martes, 3 de enero de 2012

LCC. Capitulo 7: Verdad o Atrevimiento


Verdad o Atrevimiento:

POV Edward.

Eran algo más de las diez cuando llegamos a mi casa del cine. Nadie estaba preparado para acabar ya la noche. Nos sentamos, intentando decidir que hacer.

“¡Ya sé lo que vamos a hacer!” cantó Alice.

“Conozco esa voz,” dije cautelosamente. “Quiere jugar a algo.”

“¿A qué?” preguntó con emoción Emmett.

“¡Verdad o Atrevimiento!” gritó Alice. “¡Yo elijo primero! ¡Jasper! Verdad o Atrevimiento.”

“Verdad,” dijo Jasper con una sonrisa maliciosa.

“No eres divertido,” Alice hizo un mohín. “¡Pero de acuerdo! ¿Qué sientes por mí?”

“Eso es fácil,” Jasper se rió por lo bajo, inclinándose más cerca de ella. “Te quiero.”

La besó rápidamente. Puse los ojos en blanco al verlos.

“¡Mi turno!” dijo Jasper, frotándose las manos.

“¡Edward, eres mi hombre! ¡Verdad o Atrevimiento!”

Bajé la cabeza. De las dos formas era hombre muerto. Si decía verdad, me cuestionaría sobre mi virginidad. Si decía atrevimiento, un montón de cosas embarazosas podían pasar. Pero, con Bella aquí, atrevimiento era la elección más prudente.

“Atrevimiento.”

“¡Edward!” casi cantó Jasper. “Te desafío a que toques chopsticks (a.n.: palillos chinos, otra vez) en la clave incorrecta.”

“¿Qué tipo de atrevimiento es ese?” soltó Bella.

Todo el mundo se rió de mí y de Bella. Sabían cuanto odiaba bromear sobre mi piano.

“¡Bien!” gruñí mientras me levantaba y me dirigía al piano. Toqué la versión más corta y horrible de la canción. Volví dando zancadas al salón y me senté en el suelo otra vez. “¿Feliz?”

“Disminuye esa agresividad, Edward,” dijo Jasper mientras se reía. “¡Podía haber sido peor, ya sabes!”

“¡Emmett, verdad o atrevimiento!” le pregunté, dándole la espalda a Jasper.

“¡Atrevimiento, por supuesto!” contestó Emmett alegremente.

Sonreí malignamente. Todavía me lo debía por su última broma. “Te desafío a que corras alrededor de la casa mientras cantas ‘Barbie Girl’ tan fuerte como puedas.” (a.n.: a los que no sepan cual es esa canción, descargáosla o buscadla en youtube, os reiréis un montón, además, así entenderéis lo ridículo de Emmett cantándola)

“¿Cuántas veces tengo que rodear la casa?” preguntó Emmett, levantándose.

“Sólo una,” contesté. “Pero tienes que cantar hasta que acabes el primer estribillo.”

Emmett abrió la puerta empezó a correr alrededor de la casa cantando tan fuerte como le era posible. Todos nos fuimos corriendo a la ventana que daba al jardín trasero para verle cruzarlo. Nos vio y paró el tiempo suficiente para hacer un pequeño baile. Para cuando volvió a entrar en la casa, teníamos un ataque de risa y su cara estaba completamente roja.

Emmett se sentó al lado de Rosalie y ella le besó rápidamente en la mejilla. “¡Bella!” dijo.

Bella inmediatamente se incorporó y miró a su hermano. “Verdad.”

“¿En secreto te gustaría salir con Mike la Mosca?” preguntó Emmett.

“¡Eeww! ¡Nunca!” gritó Bella, tirándole un cojín del sofá a su hermano.

“¡Rosalie!” Bella se rió por lo bajo. “¿Verdad o Atrevimiento?”

“Verdad,” Rosalie sonrió con malicia.

“¿Quieres a mi hermano?” preguntó Bella.

Rosalie se sonrojó muchísimo. Miró a Emmett pero rápidamente retiró la mirada. “Sí,” susurró.

“¿Rose?” preguntó Emmett, levantándole la barbilla para que lo mirase. “¿Lo dices de verdad?”

“Sí,” dijo Rose mientras se sonrojaba otra vez.

Emmett se rió por lo bajo y la besó suavemente. “Yo también te quiero, ya sabes.”

“¡Volvamos al juego!” ordenó Alice. “Rose, elige a alguien.”

“¡Jasper!” dijo Rosalie.

“Dame un atrevimiento,” contestó Jasper.

