Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La autora solo jugó con ellos creandoles una vida paralela y las traductoras: traduciendo esa vida xD Jajaja...
Alice conspira.
POV Alice
Vi como mi hermano y Bella hablaban tranquilamente. De repente, Edward se inclinó hacia atrás en la silla y soltó una risa verdadera, una que iluminó sus ojos. Bella le estaba sonriendo. Le di un golpe a Jasper con la mano, pero era innecesario. Él, Emmett y Rosalie habían visto lo mismo que yo.
De repente Bella se levantó de un saltó y empezó a hablar con su compañero. “¡Gracias, Mike! Ya sigo yo.” Nos dio a cada uno nuestra comida y dijo, “Comed y disfrutad. Tengo que seguir trabajando. ¿Cuándo tiempo vais a estar aquí?”
“¿A qué hora acabas?” pregunté rápidamente. Un plan acababa de formarse en mi mente y ya podía decir que funcionaría.
“En una hora,” respondió Bella.
“Entonces otra hora,” me reí por lo bajo. “¡Vas a venir con nosotros a mi casa!” Me aseguré de que no había ninguna manera de que se negase mostrando mi mejor sonrisa.
“¡De acuerdo!” contestó. Parecía contenta cuando se alejó andando.
“Perdonadme,” dijo Edward mientras se levantaba y dejaba la mesa.
“¡Dios mío!” grité. “¿Lo habéis visto todos? ¡Se ha reído!”
“Nunca pensé que vería el día.” Emmett se rió entre dientes.
“Tu hermana es especial,” dijo Rosalie, sonriendo a Emmett.
“Por supuesto,” contestó Emmett con orgullo.
“Alguien que pueda hacer que Edward deje de estar tan estresado es un hacedor de milagros para mí,” bromeó Jasper.
“No puedo creer que se haya reído así,” dije. “Hace años que no oía esa risa. ¡Todo por esa estúpida chica!” crucé los brazos, enfadándome al recordar una vez más a la chica que convirtió a Edward en la persona distante que ha sido durante los últimos años.
“Alice, no es bueno que sigas enfadada por eso,” me calmó Jasper, “Tú y Edward necesitáis dejarlo ir.”
“Lo sé, Jazz,” suspiré. “Pero no entiendes lo difícil que es verle así sabiendo como era antes.”
“Lo sé. Ojalá pudiera haberle conocido entonces,” dijo Jasper, frotándome el brazo. “Pero tú has estado consiguiendo que él vuelva en sí cada vez más. Solamente va a tomar tiempo.”
Dirigí mis pensamientos a Bella. “¡Rose! Tienes que venir con Bella y conmigo mañana. ¡Será un día de chicas!”
“Suena bastante bien,” dijo Rosalie alegremente.
“Me prometisteis ir a ver la nueva película de acción mañana por la noche,” Emmett hizo un mohín.
“¡Oh, Emmett!” suspiré. “Vamos a ir a comprar por la mañana. ¡Hay suficiente tiempo para la película!” Otra brillante idea me sobrevino y aplaudí alegremente.
“¿Por qué está botando ahora?” preguntó Edward mientras se sentaba otra vez.
“Vamos a ir al cine mañana por la noche,” dije.
“Parece que tenéis una gran noche planeada.” la voz de Edward rebosaba sarcasmo.
“La tenemos, hermanito. Y tú eres parte del ‘tenemos’ en mi declaración,” le informé. “¡No hay peros que valgan!”
“Ni lo soñaría,” contestó, poniendo las manos sobre el corazón.
“Sabes, Edward, a veces, ¡eres una verdadera carga!” dije escandalosamente.
“¿Entonces no te cansas te arrastrarme?” se quejó Edward. “Cinco es un número raro.”
“¿Quién ha dicho cinco?” pregunté, observando su cara atentamente. “Bella también viene.”
¡Y allí estaba! ¡Justo como sospechaba! Su irritación se convirtió en especulación. Intentó esconder el pequeño destello de felicidad en sus ojos verdes, pero aun así lo vi. Sabía bien como ver a mi hermano.
Miré a Jasper y lo vi sonriendo. Podía decir que él también lo había visto. Emmett y Rosalie estaban demasiado ocupados mirándose para darse cuenta. Durante la siguiente hora, vi como la cara de mi hermano se encendía cada vez que Bella venía a la mesa. Realmente era una chica muy divertida. Su sarcasmo y su humor lacónico coincidían con el comportamiento de Emmett perfectamente. Pero Bella necesitaba urgentemente consejos de moda.
“No puedo creer que te guste la versión del sesenta y nueve de Romeo y Julieta,” se mofó Edward. “Es deplorable.”
“Es mucho mejor que la nueva versión con Claire Danes,” le discutió Bella. “¡Era absolutamente ridícula! Estoy de acuerdo con situarlos en la actualidad, ¡pero no conduciendo coches y disparando pistolas mientras cantan!”
“¿Tienes algún problema con los musicales?” preguntó Edward, sonriendo con malicia a Bella.
“No, ¡tengo un problema con los musicales estúpidos!” se quejó Bella, poniendo las manos en la cintura.
