martes, 6 de marzo de 2012

Entre el amor y la guerra



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Capitulo 18- Bajo el sol de Toscana

Edward pov

-feliz cumpleaños Bella- dije antes de aventarme sobre la cama donde aun dormía, desnuda y por la expresión con que despertó, feliz.

Tomarla me hace pensar en lo que tuvo que hacer, pero lo único que puedo sentir es culpa, por mi había llegado a eso, me consuela saber que esos malditos están muertos, nadie más lo sabrá porque nadie en ese lugar sobrevivió. Garrett es hombre de palabra y ha jurado no decir nada sobre sus informes. Nadie sabrá lo que mi esposa tuvo que hacer.

-gracias… ¿Qué haremos hoy?- pregunto antes de abrazarme, dejando su muy hermoso cuerpo sin cubrir.

-lo que tú quieras… podemos regresar a casa, Rose está muy molesta contigo porque te fuiste antes que naciera su hijo, ya debe haber nacido. Estaba a nada de parir cuando vine para acá-

-¿Cómo sabias donde estaba?- pregunto sentándose sobre mí.

-Jake me lo dijo, me mando una carta cuando llegaron a Londres, así que apenas pude llegar a la puerta de la habitación sin caerme, me monte en un barco. Para cuando llegue aquí, Jake me había dejado un recado en el muelle dándome la dirección de la hacienda- dije mientras me entretenía acariciando su cuerpo.

Sus senos para ser más exacto, esos hermosos senos blancos, suaves, redondos…

-hum… Jake traidor… ¿Qué le regalaremos para su boda?- pregunto mientras se movía un poco dejándome dentro de su cuerpo.

-lo que quieras… solo no te detengas- pedí mientras me llevaba al paraíso.

Dos horas después, cansados y muy, muy pero muy satisfechos yacíamos en la cama abrazados.

-me gustaría vivir aquí, es perfecta esta casa. Pero me imagino que debemos regresar al castillo- dijo con su boca pegada a mi pecho.

-Bella no intentes emboscarme, eso ya no funciona… podemos comprarla y pasar el verano acá, pero viviremos allá la mayor parte del tiempo- dije sonriendo.

-¿emboscarte yo? ¿Cuándo he hecho semejante cosa?- pregunto fingiéndose ofendida y separándose un poco.

-ya caí ¿verdad?- pregunté cuando su sonrisa triunfal apareció.

-redondito amor, me parece perfecto que quieras pasar el verano aquí ya que no podría estar lejos de Vulterra en navidad- dijo riendo mientras corría a la tina.

-diabólica…- dije mientras me daba a la ardua tarea de seguirla y hacerla mía  de nuevo.

Cuatro meses después.

-tengo noticias para ti- dijo mientras caminábamos de la mano por el campo.

Aun con la nieve mi esposa había querido acampar en la cabaña y llevábamos ahí una semana completa. Así la segunda semana de enero nos alcanzo.

-dime- pedí.

Aunque estaba seguro de saber que es. Había ayudado a Jake cuando trataba de calibrar un arco enorme que Charlie le regalo a Bella en  navidad y que mi esposa esta empeñada en usar, aunque el aparato es casi de su tamaño.

Seguro que ya lo ha conseguido y quiere presumirme su nueva habilidad.

-estoy embarazada- dijo

-ese arco es muy… ¿Qué?-

-¿Qué?- pregunto a su vez

-olvídate del puto arco, repíteme lo que dijiste- pedí tomando ambas manos entre las mías.

-estoy embarazada, espero un hijo… un niño o niña tuyo y mío- explico mientras mi cabeza se hacía puré.

Me quede ahí mirándola bajo la luz del sol, de pie sobre una pequeña roca para estar a mi altura. Baje la mirada hacía su vientre plano completamente.

Lo sé porque esa mañana había besado, acariciado y disfrutado de su cuerpo.

-gracias- atine a decir antes de abrazarla.

-¿Por qué?- pregunto con la cara de confusión.

-por esto Bella, por darme hijos, por quedarte conmigo, por ser la mujer perfecta para mi, por…- el nudo en mi garganta se hizo enorme hasta impedirme hablar.

-te amo- dijo uniendo sus labios a los míos.



