sábado, 13 de octubre de 2012

¿Y mi final feliz?




Capitulo XVI


Edward POV 

Que fastidio, he estado sentado por más de dieciocho horas. ¿En qué momento se me ocurrió irme a estudiar tan lejos? Sabía que no faltaba mucho para aterrizar, la aeromoza nos había informado que en menos de cinco minutos el avión descendería por lo que teníamos que colocarnos el cinturón. 

Lo único bueno que había conseguido de este largo viaje era pasar tiempo de calidad con mi preciosa novia. Cada vez que veía sus ojos recordaba el día en que nos conocimos. 

Me encontraba en la oficina de la universidad llenando nuevos papeles para la pasantía universitaria ya que había declinado la oferta dada por la rectoría. Era desesperante volver a escribir todo pero pensaba en mi hermana y en mis padres sabiendo que lo valía. 

No sé en qué momento me dio por jugar con la pluma que tenía en mis manos presionándola fuerte contra una carpeta, parecía abandonada así que no me importo. Como si fuera el destino en el momento en que la pluma presiono contra ella esta derramo tinta por toda la cubierta. 

-Hey ¿Qué has hecho? – oi una fina vocecita reprochándome. 

-Yo lo… - cuando gire me encontré con una hermosa mujer de cabello rubio que me miraba entrecerrando sus hermosos ojos claros – siento. 

Wow… estaba impactado, tenía una figura esbelta y perfecta, su cara se ilumino por un segundo cuando me pillo observándola de pies a cabeza pero no me importo, la belleza se aprecia. 

-Soy Edward – me presente extendiendo la mano – lamento lo de tu carpeta. 

-Soy Tanya – tomo mi mano para completar el saludo – acepto tus disculpas pero tendrás que comprarme una nueva – y sonrió, sus blancos y perfectos dientes aparecieron en escena dejándome aún más interesado en ella. 

Desde en ese momento en adelante todo fue muy rápido, al día siguiente tuvimos una cita y dos días después ya éramos novios. Cada día que la veía me gustaba aún más; había descubierto que no solo era una cara bonita, estudiaba economía y finanzas. 

Jasper, mi mejor amigo me decía que probablemente ya estaba enamorado ya que intentaba pasar la mayor parte del tiempo junto a ella y aunque eso no me molestaba creo que tenía razón. 

Cuando me di cuenta de que solo faltaba una semana para regresar a casa me sentí desesperado, ella se quedaría en Londres y yo me iría a Forks a cientos de kilómetros lejos. 

No lo pensé dos veces, quería estar siempre con ella y hasta pensé en un momento en pedirle matrimonio pero la voz de mi conciencia (Jasper) me dijo que eso era demasiado acelerado y que ella se sentiría presionada, por lo que me contuve de comprar el anillo. 

Para hacerme las cosas más fáciles la invite a ella y a mi amigo quien traía consigo a su hermana ya que era su responsabilidad. Todos estábamos en la misma zona del avión, Jasper y Rosalie su hermana en los asientos de enfrente y Tanya y yo detrás de ellos. 

Llegar al avión que nos llevaría a Port Ángeles fue toda una odisea, tuvimos que nadar entre el océano de personas que se encontraban en el aeropuerto y luego correr con las maletas a cuesta para llegar a él ya que éramos los últimos en abordar. 

Tanto Rosalie como Tanya parecían chicas a las que la incomodidad les fastidiaba, si, tenían sus momentos pero la mayoría del tiempo eran muy comprensivas y tranquilas. 

El vuelo fue muchísimo más corto porque lo era y porque había pasado la mayor parte de él pensando en Bella, en como reaccionaria cuando le contara que tenía novia y que pensaba comprometerme con ella cuando llegara el momento. No le había dicho absolutamente nada sobre Tanya; mi novia lo sabía y no le molestaba. No sé porque no lo había hecho, tal vez porque sabía que era la primer novia que le presentaría y no estaba seguro de como Bella lo tomaría. Esperaba perdonara mi falta de confianza (aunque no era eso) y mi ausencia el último mes. 

Si, la había casi completamente abandonado, lo extraño de todo esto es que ella no me había hecho ningún comentario sobre eso. Pero lo deje pasar, estaba emocionado porque vería a mi pequeño tesoro de nuevo, aunque con casi diez y ocho años ya no sería tan pequeña. 

