ya despertara- otra voz
familia. Jasper. Mi mente se aclara. O al menos una parte de ella.
-huevón, no quiere despertar para no hacer el
papeleo- Eleazar, le partiré el culo en cuanto me acuerde porque.
-¿Cómo sigue?- Carlisle.
-no ha despertado pero creo que no le falta mucho, ¿Cómo
esta Isa?- Bella, mi Bella, ¿Dónde está ella?
Entonces lo recuerdo todo, no mis locos desvaríos,
los momentos antes de entregarme a ellos. El cerdo tocándola, los golpes, la
salida de la casa, la maldita perra loca de Tanya disparando contra ella, yo
saltando frente a su cuerpo, el dolor de la bala en mi pecho. Kate tratando de
detener la sangre. La mujer que amo tumbada junto a mí. Sangrando, aferrándose
a mi mano, diciendo algo “Roberto, cuida
a Roberto, es tu hijo”
-¿Dónde esta Bella?- dije incorporándome de golpe,
carajo dolía. Me deje caer de nuevo.
-Edward, por fin despertaste, ¿Cómo te sientes?-
-Alice te quiero con toda el alma, pero si no me
dices donde y como esta Bella, te disparo… en cuanto pueda- agregue mientras sonreía.
-cuando saltaste sobre ella, la bala te atravesó
enterrándose en su pecho, por la cercanía y el hecho de que te toco en un sitio
suave, Alice disparo pero la tipa se adelanto-
-¿Dónde está?- pregunte. Con el miedo en mi
interior. Creciendo, devorándome como una bestia que no encuentra saciedad.
-en cirugía-
-¿Cuánto tiempo tiene entonces?-
-casi ocho horas, es de día, lo tuyo fue solo de
entrada por salida, la de ella fue grave, quedo muy cerca del corazón, intentan
extraer la bala sin detonarla-
-necesito verla, por favor- suplique.
-no está aquí, su equipo se la llevo en cuanto la
subieron al helicóptero, lo siento, su ubicación es clasificada, así como la de
su padre, no nos dirán nada, ella lo ordeno así antes de empezar la misión-
explico Carlisle
-¡¡¡¿Cómo dejaste que se la llevaran?!!!- grite
furioso.
No podía perderla de nuevo, no viviría sin ella. Sin
mi hijo, tenía un hijo y ya me había perdido mucho de su vida. El dolor era
insoportable, ¿Cuál de los dos? Acaso importaba.
-fue decisión de ella y sabes que no me harían caso
de todas formas, son leales a ella, además es su superior, sus ordenes se
respetan. Emmet digo que se encargaría de todo-
-¿Cómo sabes que sigue en cirugía?-
-Esme, pero no me dirá mas, solo me avisara como
sale, después de eso no habrá más contacto, no eres el único que ha perdido a alguien-
Respondió con una tristeza que no le conocía.
Me quede mirando el techo. La había perdido de
nuevo. Sin decirle la verdad. Sin que supiera que la amaba. Que… La
encontraría, aunque me tomara toda la vida. Mi división no haría otra cosa más
que buscarla.
Seis meses después seguía buscando, mi gente de
confianza la rastreaba o al menos lo intentaba, Carmen no me daba información,
por más que Jasper la encontraba a cada rato.
-¿puedo saber porque me sigues buscando?- pregunto
apenas cruce el umbral de mi departamento. Me quede congelado, ella, de pie
frente a mí, tan perfecta como siempre.
Bella pov
Vi como caía sobre mí, su sangre se mezclaba con la
mía cubriéndola, otra bala, podía recordar el ardor y el dolor, Carlisle lo
movió, tome su mano, Kate intentaba detener la sangre que salía de su cuerpo,
aun no se daba cuenta de mi herida, deje que lo atendieran tenía más
posibilidades que yo. No soportaría vivir en un mundo donde no estuviera él.
-Roberto, cuida a Roberto, es tu hijo- logre decirle
cuando abrió los ojos, entonces Kate me miro y vio mi situación. Un helicóptero
aterrizo en plena calle, me montaron en él, dejando a Edward en el patio, la
oscuridad me envuelve.
-Edward, Edward- lo llame.
-Isa, ¿Cómo estás?- el rostro de Jacob, no era a
quien esperaba, nunca lo era.
-¿Dónde está Edward y Roberto?- pregunte añadiendo a
mi hijo cuando su rostro cambio. Lo lastimaba, pero no podía amarlo, nunca
podría amar a otro hombre.
-Edward fue llevado a otro hospital, te sacamos tal
como ordenaste si algo salía mal, tu hijo, Rosalie, René y Charlie van rumbo al
sitio de encuentro, lo último que supe fue que solo lo atravesó, está bien.
Tardara un poco en la recuperación pero estará bien- respondió Esme.
-¿Qué paso? Recuerdo a la mujer disparando y a él
interponiéndose-
-sí, de hecho la bala salió y se clavo en ti, eres
un imán para las balas, otra vez quedo cerca de tu corazón, en pleno centro, no
te preocupes, no te quedo cicatriz esta vez, el calibre era pequeño, tuviste
suerte, detono apenas la sacaron-
¿Suerte? había dejado atrás al único hombre que amo.
¿Suerte? lo perdí de nuevo, tirada junto a él supe que le perdonaría todo, lo
de esa mujer incluido, lo que fuera. Lo amaba.
Y la realidad me golpeo como mazo. Éramos asesinos,
jamás podríamos estar juntos. La vida de nuestro hijo era más importante que el
dolor que saber esto con certeza me causaba. Lo dejaría ahora yo, no por gusto,
porque era lo que se debía hacer.
Me tomo dos meses regresar a trabajar, me quede
cuatro meses más dirigiendo desde la casa en que estaba, mientras Emmet
acompañaba a Rosalie en su último trimestre de embarazo, mi amiga no pasaría
sola esa etapa. No temería como lo hice yo. Por fin supe que me buscaba, que
tenía a todos buscándome. Localice su dirección. Entrar a su casa fue cosa de
niños, segura, lo que se dice segura, no era.
-¿puedo saber porque me sigues molestando?- pregunte
en cuanto cruzo la puerta. Verlo asombrado y feliz me desarmo…
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