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16.- En mi
vida
Bella pov
Vino a mí como cada noche, me abrazo, se acomodo a
mi lado, su calor, su aroma, su cuerpo… todo era tan real, tan perfecto. Me
deje perder en mi fantasía, solo durante las noches podía tenerlo.
-Bella, despierta, debes desayunar algo- hasta en
sueños su voz era igual ¿desayunar? Eso no era parte de mi sueño. Abrí los
ojos.
Me miraba divertido, con el sol entrando por la
ventana, bañándolo. Por un minuto me quede sorprendida, absorta, bebiéndome su
imagen, hasta que recordé que no debía estar ahí. Salte de la cama con la
agilidad adquirida con años de práctica.
-¡¡¡¿Qué carajos haces tú aquí?!!!-
Su sonrisa de borro. Entonces vi al guerrero, al
hombre que asesinaba sin remordimientos.
-la pregunta es ¡¡¿Por qué carajos me dejaste?!! ¿Una
nota, una puta nota y ya? ¡¡¿de verdad pensaste que no te buscaría?!! ¡¡¿Y mi
hijo qué?!! ¡¡¿No tengo derecho a estar en su vida?!! ¡¡¿Por qué no me lo
dijiste?!!-
-¡¡¡lo supe después del asunto con la tipeja, ni
siquiera sabía si estabas en Forks, ahora sé que no, además no es mi culpa que
no supieras, que no confiaras en mí, que no me contaras de la agencia, en lugar
de eso te hiciste el héroe dejándome, rompiendo mi corazón de la peor manera
que se te ocurrió!!!-
-era necesario, para protegerte, debí saber que con
lo cabezota que eres tu solita te pondrías en la mira de fuego ¡¡¡¿Cómo carajos
entraste en el negocio?!!! ¡¡¡¿No pensaste que podrás morir?!!! Y cuando nació Rob
¡¡¡¿Por qué no me buscaste?!!! Siendo que eras no debía costarte mucho trabajo
o mejor aun ¡¡¡¿Por qué no de saliste?!!! ¡¡¡¿Y que si te matan?!!! ¡¡¡¿Qué
será de él?!!!- ataco, la vena Swan salto.
Antes que pudiera decir nada, la puerta se abrió.
-bueno, ya me canse de ustedes dos o se arreglan o
me voy a vivir con la tía Rosalie y el tío Emmet y si creen que no podre, les
diré que en la playa hay una lancha esperándome, el tío Jacob me llevara y dice
que después se meterá en el culto de la hormiga… no entendí esa parte, pero ya
están advertidos. Mama te amo, pero tu llanto no me deja dormir, tus cambios de
humor te hacen ver como loca, la guardia lo dice y el abuelo también. Papa ¿y tú
qué? ¿Te quedaras esperando que nazca mi hermanito antes de quedarte definitivamente
con nosotros? o ¿te iras de nuevo? Decídete…- Rob en la puerta con los brazos
en jarras y de un humor del carajo. Como su padre.
Me quede blanca, ¿Cómo sabía de mi embarazo? No se
notaba mucho, bueno sí, pero la ropa lo ocultaba. Jacob. Lo mataría aunque se
metiera en el culo de un amiba.
-¡¡¡¿estás embarazada?!!!- pregunto Edward.
Carajo, carajo, carajo. Lo ignore. Mi hijo estaba en
problemas.
-¡¡¡Roberto Swan, estas castigado hasta la
universidad, sal de aquí ahora mismo!!!- pedí furiosa.
-¿Cuándo dices que hasta la universidad, te refieres
a que estaré castigado cuando entre a la universidad o que estaré castigado
desde ahora hasta llegar a la universidad? Se especifica mujer, me enloqueces,
te juro que me enloqueces. Dios, ¿Cómo te aguantan en la oficina? -
-¡¡¡sal de aquí y estas castigado desde ahora!!!-
grite más fuerte, solo se encogió de hombros, con esa expresión que Edward
solía usar para “me vale madre todo” y salió cerrando.
-contéstame- pidió Edward más tranquilo. Al menos no
grito.
-si-
-¿mío?-
-no, de un ruso que conocí hace poco... ¡¡¡claro que
tuyo imbécil!!! ¡¡¡¿Qué crees?!!! ¡¡¡Que ando por ahí tirándome a los tipos
cada que puedo!!!-
-no, claro que no, es solo que… ¿por eso te fuiste?-
-no, me fui porque me llamaron para una misión y…-
-¡¡¡¿y fuiste?!!! ¡¡¡¿Estás loca?!!! ¡¡¡¿Embarazada?!!!
¡¡¡¿Y que si algo te pasaba?!!! Con tu historial las balas te siguen como imán-
estallo.
-¡¡¡vete al puto carajo Edward!!! No sabía que
estaba embarazada ¡¡¡ah te odio!!! esto es tu maldita culpa, tu maldito semen
mutante me preña cada que estoy contigo, pero esa fue la última, si quieres ver
a tus hijos, genial, pero conmigo no cuentes, en cuanto este salga me
desaparezco de nuevo- dije señalando mi vientre.
