::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
26.- Fuerzas para vivir
Bella pov
-¿lo escribiste todo?- pregunte a Jacob mientras terminaba de apuntar.
Encerrados en el despacho que fuera de mi padre habíamos pasado las últimas tres horas, él escribiendo mis peticiones para surtir el castillo de lo que empieza a escasear, entre alimentos, granos, semillas y… vestidos la lista nos ha tomado mucho más tiempo del que pensé.
-Bella cariño, te juro que si no me das espacio para hacer mi trabajo te amarrare a la silla junto a la cama de tu esposo- dijo serio.
-hazlo y veremos cómo te va cuando se despierte- dije en tono burlón.
-seguramente cuando lo haga me agradecerá por mantenerte calmada- dijo en el mismo tono.
-Jacob, aun puedo hacerte polvo, deja de joder y responde, ¿lo anotaste todo? -pregunte de nuevo.
-si Bella, cada palabra, punto y coma, tranquila- me sonrió.
-¿Cuándo llegarán?- pregunte cambiando de tema.
- tu hijo estará en casa en una semana- dijo.
-bien, eso está bien- dije dándome vuelta muy rápido.
Mi mundo giro y antes de entender que pasaba me encontré en los brazos de Jacob.
-vamos cariño, has pasado mucho tiempo en vela cuidándolos, es hora que te cuides un poco tu, la criatura que llevas dentro te necesitara completa, ya pasaste un infierno antes, no provoques otro, imagínate que pasara cuando Edward despierte y vea que otra vez estas mas muerta que viva ¿quieres hacerlo pasar de nuevo por ese tormento?- pregunto con ese tono que me convencía de casi todo.
-les odio a todos ustedes, desde que supiste ese asunto me chantajeas, todos lo hacen, Jasper y su gran boca, se la cerrare en cuanto lo vea- dije furiosa.
-vamos, te llevo con tu esposo- dijo levantándome en brazos aun con la sonrisa en la cara.
Me deje porque me siento mareada y estoy segura que no llegare sola hasta donde Edward esta.
Quince días han pasado desde mi llegada, quince días donde dormí en la misma cama que mi hijo, a un lado de la de mi esposo. Pasar a Charlie de una habitación a otra había sido un reto, ya que no lo querían mover mucho, pero sabiendo que me sería imposible estar en dos lados por separado, me toco sacar el ingenio Swan e idear la manera de moverlo sin moverlo realmente. Lo cual hicieron cuando cortamos el tramo de sabana donde dormía.
Movieron el colchón mientras Jasper con Jacob sostenían el trozo de tela donde mi hijo descansaba. Apenas estuvo armada la cama junto a la de mi esposo, lo colocaron ahí con toda la delicadeza que jamás pensé ver en ese par de hombres. Y al liberarse de tan enorme responsabilidad, los escuche respirar tan profundo que por un momento pensé, dejarían sin aire al resto del mundo.
-¿Qué paso Bella?- pregunto Emmet.
Quien apenas alcanzo la puerta sin desmayarse del dolor, no paraba quieto. Acampo en nuestra recamara, en el sofá enorme donde cabe cuan largo es. La espada a la mano, como si alguien pudiera entrar hasta nuestra habitación y dañarnos.
-tuve un mareo y Jacob como siempre exagerando me ha traído- dije.
-¿exagerado? Casi se da contra el suelo, te juro Emmet que si no la amarras tu, lo hare yo- dijo dejándome en la cama.
-bien, me encargare que no salga- dije Emmet dándole la razón.
-al carajo se me van al carajo los dos ¡¡¡pero ya!!!- grite mientras empujaba a Jacob y trataba de mover a Emmet.
-me voy solo porque si te enfureces más te saldrán los cuernos y la cola- dijo Emmet riéndose mientras Jacob se doblaba en plena carcajada.
-¡¡¡¡par de idiotas!!!!- grite completamente enfadada por sus risas y miradas cómplices.
-mujeres y sus cosas de embarazadas- dijo Jacob.
Logro cerrar la puerta antes que le alcanzara el jarrón que lance en su dirección.
-Bella, tranquila, cariño te hará daño- dijo Emmet abrazándome.
Pero tiene razón Jake, las malditas cosas de embarazada me tienen danzando entre el enfado, la tristeza y la furia. Justo ahora, entre los brazos de Emmet, con sus palabras de cariño y con el constante movimiento de su mano en mi espalda me regreso la desesperación de ver que Edward no reacciona.
El llanto de Charlie me hizo soltarme. Seque las lágrimas antes que las viera Emmet.
