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7.- Entre del deber y el
placer
Bella pov
-estaré de regreso antes del 24 de este mes, debo revisar los pueblos
vecinos y asegurarme que no falte nada, además mi padre está preparando una
reunión en Gonder Dell para planear las acciones que se tomaran para atrapar a
los Masen- dijo después del desayuno.
Una semana después de nuestra escapada a la cabaña.
-promete que regresaras pronto- pedí abrazándolo.
Sin él me sentiré muy sola. En mi castillo no me habría importado, pero en
este aun no me siento en confianza. Aunque las mujeres de ahí me aceptan como
su señora la mayoría son de la edad de mi madre. No hay jóvenes para platicar o
para compartir. Me siento fuera de lugar.
-regresare pronto. No te pongas triste, te voy a extrañar mucho Bella.
Puedes pedirle a Bree que te consiga más mujeres jóvenes si te hacen falta, si
sales a pasear llévate a los guardias. No salgas de noche. Y piensa en mí- dijo
antes de besarme y después salir.
Me quede pensando en sus peticiones. No parecen difíciles de seguir.
Básicamente debo permanecer entre el castillo. Por seguridad. Aprovechare este
tiempo, ahora que todo el lugar es nuestro debo aprender mucho más.
-Bree acompáñame a la cocina y por favor reúne a todas las mujeres que
trabajan en las torres y pídeles que vengan al salón principal. En cuanto les
avises únete también- pedí mientras entraba al despacho de mi esposo para
conseguir papel, pluma y tinta.
-niña ¿nos mando a llamar?- pregunto la más anciana de todas.
-así es Greta, como saben Lady Cullen se ha ido al castillo de Gonder Dell
dejando este a mi cuidado y aunque me han educado para esto, soy consciente que
necesito ayuda. En Eorlingan mi hermana se ocupaba del castillo cuando mis
padres no estaban y yo de otras cosas. Así que les pido me ayuden a hacer una
lista de las actividades que se hacen aquí para que pueda trabajar en ellas-
pedí
Las mujeres se miraron entre ellas y después de unos segundos todas
empezaron a hablar al mismo tiempo. Después de un grito para llamar su atención
el silencio fue total.
-una a la vez por favor- pedí mientras apuntaba a Greta.
-pues justo ahora ya están en proceso las matanzas de los animales, lady
Esme lo dejo listo. Las provisiones están en camino también, eso se revisa
desde el mes de noviembre. La despensa se revisa cada mes y será usted quien
prepare la lista que se manda al pueblo, puede revisar usted misma la despensa
si así lo desea. La señora lo hacía- dijo la mujer.
-también puede escoger los menús para todo el mes y en base a eso surtir la
despensa, yo conozco los platillos favoritos del joven Edward, puedo ayudarle
en eso niña, además puedo preparar lo que sea que usted me pida. Cada año la
señora Esme me manda a otros sitios para aprender los platillos de otras
regiones. Puedo cocinar comida oriental, , italiana, española, francesa… usted
solo pida- dijo Rhona la cocinera.
-en cuanto a la ropa de cama y cortinas de todo el castillo nosotros
podemos apoyarla, la ropa se saca una vez cada seis meses y se cambia toda, se
guarda la que está en uso y así se conserva mejor. Ahora estamos con la ropa de
invierno, en Febrero se saca la de primavera pero igual el informaremos cuando
sea tiempo- dijo Leah.
-en cuanto a los muebles la señora Esme los cambiaba cada diez años,
dejando lo que sacaba para la gente del pueblo, remodela una habitación cada
tanto y en si lo que cambia son los colchones o las almohadas, a veces la ropa
también. Pero esto queda a su mando ahora- dijo Fiona la mujer que se encarga de coordinar la limpieza de las
habitaciones.
-bueno no parece ser mucho pero sospecho que aun me falta por escuchar-
dije cuando otra se adelanto dos pasos.
-la señora Esme revisaba personalmente el guardarropa de los jóvenes y del
Señor, ahora que solo está el joven Edward creo que le será mucho más fácil
encargarse de eso- repitió Leah.
-si supongo que sí. Más tarde me gustaría que subieras para ver ese asunto
de una vez- pedí.
- El señor Carlisle se ocupaba del armamento de los soldado pero supongo
eso lo hará el joven Edward, pero si él no está me temo que eso tendrá que
esperar, a menos que usted lo haga- dijo Greta.
-bueno, eso me gusta un poco mas… gracias por todo. En cuanto haya pasado
la hora de la comida revisare la despensa y después la ropa- dije mientras daba
por terminada la reunión y se retiraban.
Las cosas no pueden ser tan difíciles. Al parecer las mujeres saben sus
deberes y no será necesario que esté detrás de ellas todo el tiempo.
Pase el día entre conservas y listas, revisiones de ropa, cortinas y
sabanas. Para cuando llego la hora de la cena estaba muerta de cansancio. Me
acosté pensado en mis nuevas obligaciones.
Soñé con Edward.
