sábado, 29 de junio de 2013

¿Y mi final feliz?


Capitulo XX

Bella POV

Desde nuestra discusión en el bosque Edward se había pasado toda la semana siendo amable y atento conmigo. La mayor parte del tiempo se encontraba en el hospital por su pasantía pero una vez que regresaba antes de saludar a su novia se acercaba a mí y depositaba un beso en mi frente.

No habíamos vuelto a tocar el tema, pero las cosas no iban como deseaba. Aunque finalmente Jake podía visitarme, (después de una larga llamada pidiendo perdón, tanto el como yo) Edward jamás se encontraba en el mismo lugar que él, las únicas palabras que habían cruzado fue la primer vez que Jacob paso a recogerme.

Habíamos quedado en ir a tomar un helado con Jake y el pasaría a buscarme a las cuatro. El timbre sonó mientras Edward y yo nos encontrábamos en la sala. No tuve tiempo de levantarme cuando mi hermano se acercaba a la puerta.

-Jacob – hablo Edward con voz amenazante.

-Edward – contesto este.

Se miraron unos segundos mientras yo quería tomar la mano de Jake y salir corriendo de ahí. La tensión era palpable – si la hieres te mato – Edward se volteo sin darle tiempo a Jake de contestar. Por una extraña razón sus palabras no me sonaron tan mal como creí que lo harían. Solo vi su espalda antes de salir de la casa.

Esperaba, no, deseaba que poco a poco Edward entendiera que Jacob estaba en mi vida.

Edward POV

Lo había jurado y lo cumpliría. Recuperar la confianza de Bella era lo más importante para mí, la necesitaba.

-Edward – llamo Tanya desde mi habitación.

-Un momento, ya subo – me encontraba dejando mi maletín sobre la mesita del living. Estaba exhausto, ya eran tres semanas de mi pasantía ayudándole a mi padre con sus pacientes y colaborando con la clínica.

Las cosas habían mejorado (si podía llamarle así a las cortas y casi inexistentes conversaciones que bella y yo teníamos), yo intentaba controlar mi carácter lo mejor posible, la idea de ver a mi hermana junto a ese perro era como tragar hiel gota a gota.

Gracias a Dios jamás tenían demostraciones de cariño frente a mí y no es como si pudiera verlas ya que en cuanto él llegaba yo me iba, su sola presencia me fastidiaba hasta lo más profundo.

-Edward – volvió a gritar Tanya.

-Voy – le dije mientras caminaba lento hacia el segundo piso.

Solo quería tirarme sobre la cama y descansar. Sabía que olvidaba algo pero en este momento no tenía ni ganas ni fuerzas para pensar en lo que podía ser. Al parecer Tanya tenía otra idea porque en cuanto abrí la puerta solamente vestía un muy sugestivo Baby doll rosa, se miraba preciosa como siempre pero mis ánimos no eran los adecuados para lo que ella quería.

Sonrió al verme y se acercó a mí de manera coqueta cerrando la puerta con llave - ¿Qué haces? – le pregunte.

-Pienso besar a mi novio – dijo acercándose a mi cuello.

¿Beso? Oh… beso. Ya recordaba mi olvido.

-Tanya – le llame mientras sentía que dejaba besos húmedos sobre mí, lo que en otra ocasión significaba mi perdición ahora había perdido toda eficacia.

- ¿Has visto a Bella? – di un paso hacia atrás.

- ¿Qué? – pregunto bajo buscando mi oreja.

La tome de los hombros alejándola de mi - ¿Qué si sabes donde esta Bella? ¿La has visto? – frunció los labios molesta.

-Bella, Bella, Bella, Bella – hablo fuerte moviendo las manos – lo único que sale de tu boca desde hace dos semanas es solo Bella. Que si ¿dónde está? ¿A dónde salió? ¿Con quién salió? ¿A qué hora regresa?... estoy harta – grito.

-Es mi hermana y me gusta saber dónde está – le respondí molesto por su reclamo.

-Ese es el problema – busco un abrigo y se lo coloco – es solo tu hermana. Pero pareces un hombre celoso; si no supiera lo que es en tu vida diría que estás enamorado de ella.

-¿Qué? –reí por su loca idea. – Estas demente.

-Oh sí, yo soy la demente – dijo irónica – no soy yo la que me paso con el reloj en mano contando cuanto tiempo se tarda Bella en llegar si sale con Jacob o la que se va a la habitación contigua a escuchar sus conversaciones. – Se puso los zapatos – aquí hay alguien demente y definitivamente no soy yo.

-Yo no lo soy – le grite molesto – solo me preocupa su seguridad y que él no le haga daño.

Tanya exageraba las cosas, es que no podía ver lo mucho que temía que él le hiciera algún daño. Yo mismo le había contado parte de las cosas del día que lo conocí y ella había dicho que era todo un amor por cuidar a mi hermana como yo lo hacía y ahora me salía con esto.

-Claro que lo eres – sonrió sin vida moviendo la cabeza – estás enamorado de ella, acéptalo.

