sábado, 13 de octubre de 2012

La Bestia del Castillo


:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


16.- Viviendo sin Bella 

Edward pov 

Escuche el llanto de mi segundo hijo. Pero mi esposa no. 

- es otro varón, Edward tienes dos hijos - dijo Rose abrazando al último. 

Me levante de la cama dejando espacio para que la atendieran y me dedique a abrazar a mis hijos. 

-no hay más que podamos hacer por la señora… lo siento señor- dijo la mujer cuando termino lo que hacía. 

Asentí mirando a mi esposa, pálida, fría, perdida. 

-¿quieres dármelos?- pregunto Alice acercándose 

Negué apretándolos contra mí, bese sus cabezas y me senté junto al fuego con cada uno de mis hijos en un brazo. Sin saber cuánto tiempo pase así me sorprendió ver el sol. Entre mi llanto y el de ellos es difícil saber dónde termina uno y empieza el otro. Pasadas las horas decidí que no puedo darme el lujo de derrumbarme. Dos personitas en el mundo me necesitan. 

Después de que los pequeños empezaran a llorar casi al mismo tiempo y que me levantara de ahí de manera inmediata dejando a uno de ellos en la cama y abriera la puerta con el otro en brazo, me regresara por el que había dejado y bajara las escaleras con ambos llorando a todo pulmón, Rosalie se apareció. Tomo a uno mientras Alice tomaba al otro. Me dejaron en medio de las escaleras sintiéndome vacio. 

Regrese a la habitación y me acosté. Me gire hasta quedar de costado con la vista al frente. Llore y me perdí tras mucho dolor. 

La rutina se estableció pronto. 

Me quedo con mis hijos por la noche, siempre en la misma habitación, me aseguro que coman, en la mañana salgo a entrenar con mis hombres… pero el silencio que reina en el castillo desde esa noche es apremiante. Apenas roto por el llanto de mis hijos o por el sonido de las espadas chocando contra los escudos. 

- ¿Cómo estás? - pregunto Emmet dos semanas después. 

- vivo- respondí - y cansado, ese par duermen menos de lo que comen, apenas consigo que uno se quede, el otro se despierta, anoche pase la mitad durmiendo a uno y la otra mitad al otro y para cuando por fin logre que se quedarán, se levantaron a los veinte minutos para comer. Estoy cansado, desvelado, agotado, prefería pelear con cien guerreros sin escudo y apenas con daga que tener más hijos. Con estos me son suficientes - dije siendo honesto. 

-¿por qué no dejas que las muchachas se hagan cargo?- pregunto Jasper trayendo a uno de mis hijos. 

-no, sin su madre para abrazarlos… me corresponde a mí. No lo dejare al cuidado de otras personas. ¿Para qué? No tengo nada mejor que hacer o nadie más en quien poner mi atención, el castillo se maneja casi por sí mismo, entre tú y Emmet mantienen todo funcionando, no soy necesario aquí, pero ellos sí me necesitan - termine de decir mientras Rose traía a mi otro hijo y se lo daba a Emmet. 

- señor, los hombres, yo… y algunas mujeres del pueblo quisiéramos hace una reunión sencilla para celebrar el nacimiento de los niños y bueno… nos gustaría saber si tenemos su aprobación… por lo de la señora…- calló Garrett mientras una clara expresión de dolor atravesaba su rostro. 

- es muy pronto Garrett, por favor, deja que pasen unos días más y pregúntame de nuevo - pedí. 

- claro señor, gracias - dijo retirándose. 

Tome al mayor de mis hombrecitos y me lo puse en un hombro, tome al otro y lo puse en el otro, camine con ellos mientras les platicaba de su madre. Su respuesta fue dormirse sobre mi antes de siquiera dar una vuelta entera. 

Uno de ellos, el mayor, tiene los ojos verdes como yo, el cabello despeinado pero oscuro, piel blanca como su madre y cuando se enfada y explotaba en llanto se pone rojo. El otro, tiene los ojos verdes también pero cambian a café a veces, es el más tranquilo, apenas llora cuando esta mojado o hambriento. No hace corajes y su sonrisa es un replica de la sonrisa de su madre. Su cabello es oscuro pero a veces a la luz del sol se ven destellos rojizos. 

Tan parecidos que para identificarlos, Alice les pone un lazo en la mano. Rojo para el mayor, verde para el menor. Aun no los nombro, aun no sé cómo ponerles. 

Mi esposa y yo habíamos hablado de ponerle el nombre de alguno de nuestros padres y para decidir cual, habíamos acordado una carrera, Divina contra Sombra, había decidió que me dejaría ganar sin duda y terminaría aceptando lo que ella quisiera. No hubo carrera. 

Necesito ponerles nombre. Entre en la habitación y los puse en la cama. Cerque las orillas con almohadas y me acosté en el extremo de la misma, mirándolos dormir. Son hermosos. 

La noche fue tan ajetreada como las anteriores. Duermen todo el día y de noche me dan guerra. Bella se reiría de mi si me viera pasarlos como león enjaulado hasta que se duermen solo para repetir la acción media hora después. 