Mi esposo es maravilloso y me siento un poco ilusionada con él, lo extraño
cuando no esta cerca, me agrada estar en su cama, sus besos, sus caricias, sus
manos sobre, dentro y encima de mi cuerpo. Su peso sobre mí. Su calor
envolviéndome, amándome, haciéndome pedirle más de eso que solo él sabe darme.
¿Eso es amor?
También soñé con Jake, solo que esta vez el sueño fue diferente.
Lo supe en cuanto desperté. Esta vez
me estaba despidiendo de él. Mi corazón empieza a ser propiedad exclusiva de mi
esposo.
-avisa a los hombres que saldré a montar- dije a Bree después del desayuno.
-señora, ¿saldrá sola?- pregunto la chica, apenas mayor que yo por un año.
-sí, lo hare, anda apresúrate, no soporto un minuto más aquí encerrada-
dije.
Había prometido no salir de noche, así que en realidad no estoy rompiendo
ninguna promesa, aun es de día. De mañana para ser precisa.
Una hora después, rodeada a una distancia prudente por los hombres, de los
que no me pude librar y a los que no pude convencer de no seguirme, decidí que
solo montar era aburrido.
-a quien me gane en una carrera hasta los límites del bosque le daré un
jamón entero el sábado que viene- dije cuando se acercaron.
-pero señora…- intento decir algo uno de ellos, me tocara amenazarlos…
-si yo gano… no tomaran cerveza por una semana- dije sabiendo que sin
importar guardias de que castillo fueran, todo puede perder menos la cerveza
con la comida, dándole a la carrera la emoción que quiero.
-ya saboreo el Jamón- dijo uno de ellos.
Pobres incautos.
Corrí hasta dejarlos atrás, muy atrás.
Y soy consciente de eso… porque estoy perdida.
Decidí esperar.
Me senté bajo la sombra de un árbol, envuelta en la capa que gracias a
Greta había llevado, estoy segura que ella les dijo a los guardias que no me
dejara sola, esa mujer es una santa.
No estoy segura de poder regresar sola.
Pasaron dos horas desde que me perdí...
¿Por qué tardan tanto?
No pude dejarlos tan atrás como para perder mi rastro.
La panza me rugió de hambre. A mi derecha ha unos arbustos con bayas
verdes. No serán como las de mi casa, que son moradas y deliciosas, pero con
hambre todo es bueno.
Tome una y la probé… es dulce, muy dulce, sin pensar y presa del hambre
tome varias más y las metí en mi boca con rapidez.
Apenas había tragado esas y cortado otras, cuando un dolor insoportable me
atravesó.
Todo se hizo negro.
Edward pov
-señor estamos muy cerca del castillo. ¿Quiere que me adelante para avisar
de su llegada?- pregunto uno de mis guardias a pocas leguas de donde mis padres
están viviendo ahora.
-no, quiero que se vayan directamente a las barracas, yo iré después-
ordene.
Quería ver qué Victoria estuviera bien y estar con ella un rato antes de
presentarme en el castillo o ya no tendría oportunidad.
-Edward… viniste a verme…- dijo apenas abrió la puerta.
Por suerte me había escuchado cuando le dije donde quedarse. Esa casa es
mía. Aunque nunca se usa. No antes de ella.
-te dije que vendría en cuanto pudiera, estaré unos días y no podía
quedarme sin verte. Vamos desnúdate que no tengo tanto tiempo- dije mientras la
besaba.
Y la tome como siempre. Y no sentí lo mismo de siempre.
La satisfacción física es la misma, pero su cuerpo, su calor, sus gemidos
no me ponen loco. Me gusta eso sí, pero parece faltar algo. Parece falta la
dulzura de Bella… Bella. Eso es lo diferente.
El remordimiento de engañarla no me deja disfrutar de Victoria y lo que me
da. Bueno, ya lidiare con eso después. Ahora mismo quiero verla llegar y
estallar dentro de ella como siempre.
Y lo hizo.
Y de nuevo me falto ese algo.
Casi imperceptible, casi nada pero que marca la diferencia. Y la diferencia
es enorme.
-¿Qué pasa? Estas ido. No te gustó… ¿quieres hacerlo de otra manera?-
pregunto antes de subirse en mi.
Nunca lo había hecho así, no con ella.
-no es eso, estoy cansado del viaje- dije deteniéndola.
Eso es algo que solo con Bella compartía y aunque suene estúpido e
hipócrita quiero respetar eso. Además que Victoria sea hermosa no significa que
me hará sentir lo mismo que mi esposa.
-déjame hacerlo, te va a gustar… es algo que nunca hemos hecho…- dijo
intentándolo de nuevo.
-Victoria no es necesario que…- me
interrumpió con un beso mientras se sentaba sobre mí.
Se movió rápido y me excito su cuerpo pero… no fue lo mismo. No hubo esa
locura por llegar, no tuve las ganas de morir como con mi esposa. No quiero
compararla pero es completamente diferente. Por fin llegamos al clímax.
Se dejo caer sobre mí y sentí su peso y calor completamente diferentes.
Como si nunca antes lo hubiera sentido.
