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Capitulo 5.- ¿amigos?
Bella pov
-entonces ¿me llevas?- pregunte a Carmen una mañana.
Trataba de convencerla de darme una vuelta por el pueblo.
En los dos meses que llevo aquí, he tenido tiempo de recorrer el castillo completo, excepto la torre que mi esposo me prohibió nada amable y con gritos desproporcionados como siempre, una mañana cuando mis pies me llevaron hasta esa escalera en particular.
-señora no necesita pedirme nada, claro que la llevo, pero no le agradará al señor-
-bueno la verdad no creo que se dé cuenta. Me ignora bastante hasta que es hora de… ya sabes… cumplir con el deber- dije sarcástica.
Recordé la noche anterior. Aunque ya no es tan molesto tenerlo encima, las cosas siguen igual. Un poco de calentamiento previo, por cierto cada vez menos y en cuanto se libera él, me libera a mí de su presencia.
Ya no me besa
Nunca.
-le llevare a casa de mi hija, seguramente estará ocupada con los niños- dijo mas para sí que para mí.
-¿tienes una hija en el pueblo?-
-si señora, vivo con ella- dijo.
-espera ¿no vives en el castillo?- pregunte.
¿Cómo es posible?
Es la primera persona que veo en la mañana y la ultima por las noches, después que Edward se marcha. Ella es quien me seca el cabello cuando yo salgo de la tina.
-ninguna mujer vive en el castillo más que usted, solo que nosotras llegamos muy temprano. Antes si teníamos habitaciones en la parte de atrás pero después que… el señor enviudo ninguna de las mujeres quiso regresar a vivir. Ahora es más un castillo de hombres que otra cosa- dijo con un tono que implicaba más de lo que decía con palabras.
-¿y tú? ¿Por qué no vives en el castillo? Te sería más fácil atenderme si estás ahí- dije.
-mi hija mayor tiene niños pequeños Señora, así puedo ayudarla por las noches para que ella descanse un poco, Embry tiene seis años lo intenta pero aun es muy pequeño y Leah la única niña es muy chiquita, apenas tiene tres años. Además hace un mes que tuvo otro niño al que aun no le ponen nombre, así que como ve vivir con ella es mejor- dijo sonriendo.
-bueno, entonces si no te molesta y a ella tampoco pasaremos el día en su casa y comeremos allá. ¿Podrías buscarme un par de jóvenes para que me atiendan?- pregunte
-¿no quiere que yo siga atendiéndola?- pregunto deteniéndose por completo en la puerta de la cocina.
-claro que seguirás atendiéndome, pero no es necesario que estés de tras de mí todo el tiempo, si tengo otra chica tu podrás pasar más tiempo con tu hija y ayudarla más. Además solo te necesitaría por las noches…- dije sugerente.
-señora es el segundo mes y su periodo esta por terminar… pienso que esos baños que se da cuando el señor se va es lo que no le deja concebir. Trate algo diferente. No lo haga por un mes. Si no se embaraza sabremos que no es ese el motivo. El señor no lo sabe, si se entera se puede poner furioso. Le urge un hijo. No le dé motivos para enfadarse- dijo tomando mis manos.
Quizá tiene razón. Si le doy el hijo que tanto quiere quizá dejara de visitarme cada noche. Podre dormir tranquila por fin.
-bien lo haré. En todo caso si por fin quedo… ya no será necesario… ya sabes, que se sacrifique cada noche- dije con tristeza.
Me miro un momento sin decir nada. Me condujo a la cocina.
-prepáreme por favor algo de carne, queso, vino, pan y papas para varias personas. Y lo pone todo en una canasta. Comeré fuera- dije al cocinero.
-¿y quién lo ordena?- pregunto altanero y bastante ebrio.
No es viejo, más joven de lo que supuse seria el cocinero, unos 35 años a lo mucho.
-yo- dije sin inmutarme.
-que retoce en la cama del señor todas las noches no significa que tiene derecho a mandar en mi cocina. Irina, la prostituta del pueblo, también duerme con él las mismas veces y no viene a darme órdenes. Así que regrese a su habitación a esperar al señor. Ese es su lugar. En la cama y con las piernas muy abiertas- dijo casi escupiendo las palaras.
-¡¡¡James!!! ¡¡¡Estás hablando con tu señora!!! ¡¡¡Te matare por esta ofensa!!!- grito desde atrás de mí un hombre.
Me gire y apareció un tipo enorme, alto y enorme, me recordó algún tipo de oso de los que había en el bosque verde de las tierras de mi padre. De cabello negro tan cortó que parecía apenas una fina capa de pelusa. Ojos pequeños pero fríos, letales.
