viernes, 21 de septiembre de 2012

¿ Y mi final feliz?




Capitulo XIV

¿Ahora qué hago?


Hoy era el día, en menos de doce horas mi hermano estaría en casa y con su familia. 

Todos estábamos emocionados por su regreso. Mis padres y yo habíamos literalmente marcado los días en el calendario de la cocina; ya eran varios años desde que mi hermano había pisado por última vez su país. Su decisión de quedarse en Inglaterra había sido únicamente para terminar su carrera más rápido. 

-Mama, apresúrate – le grite desde el living – papa ya está en el auto. 

-En seguida bajo cariño, solo dame un minuto. 

Faltaban varias horas para que el avión de Edward aterrizara pero aun así quería llegar a tiempo. Alice me veía divirtiéndose con mi desesperación, si, ella iría y también Emmett. Ambos querían conocer al famoso Edward del que nosotros hablábamos tanto. 

Una vez mi madre se había dignado en subir al auto mis padres y yo nos fuimos cada quien en su vehículo en dirección a Port Ángeles, Edward lo había decidido así buscando la mayor comodidad para todos. 

Alice y Emmett hablaban sobre lo graciosa que me veía al intentar con todas mis ansias de no pasarles a mis padres y llegar más rápido al aeropuerto. Ciertamente lo estaba, pero quien no lo estaría si estuviera en mi posición. 

Llegamos con una hora de antelación para mi suerte, no me había perdido nada importante. Caminamos a través dela gente que se encontraba dentro del aeropuerto en busca de la zona de desembarque para esperarlo; todo estaba listo. 

Ya hacia un más de un año que había visto en persona a mi hermano ¿habría cambiado físicamente o seguiría siendo el mismo? 

-Pasajeros del Vuelo 2407 desembarcando por la puerta dos – decía una voz por los parlantes del lugar. Todo en cuestión de segundos se empezó a llenar de personas que venían a recoger a sus parientes como nosotros. No podía ver nada, como odiaba tener una estatura baja en estos momentos. 

Gracias a Dios mi desesperación no fue mucha ya que a lo lejos pude divisar una cabellera cobriza dándome su ubicación, no podía creerlo, finalmente mi hermano estaba aquí. 

Corrí hacia el empujando a todo el que tenía enfrente sin importarme los gritos de mis padres posiblemente reprendiendo mi actuación. Me detuve a dos personas de él ya que mis pulmones no tenían el aire suficiente. 

-Edward – le grite llamando su atención. 

-Bella – contesto el luego de encontrarme con los ojos. Ahora era el quien se acercaba a mí, su sonrisa reflejaba la misma necesidad que yo. Una vez frente a frente nos enfrascamos en un inmenso abrazo cargado de sentimiento y felicidad absoluta. Nada podía perturbarlo. 

-Edward – oi gritar detrás de él. Levante mi vista mientras él se giraba en dirección a las voces. Tres pares de ojos nos veían sonrientes ¿Quiénes eran? Edward no había dicho nada sobre traer invitados a la casa. 

Camino hacia ellos no sin antes tomarme de la mano y llevarme junto a él. Eran dos chicas y un chico. Que decía, dos despampanantes y hermosas rubias con cuerpo de supermodelo y un guapísimo chico dela misma edad de Edward según veía. Viendo la escena con esos cuatro juntos parecía más un comercial promocionando una aerolínea que la de la llegada de un familiar. 

Me sentí flaca, bajita y poco agraciada en ese momento pero intente esconderlo lo mejor posible. No era envidiosa pero mi inseguridad salía a flote. 

-Hola, Soy Tanya Denali – me saludo una de ellas – es un gusto conocerte al fin. Edward solo habla de ti - dijo acercándose y dándome un beso en la mejilla para luego tomarle la otra mano a mi hermano. Mmm… por lo que veía no era la única que tenía secretos que contar. 

-Yo soy Jasper Hale y ella es mi hermana Rosalie – el chico se dirigió a mi extendiendo su mano. No había dicho ni una tan sola palabra hasta el momento. 