Como típico aeropuerto cuando desembarcamos la sala estaba llena a pesar de ser esta pequeña en comparación con la mayoría. No veía a Bella o a mis padres con todo el relajo que había. Miraba parejas besarse, familias abrazarse pero de la mía nada. 

-Edward – oí la dulce voz de mi pequeña hermana llamándome. No la veía pero estaba cien por ciento seguro de que estaba aquí. 

Finalmente después de varios segundos buscándola a través de la gente la encontré con las manos en las rodillas y jadeando, posiblemente por correr. 

-Bella – me acerque a ella, estaba feliz de verla finalmente. Había pasado demasiado tiempo, su rostro aunque era el mismo ya no reflejaba esa inocencia de niña pequeña que tenía cuando me fui, ahora era toda una señorita, una muy preciosa señorita debería decir. La rodee con mis brazos con una necesidad que tenía guardada desde hace tiempo. La sentí presionar un poco más el abrazo, me extrañaba tanto como yo a ella, pero había vuelto y pensaba aprovechar cada momento que tuviéramos para compensar mi abandono. 

-Edward – me llamo Tanya que se encontraba detrás de nosotros junto a Jasper y Rosalie. Todos me veían feliz porque me había reencontrado con mi hermana pero un aire de cansancio se reflejaba en su mirada, el cual yo también tenía y los comprendí; necesitábamos llegar a casa y recuperar fuerzas. Camine con Bella de la mano acercándome a ellos. 

-Hola, Soy Tanya Denali – saludo mi novia presentándose – es un gusto conocerte al fin. Edward solo habla de ti – le sonrió y me sonrió a mí para luego tomar mi mano. Bella no dijo nada pero me percaté de que miraba disimuladamente nuestras manos entrelazadas. 

- Yo soy Jasper Hale y ella es mi hermana Rosalie – se presentó ahora mi amigo nombrando también a su hermana. 

-Un gusto – hablo tímidamente Bella y le dio una cálida mirada a Rose como saludo. Esta, más efusiva se acercó a ella dándole un beso en la mejilla como lo había hecho Tanya. Mi pequeña se sonrojo levemente pero creo que ella no lo noto. 

Caminamos con las maletas en dirección a mis padres los cuales había visto momentos después de abrazar a Bella. Junto a ellos dos jóvenes que sin dudarlo eran Alice y Emmett (los amigos de Bella) nos miraban raro. 

-Hijo, me alegra que finalmente hayas llegado – me saludo mi padre dándome un abrazo de bienvenida. 

- Cariño, al fin estas aquí – mi madre se acercó para darme un muy efusivo abrazo – te hemos extrañado muchísimo. 

-Yo igual mama – sonreí feliz de estar de nuevo con mi familia. 

-Les presento a unos amigos – les dije segundos después ya que mis padres me miraban incomodos por mi falta de educación al no presentarlos – Jasper y Rosalie Hale. Y ella es Tanya Denali. 

No pasó desapercibido para mis padres el tono en que lo dije ni mucho menos el hecho de que nuestras manos estuvieran unidas pero no dijeron nada, amaba eso de mis padres, jamás te presionaban si no querías hablar sobre algo. 

Bella en esos momentos se encontraba junto a su amiga la cual veía a Jasper de reojo, vaya, ni un día aquí y mi amigo ya tenía una admiradora. Todo hubiera sido normal si no fuera porque cache a Jazz observándola disimuladamente. Él era tímido en cuanto a las conquistas, pero parecía haber atracción entre ellos, tal vez una ayudita no les vendría nada mal, pensé. 

El corpulento amigo de Bella andaba por la misma historia pero con Rose. No dejaba de verla, si no fuera porque no lo conocía le hubiera ofrecido un recipiente para recoger la baba, si supiera que Rose ni le paraba. Acababa de terminar con su relación de dos años, no creo que quisiera algo con alguien tan pronto. 

Una vez en el estacionamiento decidimos con quien se iría cada quien. No quería dejar a Tanya pero obviamente yo me iría en el auto de Bella con sus dos amigos y Tanya, Jasper y Rose viajarían con mis padres. 

Después de varios empujones intentando meter la última maleta al Beetle logramos cerrar la cajuela. El día no estaba nublado y el sol aparecía suavemente entibiando el ambiente, el capo del estaba bajado, dejando circular libremente el aire sobre nuestros rostros. 

