miércoles, 9 de enero de 2013

Cowboy de mi Corazón



                             Capítulo 20:                   Puntería óptima


-¿Creéis que tendremos anuncio oficial de boda?- preguntó Jasper, muerto de curiosidad.

-Parece ser- aprobó Edward -sino no es así... ¿para qué vendrían los padres de Nessie?-.

Bella asintió con la cabeza; hacía casi una semana que Jake se había ido a Tucson; no les había contado mucho, pero lo que si les dijo es que les esperaba una sorpresa a su vuelta. Carlisle y Esme se habían ido a buscarlos al aeropuerto de Houston, y los esperaban para cenar.

-Ya era hora de que Jake se casara- exclamó Emmet, cogiendo un botellín de cerveza y cruzando las piernas encima de la mesa.

-Será la gran noticia del pueblo durante lo que resta del verano- murmuró Rosalie, mientras cogía al pequeño Owen -los solteros de oro de Huntsville caen cómo moscas- dijo con una risita.

-¿Quienes son los solteros de oro?- preguntó curiosa Alice, dejando la bandeja y sentándose en el amplio patio del rancho, al igual que el resto de la familia.

-Los hermanos Cullen- dijo con una sonrisa maliciosa.

-Vaya- masculló Bella, entre dientes -medio condado nos debe odiar- Edward miró a su pequeña de manera insinuante, lo que provocó que ésta le diera un suave golpe en el pecho.

-Creído- le sacó graciosamente la lengua.

-No somos los solteros de oro- se defendió Jasper -pero sí los mas codiciados- añadió con voz sugerente y levantando las cejas, en un gesto seductor.

-El ego Cullen sale a relucir- le contestó Alice, mirándole entre retadora y divertida. El resto de los hermanos y sus respectivas parejas reían divertidas ante la batalla dialéctica que empezaba.

-Todavía no has comprobado de lo que es capaz mi ego, señorita Brandon- la picó Jasper.

-Y a este paso, no tendrás la oportunidad, así que te sugiero que te portes bien- le previno, intentando aparentar una postura seria.

-Uhhhhhhh- suspiró cómicamente Emmet -tiene carácter- le dijo a su hermano, conteniendo la risa.

-Eso es Alice- la animó Bella entre risas, chocando sus manos.

-Así se habla- replicó Rosalie, con una sonrisa de suficiencia. Todos reían divertidos, pero el ruido de dos coches hizo que todos se dirigieran a la puerta principal. Esperaron a que sus ocupantes bajaran; las chicas rodearon a Nessie, abrazándola sin parar; la habían echado mucho de menos.

-Hermano- Edward fue el primero que abrazó a Jake; la felicidad se reflejaba en el rostro del hermano mayor de los Cullen, que correspondió a los abrazos de todos. Una vez se separaron, Jake tomó la palabra.

-Señores Rale, ellos son mis hermanos y cuñadas; chicos, os presento a los padres de Nessie- presentó de manera general.

-Es un placer conoceros en persona; Jake y vuestro padre no dejan de habar de ninguno de vosotros- dijo el señor Rale, después de que él y su esposa saludaran a tan numeroso grupo.

-Cosas buenas, espero- contestó Jasper -si necesita averiguar trapos sucios de mi hermano, no dude en preguntarnos- la cara de Jake era todo un poema... sus hermanos no podían estarse calladitos.

-Conocemos todos y cada uno de sus secretos- añadió Edward, picando a su hermano mayor, ante las risas del resto.

-Lo tendré presente- rió el padre de la joven -Carlisle, menuda tropa tienes en casa-.

-No lo sabe usted bien- murmuró el patriarca, con cara de resignación -pero pasad, por favor; estáis en vuestra casa- todos se dirigieron hacia el patio, dónde ya estaba la mesa puesta, esperando a sus comensales.

La cena transcurría en medio de un divertido y relajado ambiente; Jake y Nessie decidieron esperar a los postres, para soltar la noticia. Desde que el joven supo que iba a ser padre, apenas podía parar de sonreír... los padres de su novia sabían que se iban a casar... pero no lo del embarazo.

Todavía recordaba la mirada inquisidora e interrogante cuándo la joven prácticamente le ordenó que pasara al interior de su casa, minutos después de que le contestara sí. Obviamente, Stanley y Kelly Ralle habían recibido a una hija dolida y deprimida, y se imaginaban que la causa era ese joven ranchero texano.