“Te desafío a que quites de en medio todas las revistas de moda de Alice durante un día entero,” dijo Rosalie.

“¿Quieres que muera?” dijo Jasper con un grito apagado.

“¿Quiere eso decir que eliges el segundo atrevimiento?” bromeó Rose.

“¡Lo que sea!” gritó Jasper.

“Te desafío a que vayas arriba, te desnudes, y cruces el salón una vez,” anunció Rosalie.

“¡Oh, Dios!” dijo Bella, escondiendo la cara en sus manos.

Podía ver su sonrojo extendiéndose hasta su cuello. Sonreí al verlo.

“¡Bien!” cedió Jasper, dirigiéndose a las escaleras. “Para aquellos que no quieran ver, sentíos libres de cubrir vuestros ojos.”

Bella se inclinó hacia mí, escondiendo su cara en mi hombro. Sonreí abiertamente mientras ponía un brazo a su alrededor.

“¿Estás segura de que no quieres ser testigo de su vergüenza?”

“Totalmente,” murmuró Bella contra mí.

“¡Voy a bajar!” gritó Jasper.

Cerré los ojos, ya que no tenía deseos de ser testigo del espectáculo. Escuché como mi hermana le silbaba y Emmett y Rosalie se reían por lo bajo.

Cuando oí cerrarse una puerta del piso de arriba, abrí los ojos otra vez. “Ya puedes mirar, Bella.”

Echó una ojeada entre sus dedos antes de incorporarse y quitarse las manos de la cara. “Os tomáis vuestro Verdad o Atrevimiento muy en serio.”

“¡Por supuesto!” dijo Alice alegremente.

Jasper bajó poco después, murmurando para sí. “Alice, verdad o atrevimiento.”

“Verdad, por favor, Jazz,” dijo Alice dulcemente.

“¿Eres adicta a las compras?” preguntó Jasper, guiñándole el ojo.

“No puedes ser adicto a tu trabajo,” declaró Alice. “¡Bella!”

“¡Atrevimiento!” dijo Bella, cruzando los dedos.

“¡Te desafío a que vayas arriba y reordenes la colección de CDs de Edward!” anunció Alice.

“¡Alice!” me quejé.

Mi hermana sabía que mi colección estaba específicamente organizada por año y artista. Bella ya se había ido y subía las escaleras corriendo. Volvió unos diez minutos más tarde, sonriendo alegremente.

“¡Todo hecho!” cantó Bella. “¿Quieres mandar a alguien para que lo compruebe?”

“¡No!” dijo Alice animadamente. “Confío en ti.”

“¡Edward!” dijo Bella, girándose hacia mí. “¿Verdad o Atrevimiento?”

“Atrevimiento,” suspiré.

“Te desafío a que pongas tu colección de CDs como estaba en cinco minutos,” dijo.

Entonces me guiñó el ojo. Me quedé mirándola fijamente durante un minuto.

Se rió por lo bajo y dijo, “Estás malgastando el tiempo. Te quedan cuatro minutos y medio.”

Me levanté y subí los escalones de dos en dos. Entré corriendo en mi habitación y me dirigí hacia mis CDs. Sonreí a lo que vi. Bella había cogido el primer y el último CD de cada estantería y sólo había cambiado esos. ¡Era un genio! Tendría que agradecérselo más tarde. Rápidamente lo arreglé todo y bajé corriendo las escaleras cuando todavía me quedaba un minuto.

“¡Hecho!” dije con orgullo.

“¡Tengo que verlo!” gritó Alice, subiendo las escaleras a toda velocidad.

Todo el mundo la siguió. Estaba de pie en delante de mi colección, negando con la cabeza. Sabía que estaba arreglado.

“Bella, ¿de verdad cambiaste el orden?” preguntó mi hermana.

“¡Por supuesto!” contestó Bella. “Yo no mentiría.”

“Estaba desordenado, Alice,” confirmé. “Lo que pasa es que sé donde va todo.”

“¡Bien!” dijo Alice en derrota. “Volvamos abajo.”

Volvimos a nuestros sitios en el salón. Me giré hacia Rosalie.

“Rose, ¿verdad o atrevimiento?”

“Atrevimiento,” contestó Rose.

“Te desafío a que te comas una de las barritas energéticas de Emmett,” dije.

“¡Edward!” gritó Rosalie. “¡Sabes que esas cosas están asquerosas! ¡Me desafiaste a que hiciera eso hace meses! Además, esas barritas son para ganar peso y no quiero ganar pero. Cuesta trabajo mantener esta figura.”