-no, tú no te me perderás otra vez, me vale madre si
tengo que vivir con un ojo sobre ti, no te perderé de nuevo, escúchame bien Isabella
Swan, te quedaras conmigo, tendremos a este y otro más, serás mi esposa y te va
a gustar, tanto como lo que te hare ahora- dijo quitándose el cinturón, la
camisa y el pantalón en cuestión de segundos
-¡¡¡me tocas y te vuelo los huevos!!!- grite tratando
de llegar a la caja fuerte donde tenía mis armas.
-volármelos no, tocármelos sí- dijo aventándose
sobre mí hasta caer en la cama.
Use todo mi reportorio de maniobras para liberarme
pero nada funciono, no podía hacer demasiado esfuerzo y él lo sabía, la lucha
no duro mucho. En cuanto sus labios llegaron a los míos me desarmo.
Me deje desnudar sin prisas, lentamente, suave como
en mis sueños, mis manos se deleitaron con su cuerpo, la cicatriz que le
quedara de la bala era visible. La recorrí con mis labios, mientras girábamos
hasta quedar sobre él. Seguí bajando por la línea que va al sur, dejando un sendero
de besos, lo tome entre mis labios y dientes, su dureza era tal como la
recordaba, justo como me gustaba, bese chupe y mordí. Sin dejar de succionar. Gemía
mientras se agarraba de las almohadas, murmuraba mi nombre, seguí así por un
rato hasta que lo sentí tensarse, estaba por venirse, me moví mas rápido, chupe
con más ganas
-Bella no, ven súbete por favor, quiero venirme
dentro de ti, por favor- suplico jalándome.
Hice lo que me pedía. Lo monte como en los viejos
tiempo, me moví sobre él con fuerza, con rapidez, bueno la que me permitía mi
nuevo vientre. Me tomo por las caderas haciéndome ir más rápido, tan cerca como
estaba de vaciarse fue un milagro que yo me viniera apenas antes que él.
-Bebe…- dije apenas en un susurro, me derrumbe sobre
su cuerpo mojado en sudor como el mío.
No me molesto, al contrario, de una perversa manera
me excito de nuevo. Lo bese buscando un segundo encuentro, sus manos recorrían
mi costado, me apretaron por el culo en cuanto llego, giramos de nuevo
dejándome debajo, se dedico a recorrer mi cuerpo con sus labios, mis senos más
sensibles que de costumbre me hacían gritar cuando apenas los había tocado. Me
moje otra vez y mucho.
Bajo su mano hasta mi humedad, metió sus dedos como
siempre, grite más que siempre, esto de hacerlo embarazada me empezaba a
gustar, todo era mil veces mejor. Metía
y sacaba con una velocidad que me desesperaba, sus labios regresaron a
los míos mientras con mi mano lo tomaba de su columna, estaba babeándose y eso
me ponía más caliente.
-entra, por favor entra, hazme tuya ya no aguanto…
mi cuerpo quema- suplique después de venirme solo con sus dedos, sabía que está
cerrada, pero necesitaba sentirlo dentro.
-te amo Bella-
-te amor Edward-
Entro de un solo movimiento haciéndome ver las
estrellas, la sensación era increíble. Empezó empujando suavemente, despacio,
apenas con fuerza.
-no vamos a rompernos, házmelo duro, lo necesito,
por favor- suplique loca de pasión, no quería delicadeza, quería sentir su sexo
duro en mí, como solíamos hacerlo, fuerte, salvaje… casi animal, así era como él
me hacía sentir y así era como me gustaba que me tomara.
-te hare daño, piensa en el bebe- argumento apenas
conteniéndose.
Ambos deseábamos lo mismo.
-Edward solo una vez, si me duele te pediré que
pares, por favor- dije enterrando mis uñas en él. Sonrió perversamente. Lo
haría.
Y lo hizo, se movió con mucha fuerza, sus empujes
eran animales, tal como me gustaba, mi cuerpo rápidamente se entrego al placer,
el orgasmo no estaba lejos, podía sentir la tensión en mi vientre, la
liberación estaba por llegar.
-Bella joder, me vengo-
-hazlo, vente para mi,
estoy al límite- Susurre mientras me cerraba de forma brusca aprisionándolo en
mi cuerpo, lo escuche gritar mi nombre mientras los espasmos me hacia gritar el
suyo.
-¿te casas conmigo?-
pregunto aun sobre mí pero sin cargar su peso.
-No… - respondí
sonriendo, feliz, agotada, satisfecha. Me miro serio un momento, después sonrió.
Me beso y bajo por mi cuerpo, hasta quedar con sus labio sobre mi vientre.
-no me iré esta vez,
perdóname, te deje pasar sola todo esto, el primer embarazo, el nacimiento, la
separación, perdóname de verdad, no me alcanzara la vida para compensarte, a ti
y a Roberto-
-no quiero que me
compenses, solo quiero estar contigo, pero ¿Cómo?, sabes tan bien como yo que
no podemos renunciar, este trabajo lo tenemos en la sangre- dije acariciando su
cabello. Se había quedado abrazado a mi vientre.
-bueno se me ocurre una
idea que tal vez nos quite del peligro sin dejar de hacer lo que hacemos, pero
necesitaremos de los dos equipos, pero lo vemos mañana, ahora mismo te hare mía
otra vez-
Y lo hizo, todo el día,
de diferentes formas, en diferentes lugares de la habitación.
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