En ese momento, el carácter bromista y despreocupado del joven se esfumó cómo por arte de magia; sentía sobre su persona la mirada inquisidora de los que ahora eran sus suegros. Mientras, ella le explicaba a sus padres que habían estado saliendo por un tiempo en Huntsville, pero que habían tenido una pequeña diferencia de opiniones. Stanley y Kelly Rale no disimularon su sorpresa cuándo su hija mencionó que se iban a casar; le preguntaron si estaba completamente segura, a lo que la joven respondió de manera rotunda.

-Estoy completamente segura; le amo- su corazón brincó de felicidad al recordar las palabras de su ahora prometida; los señores Rale observaron los ojos de su hija, brillando de felicidad, y dieron su bendición a la pareja... y la bienvenida al joven a la familia Rale... pero las palabras de su suegro le dejaron descolocado.

-Muchas felicidades hijos... espero que pronto llenéis esta casa de nietos- esas palabras dejaron descolocado a Jake... pero por la mirada que le dedicó Nessie, comprendió que la joven no había dicho palabra alguna del embarazo. Ella le explicó, después de que sus padres les dejaran a solas de nuevo, que prefería decirlo a ambas familias a la vez.

-Bien- Carlisle rompió la concentración del joven; no se dio apenas cuenta de que Bella, Esme y Rose empezaban a retirar los platos... ¿ya iban por los postres? -suponemos que tenéis buenas noticias- exclamó feliz y jovial, mirando a su hijo mayor. Jake y Nessie se sonrieron, tomándose de las manos.

-Así es... le he pedido a Nessie que se case conmigo... y ella me ha dicho que sí- anunció. El resto de comensales estallaron en silbidos y aplausos, mientras que el patriarca se levantaba y abrazaba a su hijo.

-Enhorabuena hijo... que alegría tan grande- le susurró mientras le abrazaba.

-Así se hace, hermanito- le felicitó Emmet, imitando el gesto de su padre. Sus hermanos pequeños también le felicitaron, al igual que Esme, quién apenas podía retener las lágrimas.

-De modo que oficialmente, vas a ser una Cullen- dijo Jasper, acercándose a Nessie.

-Una Black- le corrigió ésta, sonriendo.

-Bah, Black y Cullen significan los mismo... bienvenida a esta familia de locos- la joven correspondió a los abrazos de sus cuñados y cuñadas.

-Por fin otra chica en la familia- exclamó Rosalie, a lo que Bella le dio la razón.

-Yo creo que ya somos cuatro- corrigió Nessie, mirando a Alice.

-Poco a poco- le previno ésta, sonriendo. Las jóvenes se arremolinaron en torno a la pelirroja, admirando el anillo.

-¿Cuándo será el feliz acontecimiento?- interrogó Edward a su hermano, una vez se sentaron todos, para degustar el postre que su pequeña había preparado.

-En unas tres semanas- les explicó -queremos una boda civil, pequeña e íntima-.

-Sólo familia y los más allegados- añadió Nessie.

-Qué prisas- se quejó de manera graciosa Jasper -con lo que me gustan las grandes celebraciones-.

-Dudo mucho que recuerdes algo de la nuestra- le picó Emmet -te bebiste hasta el agua de los floreros- Edward contuvo la carcajada, pero Bella y Alice no la pudieron reprimir.

-Gracias por tu discreción... esas cosas no se cuentan- se cruzó de brazos.

-A nosotros nos gusta así- se defendió Jake -y queremos casarnos antes de que termine el mes de agosto-.

-Cualquiera diría que Nessie está embarazada- refunfuñó Jasper entre dientes... pero el silencio que se instaló entre la pareja dejó a todos patidifusos.

-Jake...- le instó Edward a su hermano... pero el sonrojo de la joven confirmó las palabras de Jasper.

Emmet golpeó la mesa con el puño, soltando una pequeña carcajada. Los padres de la joven miraban interrogantes a su hija... y Carlisle miraba a su hijo, esperando qué dijera algo. Bella sonreía... otro sobrino... otro pequeño que corretearía por el rancho.

-Es cierto... esperamos familia; y antes de que nadie diga nada- advirtió, mirando al resto de comensales -cuándo le pedí que se casara conmigo, todavía no lo sabía; me lo dijo después- aclaró.

-¿Por qué no nos lo dijiste cuándo llegaste a casa?- le reclamó la señora Rale a su hija.