-iré a ver que su comida este lista- dijo saliendo rápidamente.
-a ver mi niño ¿Por qué lloras?- pregunte acercándome y colocando mi mano sobre la de él.
Aun no me dejan cargarlo pero duermo abrazándolo de la mejor manera que puedo y aunque llora por ser cargado como tal, de alguna manera acepta lo poco que le doy. Para darle de comer me ayudan a ponerlo sobre una de las almohadas y de esta manera darle papillas.
Un rato después lo alimentaba, al menos él parece estar evolucionando mejor, está más despierto, llora poco considerando lo que le ha pasado. Edgar lo revisa dormido, la única vez que lo intento, mientras estaba despierto, mis gritos lo habían hecho detenerse. Empecé a gritarle cuando mi hijo lloro desconsolado al sentir dolor.
Espero ansiosa que pase la semana. Quiero ver a mi otro hijo.
Jasper saldrá esta tarde hacía el castillo de mi esposo para traer a Marco, Rose y Alice. Emmet había querido ir pero aun esta delicado, solo que con su tamaño no hay quien se enfrente y le obligue a quedarse en cama.
Seguramente Rose lo lograra solo con levantar la ceja. Eso sí puede venir, está en la última parte de su embarazo, será peligroso moverla pero estamos seguros que no se querrá quedar allá sabiendo que Emmet está herido. Y Charlie peor.
-señora revisare a su esposo- dijo Edgar entrando como cada día después de tocar la puerta y justo al medio día.
-sí, hoy no ha tenido fiebre- dije.
-lo peor está pasando al parecer pero no debemos confiar mucho, a veces la fiebre no llega pero las heridas siguen infectadas- me explico mientras quitábamos con cuidado los vendajes que le pusiera encima la mañana anterior.
-se ve bien ¿cierto?- pregunte esperanzada.
-no del todo, me temo que las más grandes siguen mal… ¿ve esos puntos blancos? no deberían estar ahí, lo lavare de nuevo- dijo el hombre.
-pero… eso le hará sangrar otra vez- dije con ganas de llorar.
-lo sé señora pero si le dejamos eso así se podrá peor, podría infectarse la carne hacía adentro y entonces no habrá más que hacer por su esposo- dijo el hombre mirándome con pesar.
-bien, ordenare que te traigan lo necesario- dije saliendo.
Apenas cerré la puerta detrás de mi llore con ganas. Mi esposo parece no recuperarse, parece no tener ganas de hacerlo. Necesito hacer algo más, dormir a su lado, hablarle, tratar de peinar su cabellera rebelde parece no ser suficiente.
Una hora después, con más tiras de tela limpias, licor de caña blanco, jabón en barra, una esponja suave y algo del remedio que usaba Edgar para limpiar y desinfectar a la perfección, pedí que Jacob subiera.
Es hora de empezar con el tormento y yo sola no puedo.
-Jacob, necesito que sostengas esto- pidió el hombre entregándole la palangana con agua caliente.
Froto con un paño, luego con la esponja enjabonada y por ultimo con otro paño limpio. Mi esposo empezó a sangrar.
-señora venga, por favor trate de mantener seca esta herida mientras me ocupo de las otras- pidió mientras me entregaba un fajo de trozos de tela.
Trate de hacer lo que me pedía pero las lagrimas me impedían ver.
-déjame a mi Bella- dijo Jake.
Me quito amablemente mientras Emmet que había llegado minutos antes me abrazaba.
-vamos Bella, no te me descompongas ahora, tu esposo te necesita entera, además los pequeños también. Si te pones así y te enfermas ¿Qué será de todos tus hombres?- pregunto Emmet abrazándome y hablándome como un hermano mayor.
Como Mike solía hacer.
-es que no puedo, está tomando mucho tiempo, ahora empezará con las fiebres otra vez… aun puedo perderlo, ¿no lo vez? ¿Qué hare yo sí él?- pregunte hundiendo mi rostro en su pecho.
-ay Bella, no digas eso, estará bien, créeme, Edward es fuerte- dijo pero no pase por alto que su voz sonaba aprensiva.
-ya termine señora, en la noche vendré a verlo y si la fiebre regresa mándeme a buscar, no se preocupe por nada más-
Se retiraron todos, Emmet fue el último, parece entender que necesito estar a solas con mi esposo. Mi hijo duerme profundamente. A Edward lo mantenemos dormido con láudano, Edgar, dice que las heridas están muy frescas todavía para despertarlo y que sin duda sufrirá.