“Pues dime un musical que te guste,” le ofreció Edward.
“Rent. West Side Story (Amor sin barreras). La versión de Nathan Lane y Matthew Broderick de ‘Los Productores’. Esos son unos pocos que merecen mi vista y mi tiempo,” respondió Bella.
“¿Has ido alguna vez al teatro para ver alguno de esos?” preguntó Edward.
“¡Claro!” contestó Bella con evidente sarcasmo. “Em me lleva todo el tiempo. ¡Ha comprado entradas para toda la temporada!”
Jasper y yo nos reímos mientras ellos dos se miraban con furia. Emmett y Rosalie se estaban riendo de ellos. Escuché a Emmett apostar con Rosalie que Bella acabaría mordiendo a Edward antes de que la noche se acabase.
“Eres absurda, Bella,” dijo Edward, sonriéndole con malicia.
“¡Eso es nuevo!” Bella se rió. “Em simplemente me llama cabezota.” Le sacó la lengua a Edward y se fue andando. Supuse que iba a atender sus otras mesas.
“Alice,” susurró Jasper, inclinando su cabeza hacia mí.
“¿Sí?”
“¿Has estado observándolo?”
“¡Sí! ¿Y tú?”
“Por supuesto, o no lo mencionaría. ¿De verdad piensas que esto es sólo por hablar con Bella?”
“Bueno, claramente tienen muchas cosas en común. Libros, música, testarudez. Aunque ella es más divertida con el sarcasmo. Edward sólo irrita con el suyo.”
Jasper se rió discretamente. “En parte eso puede ser porque es tu hermano y vives con él.”
“¡Quizás! ¡Oh, Jasper! ¡Estoy tan emocionada! ¿Y si de verdad le gusta? ¿Crees que saldría con ella? ¿O será muy tímido?”
“Puedo sentir que siente curiosidad por ella, pero eso es todo.”
“Curiosidad es mejor que la habitual ‘descarada ignorancia’ que muestra hacia la gente. ¡Si alguna vez pongo las manos encima de esa maldita chica!”
“¡Alice!” me advirtió Jasper. “Necesitas dejarlo ir.”
“Lo sé, lo sé. Pero nadie hace daño a mi hermano y sale impune de eso para siempre.”
“¿Qué es lo que estás pensando?” preguntó Jasper, sus ojos azules brillando.
“Necesitamos que Emmett y Rosalie ayuden, pero he estado pensando en un pequeño plan.”
“¿Sabes dónde está?”
“Por supuesto. ¡Siempre sé dónde están mis enemigos!” dije alegremente, guiñando a mi maravilloso novio.
“¿Crees que Bella saldría con él?”
“Puede que sea un poco imparcial ya que él es mi hermano pequeño, pero ¿por qué no? Es inteligente, ingenioso y guapo. ¡Si lo sabré yo! ¡Le compro la ropa!” solté una risita con la última parte.
“¿Qué estáis murmurando ahora?” preguntó con recelo Edward.
Me giré hacia él y le dediqué una gran sonrisa. “Los regalos de Navidad. Aunque parezca mentira planeo sorprenderte este año. Todavía no sé cómo te las arreglas para adivinarlos todos los años.”
“¿Me estás acusando de algo, Alice?” sonrió con engreimiento.
“Ni lo soñaría, querido hermano,” dije.
“¡Venga, Emmett!” le llamó Bella mientras se acercaba a la mesa otra vez. “Sois mi última mesa. ¡Paga para que podamos salir de aquí!”
Emmett se rió entre dientes mientras se levantaba y sacaba su cartera. “¿Cuánto daño hemos hecho esta noche?”
“Depende de la buena propina que planees dejar a tu competente camarera,” bromeó Bella.
“Vamos a suponer que ha sido aceptable,” bromeó Emmett.
Bella puso inmediatamente las manos en la cintura y levantó la barbilla. Vi como los ojos de Emmett se iluminaban mientras se reía en voz baja.
Bella no movió los ojos de su hermano y le miró con furia. “¡Emmett Swan!”
“¡Joder, Squirt!” Emmett suspiró. “¿Te puedes relajar? Sólo estaba bromeando. ¿Cuánto?”
“Setenta y cinco debería ser suficiente. Y me debes el desayuno mañana por ser un gilipollas,” dijo Bella firmemente.
Sí que me gustaba esta chica. Al menos, podría poner a mi hermano en su sitio. Edward estaba riéndose para él mientras miraba su discusión. Rose también estaba mirando. Me guiñó y me sonrió.
“¡Bien!” murmuró Emmett, entregándole el dinero a su hermana.
“¡Gracias!” dijo alegremente Bella. Le dio un beso a su hermano en la mejilla. “Os veré fuera en cinco minutos.” Se giró y casi se fue brincando a la cocina.
Emmett se rió suavemente mientras la veía irse. “Esa chica va a ser la muerte de quien acabe con ella.”
“Bueno, vamos al aparcamiento,” dijo Jasper. “Podemos parar cerca de su coche. Ya que estamos, ¿qué es lo que conduce, Emmett?”