Alice y Emmett, quienes se habían presentado momentos atrás se encontraban en el asiento trasero mientras que yo era el copiloto de Bella. 

-Así que preciosa ¿Qué hay de nuevo? – le hable despeinando su largo y achocolatado cabello. 

-No mucho – hablo, aunque por la forma en que lo dije no la sentí muy segura. 

- ¿De verdad? – le pregunte intentando sacarle algo. 

-Si – contesto. Alice y Emmett rieron por lo bajo en el asiento trasero. Algo sabían e iba a averiguarlo. 

-¿Qué paso? ¿Saben algo? – gire un poco el cuerpo quedando de lado con la vista hacia atrás. Emmett abrió los ojos como si lo hubiera encontrado haciendo algo y Alice me sonrió. 

-No – respondió la pequeña señorita – es simplemente que mi hermano es un idiota. 

Quería reír por lo que dijo pero nunca había visto a un chico hacerle un puchero de niño a su hermana y me contuve. 

-Hey Alice no es culpa mía – respondió este. 

Lo deje pasar, en su momento lo averiguaría, en cambio seguí conversando con Bella sobre lo diferente que se veía, estaba hermosa, ya lo había notado. Su largo cabello, sus pómulos pequeños pero notorios y rosa pálido, su sonrisa encantadora y su cuerpo ya desarrollado me decían que tendría mucho trabajo espantando bichos. Ella en cambio bromeaba diciendo que yo ya no era una lombriz, está bien, si fui delgado en un tiempo pero no como ella decía, que apreciación tenia de mí en aquel entonces. 

Por lo que iba viendo de Forks, una vez que note el rotulo de bienvenida este se sentía un lugar perfecto para vivir, con mucha vegetación, grandes espacios y un ambiente poco concurrido. 


Había entendido porque Bella hablaba tanto de sus amigos, podía decir que eran buenas personas con lo poco que los conocía hasta el momento. Muy joviales, alegres y carismáticos; que decir de extrovertidos y ocurrentes. Definitivamente Emmett y yo nos llevaríamos muy bien. 

Minutos después Bella me señalaba un grupo de árboles, mientras avanzábamos pude ver entre ellos la fachada de la que ahora sería mi casa, ya hace mucho le había dicho adiós a nuestra casa en New York, ahora se lo decía a Londres. Mi madre mejoraba cada vez más en sus gustos, simplemente era hermosa, tenía un aire de sencillez combinada con elegancia que la hacía atractiva para cualquier ojo. Tendría que felicitarla por su buen gusto. 

Pensé en Tanya y en lo mucho que le complacería ver la casa pero me percate que no venían detrás de nosotros. No supe en que momento los habíamos perdido. 

-¿Qué tal la vida universitaria? – Me hablo Emmett – ¿algún consejo? 

Le hable sobre lo divertidas que eran las fiestas de fraternidad y también sobre el nivel de responsabilidad que uno debe adquirir en los estudios. Ya habíamos bajado del auto pero yo seguía hablándole sobre lo mucho que le gustaría una vez que ingresara y lo mucho que yo extrañaría ese mundo. 

Un par de minutos después oímos el auto de mi padre llegar, ordenadamente bajaron todos y nos dispusimos a llevar las maletas a la casa. Estaba tan cansado, solo quería identificar mi habitación e irme a dormir, aunque sería muy grosero de mi parte dejarlos solos. Todavía lo estaba pensando. 

-Su casa y la decoración de esta es tan exquisita – halagaba Tanya a mi madre quien le regalo una sonrisa en agradecimiento. 

Mi padre nos ofreció pasar a la sala para descansar un rato, cosa que aceptamos más que gustosos. Tanya, Rose y yo nos sentamos en uno de los sillones, Jasper y Emmett en otro y mis padres frente a nosotros en dos sillones cerca de la chimenea. 

A todo esto faltaban dos personas. ¿Dónde estaba Bella? ¿Y Alice?


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HAGO UNA ACLARACIÓN:  ESTE FIC NO ES MIO, LA ESCRITORA ES EMMA BYZE, SE QUE HAY UNA NOMINACION Y AGRADEZCO EL GESTO PERO COMO DIJE, NO ES DE MI AUTORIA, 

DE LAS QUE ESTAN EN PROCESO LA BESTIA DEL CASTILLO ES LA UNICA HISTORIA MÍA EN ESTE BLOG.






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