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4.- La Habitación de Edward
Bella estaba mirando las fotos de la familia que estaban en la pared cerca de mi piano. Me pregunté por qué parecía tan intrigada por ellas. Sentí que alguien me pegaba en la pierna, bajé la mirada para ver a mi hermana sonriéndome.
“Deberías enseñarle tus libros y tus CDs,” me sugirió Alice.
Asentí y me levanté del sofá. “Mi madre disfruta con sus fotografías,” le expliqué a Bella cuando llegué a su lado.
“¿Es esa?” preguntó Bella, señalando la foto de una mujer con pelo color caramelo. En los brazos tenía un bebé muy pequeño.
“Sí. Se llama Esme. Y este...,” dije, señalando una fotografía en la que salían mis padres. “... es mi padre, Carlisle.”
“Esme y Carlisle. Tienen nombres bonitos. Bueno, ¿quién es el bebé?”
Esperaba que no hiciera esa pregunta. “Ese soy yo.”
“¡Eras un bebé muy mono, Eddie!” dijo, sonriéndome.
Abrí la boca para quejarme por ese nombre, pero la cerré rápidamente. Si Bella quería llamarme así, tendría que aguantarme. Valía la pena por verla sonriendo de esa manera. Rápidamente me puse a mirar por la ventana en vez de a ella. ¿De dónde había venido eso? Odiaba ese nombre con pasión.
“No quería avergonzarte,” se rió por lo bajo.
“No lo has hecho,” le contesté tranquilamente. Pasé la mano por el borde de mi piano.
“¿Tocas?” preguntó.
“Un poco.”
“Pues toca algo.”
“¿Qué te gustaría escuchar?”
“Has dicho que te gusta Debussy. Toca ‘Claro de Luna’.”
Me senté en el banco y flexioné los dedos. Bella puso los ojos en blanco y la miré con furia. Me indicó que me apresurara. Decidí moverme todavía más lentamente. Ella se dio cuenta y frunció el ceño. Sonreí al haberla irritado un poco. No sería justo para mí que me afectara de esta manera y que no pudiera devolvérselo.
Puse las manos sobre las teclas y cerré los ojos. La melodía inundó la habitación mientras tocaba cada tecla perfectamente, como de costumbre. Tocar el piano era lo único que me gustaba hacer con mi tiempo. Acabé la melodía y abrí los ojos para encontrarme a Bella mirándome fijamente.
“No lo haces mal,” dijo. Sus labios se movían ligeramente por la sonrisa que estaba reprimiendo.
Sonreí. “Gracias.”
“¡Edward!” gritó Alice. “¡Si no vas a tocar algo más animado, te sugiero que vayas arriba y enciendas tu equipo de música!”
“Te tiene con correa corta, ¿no?” Bella se rió por lo bajo.
“Ella se cree que sabe lo que es mejor para mí,” suspiré.
“¡Sí que lo sé!” gritó Alice. “Ahora ve y enséñale a Bella tus CDs.”
“¿Te gustaría?” pregunté, en el fondo esperando que dijera que sí.
“Claro,” se encogió de hombros.
Era tan fría con sus respuestas. Era difícil conseguir leerla.
“Después de ti,” le dije, indicándole con un gesto la puerta.
“¿No tendría más sentido que fueras tú primero teniendo en cuenta que tú eres el que sabe donde está tu habitación?” bromeó.
Las carcajadas provenientes del salón no ayudaron a mi humor.
“Por supuesto,” murmuré.
Pasé andando por su lado y subí las escaleras, negándome a mirar a mi hermana y a nuestros amigos. Bella me siguió tranquilamente. Mis padres y Alice tenían sus habitaciones en la segunda planta. Mi habitación estaba en la tercera con las habitaciones de invitados. Abrí la puerta y me dirigí al equipo de música. Me giré para ver a Bella lanzándose sobre mi cama.
Cogió mi almohada y se abrazó a ella, apoyando la barbilla en esta. “Bonita colección. Debes haber estado trabajando en ella un tiempo.”
“Bastante tiempo,” dije dándole la razón. “¿Quieres escuchar algo en particular?”
“Sorpréndeme.”
“¿De verdad?” pregunté, levantando una ceja. “Según Emmett, odias las sorpresas.”
Arrugó la nariz y tuve que reírme un poco de su expresión. “Odio las sorpresas donde la gente me compra cosas e intenta hacerme el centro de atención. Una canción no se encuentra bajo esas características.”
“Verdad,” me reí. Puse un CD y le di al botón del play. Me senté en el suelo y la miré.
“¡No está mal!” dijo, sonriendo cuando reconoció la canción. “Nunca te habría imaginado como un fan de Cake.”
“Me gusta que jueguen con el ritmo.”
“Bueno, cuéntame algo de ti, Edward.”
“¿Qué te gustaría saber?”
