domingo, 11 de noviembre de 2012

La Bestia del Castillo



Capitulo 19.- Aprendiendo a vivir de nuevo 



Bella pov 

-tengo que viajar por unos días, ¿te gustaría venir conmigo?- pregunto Edward en la mañana mientras desayunábamos en el comedor. 

- no - dije en respuesta. 

Termine y me levante rápidamente. Quiero bañar a mis hijos, Carmen me acompañará a llevarlos al campo un rato. 

-Bella… por favor, no podemos estar así más tiempo, hace dos semanas que no duermes conmigo y que no me hablas, por favor… te juro que nada paso, perdóname ya. Esto no nos hace bien- suplico siguiéndome. 

Quiero decirle que todo está bien, quiero creerle, quiero borrar todo lo que nos separa pero la imagen de él saliendo de donde ella y la mirada de ella saliendo de su despacho no me deja. 

-Estaré en el pueblo con los niños, no sé a qué hora regreso- fue mi respuesta. 

Me aleje de él. 

Porque estar cerca me mata. Arregle a mis hijos y los vestí mientras Carmen preparaba la comida que llevaríamos. Salí con ambos en cada brazo. 

Pesan lo suficiente como para pensarlo bien antes de bajar. Es arriesgado llevarme a los dos al mismo tiempo, me regrese dejando uno y llevando al otro. 

-yo voy por Charlie, Carmen está en la cocina, si no te molesta iré contigo al pueblo, quiero asegurarme que ella se ha ido tal como ordene- dijo mi esposo cuando lo encontré en el comedor. 

-¿ella se va?- pregunte sin saber si he entendido bien. 

-sí, eso le dije esa noche, que debía irse. No quise que te sintieras incomoda con su presencia- dijo mirándome -sé que no me crees y que no me quieres cerca pero te voy a demostrar que te amo y que nada es más importante para mí que tu. Si para el fin de este día aun estamos mal… te dejare ir con los niños de vuelta a Forks- dijo sin mirarme. 

Se dirigió a la habitación mientras mi corazón sentía algo que lo aplastaba. 

Yo quiero dejarlo, o eso creí hasta que la posibilidad estuvo ahí. Vi pasar a Garrett. Lo llame y le entregue a mi hijo con la orden de que lo llevara con Carmen. Subí corriendo a donde Edward estaba. Sentado en la cama, mi otro hijo aun en la cuna, mi esposo llorando en silencio. 

-no quiero irme, no quiero estar lejos de ti, pero… las cosas parecen no tener arreglo entre nosotros. No sé como sentirme, no sé cómo ser tu esposa de nuevo… no sé como…- callé cuando vi a Carmen en la puerta. 

-señora, señor si no les molesta llevare a los niños con mi hija, una de las chicas me ayudara. No se preocupen por nada, los traeré en la noche- dijo la mujer entrando, tomando a mi hijo y saliendo tan rápido que parecía huir de algo. 

-quédate… quédate a mi lado, quédate conmigo. Te amo…- dijo tomando mi mano y jalándome hacía él, besándome lento al principio. 

Con un suave abrazo apenas. Tocándome solo lo necesario. 

-no sé como… ya no sé cómo ser tu esposa- repetí mientras lo abrazaba fuertemente. 

-déjame enseñarte como…- dijo soltando los lazos del vestido. 

Lo deslizo por mis caderas dejándome semidesnuda. Me sentí incomoda, aun estoy enorme, según Carmen inflamada por los bebes, han pasado menos de tres meses desde que nacieron y no me siento segura de mi cuerpo. 

Me cubrí apenas pude soltarlo, no me gusta la imagen que el espejo me muestra y no creo que le guste tampoco a él. Ese es el motivo por el que verlo salir de casa de ella me dejo en pedazos. 

-no lo hagas, no te cubras de mi, eres hermosa… justo así- dijo tomando mis manos y retirándolas de mis cuerpo. 

-estoy gorda- 

-estas recuperándote de lo que Tornado y Huracán hicieron contigo… parece que los hombres de esta familia solo servimos para lastimarte e incomodarte- susurro con sus labios en mi piel. 