-Tenía cita con el médico para una revisión; iba a decíroslo después... pero...-.

-Pero apareció mi hermano, y todo se arregló- Nessie afirmó en silencio.

-Pues es una noticia estupenda- intervino Edward -otro miembro en la familia-.

-Dos- corrigió Jake, con una sonrisa de felicidad -la ecografía no dejaba lugar a dudas-.

-¿En serio?- preguntó Esme, llevándose las manos a la boca.

-Wau- silbó Jasper.

-No puedo creerlo- murmuraba Carlisle, todavía en trance -seré abuelo de gemelos-.

-O gemelas- añadió Rosalie. Todos se levantaron, para volver a felicitar a la pareja. Los padres de la joven, una vez recuperados del shock inicial, llenaron de besos a su hija, exultantes y felices por la noticia, al igual que Carlisle, que se fue hacia la cocina, a buscar dos botellas de champagne.

-Vaya vaya...- exclamó Edward -y pensar que jugando a los dardos no das nunca en la diana- dijo con una sonrisa maliciosa.

-Prometo no volver a dudar de tu puntería- juró Emmet de manera cómica -desde este momento, te has convertido en mi ídolo- Bella, Alice y Rosalie, incluso Nessie, no podían parar de reír, ante el sonrojo y el mosqueo de Jake.

-Calladitos estáis más monos- refunfuñaba el hermano mayor entre dientes.

-Vamos Jake, no te enfades... ¿nos apuntanos al campeonato de tiro de la feria de septiembre?- le preguntó Jasper, entre risas.

Justo en ese momento aparecía Carlisle, cargado con dos botellas de champagne y varias copas; Esme fue en su ayuda.

-Enhorabuena abuelo- le susurró con cariño, aprovechando que todavía estaban apartados del resto. Carlisle sonrió complacido, mirando a su familia, que hablaba y reía feliz, por el giro que habían tomado los acontecimientos.

-Espero que después me des la enhorabuena de esa forma que tú sabes...- Esme se sonrojó furiosamente ante la sugerente insinuación, pero se obligó a si misma a guardar la compostura.

-Carlisle, por favor- le reprendió en voz baja, mientras caminaban hacia la mesa. Éste simplemente le hizo un guiño cómplice, volviendo su vista hacia la mesa, dónde toda su familia estaba de celebración.

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Las dos semanas que precedieron a esa noche de noticias fueron las más frenéticas que se recordaban en el rancho desde la boda de Emmet. Nessie se mudó a la casa familiar, y sus padres también estaban alojados allí, ya que Carlisle no permitió de ninguna manera que se hospedaran en un hotel. La boda se celebraría en los jardines del rancho, al atardecer; Bella se ofreció a preparar el menú, con la ayuda de Esme, Rosalie y Alice; era su particular regalo a los novios, sobre todo para Jake. Los invitados apenas sobrepasaban la treintena; aparte de la familia y de los padres de Nessie, sólo estaban invitados Jenks y su esposa, los padres de Rosalie y Sam y los chicos que trabajaban en el rancho.

Durante esas dos semanas las conversaciones, sobre todo las femeninas, giraban en torno a vestidos blancos, menús de celebración y un largo etcétera de cuestiones relacionadas con la celebración del matrimonio.

Carlisle y Jake también hablaron con el arquitecto que idearía los planos para la futura casa de los recién casados, que al igual que la de Rosalie y Emmet, estaría dentro de las propiedades del rancho Killarney.

Por supuesto, también habría despedidas, tanto de soltero cómo de soltera. Nessie y Jake no querían, pero al final no les quedó más remedio que aceptar. Jake accedió a una cena con sus hermanos y los peones del rancho, y después irían a tomar unas copas, y punto.

La joven fue más dura de convencer que Jake, pero al final también tuvo que dar su brazo a torcer, y saldrían a cenar y a bailar una rato ellas cuatro y Jane, la recepcionista que trabajaba con Rosalie en su consultorio, y que había salido con las jóvenes alguna vez. La fecha de ambos eventos quedó fijada para el sábado anterior a la boda.

-Espero que no se os ocurra a venir a vigilarnos- le amenazó Rose a su marido, fulminándole con la mirada.

-¿Cómo piensas eso?- le reclamó éste, ofendido -nosotros también queremos divertirnos-.