“Cualquier cosa que te apetezca compartir conmigo.”
“Vale, pero sólo si me devuelves el favor.”
“Depende,” dijo sonriendo maliciosamente.
“¿Qué significa eso?”
“Significa, Edward, que si no quiero responder, no lo haré.”
“De acuerdo. Soy el más joven de la familia y mi padre espera que siga sus pasos.”
“¿Lo harás?”
“Tú primero.”
“Soy la más joven y Emmett es mi única familia. Él sólo espera que yo dejé de ser cabezota.”
“¿Es probable que eso pase?”
“Tú primero,” bromeó, devolviéndome mis palabras anteriores.
“Prefiero estudiar música, pero puede que siga en la carrera médica para tener algo a lo que recurrir. Ahora mismo, estoy haciendo cursos generales hasta que me decida.”
“No es probable.”
“¿Qué es lo que no es probable?”
Se rió alegremente, agitando el pelo. “Que deje de ser cabezota.”
Estaba realmente preciosa cuando se reía. Esperaba hacerla reír de nuevo. Me puse rígido.
¿Por qué me importaba que se riera? ¿Por qué estaba pensando que era preciosa?
“¡Hola! ¡La tierra a Edward!” me llamó.
Levanté la cabeza y la vi mirándome fijamente, con preocupación en sus ojos marrones.
“¿Estás bien, Edward?”
“Sí. Estaba pensando en algo.”
“¿Me lo quieres contar?” bromeó.
“Todavía no.”
“Como quieras.”
“La mayoría de la gente hubiera continuado hasta obtener la respuesta.”
“Pronto averiguarás que no soy como la mayoría de la gente. Si quieres contármelo, estoy segura de que lo harás. Si no quieres, estoy segura de que tienes tus razones. Ser insistente no es mi estilo.”
Me reí con entusiasmo. “Vas a arrepentirte mucho de pasar el día de mañana con mi hermana.”
“¿Es insistente, no?” se rió por lo bajo.
“Alice tiene la increíble habilidad de forzarte a hacer lo que ella quiere. Y si te niegas, puede hacerte sentir culpable para que lo hagas.”
“¿Es así cómo acabaste viniendo a verme esta noche?”
“Más o menos.”
“Bueno, es bueno que lo hiciera. Esta es una forma mucho mejor de pasar mi viernes por la noche. Sólo pensaba irme a casa y hacer la colada.”
“¿Te ha mencionado que ya ha hecho planes para tu sábado noche también?”
“¡No! Y el sábado es mi único día libre. Tengo toneladas de deberes. Lo que sea que ha planeado tendrá que ser otra noche. ¡Especialmente si quiere que vaya de compras!”
Quería de verdad que Bella viniera al cine. Rápidamente pensé en una manera de hacer que viniese. “¿Y si te ayudo a acabar los deberes cuando vengas de comprar?”
“Cuéntame primero lo que ha planeado.”
“Ir al cine. Emmett ha estado gimoteando por una película de acción durante toda la semana.”
“¡Bien!” se rió. “Me alegro de no ser la única torturada por él.”
“¿Me dejarás que te ayude con tus deberes para que puedas venir?”
“¿Eres bueno en matemáticas?”
“La verdad es que es una de las asignaturas que se me dan mejor.”
“¡Entonces es una cita!” dijo alegremente. “Tú, yo, y el malvado libro de matemáticas que amenaza mis notas.”
Sonreí, tanto a su uso de la palabra ‘cita’ como a su entusiasmo. “Asegúrate de ser específica con Alice sobre tu horario. De lo contrario, te tendrá en el centro comercial todo el día.”
“Gracias por el consejo.”
Bella y yo nos sentamos en un agradable silencio durante un rato, escuchando diferentes CDs. De vez en cuando me preguntaba algo sobre alguna canción. Cuando la última canción de mi CD de Debussy acabó, miré a Bella para verla durmiendo. Cogí una manta del armario del pasillo y se la eché por encima. Parecía realmente tranquila, casi angelical. Sonreí al haber hecho una amiga. No me había molestado en hacer eso en mucho tiempo.
Puse un nuevo CD y me eché sobre mi sofá de cuero negro. Cerré los ojos, concentrándome en la música. Por una vez, salir con Alice no había sido una pesadilla. Aunque nunca se lo admitiría a ella. Si lo supiera, nunca volvería a tener la delantera. En poco tiempo estaba dormido, soñando sobre una nueva composición para mi piano.
“¡Emmett!” dijo Bella, despertándome.
Me giré y vi que estábamos solos en la habitación.
“¡Deja de intentar grapar esas alas! ¡No quise decir ‘cuando los cerdos vuelen’ literalmente! ¡Puedes tener tu estúpido bacon!”
Me reí para mí mismo. Hablaba en sueños. ¡Qué interesante! Esperé para ver si decía algo más.