Bella pov

Es tarde y Edward no llega, esta noche es importante y no puede ser que algo de emergencia le salga. Me sumí en los recuerdos mientras esperaba que apareciera.

Recuerdo.

-familia por favor préstenme su atención un momento- dijo mi esposo mientras cenábamos todo en el castillo de mi padre.

Los Hale, Los Cullen, Los Swan y los Black, todos sentados en el enorme salón del castillo de Eorlingan.

-como todos saben, mi esposa y yo por fin hemos arreglado nuestras diferencias y tengo el placer de poder, justo ahora, pedir la mano formalmente a Charlie Swan para santificar nuestro matrimonio- dio mientras yo me quedaba asombrada -si Bella me acepta para compartir toda su vida- dijo mirándome.

Mis ojos se humedecieron y aunque no quería, llore.

-sí, si te acepto- dije.

Se levanto y arrodillo frente a mí, tomo mi mano besándome. Se sentó de nuevo en su sitio.

-bueno con esto en marcha, nos gustaría pedirles que fueran los padrinos de bautismo de nuestro hijo- pidió Jasper mientras mi muy embarazada hermana sonreía.

-será un placer- respondí.

Entre comentarios de esto y de aquello pasamos la noche. Los regalos fueron abundantes en todos los sentidos.

-y tengo algo más- dijo mi papa cuando termino de entregar todos y cada uno de los presentes.

-Charlie, te juro que es una mala idea- dijo Carlisle.

-Vamos Swan, si le das eso… Edward es hombre muerto antes de la boda- agrego Eleazar.

-me arriesgare- dijo mi padre -hija, cierra los ojos- pidió y obedecí.

-¡¡¡tienes que estar jodiéndome!!!- escuche a mi esposo.

No pude evitar abrir los ojos. Ante mi, en manos de Jake estaba un arco enorme, en negro ónix, con cuerdas enceradas, flechas de casi un metro de largo, las más cortas, las más largas alcanzaban el metro y medio con todo y plumas.

Decir que salte fue poco, me colgué del cuello de mi padre mientras lo besaba, corrí hacía Jake y le quite el aparato, mientras  intentaba sostenerlo sin caerme sobre o debajo de él.

-no usaras eso, lo pondremos en la sala de exhibición y tu- apunto a mi padre-  tienes que dejar de regalarle armamento a mi esposa- dijo Edward serio.

-¿Qué pasa yerno? ¿Miedo?- pregunto mi padre riéndose.

-Terror, si me agarra enfadada hasta ahí llego, parece que no conoces a tu hija… además sabes que las flechas me dan cosa- dijo mi esposo sin relajar el ceño.

-madura Edward, si quisiera matarte ya lo habría hecho- dijo Emmet.

-esto terminara mal para mí- dijo mi esposo sentándose con cara de derrota.

Quise decir algo pero… las ganas de vomitar me lo impidieron.

Fin del recuerdo

La noche sigue pasando, no nos nemos separado desde que le dijera de mi estado, viajábamos en carruaje para que yo no me fatigara, sin los Masen las cosas son pacificas en el territorio, pero justo ahora se desaparece. Mi enfado eta pasando a la furia. Apenas tengo tres meses de gestación y mis continuos cambios de humor lo tienen desesperado. Ese es el motivo por el que me lleva a todas partes, no quiere hacerme enfadar y cuando empiezo a llorar solo él puede calmarme.

-Bella, la cena esta lista… ¿Dónde está Edward?- dijo mi madre.

Mi hermana y su esposo no pudieron venir pues el bebe esta a nada de nacer y no quise arriesgarlos. Después de la cena iríamos a verlos, así que solo seríamos, mi cuñado con Rose, Jake con Leah su esposa, Sam con Emily, una mujer viuda que conociera en Toscana, mis padres y nosotros. Por supuesto Eleazar con su esposa fueron invitados pero Tania se quedo con Alice para que mi madre pudiera venir y Eleazar quiso quedarse con ellos.

-no se mama, pero lo atravesare con mi arco nuevo por no estar a tiempo. ¡¡¡Maldita sea, que esta noche me quedo viuda!!!- dije furiosa.

Por fin lo vi llegar a todo galope, desde mi posición en la ventana.