La piel entre mis senos fue el primer objetivo, siguió el sendero de besos primero hacía uno, luego hacía el otro. Apenas los rozo. 

-tus desastres naturales ya comieron- murmure. 

Acto seguido sentí sus labios tomar uno y chupar apenas. Suavemente, con toda la ternura que hacía mucho no veía. Me acerco mas a él, con sus manos en mi espalda sujetándome mientras su boca hace maravillas en mi cuerpo, en mis senos lechosos, espero que no se me arruine el momento. 

No fue así. 

Apenas intensifico el movimiento empezaron a gotear. 

-carajo- me gire mientras tomaba una manta de la cuna. 

-creo que evitare ponerles tanta atención, ven no te alejes, no me dejes así- dijo levantándose de la cama y abrazándome por la espalda con su erección pegada a mis nalgas. 

Tomo la manta y la dejo sobre mis senos mientras me besaba el cuello sin dejar de acariciarlos, apretarlos y estrujarlos. 

-harás que salga más- dije entre gemidos. 

Dejo las manos quietas pero sus besos se convirtieron en mordiscos, suaves al principio, mas fuertes mientras los minutos pasaban. Bajo sus manos por mi vientre, acariciándome con reverencia. 

-te amo…- susurro en mi oído mientras me llevaba a la cama sin separar su cuerpo de mi. 

Se desnudo y nos acostamos, entre besos y caricias suaves más que amarme puedo decir que rindió tributo a mi cuerpo, no dejo una mínima parte sin besar, acariciar, tocar. 

Me amo con delicadeza, sin prisas. Lo ame de igual manera. 

No hubo variedad en posiciones esta vez. No me siento segura como para eso. Pero fue igual de excitante que antes… como al principio de nuestras noches de placer. 

La noche llego sin que estuviéramos satisfechos del todo, pero el llanto de mis hijos fue suficiente para que nos vistiéramos y dejáramos el placer para después. 

-señora ya comieron pero no dejan de llorar- dijo Carmen mientras me dejaba a Tornado… Marco y entregaba a Charlie a su padre. 

-nosotros nos encargamos Carmen, gracias- dijo mi esposo cerrando apenas salió la mujer. 

Lo puso en su hombro mientras yo le daba de comer al que tenía en brazos. Apenas lo acomode se pego a mí. En minutos estuvo dormido. Lo puse en su cuna mientras Ed me entregaba a Charlie, quien hizo lo mismo que su hermano. 

-¿crees que ya pueda…?- no termino de preguntar pero sus manos tomaron mis senos semidesnudos. 

-no sé, a veces pienso que no tienen y de la nada…- dicho eso gotearon de nuevo. 

-bueno, no será permanente, alguna vez regresarán a mí- Dijo besándome en los labios. 

Sonreí ante su comentario. Me acomode en mi lado de siempre. Pero esta vez me deje abrazar por mi esposo quien no salió y a quien no le pedí salir de la habitación. 



Edward pov 

El llanto de los niños me despertó, mire por la ventana, aun esta oscuro. Sentí a Bella levantarse. 

-déjame ayudarte, si no van a comer yo puedo atenderlos- pedí. 

-es hora de comer, se levantan dos o tres veces durante la noche, aunque hoy, esta la primera vez. Sigue durmiendo, no tomará mucho tiempo- dijo. 

Me quede acostado pero no me dormí. 

En silencio la escuche hablar. La historia que le contaba a uno es del legendario Charlie Swan y como evito la revuelta que amenazaba con romper la paz en sus dominios cuando su despiadado, bruto, malvado y pecoso hijo mayor torturo hasta la locura a Henny, la muñeca favorita de su hija menor, haciendo que dicha hija perdiera los estribos y persiguiera a su hermano con un leño más grande que ella, hasta que el increíble y todo poderoso Charlie tomo a ambos de la mano y los castigo en la almena de la torre, al despiadado muchacho de seis años lo dejo sosteniendo la muñeca por arriba de su cabeza por dos horas y al hermosa pero furibunda niña de cuatro, la dejo sentada a los pies de su hermano sosteniendo el leño en sus rodillas el mismo tiempo. Jamás pelearon de nuevo. 

