viernes, 21 de junio de 2013

¿Y mi final feliz?



Capitulo XIX
Diciendo la verdad...
¿Qué clase de domingo era este?...
Me sentía en la dimensión desconocida. Edward y Tanya (estos no contaban), Alice y Jasper e increíblemente Emmett y Rose se encontraban emparejados en diferentes puntos de la casa como si esta fuera un lugar de citas. Y para el colmo mis padres habían salido a Seattle a una reunión importante y luego se tomarían la noche para una velada romántica.
La pobre Bella (o sea yo) tuvo que ingeniárselas para no sentirse más mal de lo que ya soportaba. Si tan solo Jake estuviera aquí toda esta situación no me importaría en lo más mínimo. Oi música alegre, casi compro una secadora que ni necesito por ver TV ventas, ordene pizza, arregle mi habitación y hasta platique con un pajarito que se asomó a mi ventana preguntándole como se veían las cosas desde el cielo. Ridículo, pero todo con tal de llevar una tarde tranquila.
Definitivamente había sido ignorada por todos. Desde que Alice cruzo más que un hola con Jasper después del desayuno estos no dejaron de hablar, tanto así que eran las cuatro y mi amiga todavía estaba en piyama.
Cuando Emmett llego, como a eso de las once se asombró al ver a Alice de esa manera pero no le importó una vez que Rose se asomó. ¿Qué acontecimiento cósmico había ocurrido ese día para que todos encontraran a su pareja?
-Qué más da – me dije a mi misma caminando hacia la parte trasera del jardín. A lo lejos se veía un camino y pensaba seguirlo. Si querían estar solos, solos estarían.
No avise a nadie ¿para qué? Simplemente tome mi celular, me coloque mi gorro favorito y mi sudadera y emprendí mi viaje a no sé dónde. Muchas veces había visto ese camino pero hasta hoy me atrevía a seguirlo.
Todo a mí alrededor era verde y más verde, simplemente precioso, pero tristemente la imagen solo traía a mí un recuerdo: unos ojos esmeralda.
-Eres tonta – me regañaba – todo va a estar bien, simplemente necesitas decir las cosas y punto. No seas una cobarde, el necesita saberlo. Edward debe saberlo – asentí aceptando mis palabras.
-¿Qué es lo que debo saber? – esa voz, mi corazón se congelo en el momento en que la primer palabra salió de su boca. ¿Me había seguido? En qué momento, no oi a nadie detrás de mí.
- Ed… Ed…. Tú – termine señalándolo ya que no pude llamarlo por su nombre - ¿Qué haces aquí?
Me miro avergonzado y luego volvió a su postura original – necesitamos hablar – su voz era seria y muy segura.
-Tienes razón – era hora de la verdad y estábamos solos, no podía desaprovechar el momento.
- Tú empiezas primero – se sentó sobre una roca húmeda junto al camino así que me pare frente a él y tome aire.
¿Cómo empezaba? Mi corazón palpitaba tan rápido como un colibrí y sentía sus ojos analizar todos mis movimientos. Mordí mi labio inferior buscando las palabras correctas, pero cuales palabras, a esta altura mi única opción era ser directa y honesta.
-Te mentí – solté sin verlo a los ojos - y te he ocultado información.
- Lo sé – movía sus manos incomodo – lo supe en el momento en que… bueno, dijo que era tu amigo.
-Edward – lo llame ya que veía hacia otro lado cuando dijo lo último – él no es mi amigo.
Vi sus ojos cambiar, ¿eso que reflejaban era alegría? – De verdad – sonrió… creo que sí.
-No del todo – acepte – él es…
- Alguien al que le gustas –afirmo.
Asentí, era cierto, yo le gustaba a Jake. Por algo era su novia o no. Ok Bella, aquí vamos, mi mente ya lo había decidido.
-Jake y yo somos Novios – hubo silencio, solo el viento rosaba mi cara dándome la serenidad que necesitaba en ese momento.
Dos minutos después y nada, Edward no se movía, no pestañeaba, ni una tan sola palabra salía de sus labios. Me estaba preguntando si lo de Alice era contagioso cuando Edward se levantó abruptamente.
-No es cierto – grito acercándose a mí – dime que no con él. Por favor Bella… - apretó un poco mis hombros.