-Precisamente porque os conozco, por eso lo digo- le contestó ésta. Rose le dejó con la palabra en la boca mientras se acercaba a su pequeño, que desde los brazos de Esme miraba curiosos el alboroto que reinaba en el hall de la casa.

-No des mucha guerra al abuelo Carlisle- le dijo a su pequeño, después de besarle unas cuantas veces.

-Pasadlo muy bien todos- les deseó el señor Rale.

-Tranquila hija; Owen estará muy bien aquí- la calmó Esme; era la primera vez que Rosalie dejaba a su bebé, y le costaba un poco.

-Tened cuidado- les previno Jasper a las chicas, a la vez que rodeaba la cintura de Alice con su brazo. La joven afirmó por décima vez con la cabeza; las cosas entre ellos iban despacio... pero iban por buen camino.

-En cuánto te sientas cansada, a casa- le ordenó Jake a Nessie, en un tono entre cariñoso y autoritario.

-Jake, tranquilo- le respondió ésta, con un suspiro de paciencia -sabes que no puedo beber-.

-No llegaremos tarde, prometido- acabó Bella por ella; Edward la abrazaba por detrás; su pequeña estaba preciosa con esos pantalones negros, sus zapatos de tacón del mismo color y el top de tirantes de color azul. Demasiado preciosa para su propia seguridad... pero se mordió la lengua. La dio la vuelta entre sus brazos, ganándose una de las sonrisas que más le gustaban.

-Espero que lo pases muy bien- le susurró, estrechándola más hacia su cuerpo.

-Y vosotros; seguro que disfrutáis de una noche sólo de hombres- murmuró ella, pasando los brazos por su cuello y dejando un pequeño beso en sus labios.

-Pero no bebas demasiado- le previno, en tono completamente serio -no estás acostumbrada, y te podría sentar mal-.

-Edward- suspiró cansada -ya sabes que el alcohol no me sienta muy bien, así que puedes estar tranquilo- le prometió.

-Y vosotros cuidadito- amenazó Alice a su pareja y cuñados -no sólo vais a ser vosotros los que nos prevengáis cómo a adolescentes- Carlisle y Stanley rieron ante el comentario de la joven.

Después de unos minutos más de recomendaciones y despedidas, por fin cada grupo se fue por su lado. Las chicas se dirigieron a un restaurante en el centro del pueblo, y los hermanos Cullen y el resto se fueron a un restaurante ubicado en la población vecina; después volverían a Hunstville para tomar algo.

Nessie y el resto disfrutaron de una agradable cena; aunque ella no pudiera probar el alcohol, se lo estaba pasando pipa, hablando de temas de mujeres y riendo sin parar. Jane se despidió de ellas nada más cenar, alegando que su marido se estaría volviendo loco con las niñas. Después de despedirla, se encaminaron hasta el pub irlandés que había en el pueblo.

-Estoy encantada- exclamaba Rosalie -desde que nació Owen, apenas piso la calle para ir al trabajo y a casa, y viceversa- las cuatro se encontraban en torno a una mesa, con las copas delante.

-Ya sabes lo que te espera, Ness- le previno Alice, con una sonrisa.

-Pero merece la pena- añadió Rosalie, esbozando una sonrisa mientras la imagen de su pequeño hacía eco en su mente. Bella las miraba con una pizca de envidia; le encantaban los niños, y en su interior deseaba que eso pasara con Edward algún día... pero primero debía estudiar, era muy joven.

-Pero basta de hablar de niños- exclamó Nessie, dando un sorbo a su refresco -esto es una despedida de soltera-.

-Cierto- alzó su copa Rosalie -y dado que vas a ingresar formalmente en la familia, bien está que las veteranas te demos algunos consejos- le explicó, señalándole a Bella.

-¿Consejos?- interrogó Nessie, mientras que Alice contenía la carcajada.

-No se ría tanto, señorita Brandon- la señaló graciosamente Bella con el dedo índice -que también van para usted-.

-¿Cómo van las cosas con Jasper?- le preguntó la homenajeada -veo que habéis avanzado mucho-.

-Salimos a menudo- les empezó a explicar -la verdad es que es sorprendente- Bella la escuchaba con una sonrisa -bajo toda esa socarronería y arrogancia...-.

-Cosa que te vuelve loca- puntualizó Rose, guiñándole un ojo. Alice rió divertida.

-Lo admito- se dio por vencida la joven morena -pero bajo todo eso se esconde un hombre atento y cariñoso... me trata muy bien, no me obliga a nada... y me hace sentir segura- Bella sonreía mientras la escuchaba, al igual que Rose y Nessie.