La escuche levantarse de nuevo y tomar a otro de los niños. Se sentó de nuevo en la cama y otro relato fue contado. El rescate de la hermosa princesa del Castillo Forks, la encantadora Bella Swan, realizado por el valiente, apuesto e increíblemente dulce Mike Swan, cuando dicha princesa se cayó del tronco sobre el que jugaba haciendo que su pie se atorara entre las ramas. Sus gritos desesperados atrajeron inevitablemente al hombre de ocho años, el valiente caballero con manos y pies rompió cuanta rama encontró hasta liberarla, sin importar los cortes, rasguños y espinadas que se dio en el proceso. Y fue recompensado con un beso húmedo de lagrimas de la dulce damisela quien lo amaba más que a nada y la cual fue llevada en brazos por su héroe hasta los patios donde el rey del castillo estaba, el rey agradecido recompenso al valiente guerrero con una taza más que enorme de chocolate y la dulce princesa fue atendida y para calmar su dolor mimada con una taza del mismo tamaño y del mismo bálsamo curativo. 

Por fin se levanto de nuevo y acostó al último de mis desastres. Se sentó en la cama y a escuche llorar. Apenas y tratando de no hacer ruido. 

-cariño…- 

-lo siento no quise despertarte- dijo entre sollozos. 

-no me has despertado, ven cuéntame otra historia del valiente caballero Mike Swan y del legendario Charlie Swan y no olvides contarme alguna sobre la hermosísima princesa Bella- pedí abrazándola. 

Lloro más fuerte abrazada a mí. 

Después de un rato donde lo único que pude hacer fue esperar que se desahogará empezó a relatarme como Mike le enseño a saltar bardas, trepar arboles, caer en dos pies, trepar rocas sin cortarse, montar caballo, cambiar las herraduras, distinguir un macho de una hembra…- 

Para cuando el sol estuvo en lo alto y después que Carmen se llevara a los niños apenas abrieron los ojos, mi esposa dormía sobre mi pecho. 

En las oscuras horas de la noche-madrugada conocí a su familia y entendí el enorme sacrificio que fue para Bella intercambiarse por su hermano al aceptar casarse conmigo, no porque fuera algo que nunca hubiera hecho antes, sino por que dejaba atrás a su padre, su roca, su motivo de vivir y a su hermano, su eterno cómplice de andadas. 

La manera como ese hombre entrego la vida por sus hijos, los cuido y enseño, hizo de Mike un hombre y de Bella toda una mujer con nada más que el amor que se tiene por un hijo, me hizo sentir miserable, yo hice prisionero a ese hijo y obligue a casarse a esa hija. 

-Mike no…- hablo dormida. 

Se levanto de golpe mientras abría los ojos, miro donde estábamos y las lagrimas regresaron. No había llorado tanto desde que se entero. Algo está mal, ella no puede seguir así. 

-¿amor que pasa? ¿Porque esta tristeza? pensé que de alguna manera lo estabas superando- pregunte abrazándola. 

-mañana es… sería el cumpleaños de Mike… veinticinco años- dijo llorando de nuevo. 

-entonces ordenare una misa por su alma y de la de tu padre, pero por favor… no llores más, me mata verte así - pedí sin soltarla y al contrario apretándola más fuerte. 

-gracias eso sería muy lindo- dijo apenas -los niños deben comer- agrego mientras se llevaba las manos a sus senos. 

Sus muy hermosos, dulces, blancos y ahora enormes senos. 

-los traeré- dije saliendo a toda prisa. 

Para cuando regrese estaba dormida de nuevo. Me quede pensando, con mis hijos en los brazos, que hacer. El gritito de uno de ellos la sobresalto haciendo que se sentara de golpe otra vez. Me miro un momento antes de sonreír. Tomo a uno en brazos mientras me sentaba a su lado con el otro. 