“La última vez no lo completaste,” la informé. “Eso significa que todavía vale.”

“¡Bien!” gimió. “Emmett.”

Extendió la mano hacia él. Él rápidamente sacó una barrita y se la dio. Sería incluso más asquerosa después de estar en su bolsillo todo el día.

Bella se inclinó más cerca de mí y susurró, “Eres bastante malvado, Edward.”

Sentí su respiración en mi mejilla, tuve un escalofrío y cerré los ojos. Rápidamente me controlé y miré a mi hermana. Parecía que no me estaba prestando atención. Esperaba que eso fuera verdad.

Esperamos pacientemente a que Rosalie acabase su atrevimiento. En el momento en que dio el último bocado, salió corriendo hacia el cuarto de baño. Volvió un poco más tarde, con la cara un poco verde.

“Rose,” dije, mirándola atentamente. “Lo siento mucho. Si hubiera sabido que te iba a sentar mal, habría cambiado tu atrevimiento.”

“No pasa nada,” dijo Rose, sonriéndome débilmente. “Em, ¿podrías llevarme a casa?”

“Claro, Rose,” dijo Emmett. Levantándose y abrazándola. “Squirt, ¿quieres irte ya a casa?”

“Me gustaría quedarme un rato más si alguien me lleva después a casa,” dijo Bella.

“Haré que Edward la llevé más tarde,” dijo Alice alegremente. “¡Ponte mejor, Rose!”

“Gracias, Alice,” dijo Rose mientras Emmett la llevaba fuera de la casa.

“No más atrevimientos con barritas energéticas, Edward,” me advirtió Alice.

“No estaba planeándolo,” dije con rigidez. “No quería que se pusiera mala.”

“Ya lo sé, hermanito,” dijo Alice, dándome un golpe en la rodilla. “Me quedaré con el turno de Rose. Jasper, ¿verdad o atrevimiento?”

“Creo que esta vez elegiré verdad,” dijo Jasper.

“¿Cuál es el peor libro que has leído?” preguntó Alice.

“Un libro llamado ‘Grendel’, que se suponía que era Beowulf desde el punto de vista del monstruo. Era una perdida de dinero y tiempo,” contestó Jasper.

“¡Nota mental!” Bella se rió por lo bajo. “No acercarse a un libro llamado ‘Grendel’. Gracias por la advertencia, Jasper.”

“¡De acuerdo, Bella!” dijo Jasper. “¿Verdad o Atrevimiento?”

“Verdad,” contestó valientemente Bella.

“¿Cuál es la cosa más embarazosa que has hecho en tu vida?” preguntó Jasper.

Bella se puso roja desde la frente hasta el cuello. “Una vez fui a clase con la parte de atrás de mi vestido metida enganchada en mi ropa interior.” Bella se cubrió la cara con las manos y se inclinó en su regazo.

Miré a mi hermana y a Jasper, impresionado por la honestidad de Bella. No sabía si reír o sentirme mal por ella. Obviamente, mi hermana y Jasper pensaron que reírse era la reacción adecuada.

“¡Sólo tenía cinco años!” murmuró Bella. De repente se incorporó, levantando la barbilla. “¡Alice! ¿Verdad o Atrevimiento?”

“¡Atrevimiento!” Alice se rió por lo bajo.

“Te desafío a que no compres nada mañana durante el día entero,” dijo Bella, sonriendo ampliamente.

“¿Qué?” gritó Alice. “¿Un día entero sin comprar? ¡Bella, eres malvada!” vi a mi hermana fruncir el ceño a la perspectiva de veinticuatro horas sin una sola adquisición. Cuando empezó a sonreí de repente, me entró mucho miedo. Mi hermana se tomaba la venganza muy seriamente. “¡Oh, Bella!” cantó Alice.

“Alice, sé buena,” le advertí.

“¿Verdad o Atrevimiento?” preguntó Alice, ignorándome completamente.

“Atrevimiento,” dijo Bella. Estaba siendo cabezota. Su barbilla estaba todavía rígida y levantada.

“Te desafío...” empezó Alice. Se paró a propósito y su sonrisa se hizo más grande. “Te desafío a que beses a Edward, en la boca.”

“¡Alice!” grité. “Eso no es un atrevimiento justo y lo sabes.”

“Tampoco lo es una prohibición a comprar. Supongo que entonces podemos cancelar los dos atrevimientos,” dijo Alice alegremente.

“Creo que no,” Bella se rió por lo bajo.