-Debo irme. No sé si pueda verte de nuevo pero si no… tratare de venir a
principios de año- dije mientras me vestía.
-¿Cuánto más me tendrás lejos?- pregunto triste.
-no vas a regresar a River Dell, no mientras mi esposa viva ahí. Nos
mudaremos pronto a las tierras de los Swan y quizá allá nos quedemos, que
podrás regresar para ese tiempo y te visitare cuando pueda- dije antes de
salir.
-Edward ¿me das un beso?- pregunto antes que cerrara la puerta.
Entre de nuevo y la bese apenas.
-cuídate, te veré cuando pueda- dije sin mirar atrás.
Monte mi caballo y me dirigí al castillo.
-pensé que mandarla lejos era signo de que tomarías en serio a tu esposa-
dijo mi mama apenas cruce la puerta.
-mama ya te dije que no te metas en esto-
¿Cómo supo?
-bien, no opinare nada más, solo espero que en el pueblo sean tan discretos
como tú, ¿has pensado que alguien puede decirle a tu esposa sobre tu amante?-
dijo antes de darse la vuelta.
Carajo, no pensé en eso, aunque nadie se atreverá.
Apenas termino la cena nos reunimos mi padre, Emmet, Eleazar y Jasper. Las noticias no son buenas. Entre
los presentes estaban Sam y Jake, Laurent, James y Garrett.
-pensé que traerías a Bella, ella conoce mejor que nadie sus tierras. Su
opinión habría sido invaluable- dijo Eleazar.
-no dijeron nada sobre traerla. Pero si es necesario puedo mandar por ella-
dije suplicando que no fuera así, esperaba ver
a Victoria antes de irme.
-no, nos arreglaremos sin ella, la verdad mientras antes terminemos antes
me regreso a casa, no quiero dejar a Alice sola, ha estado un poco más animada
desde hace un par de meses y no quiero que se ponga mal de nuevo- dijo Jasper
con cara de imbécil.
Estaba enamorándose rápido al parecer.
-vaya vaya, quien viera al rompecorazones Jasper suspirando por su
mujercita- dijo Emmet mientras nos reíamos.
-calladito cuñado, que ya te vi acariciando la prenda de mi hermana- dijo
el rubio.
Mi hermano se puso serio.
-bueno terminemos con esto de una vez- dijo Emmet mirándonos.
-los reportes indican que en Vulterra no están, pero aun no sabemos donde
se esconden- dijo Laurent
-mi gente ha estado patrullando las cosas de las tierras que tengo, por ahí
no han salido o entrado, donde sea que están no es mi territorio el punto de
entrada- dijo Garrett.
-ni el mío- dijo James.
-pues por mi territorio no es, tengo apostados hombres en cada posible
punto, cada uno de ellos son fieles, no dejarían pasara nada- dijo Laurent.
-si no los encontramos no podemos hacer nada- dije-
-bien, pasemos a los planes de acción- dijo mi padre.
Tras dos días de organización y elaborados planes por fin estaba libre para
seguir mi camino.
Como al inicio mande a mis hombres por delante y después de despedirme de
todos fui directamente a donde mi amante estaba. Pase la noche con ella. No
hubo platicas ni planes, solo sexo. Parte de la noche la tome. La otra parte me
la pase en blanco mientras ella dormía. Pensando en mí esposa. En lo que
pasaría sí se enteraba.
Pero… ¿Cómo podría enterarse?
De mil maneras.
Recorrí los pueblos a velocidad rayo, solo nos quedábamos para dormir y
comer.
Pasaron solo diez días y estuve de nuevo en brazos de victoria, antes de
partir con mi esposa. Pase la noche con
ella de nuevo. Para cuando el sol salió monte mi caballo y partí a mi casa, a
mi esposa, a mi deber.
Llegue al anochecer.
-señor qué bueno que regreso. Su esposa está enferma- dijo Greta apenas
cruce la puerta.
-¿Cómo que enferma? Me fui quince
días. ¿Qué paso en mi ausencia?- pregunte mientras la mujer corría detrás de
mí.
-la señora se ocupo de todo, la despensa, fue a hablar con los matarifes,
la revisión de ropa y todo lo que su mama hacía a lo largo del año su esposa lo
hizo en doce días. Pero ayer en la mañana insistió en salir a pasear. Al parecer
los guardias la perdieron por un rato, cuando la encontraron estaba
inconsciente. Los muchachos encontraron Bayas verdes en sus manos. Nadie le
dijo que son venenosas. El hierbero del pueblo ya la reviso pero aun no
despierta- dijo la mujer mientras llegaba hasta la puerta.
Mande buscar a su hermana. Bueno en
sí ya estaban de camino pues le quise dar la sorpresa a mi esposa de que tanto
Rose con Alice estuvieran para noche buena. Mis padres se quedarían con Eleazar
y su esposa.
Malditos arbustos de bayas verdes. Los deje porque a Victoria le gustan las
flores. Es la única región donde crecen.
Me quede a su lado.
No despertó ese día.
Ni el siguiente…
O el que le siguió a ese…
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