Por perverso que suene me excita verla mientras les da de comer. Me gusta mucho esa parte de su anatomía y extraño probarlos, tocarlos, morderlos… 

-deja de pensar en mis senos o no te dejare estar en la misma habitación mientras los alimento- dijo sin mirarme. 

-¿Cómo supiste que…?- 

-Estas con la boca abierta, tu hijo se ha movido hasta la orilla de la cama y al estar en pantalón se nota tu… condición- dijo mientras con su pie evitaba que Marco se acercara mas al borde. 

-lo siento es solo que… te extraño para mí solo- dije tomando a Tornado antes de que se cayera. 

La rutina se estableció de nuevo. 

Mi esposa me entrega todo de sí por las noches y no se detiene al salir el sol. Mis hijos duermen solos en la habitación sin puerta sobre la nuestra. 

Emmet y Jasper regresaron con sus esposas, de alguna forma todo regreso casi a la normalidad, salvo que ahora mi esposa se pierde con las mujeres y los bebes. Sus paseos sobre Divina regresaron también, verla salir todos los días de la torre mientras entrenamos es lo mejor de la mañana. 

Cada hombre se detiene al verla pasar, su color y brillo han regresado. El fuego de su mirada y su cabello también. Los saludos tardan hasta una hora en terminarse pues todos se aseguran de darle los buenos días y ella se asegura de responder. 



Por fin mis hijos llegaron a los cinco meses. 

Y con esto, Carmen empezó con la idea del bautismo. La idea le gusto a tanto a mi esposa que se encerró con sus amigas para hacer vestidos. Al menos la tristeza desaparece en ella dejando en su lugar más espacio para la felicidad. 

-cierra la boca Edward, quien te vea diría que tu esposa es algo de comer y no una mujer- dijo riéndose. 

-deja de joder Emmet- pedí riendo mientras mi mirada esta sobre mi esposa, conteniendo apenas mi impaciencia por que llegue la noche para amarla de nuevo. 

-¿si tanto que urge porque no solo te la llevas a la cama?- pregunto Jasper a mi lado arrimado a la barda donde yo estaba. 

-no los mato solo y únicamente porque… me llevare a mi esposa para poder morirme un rato. Les veo después, creo…- dije mientras sus carcajadas retumbaban en todo el lugar haciendo que mi esposa mirara en esa dirección. 

-¿Qué pasa Edward?- pregunto un poco alarmada cuando la tome de la mano y la lleve directamente a la habitación sin decir nada a una velocidad que le costó seguir. 

-pasa que… necesito con urgencia hacer esto- dije mientras le rasgaba el vestido por completo y sin delicadeza alguna la desnudaba. 

La tome contra la pared urgido de sentirme dentro de su cuerpo, para cuando termine de jadear y moverme frenético dentro de ella, me tomo del rostro besándome. La lleve a la cama y le hice el amor de nuevo pero más suave. 

-ya no me sale tanta como antes, apenas algo- dijo cuando mis manos tomaron posesión de sus hermoso senos. 

Con esa nueva información pase horas mordiendo, chupando y acariciando todo su cuerpo, nadie nos molesto, nadie se acerco a la recamara. 

Mis hijos se las tendrán que apañar sin su madre porque hoy, solo por este día, solo por esta noche, Bella será mía únicamente y por más egoísta que suene, mía y de nadie más. 

-¿Qué haces?- pregunte cuando bajo por mi cuerpo sin dejar de besar. 

-amarte completo- dijo antes de ponerme dentro de su boca. 

Jamás lo había hecho. 

Y morí como imbécil mientras mi esposa me hacía feliz.

4 comentarios:

  1. fascinante quedo encantada una vez massss...Gracias..

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  2. genial,genial,espero ansiosamente el próximo cap,besos Emma

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  3. demasiado hermoso...por fin las cosas van mejorando...ojala tengamos otro capi pronto...

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  4. Amé este capítulo, gracias por compartirlo con tus lectoras. Fue lindo ver que las cosas van mejorando entre Edward y Bella y que superaron el trauma del nacimiento de los gemelos. Espero con ansias el nuevo capítulo.
    Besos desde Colombia.
    Amy.

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