- Estas loca – me acerque a ella viéndola a los ojos – yo estoy enamorado de ti no de ella, ella es mi hermana. Esa es la cosa más espantosa que has dicho. ¿Qué es lo que te pasa?

-¿Por qué simplemente no lo aceptas y ya? – me empujo cuando intente abrazarla.

-No voy a aceptar algo que no es verdad – en serio, ¿Qué le pasaba a Tanya para decir esa barbaridad? – solo estas celosa porque no te pongo tanta atención como antes.

-Ja… - ironizo – tal vez estaré celosa pero sé que digo la verdad, o si no… - dejo caer el abrigo que traía – bésame y hazme tuya en este momento.

Me acerque a ella dando grandes zancadas, solo tres pasos nos separaban. Pero por alguna razón me quede ahí viéndola a los ojos con poca sino nula tentación hacia sus labios.

-No puedes verdad – soltó mi abrazo – no le has dado un beso a tu Bella como para poder darme uno a mí.

-Eso no es cierto – me aleje de ella caminando al otro lado de la habitación – es solo que estoy demasiado cansado como para tener sexo contigo.

-¿Sexo conmigo? – Levanto una ceja - ¿desde cuándo tenemos solo sexo? Siempre decías que lo nuestro era hacer el amor.

Me tiro una de las pantuflas que andaba pegándome en el hombro – ves, si eso no es una prueba más de que tú ya no sientes por mí lo que sentías antes entonces no sé lo que es – bajo su cabeza – pero una cosa sí es cierto. Te enamoraste de tu hermana y tú ni siquiera te diste cuenta.

-Estás loca – le grite pasándome la mano por el cabello – que clase de pervertido me crees para cometer incesto y con mi hermanita. Es Bella por Dios, la bebe que he visto crecer toda mi vida.

-Sera muy tu hermanita… - saco unos pantalones de la gaveta y se los coloco – pero eso no impidió que te enamoraras de ella.

Mi cabeza me daba vueltas, el cansancio y la ahora supuesta verdad de Tanya me tenían al borde de un colapso. ¿Cómo se le podía ocurrir algo así? Sabía que no le había puesto mucha atención últimamente pero no era como para que se inventara algo como eso.

-Sí, para mañana en la tarde estaría bien – me había perdido en mis pensamientos cuando me percate que Tanya se encontraba ya totalmente vestida y hablaba por teléfono – a Londres… no solo de ida.

¿Se iba? Su reacción llegaba al límite de lo absurdo – tu no vas a ningún lado – le quite el teléfono de las manos.

-¿Me detienen tú y quien más? – tomo su maleta y empezó a llenarla con su ropa – porque la verdad Edward no puedo pelear por algo que ya perdí.

¿Cómo reaccionaba a todo esto? No sabía si reírme por su tonta ocurrencia, enojarme por su calumnia o llorar porque me dejaba; aunque de lo último no tenía ningún sentimiento parecido.

Se acercó con paso decidido hacia mí, por un segundo pensé que me daría una golpe, una cachetada o algo por el estilo pero fue todo lo contrario. Me abrazo con necesidad y me vio a los ojos totalmente dolida pero con orgullo.

-Adiós Edward, espero la vida te dé más que esto y puedas enamorarte de alguien más que no sea tu hermana – y seguía con lo mismo – porque de verdad mereces ser feliz.

Beso mis labios suavemente despidiéndose. No pude corresponderle, mis labios no reaccionaron al contacto de los suyos. Se sentía nada, se sentía como si los nervios sensibles se hubieran desconectado.

Tomo sus maletas y camino hacia la puerta – me despediré de tus padres – me vio a los ojos – no te preocupes, no les diré las verdaderas razones por las que me voy.

-No te vayas – vi sus ojos brillar – yo te llevare al aeropuerto mañana - ¿Pero que había dicho? Se supone que debería de estarle rogando a la mujer de mi vida para que se quedara pero no… aquí estaba yo diciéndole tal cosa.

-No es necesario – bajo su mirada, sabía que la había herido, yo me estaba convirtiendo en el peor patán de mundo – me iré a un motel.

-¿Quieres que te lleve? – sigue así Edward y te odiara para toda la vida.

Vi una lágrima recorrer su mejilla, pero no supe que hacer. No tenía esa necesidad de consolarla como antes, era como ver a una chica desconocida que llora y lo único que se te pasa por la mente es ¿Qué le pasara? Pero de ahí nada. Me sentí basura, era un completo desgraciado. ¿Dónde habían quedado mis palabras de querer pasar con ella el resto de mi vida? ¿Dónde estaba esa necesidad de pasar junto a ella cada minuto que pudiera?


Me encontraba en mi habitación meditando todo lo que había ocurrido unas horas atrás. ¿Por qué había pasado todo esto? ¿Qué había sido del amor que sentía por Tanya? ¿Por qué me sentía cómodo con la idea de no estar con ella? Y sobre todo ¿en un mundo extraño e imposible Tanya tendría razón?

Miles de preguntas se amontonaban en mi cabeza sin posibilidad de darles respuestas, estaba confundido, estresado y un fuerte dolor de cabeza hacía imposible que conciliara el sueño.

