miércoles, 24 de octubre de 2012

La Bestia del Castillo




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Capitulo 17.- Reacciones no esperadas. 


Edward pov 

Apenas sentí el roce me levante como empujado de la cama, en cuestión de minutos encendí la chimenea. Con el miedo casi paralizándome mire hacia la cama. 

Mi esposa esta despierta, sentada y mirándome con sus enormes ojos. 

Caí de rodillas, eso es… un milagro. La partera dijo que quizá no despertaría. 

-¿Edward que…?- se movió para levantarse y no lo consiguió. 

Apenas puso su peso sobre sus pies se desplomo, un segundo antes me lance de lleno, logrando amortiguar su caída. 

-no te levantes, aun no, Dios… pensé que no despertarías nunca, la mujer dijo que tal vez no lo hicieras en mucho tiempo o que no lo harías nunca- dije abrazándola aun en el suelo. 

Me miro confundida 

-no te entiendo… ¿de qué hablas? ¿Cuándo llegaste? ¿Y nuestro hijo…? ¿Lo perdí… nació muerto… donde…?- un llanto rompió el silencio de la noche. 

-ahí esta nuestro hijo…- me interrumpió el llanto del otro- y ahí nuestro otro hijo- dije mirándola tratando apenas de no unirme al llanto colectivo de mis hijos. 

Me levante con trabajo ya que no la solté. La puse en la cama mientras encendía las velas para que ella los viera. 

-¿Dos? ¿Tuvimos dos?- pregunto tomando al más pequeño de edad. 

-no amor, tu tuviste dos, yo solo mire como los traías al mundo, esa fue la razón de que perdieras la consciencia, según Rhona todo lo que pasaste antes y el esfuerzo de traer dos te dejo mas muerta que viva, hace casi un mes que nacieron Bella, no habías despertado en todo este tiempo, por suerte pudiste alimentarlos sin necesidad de buscar una nodriza- dije. 

-¿alimentarlos como?- pregunto mientras seguían llorando los pequeños. 

-ah déjame mostrarte como, me temo que mientras dormías me tome ciertas libertades, a ver préstame a Huracán- dije tomando a mi hijo y dejándolo junto a su hermano. 

Tome a mi esposa y la deje sentada contra el cabezal de la cama, le deje al mismo niño que tomara antes entre sus brazos y con toda la pena porque esta vez esta consciente, descubrí uno de sus senos, el cual empezaba a gotear leche. El pequeño se pego de inmediato. 

-¿has hecho esto antes?- pregunto mientras sostenía al bebe y me miraba desconcertada. 

-desde que nacieron, lo siento amor, necesitaban comer y bueno tú tenías el alimento así que Carmen pensó que si los sosteníamos mientras comían estarían bien, esto lo hice cada que necesitaron alimentarse, además de lo que Alice y Rose les dan, no sé qué tipo de alimentos batidos les preparan porque a mí solo me entregan los platos y los niños- dije mientras abrazaba a Tornado. 

Cuando el otro seno empezó a gotear, pegue al otro bebe. Ante la mirada incrédula de mi esposa. 

-De verdad lo siento amor, es que si no come pronto hace berrinches, es tan enojón como yo- dije mientras ella lo sostenía con el brazo de ese lado. 

Me aleje mientras veía a mi esposa por primera vez alimentar por si sola a mis hijos y mirarlos con detenimiento. Hasta que una lagrima salió, seguía de otra y para cuando llegue a su lado lloraba con ganas. 

-¿cariño que pasa?- pregunte. 

-es que… no los distingo, no veo ninguna diferencia… no los conozco y además… me duelen lo senos… mucho- se quejo entre sollozo y sollozo. 

-mi vida, es normal, es la primera vez que los ves, yo tampoco los reconocía al principio, pero mira Tornado trae un lazo rojo y Huracán uno verde- dije descubriendo los bracitos de mis hijos. 

-¿Cómo los llamaste?- pregunto borrando todo sentimiento que no fuera coraje de su voz. 

-hum… Tornado y Huracán, es que aun no les he puesto nombre porque nunca escogimos uno y Emmet en broma los llamo así… son bastante terribles… duermen todo el día y dan guerra toda la noche, ya verás… en unos días te darás de topes como lo hago yo- dije sonriendo de nuevo. 

-no los llames así de nuevo o yo te daré de topes pero con un leño, el más grande que encuentre- dijo mientras los apretaba un poco mas contra su cuerpo. 