Importándome poco que para alcanzar el arco tengo que subirme a una mesa, la cual arrastre para mis propósitos, en minutos estuve con el arma cagada y esperando que mi imbécil esposo entrara.

-Bella cariño, estoy en casa, lo siento fue un imprevisto y… ¿Qué haces con eso? No… - escuche en cuanto llego.

Se tiro al suelo cuando solté la primera flecha…



Edward pov

Siete meses después

-vamos señora, puje, ya veo la cabecita- dijo Fiona.

Sostuve a mi esposa entre las piernas y le ayude a estar más cómoda, considerando que para lo que está por pasar nada le hará sentirse así, algo es algo. Por suerte según Fiona la criatura no es muy grande, ya que no hizo demasiado vientre.

-esta vez si te atravieso- dijo mi esposa antes de pujar.

-esta vez no me quito pero tienes que salir de esto- dije abrazándola.

Enterró sus uñas en mis brazos, duele pero seguro que no es nada en comparación con lo que ella está pasando.

-uno más y estará fuera el bebe señora-

Y mi esposa lo hizo, un minuto después el llanto de mi hijo inundaba la estancia.

-es una niña, tienen una niña- dijo la mujer.

Envolvió a la bebe y me la entrego. Me acerque a donde mi esposa estaba y le mostré lo que nuestro amor había creado.

-es perfecta, como tu- susurre.

Llorando de felicidad, mi familia está en crecimiento.

Cinco meses después

-yo te bautizo con el nombre de Renessme Cullen- dijo el sacristán mientras mojaba la cabecita de mi hija.

Mi cuñada la sostenía al ser la madrina mientras Rose abrazaba a Benjamín hijo de Alice y Jasper y yo cargaba al hijo de Rose, Kellan, tan parecido a mi hermano que bien podría ser su réplica.

La casa de Toscana estaba decorada con flores, enredaderas y más. Mi madre se retiro en cuanto la ceremonia termino en compañía de Tania y René, arrasarían con las tiendas, todas las compras son para los nietos.

Mi padre estaba en el despacho platicando con Eleazar y Charlie. Esa bola de ancianos solo se dedica a planificar el crecimiento del clan Cullen-Swan-Hale. Ahora mismo hacen un escudo que incluya los tres de las familias.

-la llevare a la recamara para que descanse- dijo mi esposa llevándose a la bebe en cuanto se durmió.

 Después de la comida. Los otros niños se unieron a la siesta.

Es hermoso verlos dormir juntos, son el futuro de nuestras familias y por suerte ya empiezan a apoyarse, no hay manera que uno llore sin que los demás no le hagan coro.

Al menos a estoy acostumbrándome a cuidar niños, mi esposa sigue con sus entrenamientos con Jake, así que por dos horas, nuestra hija es toda mía. La llevo a pasear en caballo, le mostré la cabaña donde la hicimos, le mostré las bayas moradas que mande a traer del castillo Eorlingan para que su madre comiera mientras la cargaba en su vientre.

Trate de mostrarle más pero con sus pocos meses pasaba mas tempo durmiendo, comiendo y llorando que haciendo otra cosa.

Regrese de mis ensoñaciones, de pie en la habitación donde mi mujer da de comer a mi hija, cerré con suavidad y fui a la sala con los demás.

-¿y para cuando te animas por otro?- pregunte a Rose mientras mi hermano me golpeaba nada suave.

-deja en paz a mi esposa, mejor preguntémosle al cuñado- dijo mientras mirábamos a Jasper.

-no me miren a mí, apenas salí vivo del embarazo de mi mujer, no creo que quiera repetir pronto- dijo el rubio con cara de espanto.

-no te quejes, Alice no maneja tres tipos diferentes de armas, a mi casi me asesinan por no llegar a tiempo a cenar, esa mujer me persiguió con  ese arco -apunte a la monstruosidad que estaba colgada sobre la chimenea-  por toda la casa, si Jake no la agarra a la pasada, sería viuda, no quedo pared sin flecha ensartada- dije recordando el enfado monumental que tuvo Bella cuando llegue tarde a la cena de compromiso.

Nuestro compromiso.

-Edward solo a ti se te ocurre llegar tarde la noche que se supone iban a celebrar el compromiso para el matrimonio santificado, tuvo razón en perseguirte- agrego Rose entrando en ese momento.

