martes, 6 de marzo de 2012

Entre el amor y la guerra



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10.- Amor ¿sentimiento o ilusión?



Edward pov

-bueno ya terminaron sus compras ahora es nuestro turno de escoger las actividades para la semana que empieza- pidió Jasper el sábado en la noche mientras cenábamos todos juntos.

-me parece justo, pero antes de eso me gustaría decirles algo- dijo Rose apenas su hermano termino de hablar.

Alice y Bella se miraron sin poder evitar reírse. Algo estan tramando de nuevo.

-¿bueno nos dirás o debemos adivinar?- se quejo Emmet con la paciencia del tamaño de una termita.

-estoy esperando…- dijo Rose mientras las mujeres presentes se soltaban a reír de plano.

Jasper se quedo callado. Mire a mi hermano esperando encontrar la cara de asombro. Pero no había entendido aun. Idiota.

-¿esperando que?- pregunto todavía mientras su mujer lo asesinaba con la mirada.

-un hijo Emmet, estoy esperando un hijo tuyo- dijo antes de arrojarle la servilleta algo molesta.

Y esta vez mi hermano entendió y su expresión fue impagable. El tipo quedo blanco.

-es oficial, debemos ir de compras para la ropa del bebe, tus vestidos de maternidad y más cosas que vas a necesitar- anuncio Alice mientras Jasper ponía cara de derrota.

Y empezó otra semana que se convirtió en tres, en que lo único que hicimos fue cargar paquetes de tela, encaje, zapatos y solo ellas sabían que más. Así pasamos el primer mes y medio de nuestro viaje.

-esta noche iremos al teatro, les gustara y tendrán oportunidad de ponerse los vestidos que les confeccionaron antes- dijo Jasper durante el desayuno.

-Si me agrada la idea. Aunque nunca he ido a una obra parisina. Las únicas a las que Bella y yo asistimos fue  una en España y otra en Londres- dijo Alice.

-cierto y la de Londres no la terminamos porque Jake nos saco antes… no me acuerdo porque- dijo mi esposa.

Mi expresión cambio. Aun recordaba el altercado de cinco noches atrás.

Recuerdo

-así… muévete más… estoy por….- y solo la escuche gritar mientras me vaciaba en ella y se contorsionaba debajo de mi cuerpo.

Excitada y satisfecha.

Escucharle pedírmelo así mientras su voz se afecta por el orgasmo es alucinante… me pone bruto… y lo hace con toda la sensualidad de la que es capaz. Lo empezó a hacer la segunda noche que saco un infernal modelito de encaje que solo cubría los senos y las caderas con una tela apenas más opaca que el resto del conjunto. Yo juro que esas prendas son confeccionadas en el infierno para hacerme pecar.

 Y mi esposa es una diablesa enfundada en ellas.

No hay más pena. Me dice exactamente lo que quiere y me hace lo que se le da la gana. Y yo me dejo, porque no hay nada en este mundo que no haga por ella. Sobre todo si me lo pide mientras me mata con su vagina sobre mi verga. Aunque lo único que pide estando ahí es que me mueva más rápido o que apriete mas o incluso que la toque.

Apenas se dejo caer sobre mí la abrace.

-¿Qué es eso que querías pedirme?- pregunte cuando mi respiración se hizo normal.

-bueno, cuando estábamos en el castillo accediste a que Sam regresara al castillo, pero me gustaría que también Jake lo hiciera. Es un amigo y lo extraño- dijo con un susurro.

-no- dije mientras un sentimiento de posesión me invadía.

-pero esposo… ¿por qué no? tu mismo dijiste que necesitaba protección y no hay nadie en este mundo que pueda hacerlo mejor que ellos- dijo mientras se sentaba y se cubría con la sabana.

-yo puedo hacerlo mucho mejor que ellos y sabes que no me agrada tu “amigo”- respondí vistiéndome con el pantalón a mi vez.

-no me gusta como dices la palabra amigo y sé que tú me cuidarías mejor. Pero no estás siempre en casa, en cuanto regresemos te perderás no se por cuantos días y me quedare de nuevo sola en el castillo, nadie mejor que ellos para cuidarme- insistió.