Oi la puerta principal abrirse, eran las dos de la mañana y ya todos estaban en casa o lo suponía. Me levante pensando en que tal vez alguien había entrado a robar. Me puse una camiseta y baje a averiguar.

Alice POV

Jamás me había divertido tanto con Bella desde que la conozco, ella siempre había sido tan tímida y a todo decía que no. Todavía no entendía por qué había aceptado la apuesta de Emmett. Después de cinco tequilas su ánimo estaba a mil. Era la primera vez que probábamos alcohol, y aunque a mí no me gusto parece que a mi querida amiga le había resultado diferente.

Todavía no podía creer que Bella viniera con la camisa de tirantes anudada hasta arriba y con los pantalones descendidos hasta la parte baja de las caderas. ¿Dónde había quedado mi santa amiga? Estúpido Emmett que le había dicho que no era capaz de lucir sexy y atrevida. Sabía que él no lo hacía por verla porque Rose lo tenía más que embobado y ahora para el no había otra mujer que no fuera ella, solo lo había hecho por molestarle y para sorpresa de todos ella (ya subida por los tragos) acepto.

Abrimos la puerta de la mansión Cullen (porque si era, aunque parecía un castillo para mi) muy entrada la noche. Supuestamente ella se quedaría en mi casa pero por alguna extraña razón se la paso brincando de un lado para otro pidiendo que la trajéramos de vuelta. No podía dejarla sola en su estado y menos si sus padres la veían; sería un fijo castigo para ella y por consecuencia para mí. Definitivamente mi hermano era la peor influencia del mundo.

Le quite el abrigo empapado por la lluvia e hice lo mimo con el mío. Hacia frio pero pronto estaríamos en su habitación (si nadie nos pillaba). Bella no dejaba de reírse y hablar incoherencias. Se miraba tan mona describiendo en la oscuridad lo lindo que era Jake cada vez que le daba un beso y con su imitación de cómo le tomaba los cachetes para molestarlo.

-Edward no quiere a Jake – hablo bajito apoyándose en mi hombro – y no sé porque.

-Cariño, ya se le pasara. Solo ten paciencia – recogí hacia un lado su cabello mojado.

- Y sabes que es lo peor de todo… – sus ojos se veían perdidos - Que lo extraño demasiado, quisiera que volviéramos a ser los de antes.

Mi amiga sufría por su hermano. Ella en pocas ocasiones me había contado lo sucedido y el como el intentaba arreglar las cosas pero por alguna razón no lo lograban. Muchas veces intente hablar con ella pero cambiaba el tema mencionándome a Jasper y yo como loca enamorada me pasaba horas describiendo lo feliz que era.

Mi Jazzy es un amor. Su semana de cortejo fue tan hermosa y oh, cuando me beso, sentí millones de mariposas en mi estómago, las piernas me temblaban, mi corazón palpitaba queriendo salir de mi cuerpo y me sentía flotar. Jamás había besado a nadie más pero sabía que eso solo se sentía si amabas a alguien y yo Alice Swan estaba completamente enamorada de él.

-¿Bella? ¿Alice? – O no, nos encontraron - ¿Por qué están en la oscuridad?

-Edward… hola – piensa Alice, piensa – es que no queríamos despertar a nadie.

Encendió la luz, sus ojos me miraron inquisitivos buscando comprobar mi respuesta y yo como lo buena actriz que era le sonreí mostrando mis dientes (dicen que una buena sonrisa convence a cualquiera) su cuerpo se relajó un segundo antes de ver a Bella.

-¿Qué…que, que? – Sus ojos se abrieron de par en par observándola de pies a cabeza – Bella, que es, que es, que es eh… - lo vi respirar errático ¿Qué pasaba aquí?

– Tú – me señalo

-¿Yo? – le pregunte inocente

- ¿Qué es esto? – miraba a Bella de reojo.

-¿Qué es qué? – yo no tenía la culpa y mi mejor defensa era hacerme la desentendida.

- ¿Qué dijiste?

Esta era la situación más extraña del mundo, Edward no estaba enojado y miraba constantemente a Bella.

-Edward –me incline buscando su mirada – oh Edward – le llame de nuevo pero no contestaba ni me veía. Sus ojos estaban totalmente concentrados en ver a su hermana.

Bella hasta el momento no había dicho palabra alguna – Edward – chillo esta al percatarse de su presencia - te extraño – camino hacia él.

Ella lo abrazo, en otras circunstancias yo sería la primera en alegrarme por el hecho pero hoy, precisamente esta noche las cosas no eran como debían. Mi frustración estaba llegando al límite. Mi sexto sentido había decidido abandonarme. Maldito alcohol.

Una cara de espanto apareció segundos después en el rostro de Edward y antes de que me diera cuenta desapareció de la sala, solo una Bella tambaleando quedaba en la habitación. ¿Qué había pasado aquí?

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Perdón el retraso chicas, pero aqui esta el capitulo correspondiente al viernes :)

1 comentario:

  1. vaya vaya... sentimientos extraños empiezan a renacer jejeje pero en serio son hermanos biologicos? jooooo ya quiero saber mássss. Gracias por el capi nena ;)

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