Tome su mano, acaricie su rostro, de rodillas junto a la cama. Su rostro de lado, pálido, frio. Ausente, perdido un mundo de sombras.
¿Sera esto lo que él sintió en esos días que estuve inconsciente?
Ahora entiendo el miedo que tiene de repetir la experiencia de mi último embarazo. Ahora entiendo la desesperación que sintió cuando me negué a perder a mi hijo, pero… aun no puedo hacerlo. Al menos ahora lo entiendo.
Las horas pasaron hasta que el sol se oculto y las fiebres aparecieron.
Cinco días con sus cinco noches pase junto a mi esposo mientras cambiaba los paños de agua fría, a veces yo, a veces Emmet, a veces Jake.
Ellos ellos lo atienden mientras me encargo a Charlie ya que en ningún momento salí de esa habitación más de lo que me tomo asomar la cabeza por la ventana.
-bueno señora, le tengo maravillosas noticias, la infección parce haber cedido, de ahora en mas deberá estar bien, no olvide de poner este ungüento y mañana regreso- indico el sexto día Edgar.
El alivio que sentí fue casi desarmante.
Esa noche por primera vez pude dormir desde que la recaída empezara. Y lo hice porque Eugenia se quedo en el sofá pendiente de mis hombres. Yo estoy completamente agotada.
Un llanto me despertó cuando el sol entraba por la ventana.
No es Charlie. Es Marco. Salí casi corriendo de la habitación y encontré a Alice cargando a mi hijo. Corrí hacía él y o abrace. Se colgó a mí con todas las fuerzas que su bracitos le dan.
Me dejo un beso húmedo de baba. Le devolví uno igual de húmedo, solo que el mío lo está de lágrimas. Salude a mis mejores amigas. Rose venía subiendo del brazo de Jasper y de la mano de Emmet. Por la expresión del enorme tipo ya le han leído la cartilla.
Apenas llego arriba nos abrazamos fuertemente.
-¿puedo verlo? a Charlie- agrego como si yo no supiera a quien se refería.
-espera, déjame revisar a Edward y podrás entrar- dije.
Recordé que mi esposo casi siempre está desnudo o cubierto apenas por el calzoncillo que Emmet me ayuda a ponerle cada día. Es más fácil así atenderlo cuando la fiebre le comienza.
Entre a la habitación y lo cubrí con una sabana. Deje un beso en la mejilla libre de ese día. Cada mañana le muevo la cabeza de un lado a otro para que no le duela mucho el cuello al despertar.
-pasa, aun no le quitan todo el vendaje pero no está como al principio- dije mientras entraban mis amigas.
Alice lloro al ver a Edward.
Rose casi dio un grito cuando vio a mi hijo, después de todo es su ahijado.
A partir de ese momento al menos por el día, Rose vive pegada a Charlie, Alice a mí, yo a Edward. Solo salen cuando Emmet o Jasper entran para ayudarme a asear a mi esposo.
Los días siguen pasando en calma, al menos ahora ya no me siento tan sola. Mis amigas están conmigo. Mi hijo reacciona bien y mi otro hijo parece entender que su hermano no está en condiciones de jugar porque gatea muy despacio hasta donde Charlie duerme y se acuesta junto a él.
En más de una ocasión lo vi poner el brazo sobre su hermano y pegar su boca a la cabeza. Es muy tierno. Apenas pasan los siete meses por algunos días y ya pinta que serán muy unidos.
Los días que Charlie está despierto se desespera por soltarse y seguir a su compañero de aventuras, entonces Marco se sienta junto a él y lo mira por un momento, acto seguido se deja caer junto a su hermano. Y no se levanta de ahí.
Cuando nos damos cuenta ambos duermen. Mi hijo mayor cuida a mi hijo menor.
-buenas noches Bella- dijo Rose cuando me despedí de ella en su habitación.
-¿Cómo te sientes? -pregunte antes de que desapareciera, desde la tarde ha estado con más dolor del normal en la espalda.
-como un barril de cerveza sin cerveza- dijo con cara de resignación.
A petición de ambas, habíamos movido a Charlie de nuevo a la habitación anterior y Jasper con su esposa se quedan ahí para que yo pueda quedarme con Edward. Me duermo en la cama a su lado, tratando de no moverme mucho.
Paso otra semana.
Y Rose empezó con el parto de su hijo.
-vamos Rose, puja cuando sientas el dolor- dijo Edgar mientras le ayuda a su mujer a traer al bebe al mundo.
-anda mi vida, un poco más- pidió Emmet abrazando a su mujer.