-te he dicho que no y si todo este teatro de la cama fue para conseguir eso, te fallo- dije molesto.

Su mirada cambio. Se puso sería. Como ese día en el bosque cuando insinué que no era doncella. Sin decir nada más se giro dándome la espalda. Me sentí como un gusano. Ella es honesta yo en cambio soy un maldito bastardo infiel.

Y lo soy porque en cuanto menciono el asunto de los viajes pensé en ver a mí amante. Me acosté a su lado. No quise tocarla.

No quise incomodarla con mi presencia en cuanto escuche el primer sollozo, no me atreví a consolarla porque es mi culpa que este así. Me levante de nuevo y salí de la habitación.

Regrese muchas horas después.

Con algo más que unas copas encima.

Me senté en el sillón frente a la cama, frente a ella. Dormía aun desnuda. Nunca le había dicho algo así desde que estamos casados, no habíamos tenido un desacuerdo o algo de ese tipo. Siempre accede a todo lo que yo pido, me hace feliz en la cama y fuera de ella.

¿Por qué no acceder a su petición?...

Porque me da coraje que ese tipo la toque, se acerque o la mire siquiera.

Pero de verla tan triste y ofendida por mi comentario me fue suficiente para acceder a su petición, pero no se lo dejare saber. No aun.

Fin del recuerdo

-fue porque los tipos de las butacas de atrás no dejaban de mirarte. No se aguanto y nos saco- agrego Alice.

-cierto… ya me acorde- dijo sin mirarme -entonces al teatro ¿Qué veremos?- pregunto mirando a su cuñado.

-una obra donde el esposo engaña  su esposa y esta última se entera y… no les diré el resto, tiene que verla- dijo Jasper mientras mi mirada se quedaba sobre él.

-vaya, suena interesante…- dijo Bella mirándonos a todos.

Pero su expresión es de seriedad.

¿Sabrá algo?

Claro que no, estoy poniéndome paranoico.

La maldita culpa.



Bella pov

-no me gusto la obra- dije apenas salimos.

-¿Por qué?- pregunto Alice.

-porque el esposo no solo le mintió a su esposa, sino que compartió cosas que se supone solo deben compartirse en matrimonio. Además no entiendo porque ella lo perdono. Él no lo merecía- dije.

-es algo bastante común Bella, el matrimonio no siempre es respetado, a veces porque no hay amor entre los cónyuges o porque el hombre es un desgraciado o simplemente por otros motivos- dijo Jasper.

-que sea común no significa que sea correcto, está jugando con los sentimientos de su esposa, no me parece que sea justo, además ¿Cómo hace eso si se supone que la ama?- dije de nuevo.

-¿entonces si Edward alguna vez te engañara…?-

-no quiero seguir con esto, eso no pasará Emmet- dije mirando a mi esposo.

Por primera vez tuve miedo. De que alguna vez no sea suficiente para él y busque en otro sitio. En otra mujer.

-pero ¿tú lo perdonarías…?-

-Emmet ya déjalo, no quiere hablar más de esto y yo tampoco- dijo mi esposo bruscamente, abrazándome muy fuerte después.

Apenas llegamos al hotel me desnudo y me hizo el amor de forma tosca, casi salvaje. No me queje pues me gusta un poco su lado animal pero si me tomo por sorpresa, usualmente lo hacemos así después de un par de juegos de palabras y de caricias.

Esta vez se lanzo de lleno.

-¿hay algo que te moleste? ¿No te pareció lo que dije al salir del teatro?- pregunte cuando después de la segunda vez se quedo quieto sobre mí.

No me hablo como otras veces. Solo se quedo tratando de regularizar su respiración.

-no Bella, no es algo que hayas dicho tu… es que no me pareció que la obra fuera la adecuada. Me asegurare que Jasper escoja mejor lo que vemos- dijo con poca convicción.

-¿tu…? Bueno quiero saber si tu… hum… ¿alguna vez has pensado en…? No importa. Estoy loca- dije cuando no pude externar mis miedos.

Es una estupidez. Él no me engañara, no me lastimara de ese modo.