- ¿algún cambio? - pregunto Emmet cinco día después. 

- no, nada - respondí abatido. 

Es una situación insostenible, apenas me mantengo en pie por mis hijos. Solo por ellos. 

Por encontrar las sonrisas cuando me ven al despertar, o los berrinches del mayor… Alice dice que así me veo yo al enojarme… lo que últimamente no pasa, la tristeza es más grande. O por ver la cara de profunda concentración de mi hijo más pequeño, la cual dice Rosalie es idéntica a la mía cuando me quedo mirando a la nada. 

-oye despierta, regresa al presente… últimamente de pierdes muy feo primo, sé que la estas pasando mal, todos la extrañamos pero… necesitas… ¿qué te parece si esta noche dejas que Carmen los cuide un rato y cenamos en el salón? Jasper y yo queremos hablar contigo- dijo por fin después de un rato. 

-bien, por fin se decidieron a pedir a las chicas- dije con una mueca que esperaba fuera una sonrisa. 

-algo así… te enteras esta noche- dijo antes de dejarme una palmada amistosa y retirase a sus obligaciones. 

-Edward… es hora de la comida de los niños… ¿quieres que…?- 

- no, ahí voy - interrumpí a Rose. 

Subí a bañarme en la tina de mi habitación, me quede mirando la hacía la cama. Extraño ver a Bella sentada mirándome mientras lo hago, con el deseo pintado en sus ojos hasta que la vena de sensualidad se sale de control y termina desnudándose y metiéndose conmigo. Enloqueciéndome con su cuerpo, sus besos, sus caricias. 

O mejor aún, verla en la tina cuando ella se baña, solía esperarme hasta la noche para provocarme, me dejaba sentado en la cama, mientras se desnudaba sin prisas, mojándose despacio, frotando su cuerpo lentamente con la esponja, negando cada vez que hacía por levantarme. Acariciando su cuerpo mientras yo me manoseaba solo, apiadándose de mi cuando le suplicaba me dejara acercar. 

Entonces sus manos se apoderaban de mi verga matándome. Haciéndome perder la poca cordura que me quedaba de verla excitada y con ganas de mi. 

Llore de nuevo, ¿Cuánto más soportare esto? ¿Cuánto más podre sobrevivir a esta situación? 

Extraño tocarla, besarla, acariciar su piel suave y tibia, sentir sus labios dulces en los míos, candentes en mi piel, con sus manos aferrada a mi sexo. 

-Edward, ya empezaron a llorar… apúrate- escuche desde afuera. 

Me lave con rapidez y deje mi sufrimiento para otro momento. Mis hijos están primero y ya los tengo descuidados. Me vestí a velocidad impresionante y salí por ellos. Regrese a la habitación. Comió uno y luego el otro. Por suerte el más pequeño es paciente, nada que ver con su hermano. 

En unos días cumplirán su primer mes de vida. Un mes donde su madre no los abrazo, beso o miro siquiera, un mes donde saben de ella por mí. Un mes donde yo muero por ella y vivo por ellos. 

Por fin se durmieron, uno pegado al otro, bajo la misma manta. Es mi manera de asegurarme que serán unidos siempre. O al menos la única que se me ocurre. Entro Carmen después de tocar levemente y salí. Una conversación con mis amigos me espera. 

-lamento la demora, como siempre ese par dieron guerra- dije sentándome en la cabecera de la mesa. 

Por un momento mire al asiento vacío a mi lado. Desde esa noche he evitado sentarme ahí, para no recordar que la mujer que suele ocuparlo ya no lo hace. Sentí la humedad en mi ojos de nuevo pero me aferre a no dejar salir ni una sola lagrima, no es el momento ni el lugar. 

-no te preocupes, pero ya que estas aquí me parece oportuno cenar cuanto antes, no sea que Huracán y Tornado se despierten- dijo Emmet. 

-¿quiénes?- pregunte imaginando que no me gustará su respuesta. 

-tus hijos… el menor y el mayor- agrego Jasper riéndose. 

-te mato Emmet, si les dices así de nuevo te mato- agregue tratando de no reírme. 

La descripción es precisa y acertada. Eso son mis hijos y aun no tienen el mes, no quiero pensar cuando lleguen al año. 

- ya no te alebrestes tanto, sabes que los amo- dijo Emmet cuando pudo dejar de reírse. 

La cena paso entre varios temas, ninguno en particular. Por fin terminamos y por la cara de ambos supe que eso que traían en mente desde que me invitaron a cenar saldría a la superficie. Y qué bueno porque Huracán y Tornado pronto despertarían para comer, otra vez. 

- bueno Edward el motivo de esta reunión es porque… como sabes desde hace algún tiempo he estado cortejando a Alice y bueno… hum… yo… lo que quiero decir es que… me parece que es momento de… bueno digo…- 

- ¿terminaras antes que salga el sol?- pregunte sarcástico mirando a mi primo. 

- yo quiero casarme con Rosalie y espero me des tu aprobación considerando que está esperando un hijo mío - soltó Emmet mientras la mirada de Jasper se desviaba hacía su hermana. 