-de acuerdo… pero necesita un nombre- dije tratando de no reírme. 

Mi esposa esta sacando su instinto materno. Y el genio. 

-bien, el Rojo será Marco y el Verde Charlie- dijo sin más. 

Estúpido, ¿cómo no se me ocurrió antes? 

-me parece my bien, gracias cariño. Déjame ayudarte con Charlie- dije tomando a mi hijo en brazos mientras ella se quedaba con el otro. 

A diferencia de siempre que me costaba un mundo dormirlos, Marco se durmió enseguida, en sus brazos. Camine con Charlie un poco más, para cuando mire hacía la cama ambos dormían. Mi esposa aferrada a mi hijo, mi hijo con sus manos sobre el pecho de su madre. 

Me acosté junto a ella después de dejar a Huracán y quitarle a Tornado, me gusta llamarlos así y lo hare mientras ella no lo sepa. Me acomode donde siempre. Me dormí no sin poner mi mano sobre la de mi esposa. 

Por fin esta despierta, por fin está de vuelta en mi vida. Por fin estoy vivo de nuevo. 



Bella pov 

El llanto de una criatura me despertó, apenas abrí los ojos encontré a Edward dando vueltas con uno de ellos en los brazos. Antes de poder abrir la boca el otro se soltó a llorar. Se giro y lo tomo antes que yo me sentara del todo. Camino con lo dos de un lado a otro balbuceando y susurrando. 

-si quieres te ayudo con uno- dije al ver que seguía dando vueltas -quizá tienen hambre- sugerí 

-no, apenas tiene dos horas de haber comido, tienen aire, no te preocupes, duérmete, yo me encargo- dijo sonriendo. 

Me sentí rechazada, estúpidamente dejada de lado. 

Es normal que él se encargue, después de todo los ha cuidado desde que nacieron pero yo soy su madre, se supone que yo debo saber que les pasa. 

Las cosas siguieron así por días, donde lo único que hice fue alimentarlos ya que él se encargo de lo demás. Cuando no es él es Rose o Alice o Carmen, todos menos yo. Los bañan, los cambian, los duermen, los sacan a pasear. Saben cuando tiene dolor, o hambre o sed o sueño, o calor o cualquier otra cosa. 

Yo aun necesito ver el maldito color del lazo para saber cual es cual, pero ellos desde lejos y a veces solo por el llanto saben de qué niño se trata. 

-me llevare a los niños para bañarlos señora, no se preocupe y descanse- dijo Carmen tomando a Huracán… digo Charlie en brazos mientras Alice abrazaba a Marco. 

-no, trae lo necesario, los bañare aquí- dije mientras me levantaba lentamente. 

No me dejan estar de pie mucho rato, según porque durante el tiempo que dormí apenas me mantuvieron con líquidos para que tuviera leche y no estoy bien alimentada. 

-pero señora, no debe pararse aun, solo lleva despierta quince días, la boda es en dos y estoy segura que deseara estar repuesta para ese día, no se preocupe por ellos, estarán bien- dijo Carmen de nuevo. 

-sí, claro que lo estarán, tienen a todo mundo al pendiente de ellos, no es como si me necesitaran- dije con coraje. 

Me miro borrando la sonrisa pero no dijo nada más, salió de la habitación mientras yo me sumía en el llanto. 

No parecen necesitarme para nada más que no sea alimentarlos con mi leche porque del resto Alice y Rose parecen encargarse de todo. Claro que Rose solo les da de comer, cambiarles los pañales es impensable porque le da nauseas. 

Llego la noche de nuevo, los llevaron para comer ya que ahora que estoy despierta, Edward ordeno poner las cunas junto a nuestra cama, del lado donde él duerme. Les di de comer a uno primero y al otro después. Mi esposo los durmió y dejo en sus cunas correspondientes. 

-Bella me comento Carmen en la tarde que te noto molesta porque se encargan de los niños, ¿quieres decirme que pasa?- pregunto abrazándome. 

Como cada noche. 

-no pasa nada, buenas noches- dije soltándome. 

No quiero que me abrace, no quiero ni siquiera estar ahí, no soy necesaria. No me siento necesaria. 

-Bella por favor, es obvio que algo te molesta, dime que es- pidió abrazándome de nuevo. 