-¡¡¡Emmet!!! ¿Qué pasa aquí?- entro en ese momento Jasper con la espada desenfunda.
-¡¡¡este perro miserable le ha faltado el respeto a la señora y lo mataré por eso!!!- dijo el tipo caminando decidido y con la espada en la mano.
-No, por favor no lo haga… no es necesario- pedí interponiéndome en su camino.
-pero Señora…- me hablo con un tono de voz que ni mi esposo usa.
Me hablo como Mike lo hace cuando trata de consolarme por alguna caída. Me hablo con amor. Con amor de hermanos y ni siquiera me conoce.
-de verdad… no es necesario. No quiero que Edward se enfade con usted- dije antes de sonreír débilmente y marcharme.
Subí a mi recamara apenas conteniendo el llanto ante tal humillación. Para cuando Carmen fue a buscarme pretexte no estar de humor para salir. Las palabras de ese hombre me había hecho mucho daño pero… no hay quien de verdad pueda culparlo. Su señor me trata igual de mal solo que de otra forma.
“Irina, la prostituta del pueblo también duerme con él las mismas noches” esa frase sigue dándome vueltas. Mi esposo sale de mi cama para meterse en otra. La de una prostituta. Eso es aun más humillante.
Jacob jamás me haría algo así… pero mi esposo no es Jacob. Y nunca lo será.
La noche cayó y con ella mi esposo regreso para hacer lo que siempre hacía. Se marcho igual que siempre. Me quede llorando igual que siempre.
Edward pov
-¿me quieres decir porque no me informaste de la situación con James?- pregunte a media mañana.
Emmet me conto todo mientras revisábamos unos planos. Ahora entendía por qué James estaba tan maltrecho. Jasper solo me miro con enfado mientras mi amigo me relataba la manera como mi esposa fue insultada y de paso informada de mis… actividades nocturnas.
-no le vi el caso. Si usted no me respeta ¿Por qué espera que sus súbditos lo hagan?- pregunto sin mirarme.
Con esa tristeza que me desespera.
Con los días que ha pasado viviendo en el castillo me he acostumbrado a verla caminar por el lugar, entrando en cuanta puerta, abierta o que logra abrir, encuentra. A veces en la almena de alguna de las torres con su cabello volando al viento, a veces tratando de controlarlo cuando el aire es demasiado fuerte, a veces dejándolo hace su voluntad.
La vi cruzar el patio cada mañana, mientras entrenaba con mis hombres y caminar directamente a donde Divina esta. Vi a Sam sonreír como estúpido cada que ella llega y a ella sonreír cuando le da las riendas de la yegua, montar el animal mientras le cuenta solo ella sabe qué.
Pero de eso ya hace una semana y media. Una semana y media en que miro la puerta por donde suele salir. Una semana y media donde me quedo parado apoyado en la cerca del ruedo de entrenamiento esperando verla pasar, esperando verla. Y ella no aparece. Eso es por el día.
Por la noche es peor. Apenas cruzo la puerta de su recamara ella se pierde en algún punto del techo. No me mira, no dice nada. Es como tomar una almohada y probablemente la almohada reaccione un poco más.
-tienes razón… pero es algo que no sucederá de nuevo, mi gente te va a respetar porque eres la señora del castillo- dije regresando al presente y regresando la atención a la mujer frente a mí.
Sentada junto al fuego. Con la mirada en las llamas.
- la señora del castillo… Curiosas palabras. ¿Y como le llama a Irina? ¿Prostituta? ¿Y qué es lo que nos hace diferentes? ¿Qué ella se acuesta con más de uno? ¿O que con ella pasa toda la noche mientras que conmigo…?- suspiro deteniéndose- Sí ha venido para lo de siempre empecemos de una vez, así puede ir más rápido con ella- dijo sin elevar la voz.
Me quede de pie clavado al sitio.
Mi esposa sabe más de lo que pensé. Y lo peor es que escuchándola hablar de las diferencias entre la prostituta del pueblo y ella, mi mujer, me di cuenta que así es como la estoy tratando.
-¿estás reclamándome por no pasar más tiempo contigo en la cama?- pregunte sin estar seguro si sus preguntas van dirigidas a eso.
-¿de verdad quiere hablar? Pensé que tener un hijo es más importante que lo que yo pueda reclamar, querer o pensar- dijo mientras se quitaba la ropa y se metía en la cama.
-Isabella… te veo mañana, cuando no estés así- dije.