-Pero odio cuándo saca a relucir la sonrisita torcida para convencerme de algo- refunfuñó mientras rodaba los ojos.

-La marca de la casa- exclamó Rose entre dientes, pegando un sorbo a su bebida.

-¿Será algo que va en el paquete de los genes Cullen?- meditó Bella en voz alta, ante las risas de Nessie.

-Eso y el carácter bromista- añadió Alice.

-En ese aspecto, Jake se lleva la palma- apuntó Rosalie -aunque Emmet tampoco se queda corto-.

-Por no hablar de lo cotillas que son a veces- dijo Alice -Jasper me contó lo de Carlisle y Esme hace poco-.

-Jake me lo dijo también -saltó Nessie, con una sonrisa maliciosa.

-Tu novio siempre está al acecho, a ver si los pilla in fraganti- le confesó Rose a Nessie, a la vez que Bella reía a carcajada limpia.

-Me lo creo- rodó los ojos la aludida -seguro que el cotilleo también es una característica de los genes Cullen; esperemos que Owen y sus primitos no lo saquen- exclamó Nessie divertida, tocándose el vientre, todavía minúsculo a simple vista. Las jóvenes proseguían con la divertida charla; las copas también seguían su ritmo, y excepto Nessie, las jóvenes empezaban a notar los efectos del alcohol.

-Propongo un brindis- Rosalie se puso de pie, con su copa en la mano; Alice trastabilló ligeramente, y Bella soltó una sonora carcajada.

-Por nuestra amiga Nessie, que se une a esta familia de locos- la rubia intentó decir el pequeño discurso con algo de seriedad, pero Bella y Alice no estaban por la labor de contener las risas.

-Por el novio- añadió Alice -¿qué?; si el no va a buscarte no estarías aquí- le aclaró a Nessie, sin poder contener la risa.

-Por los hermanos Cullen- añadió Bella, trabándose un par de veces con la frase -porque sigan tan arrogantes cómo siempre- Alice asintió divertida, y las cuatro chocaron sonoramente sus vasos.

-Y ahora... hora de mover el esqueleto- anunció Rosalie.

-¿Y adónde vamos a ir?- interrogó Nessie.

-Podríamos ir al Mistic River- sugirió Bella, agarrando a Alice del brazo mientras salían del local -ponen buena música para bailar-.

-Es una buena idea- la secundó Rosalie.

-¿Seguro que no nos cruzaremos con ellos?- volvió a preguntar Nessie.

-Lo dudo, no les va mucho ese bar; seguro que terminan jugando al billar en el bar de Félix- Rose hizo un gesto despreocupado con la mano, de modo que hacia allí se dirigieron.

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Una hora después, los cuatro hermanos traspasaban las puertas del Mistic River. El local estaba a reventar, y la música sonaba a todo volumen. Sam y los muchachos se habían disculpado, alegando que ellos si que tenían trabajo al día siguiente.

Edward y Jasper se dirigieron a la barra, mientras que Jake y Emmet se entretenían con un conocido con el que se habían cruzado en la entrada. Pidieron las bebidas para todos mientras que sus hermanos se reunían con ellos.

-Creo que no entraba aquí desde mi época universitaria- exclamó Jake, animado.

-Entonces eso no ocurre desde la época neanderthal- comentó Jasper, arrancando las risas del resto.

-Muy gracioso hermanito- rodó los ojos Jake -ya llegarás a mi edad; y tú también- le dio un codazo a Edward, para que dejara de reírse.

-Así que reconoces que te haces mayor- se burló Emmet.

-Estoy en la flor de la vida; voy a casarme, voy a ser padre... ¿qué más puedo pedir?- exclamó alborozado.

-Brindo por eso- Emmet levantó su copa, seguido por el resto de sus hermanos. Después de dejar los vasos en en la barra, y de saludar a varias personas, con las que se encontraron; prosiguieron con la animada conversación.

-¿Qué creéis que están haciendo las chicas?- interrogó Edward, con una sonrisa maliciosa.

-Yo creo que Nessie estará en casa; se cansa con el mínimo esfuerzo- dijo Jake muy convencido.

-Y creo que Bella la habrá acompañado; no está acostumbrada a salir... y espero que no la hayan dejado beber mucho- refunfuñó.