-no me necesitan… soy su madre y no me necesitan, cuando no estás tú esta Rose o Alice o Carmen, todos parecer saber que les pasa menos yo porque no me dejan… solo los traen para comer y se lo llevan de nuevo, si solo necesitan una vaca de crianza estoy segura que puedes encontrar quien lo haga, yo me quiero ir- dije levantándome un poco más rápido que de costumbre. 

-¿Qué te quieres ir? ¿A dónde? ¿Estás loca…? ¿Quieres abandonar a tus hijos?- se levanto siguiéndome. 

-¡¡¡no son mis hijos, son tuyos y de media comunidad pero no míos, no me han dejado ser su madre, no los ha dejado ser mis hijos y sí me quiero ir!!!- grite empujándolo tan fuerte como pude. 

Con mi grito ambos niños se despertaron llorando. 

-no digas estupideces, claro que son tus hijos…- respondió tomando a uno y luego al otro en brazos- es solo que estas aun delicada Bella, pasaste casi un mes más muerta que viva, solo queremos que descanses para que estas bien, no te los estamos quitándo- dijo de nuevo. 

Con un tono tan tranquilo que los niños se calmaron de inmediato. Los mire mientras Edward se sentaba en el sillón junto al fuego. No me necesitan, eso es seguro. 

-no lo son, si no me llevas a Forks me iré sola- dije saliendo de la habitación. 

Camine tan rápido como pude hasta las almenas. Donde el viento se lleve mi dolor, mi coraje, la furia que me hace sentir ser usada como vaca y nada más. Porque así me siento, no me preguntan que darles de comer o como vestirlos, o cuando sacarlos, solo llegan y se los llevan, me los regresan para darle leche, acto seguido se los llevan de vuelta. Edward los duerme y yo me quedo mirando. 

Me senté en una de las rocas bajas de la almena, es tan grande que pude abrazar mis rodillas y aun así tener espacio de sobra. 

-Bella… por favor, regresa a la habitación… hablemos de esto- pidió a mi lado. 

-¿Qué quieres hablar?- pregunte sin mirarlo. 

-cariño nunca ha sido nuestra intensión dejarte de lado por favor… no te sientas así. Debes entender que…- 

-¿debo? ¿Ahora soy yo quien debe? Edward, cuando te casaste conmigo solo te interesaba tener hijos, ya los tienes… me quiero ir- dije una vez más. 

-¡¡¡No, eres mi esposa y su madre, tu lugar es junto a ellos!!!- grito haciendo que su voz resonara por todo el patio. 

-¡¡¡entonces déjalos a mi lado!!! No me toman en cuenta para nada, no les baño, no les visto, no les saco a ningún lado, ni siquiera me dejas dormirles, no les doy más que leche y estoy segura que si alguien más pudiera hacerlo ya estaría ahí. No soy importante para nada más que proveer leche, Dios me ampare el día que no lo necesiten más porque seguramente se olvidaran que existo- dije entrando de nuevo. 

Subí con él casi pegado a mis pies diciendo algo sobre lo loca que estoy y que estoy sacando las cosas de proporción, cuando llegue al descansillo entre nuestra habitación y la que solía usar de recién casada me detuve dos segundos. Me seguí de frente y apenas entre cerré tras de mí. Como pude y antes de que él forzara la cerradura atravesé un sillón. 

Escuche como golpeo la puerta y las maldiciones que soltó. La bestia ha regresado. Y más furiosa que nunca. Me deje caer sobre la cama, llore hasta que salió el sol. 

Los niños se han perdido dos sesiones conmigo, mis senos duros y adoloridos están más que llenos. Pero no quiero enfrentarme al mundo. Por mundo me refiero a mi esposo. 

Antes de tomar la decisión de bajar para alimentarlos mi puerta voló en pedazos. Un Edward por demás furioso apareció en medio de los escombros. 

-o te regresas ahora mismo a la habitación o nos los ves de nuevo…-

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5 comentarios:

  1. :O la cosa se pone fea.... al menos sabemos que bella está viva, muchas gracias nena estaba intrigadisima con este capi jejeje besitosss

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  2. rayos y ahora que paso aqui que todo se puso remal....Gracias linda,sigue asi...besos..

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  3. pues te dire que me encanto me alegre enterneci y me gusta la reaccion de los ....

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  4. wow todo dio un giro muy brusco como dijo bella la bestia a regresadoo pero apoyo a bella la tienen como vaca ajajajaja

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