- Me lastimas – moví mis hombros para zafar su agarre pero este solo apretó más – Edward.
- Déjalo – me ordeno – termina con él y olvida que existe.
- ¿Qué? – la reacción de Edward fue peor de lo que creí. Sabía que se molestaría pero esto era demasiado. Como era capaz de pedirme algo así.
- Él no es bueno para ti – sus ojos eran penetrantes – hazlo por mí.
- Edward… No entiendo ¿Qué es lo que pasa? ¿Porque no te gusta Jake? – habla suave intentando calmar las cosas.
- Y todavía lo preguntas – mantenía sus puños apretados desde hace varios segundos – él te hirió Bella y yo no puedo permitir algo así.
- Él no me ha herido – estaba entendiendo mal las cosas – yo fui la de la culpa. Si no hubiera sido por mi miedo a decírtelo el jamás habría actuado como lo hizo.
-¿Miedo? – Abrió sus ojos incrédulo de mis palabras - ¿me tienes miedo?
Se veía desilusionado, pero algo me decía que no era de mí. Su antes postura defensiva se había convertido ahora en una temerosa ¿pero de qué?
-Un poco – acepte – tenía miedo a esto. Temía el hecho de que no quisieras que Jake estuviera en mi vida y ahora lo confirmas.
- Bella…. Yo… yo… - suspiro sonoramente pasando su mano por su broncíneo cabello – yo solo quiero tu seguridad.
- ¿Qué significa eso Edward? Porque la verdad no te entiendo – sus palabras me alteraron un poco – sabes, ya no soy una niñita que necesita protección. Puedo cuidarme sola y la verdad no necesito de ti para sobrevivir. Eres mi hermano, si, y siempre serás parte de mi vida pero el mundo no se mueve solo por ti.
No espere respuesta de su parte, sabía que mis palabras habían sido hirientes pero por el momento no quería arrepentirme, esperaba dejar ese sentimiento para después. Avance varios metros antes de sentir la mano de Edward detenerme.
-¿Qué? ¿Ahora qué quieres? – Le grite – no tuviste suficiente ya o quieres que te deje claro que no pienso dejar a Jacob solo porque ya no puedes controlar más mi vida.
-Cállate – tapo mi boca con su mano – antes de que sigas destilando ese veneno que tienes para mi déjame hablar.
Cruce mis brazos y retrocedí dos pasos dándole lo que tanto deseaba. Si quería hablar lo dejaría, nada podía salir peor de lo que ya estaba así que lo único que perdería sería un par de minutos porque lo de los hermanos inseparables ya ratos se había ido a la borda.
-Yo también te oculte información – comenzó – no te dije nada a cerca de Tanya y tú la aceptaste sin reprocharme nada. Eres mejor que yo en eso.
Se movía de un lado para otro y ya me estaba exasperando. Su actuar era como si no supiera que hacer, pero sus palabras, estas me habían dolido más de lo que podía reflejar. Él decía que yo era buena, pero mi comportamiento anterior no había sido el mejor.
-Preciosa… – tomo mis manos – perdóname. Tienes razón, tú ya no eres una niña y yo debo aceptar tus decisiones me gusten o no.
¿Por qué era tan lindo conmigo si yo lo había tratado mal?
Edward POV
Me sentí mal cuando Bella se excusó esa mañana en el desayuno. Quería hablar con ella pero Tanya había aparecido interrumpiendo el momento en que Bella parecía que me diría algo. Su mirada era de tristeza. Verla así me dolía, nada iba como me lo había imaginado en el momento que le dije que regresaría.
Tanya y yo nos encontrábamos en el balcón de mi habitación viendo el precioso paisaje trasero que nos brindaba la casa. Me sentía incómodo, toda la mañana y lo que llevaba de tarde me la pase pensando en cómo acercarme a Bella y hablar de lo que le sucedía.
Era grosero de mi parte no pasar más tiempo con ella, solo llevaba un día aquí y me la había pasado en la mayoría del tiempo solo con Tanya. Esta notaba mi incomodidad pero no decía nada, me conocía y sabía que las cosas salían por mi propia voluntad y si no le había dicho nada es porque no quería aun.