Para ser honestos sus palabras me han enfriado y de qué manera. Me quede un rato en mi recamara tratando de escuchar algún sonido arriba, pero no hay nada, decidí sin perder más tiempo ir a donde Irina esta.
Me detuve a la mitad del camino. Ahí estoy yendo a donde la prostituta para satisfacer lo que mi esposa estaba ofreciéndome antes de dejarla desnuda y esperando. Me gire sobre mis pasos.
Al acercarme al castillo algo me hizo mirar hacia arriba.
Mi esposa me miraba desde el balcón de su habitación, con una manta sobre su cuerpo y su cabello volando al viento.
Y así es como confirmo mis idas. Estúpido, desde ese balcón se ve el pueblo. Y la casa de Irina es de las primeras. Me quede ahí de pie mirándola. Después de unos minutos entro.
-¿Cuánto más seguirás dañando a tu esposa de esa manera?- pregunto detrás de mí.
-no te metas Emmet, no es asunto tuyo- dije molesto.
-tienes razón, no lo es. Pero desde que ella llego no eres el mismo. Últimamente no entrenas bien, no te concentras en los problemas del clan. Estas más despistado que de costumbre. Y es desde que ella dejo de salir. Mira Edward, cuando jure serte fiel y servirte eras un hombre diferente. Sé que lo de Kate te dejo destrozado pero ahora tienes una mujer nueva, una buena mujer. O cambias esta absurda actitud con ella o tú y yo tendremos problemas- dijo no sin antes sacudirme un poco de manera física.
-¿y qué tienes tú que reclamarme sobre mi esposa? ¡¡¡Es mi esposa!!!- dije molesto.
-exacto, es tu esposa, trátala, respétala y amala como eso precisamente, eres un perfecto imbécil. Y cuando esta esposa te odie y termine alejándose o peor aun muriendo como la anterior no te alcanzará la vida para arrepentirte-
-¿y porque ha de morirse?-
-¿hace cuanto que no baja al comedor con todos nosotros? ¿Le has preguntado a Carmen si está comiendo algo? ¿Te has informado de cómo ha estado estos días? ¿Te interesa siquiera?- me acribillo con preguntas.
-aléjate de mi esposa Emmet, no es asunto tuyo- dije con los dientes apretado y tratando de no caerle a golpes.
-no me alejare… es mi señora y la tratare como lo que es. Y me mantendré cerca por si otro de tus hombres se le ocurre tratarla como lo haces tú- dijo antes de darse la vuelta y marcharse.
Con todos sus reclamos que son casi una copia de los que Jasper me hiciera en la tarde, me fui a mi recamara. Tarde mucho más de lo normal en conciliar el sueño.
Para la tarde siguiente encontré a mi esposa con la sonrisa que hacía mucho no veía en su rostro platicando con Emmet. Ella en el lomo de Divina y Emmet caminando a su lado llevando al animal. Pero no fue el único que pareció estar pendiente de ella. Para cuando cruzaron el patio Jasper se acerco y la tomo de la cintura bajándola.
Ella sonrió de nuevo.
Los tres caminaron hasta donde unos hombres entrenaban, los hombres que Jasper entrenaba. Los cuales apenas la vieron llegar se detuvieron y se acercaron a saludarla. Uno de ellos incluso le regalo una rosa del jardín que estaba a un costado del ruedo. Sonrió de nuevo mientras la tomaba.
Se quedaron ahí, platicando de sabrá Dios que.
¿Desde cuanto mi esposa, mi primo y mi amigo son amigos?
¿Son solo amigos?
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en cap,genial como siempre,pero por fa no tardes tanto en publicar,gracias,besos Emma
ResponderEliminarhummmm este edward no me gustaaaa, me cuesta imaginarlo tan frio e insensible, espero que con el tiempo ese corazón vaya calentandose
ResponderEliminarrayos que hombre tan duro y encima celoso ,me encanta cada vez mas la historia,besos nenas...
ResponderEliminarYo podré amar mucho a Edward, pero se esta comportando como un completo idiota y la verdad estoy orgullosa de que Emmet y Jasper la traten como una dama y señora, creo que Edward debió correr a James o cortarle la cabeza! En fin espero leer el POV Bella de estos acontecimientos xq muero por saber como es que ellos se acercaron a ella. Te leo pronto! Xo
ResponderEliminarMe gusta mucho este fic..por favor sigan escribiendo.MARTHA DE PERÚ
ResponderEliminarestá genial la historia, Edward es un completo idiota, espero que pronto empiece a cambiar de actitud y deje a la zorra de Irina ¿con qué derecho se siente celoso?
ResponderEliminarcariños.