miércoles, 4 de julio de 2012

¿Y mi final feliz?


__________________________________________________



Capitulo VIII
Gracias Papá


Cuatro días después… 

-Bella – me hablo mi padre, sentándose junto a mí en la mesa de la cocina. A las nueve de la mañana era el mejor lugar para estar. 

- ¿Si papa? – lo voltee a ver lentamente. Todavía traía la cama conmigo. 

- Cuando termines te vistes y me esperas en el auto – mordió una tostada – salimos en media hora. 

-¿Adonde? – pregunte interesada. 

-Ya lo veras 

- Papa… - lo llame – tengo que verme con Alice en una hora en su casa. 

Se quedó pensativo por un momento. 

-Bueno cariño, sabes que nos encanta Alice, así que tráela con nosotros. 

Veinte minutos después ya estaba lista y llamando a Alice. 

-Hola Ali 

-Bella, hola. ¿Ya vienes? 

- No Alice 

- Mmm… ¿Y porque me llamas?... Oh, me extrañabas, que linda. 

- Si Alice – voltee los ojos – te llamaba para invitarte a salir. Con mi padre – aclare 

- oh… Mamaaaaa, Bella me invito a salir – la oi gritar – puedo, puedo, puedo. 

Empezó a decir muchas cosas, no sabía si era a mí o a su madre, no le entendí ninguna. 

-Yo también quiero ir – se oía la voz de Emmett rogar al fondo. 

- Bella, te estaré esperando – me dijo con su tono de voz alegre 

- Ok, llego en cinco minutos. 

Salí de la casa y mi padre ya me esperaba en el auto con mama. Llegamos en el tiempo predicho a la casa de Alice. Sentados en la primer grada se encontraba una feliz Alice y un Emmett enojado. 

-Adiós Emmett – le dijo está levantándose y dándole un beso en la frente. 

- No es justo – oímos a Emmett quejarse. 

Todos reímos a unísono, se miraba tan gracioso. Nos dirigimos a la carretera, no tenía idea de donde iríamos y había sido en vano preguntarle a mama. Era cómplice de todo. 

Salimos de Forks en dirección a Seattle. Dos horas y todavía no nos decían nada, porque a estas alturas Alice también se había sumado a mi campaña de averiguar lo que se traían entre manos. 

-Cariño, no siempre tienes que saberlo todo – me respondió mi madre con un poco de impaciencia. 

Me molestaba no saber las cosas, si tal vez era un defecto de mi parte pero no podía evitarlo. Entramos a Seattle por lo que pronto obtendría mi respuesta. Alice mientras tanto sostenía mi mano como queriendo tranquilizar mi molestia. 

-Llegamos – dijo papa después de recorrer las calles unos minutos. 

Alice y yo nos quedamos con la boca abierta cuando nos dimos cuenta de donde nos encontrábamos. Estábamos en el establecimiento de Volkswagen. 

-¿Quéeee? – Me gire a ver a mis padres, los cuales reían por nuestras caras - ¿Qué hacemos aquí? – les pregunte. 

-Tu qué crees – me respondieron a coro. 

-Bella, te compraran un auto – me tomo Alice de los hombros emocionada por mí. 

-Siiiiiii – gritamos Alice y yo. Llegamos a la puerta del establecimiento dando saltitos. No me gustaba que me regalaran cosas pero esto lo valía. Finalmente tendría mi propio auto. No me hubiera molestado si fuera de segunda, igual estaría perfecto para mí pero ellos querían regalarme uno nuevo, así que uno nuevo seria. 

- Escoge el que quieras – dijo mi padre mientras le tomaba la mano a mi madre. 

Solo asentí ya que la alegría no me dejaba hablar coherentemente. Estuvimos viendo varios autos pero no encontraba uno que se acomodara a mi estilo. 

Alice y yo nos vimos a los ojos cuando descubrimos detrás de una gran camioneta a un pequeño Beetle Cabriolet, era azul (perfecto) y tenía el capo bajado. 

-Este – nos dijimos 

Mis padres se acercaron cuando nos vieron saltar abrazadas. 

-Así que… - me vieron a los ojos y sonrieron – este será 

-Siiii - dije casi jadeando y corrí a abrazarlos. Eran los mejores padres del mundo. 

Todo lo demás fue demasiado fácil. Pero desgraciadamente no podía llevármelo, no tenía licencia para conducir aunque ya pudiera; por lo que la empresa lo enviaría al día siguiente a nuestra casa. Y a continuación: compras… que desgracia, para mí. 

Regresamos a eso de las cinco de la tarde a Forks, ya era algo tarde cuando llegamos pero debíamos hacer el trabajo que teníamos pendiente por lo que mis padres nos dejaron en casa de Alice. 

Bajamos del auto no con una sino con tres bolsas llenas de cosas que mis padres le habían regalado a Alice. Sentía que había ganado una hermana, y de paso también otro hermano. Me llevaba tan bien con ellos que era fácil pasar el tiempo juntos. 

-Mama, ya llegamos – anuncio Alice 

-Buenas noches – salude desde la puerta. 

- Buenas noches querida, soy Renne – se presentó la mama de Alice. 

- Y yo Charlie – su padre me extendió la mano, traía su uniforme de policía. 

-Mucho gusto – le correspondí al saludo. 

-Y yo soy Emmett y estoy enojado contigo – informo el oso desde las escaleras – me abandonaste a mi suerte. No te lo voy a perdonar – me decía resentido. 

- Mmm… Ni siquiera por un bate original autografiado por Babe Ruth – le dije sacándolo de una de las bolsas. Regalo que Alice me había dicho que le gustaría. 

El abrió la boca de par en par asombrado por lo que había traído y no era el único, su padre me veía incrédulo. 

-Tengo que pensarlo – dijo con falso desinterés. 

- Y si te digo que Esme te envió un paquete completo de ositos de goma ¿La perdonarías? – le pregunto su hermana. 

- Bellaaa… te perdono, te perdono… - grito abrazándome fuertemente. 

-¿Cómo derribarías a un oso? – pregunto Charlie a todos 

- yo sé – dijo Renne – Con ositos de goma 

Todos comenzamos a reír fuertemente, era cierto. Emmett había sucumbido frente a los dulces. Él ni siquiera se molestó por el comentario, simplemente abrió el paquete y empezó a comerlos uno por uno. 

Le contamos a Renne todo lo sucedido ese día mostrándole lo que había en el bolso. Mi madre le había comprado a ella una vajilla francesa preciosa con hilos dorados decorando la mitad. A Charlie papa le había enviado una nueva funda de cuero para su pistola y a Alice mucha ropa y zapatos. Yo no me compre nada (más que una caja completa de chocolate suizo. Suficiente para una semana). 

Hicimos la tarea de química, cenamos, y nos fuimos a la cama a eso de las once de la noche. Todas las luces estaban apagadas y aun así Alice seguía hablando de lo maravilloso que había sido el día de hoy. Yo simplemente le contestaba con unos Aja y Mmm… estaba cansada. 

Mañana sería otro buen día y necesitaba recargar baterías… ¿Por qué? 

Mañana ya tendría auto…


__________________________________________________

otro capi nena para que me disculpen por la falta de capis y lo demas jajajajajaja besososososos

2 comentarios:

  1. Esta historia me tiene muy confundida, no se como van a hacer para que Bella y Edward puedan estar juntos... Tengo una teoría de que no son hermanos de sangre.... Te leo pronto... Xo

    ResponderEliminar