Me giré para mirarla y estaba de rodillas. Cogió mi cara entre sus pequeñas manos y presionó sus labios contra los míos. Había tenido algunos besos antes, pero ninguno como este. Sus labios se movían perfectamente sobre los míos. Eran cálidos y suaves y se fueron demasiado rápido.

“¡Maldición!” gritó Alice.

Abrí los ojos y vi a Jasper intentando consolar a mi hermana. Bella le estaba sonriendo con malicia.

Bella buscó en su bolsillo y sacó una moneda. “Hey, Alice. Te daré otra oportunidad para recuperar tus privilegios para comprar. ¡Elige!” Tiró la moneda, la cogió y la apretó contra su mano.

“¡Cruz!” dijo Alice.

Bella echó una ojeada por debajo de su mano y frunció el ceño. “Tú ganas, Alice. Tus privilegios para comprar son restaurados.”

“¡Sí!” gritó Alice, abrazando a Jasper fuertemente.

Bella miró su reloj e hizo una mueca. “Realmente necesito irme a casa. Tengo el turno de mediodía mañana. ¿Te importa?” preguntó, mirándome.

“En absoluto.” Me levanté y cogí mis llaves. “Ahora vuelvo, Alice.”

Me giré y vi a mi hermana perdida en los ojos de su novio. Me reí por lo bajo mientras le abría la puerta a Bella. Salimos los dos juntos y cerré la puerta suavemente, ya que no quería interrumpir a Alice y Jasper.

“Gracias,” dijo Bella, cuando le abrí la puerta del coche.

La cerré y me deslicé detrás del volante. “¿Te lo has pasado bien esta noche?”

“¡Sí! ¡Alice es adicta a las compras de verdad!” Bella se rió por lo bajo.

“¿Tenía razón?”

“¿Quién y sobre qué?”

“¿Alice con la moneda?”

“Ni siquiera se acercó,” Bella se rió. “Me sentía mal porque estaba muy disgustada. Si hubiera sabido que se lo iba a tomar tan mal, hubiera cambiado su atrevimiento.”

Me di cuenta de que no había dicho que se habría echado atrás de su propio atrevimiento. Me pregunté si eso significaba que había disfrutado el beso tanto como yo. Probablemente me lo estaba imaginado. ¿Cómo podía gustarle tanto tan rápidamente? ¿Y cómo podía gustarme tanto en tan poco tiempo?

La vuelta a su casa fue silenciosa. Sólo habló para señalarme calles que tenía que girar. Finalmente llegamos a un camino de entrada con una pequeña casa al final de una calle rodeada de árboles.

“¿Te gustaría pasar?” preguntó.

“Si no es demasiado tarde,” dije con cautela. No quería que descubriera cuantas ganas tenía de ver su casa.

“No, está bien,” me aseguró Bella. Cogió su maleta del asiento de atrás y salió del coche.

La seguí por la acera y en la pequeña casa. El salón tenía un viejo sofá y una televisión con juegos apilados a su alrededor. La pared de detrás de la televisión tenía la fotografía de una pareja que supuse que eran sus padres. Todas las demás fotografías eran de ella y Emmett durante sus vidas.

“No es mucho,” Bella suspiró. “Pero es nuestro.”

“Me gusta,” le contesté sinceramente. Bella sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa.

Me cogió de la mano y me guió al piso de arriba y a su habitación. Me soltó la mano y se acercó a su reproductor de CD. Lo encendió y ‘Girlfriend’ de Avril Lavigne llenó la habitación. Sonreí con malicia a su elección. Me vio y puso los ojos en blanco.

“Todo el mundo necesita al menos una canción estúpida para bailar cuando nadie está mirando. Ahora vuelvo,” dijo mientras se dirigía al pasillo.

Escuché el sonido de agua al caer y supuse que estaba en el cuarto de baño. Me acerqué hasta su cama y cogí el libro que estaba allí. Era un ejemplar de Orgullo y Prejuicio y las tapas estaban rotas en algunas partes. Lo dejé donde estaba y me incliné contra sus cojines, cerrando los ojos.

Sólo había estado en la habitación de una chica una vez y aquella vez no me había sentido tan cómodo, tan normal. Recordé el día en mi cabeza y estuve contento al darme cuenta de que realmente me había divertido. No podía recordar la última vez que eso pasó. Pensé que oí a Bella decir mi nombre, pero simplemente debía haber estado pensando en su voz. Intenté abrir los ojos, pero estaba demasiado cansado para molestarme.

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