Necesitaba recuperar a mi hermana, me sentía solo sin ella. Siempre había sido mi amiga, mi confidente y la persona que mejor me conocía en el mundo. El vacío que tenía en mi pecho por su lejanía se mantenía latente y sin mejora alguna.
-¿Esa es Bella? – me pregunto Tanya señalando hacia el bosque.
Ella caminaba en dirección a una pequeña vereda junto a la casa ¿a don de creía que iba y sola?
Me levante caminando hacia la puerta para seguirla. Si pensaba ir a algún lado definitivamente iría conmigo. No necesite decirle nada a Tanya, ella entendía que mis problemas eran con Bella.
Afuera estaba helando y el sol apenas se notaba entre la espesura de Forks. Apresure mi paso intentando alcanzarla. Bella sola y en un bosque, no era la mejor idea que se le haya ocurrido.
Desde lejos la veía mover los brazos como si estuviera hablando con alguien y su caminar era apurado.
- cobarde, el necesita saberlo. Edward debe saberlo – eh… ¿de que hablaba Bella? Se oía conflictuada. ¿Qué era lo que me tenía que decir para que estuviera así? ¿y porque era cobarde?
-¿Qué es lo que debo saber? – le hable sin importarme el hecho de que no estaba al tanto de mi presencia.
Su expresión fue de susto al darse cuenta que era yo, sus ojos mostraban preocupación e indecisión.
- Ed… Ed…. Tú – tartamudeo - ¿Qué haces aquí?
Me dio algo de pena que me dijera eso, si era un intruso en su conversación personal pero eso no era a lo que venía – necesitamos hablar – hable para que entendiera las razones de mi presencia ahí.
-Tienes razón – suspiro mordiéndose el labio. Estaba nerviosa, solo hacia eso cuando era así.
- Tú empiezas primero – le dije, ella era la que hablaba sobre decirme algo. Me senté sobre una roca mientras Bella se colocaba frente a mí.
Parecía no decidirse, sus movimientos, su constante morder de labios y el hecho que no me veía a los ojos no era buena señal.
-Te mentí y te he ocultado información –finalmente dijo algo. Información que tenía a medias y que me confirmaba en ese momento. Pero si de personas poco informativas hablamos yo no me quedaba atrás.
- Lo sé – tome aire – lo supe en el momento en que… bueno, dijo que era tu amigo.
No me había gustado el hecho de que él lo dijera y menos me gustaba el que Bella lo confirmara, pero al fin de cuentas este o no feliz por eso era verdad.
-Edward – oí su vocecita llamarme – él no es mi amigo.
Mis sentimientos cambiaron totalmente, de creer que tendría que aceptar a ese hombre en la vida de Bella pase a emocionarme (sin reflejarlo) porque no lo volvería a ver. Era la mejor noticia del día.
– De verdad – no pude evitar sonreír cuando dije las palabras.
-No del todo – bajo la mirada – él es…
No es cierto, por favor. Retráctate, Bella… dime que solo es un conocido. Sus palabras amenazaban con martillar mi cabeza.
- Alguien al que le gustas – termine su oración. Eso se notaba a legua. La forma en como la veía cuando los encontré era una de las primeras cosas que me había molestado.
Movió su cabeza asintiendo, ella también lo sabía. ¿Qué pensaba decirme? ¿Qué también le gustaba? Eso no era una buena idea Bella, tu amigo no amigo no es merecedor de ti.
-Jake y yo somos Novios – soltó sin anestesia. ¿Qué ellos que? No podía procesarlo, no podía creerlo. Yo suplicando (mentalmente) que no le gustara a ella y está ya estaba con él, tanta desconfianza tenia de mí que no me había contado nada de eso.
Sentí mi cara arder, mi corazón palpitaba fuerte por el malestar que me producía la idea de ver a mi hermanita con ese animal. Porque eso era, un animal si había hecho llorar a Bella. No, no y no. Definitivamente Bella y el no serían novios, no en mi presencia. Mi hermana merecía a alguien mil veces mejor que él.
Me levante sin medir fuerzas. Tenía que hacer algo.
-No es cierto – le hable fuerte acercándome a ella – dime que no con él. Por favor Bella… - la tome de sus hombros buscando respuesta.
- Me lastimas – oi sus palabras pero no eran lo que quería escuchar y solo la sostenía para que no me dejara con la duda– Edward.