“¡Estúpidas matemáticas! ¡Estúpidas notas! ¡Estúpida ecuación de segundo grado! ¡No me suspendáis, por favor!” suspiró y se acurrucó encogiéndose un poco.
Cuando estuve seguro de que no iba a hablar más, cerré los ojos y me volví a dormir. Cuando me desperté, el sol estaba entrando por mi ventana. Desvié la mirada y vi a Bella todavía profundamente dormida.
Me levanté y me estiré, bostezado todo el tiempo. Mi sofá no era el mejor sitio para dormir. Salí sigilosamente de la habitación para no despertar a Bella. Bajé las escaleras, intentando peinarme un poco con los dedos. Sabía que era una causa perdida, pero lo intenté de todos modos.
Alice y Jasper estaban sentados en la cocina bebiendo café. Entré y me serví lo que quedaba.
“¡Hola, dormilón!” dijo Alice mientras soltaba una risita.
“Es demasiado temprano para tu alegría, querida hermana,” dije, dejándome caer en el taburete que había a su lado.
Me pasó la mano por el pelo. “No seas cascarrabias.”
“No lo soy. Sólo estoy cansado.”
“¿Y por qué estás tan cansado?” preguntó Jasper, sonriendo con malicia.
“Porque he dormido en el sofá,” contesté. “No es lo suficientemente largo para mí.”
“Deberías haber dormido en tu cama,” dijo Alice. “Eso es lo que te pasa por quedarte dormido con el equipo de música encendido. ¡Otra vez!”
“Mi cama estaba ocupada,” le dije.
“¡Bella está todavía aquí!” gritó Alice.
“¿Te importa?” le pregunté, tapándome el oído. “Pensé que Emmett y Rosalie se habían quedado.”
“No,” Alice se rió entre dientes. “Se fueron poco después de que os fuerais arriba. Algo sobre que finalmente podía enseñarle a Rosalie su habitación ya que Bella la aprobaba.”
“¡Encantador!” dije, poniendo los ojos en blanco.
“¡Esto nos hará más fácil el ir de compras!” Alice soltó unas risitas.
“Puede que quiera ir a casa y ducharse primero,” dijo Jasper, rodeando con un brazo a mi hermana.
“Si tiene que hacerlo,” Alice suspiró. Se giró y me empujó, casi tirándome del taburete. “¡Vete a despertarla, Edward!”
“¿Por qué yo?” pregunté, poniéndome derecho.
“Porque yo te lo digo. Y porque tengo que prepararme,” explicó mi hermana.
“¡Bien!” contesté, mirándola con furia.
Cogí mi taza y me dirigí a mi habitación. Abrí la puerta y me encontré a Bella sentada en el medio de la cama. Me sonrió y le devolví la sonrisa.
“Buenos días.”
“Igualmente. ¿Emmett se olvidó de mí?”
“Estaba emocionado por tener la oportunidad de acompañar a Rosalie a vuestra casa. O eso me han dicho. ¿Te gustaría tomar algo?”
“No. Empiezo el día lentamente. Normalmente no consigo la energía para comer o beber algo hasta que he estado levantada al menos una hora. Emmett me acusa de ser cascarrabias.”
“Acabo de ser acusado de lo mismo.” se rió y una vez más sonó maravilloso para mí. “Por supuesto, normalmente estoy más descansado.”
Dirigió la mirada al sofá y devuelta a mí con una sonrisa astuta. “Perdón por eso. Normalmente no salto en la cama de un desconocido en la primera noche.”
“¿En serio?” pregunté, siguiéndole el juego. “¿Cuántas noches pasa eso?”
“Depende del desconocido. ¡Pero! Ya que técnicamente no eres un desconocido porque nos conocimos ayer, y Emmett ha hablado sobre ti durante meses, creo que se encuentra bajo la categoría de un gesto amistoso.”
“¿Y cuál es el gesto amistoso?”
“Tú permitiéndome el uso de tu muy cómoda cama mientras sufres la ira de tu sofá.”
Me encontré riendo con ella y los dos sonidos juntos sonaban muy bien en mi habitación.
Hasta ahora el día iba muy bien. Sólo podía esperar que el resto también fuera bien.
Acompañé Bella hasta fuera. Se subió en su monstruoso camión. Intenté no reírme de ella.
El rugido del motor provocó que diera un salto y pude ver a Bella riéndose detrás del volante. Agitó la mano una vez más mientras se iba. Ahora esperaba con impaciencia el cine. No sería tan malo al poder hablar con ella.
Para aquellos que quieran saber lo que significa ‘squirt’ (el apodo de Bella), no tiene traducción, depende del contexto significa diferentes cosas. Puede ser un insulto ya que se mete con el tamaño y la edad de una persona, pero en el caso este, como Emmett y Bella son familia, squirt expresa eso mismo (poca edad y poco tamaño) pero en sentido cariñoso.
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