-si cuñadito, ¿Qué andabas haciendo?- pregunto Alice entrando detrás de Rose.

-buscando un anillo que vi en otra aldea, pero entre las prisas y que Bella andaba siempre conmigo no pude comprarlo antes- me justifique.

-pues fue muy mala ocasión para ir cariño - dijo mi esposa entrando en ese momento.

-¿y para cuando el otro Bella?- pregunto Emmet.

-no seas bruto, Renessme apenas tiene cinco meses, esperar un año al menos me parece lo mejor, quiero llevar de viaje a Bella, dicen que el continente del otro lado está en expansión. Sería interesante ver que hay- dije mientras abrazaba a mi esposa hasta sentarla en mi regazo.

-bueno de hecho cariño… quería comentarte que… estoy esperando- dijo Bella sonriendo.

-¿esperando que?- pregunte mirándola.

-sí que eres imbécil hermano, está esperando otra criatura- dijo Emmet mientras mi color se iba.

-¡¡¡Jake!!! ¡¡¡Jake!!!- grite mientras me levantaba dejando a Bella en el sofá.

-¿Qué pasa?- entro Jake apresurado con la espada en la mano.

-¡¡¡está esperando de nuevo!!! ¡¡¡Bella está esperando de nuevo!!! Saca todas las armas de la casa- dije mientras yo mismo me encargaba de desarmar a mi hermano y a Jasper quienes solo se reían a carcajadas.

-sacare los arcos y las flechas, me asegurare que no quede nada en las habitaciones- dijo Jake mientras descolgaba el arco de “exhibición” que esta sobre la repisa de la chimenea, ese con el que persiguiera la primera vez.

-dile a tu esposa que esconda los cuchillos y todo lo que tenga filo en la cocina, recoge todo el armamento y ponlo en la bodega - instruí mientras le entregaba lo recogido por mí.

El hombre salió a todo correr con todas las armas que le entregue. Me giré hasta ver a mi esposa que estaba de pie enfurecida.

Al menos ahora no podría matarme… en teoría.

-¡¡¡Edward Cullen!!! ¡¡¡Te digo que estoy embarazada y en lugar de ponerte feliz, desarmas a medio mundo!!!- grito roja de coraje.

-cariño que sí estoy feliz pero es mejor prevenir… vamos Bella le hará daño al bebe- dije.

-¡¡¡daño será el que te haga a ti cuando te ponga las manos encima!!!- dijo dejándose venir sobre mí.

-familia… ¡¡¡Adiós!!!- grite enfilándome a toda velocidad hacía la recamara mientras las burlas de los demás era por demás sonadas.

Corrió detrás de mí.

Apenas cruce la habitación y me gire supe que me había hecho caer de nuevo. ¿Cuándo aprenderé?

-vamos Sr Cullen, debemos celebrar como se debe- dijo mientras su vestido desaparecía y la lencería infernal hacía su aparición triunfal.

Me quite la ropa rápidamente.

-me engañaste por completo, pensé que estas enfurecida-

-no, solo quería que traerte aquí y poder hacerte de todo, además… no podrás encontrar el sable que escondí cuando supe que estaba embarazada. Así que…  de nada te sirvió todo el numerito- dijo riendo

-como dije, diabólica… te amo-

Apenas me acerque la bese.

Pase toda la tarde y gran parte de la noche tomándola, de todas las maneras y formas que se me ocurrieron. Para cuando el sol salió, estábamos dormidos.

Y eso se repitió mucho en los meses posteriores…

Bella pov

Siete meses después

-buenos días amor- dije al abrir los ojos.

-buenos días Bella, ¿Cómo te sientes?- pregunto.

-enorme y me duele mucho la espalda… Edward… llama a la partera… ya rompí aguas- dije mientras la cama se humedecía.

Cuatro horas agónicas después, nacio nuestra segunda hija.

-¿Cómo le pondremos?- pregunto mi esposo abrazándonos a ambas.

-Carlie, se llamara Carlie- dije cansada.

-me gusta- dijo besando mi frente.

Y así, bajo el sol de Toscana, mi familia se hizo mayor.

Como mi felicidad.

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