La estruendosa risa de Emmett resonó por el restaurante mientras salíamos. “Tiene un camión rojo, viejo y feo que ni siquiera puede superar los cincuenta y cinco. Se niega a dejarme que se lo sustituya por otro.”
Nos apiñamos en el coche de Edward y fuimos hasta la zona de empleados. Encontramos fácilmente el camión rojo ya que llamaba muchísimo la atención.
“¿Le dejas conducir eso?” preguntó Edward.
“Te lo he dicho,” se defendió Emmett. “¡Es cabezota!”
“¡Voy a ir con ella!” anuncié.
Se giraron y me miraron como si estuviera loca.
“Edward, sabes que no puedes conducir a cincuenta y cinco y ella nunca encontrará la casa sola.”
Parecieron satisfechos con mi respuesta por lo que me bajé del coche.
“¿Planeando volver a casa andando, Alice?” bromeó Bella mientras se acercaba.
“¡No! Voy a ir contigo. Edward tiene problemas con la velocidad y nunca encontrarás la casa sin mí,” le contesté.
“¡Problemas con la velocidad!” se rió por lo bajo. “¿Es esa una manera suave de decir que representa un peligro para los otros conductores?”
Sonreí alegremente. Me gustaba mucho esta chica. “Esa es una manera de decirlo.”
Nos subimos en su viejo camión y casi tuve que taparme los oídos mientras el motor rugía. Bella me vio encogerme y se rió.
“Acabas acostumbrándote,” me dijo encogiendo los hombros.
“Me alegra que hayas decidido venir,” dije, tramando la manera de llevar la conversación hacia mi hermano.
“Parecéis muy buena gente. No he detectado ningún asesino en el grupo,” bromeó.
“Entonces, ¿qué piensas de nosotros?” me reí.
“Rosalie parece dulce, pero lo suficientemente dura para mantener a raya a mi hermano. Y ni siquiera hermosa la cubre totalmente. Ya me gusta mucho. Tú pareces eternamente alegre y sólo un poco espeluznante. Jasper es tranquilo, pero parece ser muy profundo, y Edward es interesante.
“¿Interesante cómo?”
“Bueno, primero, no habla como una persona joven normal. La mayoría de los chicos apenas pueden decir una frase completa sin que ‘o sea’ y ‘umm’ sean algunas de las palabras. Él, obviamente, le ha echado al menos una ojeada a su colección de libros.
“Emmett tenía razón,” me reí. “Eres buena leyendo a la gente.”
“No,” contestó con una sonrisa. “Sólo soy observadora. No tengo tiempo ni paciencia que perder.”
“Touché,” dije.
“¿Y cómo te va con el oso que es mi hermano?”
“En el fondo, Emmett es muy dulce. Él y mi hermano se llevan como si se conocieran desde siempre.”
“¿Entonces molesta mucho a tu hermano?”
“¡Muchísimo! Pero en defensa de Emmett, Edward se lo merece la mayoría de las veces. Puede ser un poco irritante.
“Parece bastante simpático.”
“Hoy estaba en su mejor comportamiento. Emmett hizo un trato con él.”
“¿Qué tipo de trato?” preguntó, sus ojos marrones brillaban con curiosidad.
“¡Uno que no podía rechazar!” me reí. “Un mes sin ser llamado por su apodo más odiado.”
“¡Ah! Y entonces vengo yo y lo digo como si nada,” soltó una risita. “No me sorprende que la irritación destellase en sus ojos.
“¿Viste eso?” pregunté impresionada. Nunca pensé que alguien más se diera cuenta de que podían leer a mi hermano por sus ojos.
“Sí. Te lo he dicho, soy observadora.”
“¡Oh, gira aquí!” dije, señalándole nuestra carretera.
Bella siguió mis instrucciones y paró el coche, aparcando justo detrás del Volvo de Edward.
Silbó mientras miraba fijamente nuestra gran casa blanca. “Médico, ¿verdad?”
Me reí por lo bajo, “Sí.”
Nos bajamos del camión y nos dirigimos hacia la casa. Emmett y Jasper ya estaban jugando con los videojuegos. Edward ser estaba riendo en voz baja de ellos y comentando sus muertes.
Rosalie estaba estirada en el sofá leyendo una de mis muchas revistas de moda.
“Como si estuvieras en tu casa, Bella” le dije alegremente. “La cocina está por ahí, tenemos toneladas de refrescos y esas cosas.”
Me senté en el suelo junto a Jasper, preparada para verle matar aliens un ratito. Observé a Bella por el rabillo del ojo. Parecía encantada con las fotografías de la familia que estaban en la pared cerca del piano de Edward. Levanté la mirada y le vi mirándola.
Me incliné por detrás de Jazz y pegué a mi hermano en la pierna. Pegó un salto y me miró con culpabilidad.
“Deberías enseñarle tus libros y tus CDs.”
Asintió y se levantó del sofá. Sonreí alegremente mientras le vi andar hacia ella. Esto iba a funcionar. ¡Podía verlo ahora!
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