-Pareces su padre- rodó los ojos Emmet, pero la contestación de su hermano pequeño hizo que se atragantara de la risa.

-Te aseguro que no soy su padre- le aclaró Edward, con una sonrisilla maliciosa. Jasper y Jake se carcajeaban de lo lindo, pero justo en ese momento apareció Phil, el hijo de Jenks, el abogado de su padre.

-¡Phil!- exclamó asombrado Emmet -te hacíamos en Dallas- el joven conocía a los Cullen desde que iban a la escuela primaria.

-Y así es- dijo el joven estrechando la mano a todos los hermanos -el martes salgo hacia Nueva York, y he pasado a ver a mis padres- les explicó -por cierto; enhorabuena- felicitó a Jake -mi padre me lo ha dicho... además he estado con Rosalie hace un rato-.

-¿Ah, sí?- preguntó interesado Jasper; Phil rió divertido, afirmando con la cabeza -también he conocido a tu futura esposa- le explicó a Jake -y a Bella y Alice; se lo están pasando muy bien- les explicó Phil.

-¿Y dónde las has visto?- interrogó Jake. Phil lo miró frunciendo el ceño.

-Están bailando en la pista... y muy animadamente, por cierto- Edward por poco se atraganta al oír las palabras de su amigo.

-¿Están aquí?- preguntó alucinado Emmet. Phil no podía parar de reír, señalándoles con la mano la parte izquierda de la pista, justo al lado opuesto en dónde ellos se encontraban.

Los hermanos se acercaron hacia la zona que les indicó su amigo... y efectivamente, allí estaban las cuatro, sumergidas en la música, y disfrutando y riendo despreocupadas.

Edward miraba a su pequeña sin poder creerlo; Bella movía sensualmente las caderas... dios... ¿dónde había aprendido a moverse así?. A su lado Emmet y Jasper vigilaban a sus respectivas parejas, que también bailaban de la manera más animada. Sólo Nessie se percató de que estaban allí su novio y sus cuñados.

-Joder- siseó entre dientes; se dirigió hacia el grupo, cruzando los brazos y visiblemente enfadada -¿se puede saber qué hacéis aquí?- fulminaba a su prometido con la mirada.

-¿Y vosotras?- se cruzó de brazos Jake.

-Hemos venido a bailar un rato- se defendió ella.

-No sabíamos que estabais aquí- se defendió Jasper, que miraba a Alice con una ceja alzada. En ese momento Bella se giró, y apareció una inmensa sonrisa en su cara.

-¡Eddieeeee!- se lanzó a sus brazos, colgándose de su cuello y abrazándole con fuerza.

-Hola cielo- le dijo éste, tomándole de la cintura; la joven dio un paso hacia atrás, pero por poco se cae de culo, al tropezarse con sus propios pies -¿te lo has pasado bien?- interrogó.

-Siiii- exclamó ella; se podía oler su aliento a alcohol a cinco metros de distancia. Edward entrecerró los ojos, mirándola serio.

-¿Estás borracha?- Bella puso una graciosa mueca, pensando su respuesta; y esbozando una sonrisa traviesa hizo un gesto con sus dedos índice y pulgar.

-Sólo un poquito- se disculpó cual niña buena -pero me alegro de qué estés aquí... tenía muuuchas ganas de verte- su tono de voz adquirió un tono sensual a la vez que pasaba su dedo índice por el torso del joven. Emmet y Jasper no podían parar de reír, para desgracia de su hermano pequeño.

-Está cómo una cuba... ¿de modo que a ella le dejas que te llame Eddie, ehhh?- le dijo Jake, conteniendo la risa. En ese momento se acercaban Rosalie y Alice.

-Ya tenían que venir ellos a fastidiarnos la fiesta- siseó la joven rubia.

-Va incluido en los genes Cullen el molestar- rodó los ojos Alice, mientras intentaba mantenerse derecha. Jasper y Emmet se pusieron serios al verlas.

-Me parece que no están en condiciones de replicar nada- Jasper miraba furioso a Alice -me parece que ha bebido demasiado, señorita Brandon- hizo un amago de acercarse a ella, pero ésta dio un paso atrás.

-Creo que la fiesta ha terminado- anunció Emmet -mañana vais a tener una resaca de campeonato-.

-Ni hablar- su esposa de cruzó de brazos -no pienso moverme de aquí-.

-Yo tampoco- la apoyó Alice. Nessie y Jake no podían parar de reír, al igual que Bella, que agarrada por Edward luchaba por no tambalearse.