No me contestaba. Obvio Edward - hablo mi conciencia - Su silencio es la respuesta, el que calla otorga.
- Déjalo – salieron mis palabras sin medirlas, si, lo había dicho. Pero era cierto que quería que lo hiciera. – termina con él y olvida que existe.
- ¿Qué? – su pregunta me dolió. Es que acaso no entendió que él no la merecía. Acaso no veía bien las cosas.
- Él no es bueno para ti – la mire a los ojos – hazlo por mí – le pedí como última opción. Ella siempre había cedido a esas palabras.
- Edward… No entiendo ¿Qué es lo que pasa? ¿Porque no te gusta Jake? – su voz apenas llegaba a mis oídos por lo bajo que hablaba pero escuche cada una de sus preguntas.
- Y todavía lo preguntas – ¿es que hablaba en alemán para que no me entendiera? – él te hirió Bella y yo no puedo permitir algo así.
- Él no me ha herido – lo volvía a defender – yo fui la de la culpa. Si no hubiera sido por mi miedo a decírtelo el jamás habría actuado como lo hizo.
Por Dios, mi propia hermana me tenía miedo. ¿Qué clase de monstruo era para que sintiera eso por mí? Sentí mi corazón quebrarse, era imposiblemente doloroso darse cuenta de lo que producía en Bella.
-¿Miedo? ¿Me tienes miedo? – pregunte intentando pensar que había escuchado mal.
Criticaba a su… novio, pero yo no era mejor que él.
-Un poco – acepto– tenía miedo a esto. Temía el hecho de que no quisieras que Jake estuviera en mi vida y ahora lo confirmas.
Su voz sonaba dolida.
- Bella…. Yo… yo… - ¿Qué le decía? Sentir mi cabello entre mis manos solo provocaba querer arrancármelo – yo solo quiero tu seguridad.
- ¿Qué significa eso Edward? Porque la verdad no te entiendo – tenía una expresión que jamás había visto en su rostro – sabes, ya no soy una niñita que necesita protección. Puedo cuidarme sola y la verdad no necesito de ti para sobrevivir. Eres mi hermano, si, y siempre serás parte de mi vida pero el mundo no se mueve solo por ti.
Sus palabras, demasiado ciertas me hicieron sentir peor. Sí, yo era su hermano mayor, si yo prometí protegerla pero ahora me daba cuenta que no solo era de los demás que debía hacerlo. Perdí el hilo del exterior mientras pensaba y fue después que me percate que Bella no estaba conmigo. Ella se movía decidida a través del camino. Tenía que conseguir su perdón, podía perder cualquier cosa pero no podía perderla a ella.
-¿Qué? ¿Ahora qué quieres? – Grito cuando me tome su mano – no tuviste suficiente ya o quieres que te deje claro que no pienso dejar a Jacob solo porque ya no puedes controlar más mi vida.
Suficiente, no podía dejar que su corazón se llenara de odio hacia mí -Cállate – le dije tapando su boca con una de mis manos, necesitaba que dejara de hablar - antes de que sigas destilando ese veneno que tienes para mi déjame hablar.
¿Dónde estaba la niña dulce que había conocido? – Guardada muy al fondo de su corazón para no ser herida ahora por ti – gritaba mi conciencia torturándome. Si buscaba enemigos yo mismo era uno.
-Yo también te oculte información – quería hacerla sentir mejor – no te dije nada a cerca de Tanya y tú la aceptaste sin reprocharme nada. Eres mejor que yo en eso.
Era verdad, había actuado mal al no contarle y sentía que su desconfianza hacia mí era el producto de mis actos al no tomarla en cuneta.
-Preciosa… – tome sus pequeñas manos– perdóname. Tienes razón, tú ya no eres una niña y yo debo aceptar tus decisiones me gusten o no.
Necesitaba su perdón, necesitaba que las cosas volvieran a ser como antes. Jamás había pensado que Bella y yo nos encontraríamos en esta posición.

Haría lo que fuera necesario para que ella volviera a creer en mí. Aunque me tocara soportar a su noviecito y fingir aceptación. Pero por Bella haría cualquier cosa.

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Mis niñas después meses de no actualizar esta historia por fin la retomamos...

El lunes que viene tendran capi nuevo de "Volvemos al Amor"

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