Las chicas habían llegado minutos antes. 

- ¡¡¡¿estás embarazada?!!!- rugió mientras se levantaba de golpe y con dirección a la rubia quien estaba más blanca que la manta de mis hijos. 

-Jasper no te pongas así, mira te juro que solo fue una vez y bueno mis intensiones con tu hermana son buenas, me quiero casar con ella y…- dijo Emmet interponiéndose entre Rose y Jasper. 

Para ese momento todos estábamos de pie. 

-¡¡¡¿y qué apellido el darás a mi hermana?!!!- ataco Jasper con la mano en la espada. 

-¡¡¡basta!!!- dije cuando Emmet se quedo pálido y bajo la mirada - el apellido será Cullen, porque si lo único que te impide aceptarlo como esposo de tu hermana es eso, yo me encargare que todo el mundo sepa que es tan Cullen como tú o yo- dije mirando a Jasper duramente. 

Jamás imagine que algo así pasara por su cabeza, después de todo los tres hemos sido más que amigos y primos, somos prácticamente hermanos. 

-¡¡¡no es eso…!!! ¡¡¡Es que pudo al menos respetarla, pedirla primero!!! ¡¡¡No asaltarla y embarazarla además!!! ¡¡¡Carajo Emmet, se supone que somos amigos!!! ¡¡¡Pudiste esperar a estar casado con ella!!!- grito Jasper dando vueltas como caballo salvaje encerrado. 

-tú no esperaste Jasper ¿o se te olvida que nosotros hemos estado juntos?- pregunto Alice en un susurro. 

Y esta vez fue Emmet quien salto. 

-¡¡¡¿sedujiste a mi prima casi hermana?!!!- ataco el enorme oso que tengo por amigo. 

-bueno yo… es que nosotros…- balbuceaba Jasper retrocediendo. 

-¡¡¡basta por favor esto no me ayuda!!!- pidió Rosalie llorando. 

Ambos hombres se detuvieron mirándola. Alice la abrazo y se fueron hacía las habitaciones de la torre donde ambas dormían, después que le hiciera un gesto a Alice para que lo hicieran. Si Rose está en estado lo mejor es no alterarla más. No necesito otro drama como el vivido con mi esposa. 

-si ya acabaron de hacerse los machos ¿nos podemos sentar y hablar esto como gente civilizada?- pregunte sarcástico en toda la palabra. 

-discúlpanos Edward, creo que esto no salió como esperábamos. El caso es que yo sí me quiero casar con Rosalie, como dice Jasper no tengo un apellido que ofrecerle más que el de mi madre pero…- guardo silencio. 

-no Emmet no me hagas caso, yo solo te ofendí por idiota, no hay nadie mejor para mi hermana que tu, eso lo sé y me encargare que mi padre sepa y los apoye, te pido me disculpes por ese asunto y por lo de Alice, de verdad la amo- 

-bien ya que todo está dicho, mañana mismo ordenare que seas incluido como un miembro más de mi familia Emmet, así mi tío no tendrá manera de negarte a su hija además si como dices Rose está esperando lo mejor es que se casen lo más pronto posible, para evitar habladurías. En cuanto a tu asunto Jasper, ¿esta Alice en la misma situación?- pregunte mirándolo. 

-no que yo sepa pero… no tiene mucho que paso- dijo sin mirar a nadie. 

-bien, para evitar cosas se casarán en la misma ceremonia, en quince días a partir de mañana- dije mientras me levantaba. 

Los deje platicando entre ellos, aun tiene mucho que decirse y es mejor dejarlos solos. Mañana hablare con las muchachas. 

Camine lento hacía mi habitación. Carmen dormía en la cama. La desperté despacio. Después de revisar que todo estuviera bien con los habitantes de ahí se marcho, mis desastres naturales seguían dormidos. Me acosté donde antes estuviera la mujer sabiendo que no tardarían nada en despertarse. 

-¿Edward?...- 

Abrí los ojos, seguro de haber escuchado su voz. La oscuridad es absoluta. 

Es un sueño, pensé. Con esa idea cerré los ojos de nuevo dispuesto a aprovechar cada minuto que mis pequeños durmieran. 

Hasta que sentí una mano en mi rostro.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

6 comentarios:

  1. GENIAL GENIAL!!!!!!!!!!!!,pero por que mataste a Bella? Emma

    ResponderEliminar
  2. si lo mismo digo por que mataste a bella???? aunque el cap estuvo muy bueno

    ResponderEliminar
  3. vayaaa que lio!!! bella esta muerta o no? porque esta ultima parte ya me ha hecho dudar, y si está viva dónde ha estado todo este tiempo??? :S no entiendo nadaaaa

    ResponderEliminar
  4. OMG que paso aqui que no entendi nada esta muerta o no Bella????

    ResponderEliminar
  5. Si seras bruja!!! te dije que no la mataras bruja!!! y la mataste ?? aunque nose porque despues la reviviste?? es acaso un muerto vivo? jajaja estas confundiendonos a todas brujas misteriosa!!! jajaja

    ResponderEliminar