-Rose- le advirtió Emmet -a casa ¡ya!-.

-No te lo crees ni tú- le encaró ésta.

-Rosalie Cullen... no me obligues a lo que tú ya sabes- la previno.

-No serás capaz- le respondió ésta, haciéndose la ofendida.

-¿El qué va a hacer?- susurró Nessie.

-Ya lo verás- contestó su prometido, disfrutando del espectáculo. Con un movimiento rápido, Emmet la tomó en brazos, empezando a andar hacia la salida.

-¡Bájame!; estás loco- chilló ésta, con todas sus fuerzas.

-Mañana me lo agradecerás, créeme- contestó Emmet, suspirando con paciencia.

-¡Bájala ahora mismo!- chilló de vuelta Alice; Jasper bufó, rodando los ojos y acercándose a ella; sin apenas darse cuenta, debido al alcohol que corría por su sangre, la joven se vio cargada cual saco de patatas. Tardó unos segundos en darse cuenta, y tuvo que retener la arcada que le producía ir bamboleándose, subida en el hombro de Jasper.

-¡Jasper Cullen, déjame en el suelo ahora!- gritó, dándole golpes en al espalda.

-Me parece que no está en condiciones de pensar con coherencia, señorita Brandon; de modo que nos vamos a casa- contestó tan tranquilo.

Edward agarró a Bella de la cintura, ayudándola a salir del local; la joven se desternillaba de risa, debido al follón organizado. Una vez fuera, Jasper dejó a Alice apoyada en el suelo, para poder buscar las llaves del coche.

-Eres un idiota integral- siseó la joven morena entre dientes, ya que la dejó de forma brusca en el suelo.

-Lo qué tu digas... pero sube al coche- cuando consiguieron meter a las jóvenes en los automóviles, Jake y Edward se fueron al rancho, mientras que Emmet y Rose se fueron a su casa y Alice y Jasper al apartamento de ésta.

Cuándo la entrada del rancho Killarney apareció ante sus narices, Edward suspiró aliviado. Su pequeña se pasó el viaje cantando una canción y hablando sin parar. Jake y Nessie bajaron primero, y Bella se empeñó en subir ella sola las escaleras... pero si ya de por si tenía poca coordinación, el alcohol la empeoraba.

-Terminarías antes si la subes en brazos- le sugirió Jake. Edward siseó por lo bajini... pero Jake tenía razón; la cargó en brazos, y se giró para encarar a su hermano y cuñada.

-Despídete Bella- ella sonrió, haciendo un gesto de despedida con la mano.

-Buenas nocheeeees- canturreó, sin dejar de reírse. Iban subiendo las escaleras, y Edward la tuvo que reprender un par de veces para que no hiciera mucho ruido.

-Vas a despertar a Owen- en el fondo, reconocía que era muy gracioso verla así; nunca la había visto reír de esa manera. Por fin, después de unos minutos de protesta, la dejó encima de su cama.

-No te muevas- le advirtió -voy a buscar un pijama qué ponerte- Bella se mordió el labio... ¿ponerle el pijama?; ni hablar. Se levantó con sigilo, y cómo Edward estaba de espaldas, rodeó su cintura con sus brazos.

-No estoy tan borracha... sólo un poco contentilla- susurró contra su espalda, a la vez que sus manos bajaron hasta el trasero de su novio. Este rió, negando con la cabeza y dándose la vuelta.

-¿Contetilla?- preguntó, arqueando una ceja; Bella movió afirmativamente la cabeza, y sin previo aviso, estampó sus labios en la boca de Edward, besándole con avidez.

Edward intentó contenerse, pero no pudo evitar rodear la cintura de su pequeña con sus brazos... le volvía loco verla tomar por una vez la iniciativa. Caminó con ella entre sus brazos hasta que toparon con la cama, cayendo ambos encima de ella.

-No hagas mucho ruido- le advirtió éste, besando su cuello y quitándole la chaqueta. Bella suspiró, agarrando los botones de su camisa y asintiendo en silencio.

-Creo que se va a pasar la borrachera- meditó en voz alta... iba a añadir algo más, pero las suaves manos de Edward se posaron en su estómago... y fue incapaz de decir nada más, y se dejó llevar por las caricias que le dedicaba su novio.


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Otro CAPI, Un Poquitin mas tarde, pero Esta... :)

Las quiero Mucho!!

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