Él es mío, solo mío.

Edward pov

Para cuando por fin Bella se durmió mi cabeza era un hervidero de cosas, la culpa es la que reina.

¿Qué hacer con mi amante?

¿Cómo mirar a mi esposa ahora?

Sobre todo porque ya sé con certeza lo que piensa de la infidelidad. Dios, si se entera no me perdonará nunca. La perderé para siempre, aun si se queda a mi lado.

Pasaron dos semanas más antes de regresar a casa. Nuestras vacaciones se habían terminado. La cantidad de baúles que entre las tres mujeres tenían ahora son una locura, siendo mi esposa la que más tiene de todas.

Otra consecuencia de mi complejo de culpa.

Lo que vio le compre. Vestidos, zapatos, lencería, joyas, muebles, cortinas, un comedor completo etc. Aunque de todo lo único que pidió fueron los zapatos y los vestidos. Como en el viaje de ida, el de regreso estuvo cargado de pasión, solo salíamos para comer.

-¿crees que eso te hará ganar su perdón cuando se entere?- pregunto Emmet cuando los sirvientes descargaron todo en el castillo.

-no me jodas ahora Emmet- pedí

-¿Cuándo vas a terminar con aquella? ¿Qué esperas para respetar a su mujer? Eres un imbécil. Lo sabrá y cuando eso pase te vas a lamentar el resto de tu vida- dijo antes de entrar al castillo

Sé que tiene razón, sé que debo terminar con Victoria pero el amor que aun siento por ella no me deja. Ahora estoy dividió entre mi amor por mi amante y el amor por mi esposa. Porque eso lo sé con certeza. La amo.

-vaya, me sentiré tan sola ahora que se han ido- dijo Bella tres noches después de nuestra llegada.

Rose empezaba a superar los vómitos y su vientre por fin se hacía visible con cuatro meses. Por lo que decidieron irse cuanto antes.

-lo sé, si quieres puedo llevarte a casa de Alice mientras estoy de viaje. Estamos a mediados de febrero, no regresare hasta principios de abril. Es mucho tiempo para que te quedes sola- sugerí.

-Llévame contigo- dijo.

-¿Qué?…. No Bella. Son días de viaje a caballo, con carruaje tardaremos una eternidad-

-no dije que iría en carruaje, sabes que puedo cabalgar como tú, solo necesito que digas que sí. Por favor, no me dejes sola por tanto tiempo- pidió arrodillándose sobre la cama frente a mí.

-no es un viaje apropiado para ti, será pesado y siempre está el riesgo de que nos ataquen. Si no los hombres de Masen cualquier banda de ladrones. Es muy peligroso para nosotros mucho más para una mujer ¿Sabes lo que pasaría si te capturan?- pregunte esperando que eso la desanimara.

Aunque es más que obvio que yo no dejare que nadie le toque un cabello.

-si… perderían su hombría bajo mi espada- dijo dándome la espalda.

Esta molesta. Genial.

-lo siento Bella, la respuesta es no. Y no cambiare de parecer, además Jacob está por llegar- dije para quitarle el enojo.

Y funciono. Se giro hacía mi de inmediato.

-¿Jake? ¿Mi Jake?- pregunto antes de sonreír de oreja a oreja y lanzarse sobre mí.

-¿desde cuándo es tu Jake?- pregunte molesto.

-no seas tonto, es solo una manera de decir que sí es el Jake que yo conozco-

-¿y cuál otro podría ser?- dije sin cambiar mi humor.

-te vas mañana ¿cierto? ¿De verdad quieres pasar esta noche enfadado conmigo? ¿no prefieres desnudarme?- pregunto mientras se quitaba la bata dejando al descubierto la lencería infernal.

La de hoy es de encaje morado con bordados en hilo rosa, solo en los senos y uno más grande adelante y otro atrás cubriendo apenas lo esencial. Me olvide de todo lo que no fuera tomarla hasta cansarme.

Lo cual no sucederá esta noche.

Para cuando partí llevaba la firme idea de dar por terminado mi romance con Victoria.

La amo pero no como a mi esposa.

Ya no.

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