-te partiré por mitad como cerdo, imbécil por tu culpa estoy así- dijo Rose entre pujido y pujido.
Yo trataba de no reírme mientras preparaba los trozos de tela. La rubia había pasado casi 6 horas con dolores antes de empezar.
Jasper afuera da vueltas como felino enjaulado. Alice sale cada tanto para informarle y para ella misma respirar, está en el periodo de síntomas y a cada rato vomita. Estar adentro mucho tiempo es algo que no puede hacer pero se niega a quedarse fuera.
-Vamos niña, uno más y esta fuera- decía Edgar.
Por fin después de unos minutos un llanto de bebe inundo la habitación.
-es una niña, felicidades, tienes una niña- dijo el hombre entregándole a Emmet el bultito.
La cara del oso fue inolvidable, se puso blanco, con la sonrisa de imbécil pintada y los ojos húmedos. Sin decir nada se sentó de nuevo con Rose. Ambos admiraban a la criatura.
-se la llevare a Jasper- dijo mientras Rose se quedaba dormida.
-me dejas que yo la lleve- pedí.
Me sonrió antes de entregármela. Es hermosa, no distinguí el color de los ojos pero es rubia como su madre y por la manera como me miraba y sonreía, se parecerá al padre. Salí con la criatura en brazos y me acerque a Jasper.
-mira, alguien debe conocerte- dije.
Me miro antes de mirar a la nena. Su sonrisa fue muy parecida a la de Emmet.
-¿me la das?- pregunto.
La deje en sus brazos y me regrese a donde mi esposo esta.
Debo contarle el episodio completo.
Me hice la costumbre de hablarle sobre el día que termina, solo por no perder la costumbre de platicar con él, sé que no me escucha pero igual lo hago
Por fin paso el mes completo desde mi llegada.
Mi hijo está mucho mejor, ya lo dejamos tratar de moverse un poco más, intenta sentarse de nuevo, aun no se sostiene pero Edgar dice que es normal, que con todo lo que paso le tomará algo de tiempo llegar a eso.
Marco empieza a dar pasos muy cortitos pero siempre agarrado por alguien. Su hermano intenta seguirlo y al no poder llora inconsolable. Por lo que su hermano se deja caer y llora también. Y para no ser menos, la nena de Rose se suelta haciéndoles coro.
-cielos, a este paso me volverán loco- es la queja de Jake cuando se queda con los tres en la habitación de un costado.
-no exageres Jake, cuando te cases y tengas los tuyos veras que no es tan malo- dijo Rose entrando despacio.
Mi amigo sale disparado. Yo me rio desde la habitación de Edward, de pie en la entrada y con las puertas abiertas ya que están una pegada a la otra.
-señora, ha pasado un mes y me parece prudente dejar de darle láudano al señor, algunas de sus heridas han empezado a cicatrizar y creo que será bueno dejarlo despertar- dijo Edgar.
Mi sonrisa fue enorme y mi felicidad se hizo más grande aun. Pero rápidamente se opaco cuando al segundo día no abrió los ojos.
-¿Cuándo despertara?- pregunte el tercer día.
-no sé señora, debemos esperar, ha pasado por mucho, no ha comido como debe ser, apenas algo de los líquidos que le hemos dado, no está recuperado, además recuerde que pasara aun algo de tiempo antes que el señor vuelva a ser el mismo, le dará mucho dolor todavía-
-gracias Edgar, por todo- dije.
Se retiro cerrando la puerta al salir.
Me gire para mirar a mi esposo.
Las malditas lágrimas hicieron su aparición.
Esto es un maldito infierno, ya no soporto la espera, la incertidumbre, la soledad. Sin mi esposo no es lo mismo, mis hijos no me son suficientes y sé que es horrible pensar así pero… es lo que siento.
Lo único que me mantiene en pie es la criatura que llevo dentro, ese pequeño ser que es parte de Edward también. Lo único que me da esperanzas es que mi esposo aun respira. Lo único que deseo en este momento es que despierte.
Daría cualquier cosa por verlo despertar
Me acosté a su lado después de revisar que este “bien”.
Seguí llorando hasta perderme en el tiempo…
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Chicas volvi, tras casi dos semanas de no tener internet en casa por fin llegaron los tecnicos a repararlo.... he aquí el capi y espero lo disfruten
pobre Bella a pesar de los buenos acontesimientos está triste por la inmensa falta que le hace su esposo...
ResponderEliminarGenial como siempre!!!!!!,espero leerte pronto,besos Emma
ResponderEliminar