-Un gusto – tome su mano aceptando el saludo. Y salude con los ojos a la rubia junto a él. 

-Llámame Rose – dijo está saludándome de la misma manera que Tanya. 

Una vez tomadas todas las maletas que traían, que la mayoría eran de las chicas nos acercamos a mis padres que nos esperaban desde hace rato. 

Mi sorpresa fue ver a Emmett y a Alice, los dos se encontraban como congelados en su puesto y sin parpadear. No creí que Alice pudiera influenciar con eso a Emmett, pero me preocupo. ¿Qué les pasaba? 

Mientras se daban las presentaciones y los abrazos de bienvenida por parte de mis padres le di un pequeño codazo a Alice. 

-¿Qué te pasa? – la mire 

-Oh, por Dios. Bella – dijo en susurro esta – Porque no me dijiste, me veo horrible, si lo hubiera sabido antes. 

-¿Saber qué Alice? 

- Pues que El vendría – miro de reojo a Jasper – sonreí por la ocurrencia de mi amiga. 

-Pero si yo no sabía nada, hasta ahora me doy cuenta al igual que tú. – miro a la Rose que se encontraba junto a él. 

-Pero no importa – bajo la cabeza – la chica junto a él posiblemente es su novia y yo no soy competencia alguna. 

-Es su hermana – sonreí alegre de darle una buena noticia. 

Los ojos de Alice parecía que cambiaban de intensidad, con cada segundo que pasaba un brillo se apoderaba de ellos y por un momento se sonrojo aunque creo que solo yo lo note. 

-¿Y qué le pasa a Emmett? – le pregunte porque su hermano seguía igual de raro pero un poco alejado del grupo. 

- Le gusta la hermana del amigo de tu hermano – sonrió – siempre hace eso cuando una chica le gusta, pero se le pasara en un segundo y después no habrá quien lo aguante. 

Estos dos eran increíbles. Avanzamos hacia la salida hablando sobre cómo nos distribuiríamos para regresar a Forks ya que solo eran dos autos y habíamos nueve personas y muchísimas maletas. 

Edward, Emmett, Alice y yo nos iríamos en mi Beetle, mientras mis padres, Tanya, Jasper y Rose se irían en el Audi. Al final lo único complicado de organizar fueron las maletas. 

-Así que preciosa ¿Qué hay de nuevo? –revolvió Edward mi cabello mientras manejaba. 

-No mucho – mentí. 

-¿De verdad? 

-Si – oí que Alice y Emmett reían quedo en el asiento trasero. 

-¿Qué paso? ¿Saben algo? – les pregunto Edward que también había oído sus risas. 

-No – respondí Alice – es simplemente que mi hermano es un idiota. 

-Hey Alice – sonó ofendido – no es culpa mía. 

Edward no volvió a hacer comentario sobre eso en todo el camino, en cambio hablamos y hablamos sobre lo diferente que nos mirábamos. Según el yo ya no era la niña que jugaba con muñecas, sino que me había convertido en toda una señorita. En cambio yo le decía que ya no parecía una lombriz de delgado. Entre tanto y tanto los hermanos Swan se involucraban en la conversación dando su opinión cuando se la pedíamos o Emmett hacia uno de sus clásicos comentarios haciendo que me sonrojara lo que causaba grandes carcajadas de Edward, al fin y al cabo casi nada había cambiado. 

-Forks es hermoso – dijo este una vez entramos a la ciudad – es muy… verde. 

Alice y yo sonreímos por su apreciación. 

-Bienvenido al país de los duendes – dijo Emmett hablando de la verdura de Forks – te presento a su Reina – apunto con su gran dedo a su hermana. 

-Un placer – dijo está siguiéndole la corriente – y yo te presento a su mascota oficial, el oso – ahora esta apuntaba a Emmett. 

-El placer es mío – Edward tomo la mano de ambos en forma de saludo. 

A lo lejos veíamos a través de los arboles nuestra casa, que por primera vez la llamaría hogar. 

-Es hermosa – me hablo Edward – parece que mi madre no ha perdido su buen gusto. – yo negué con la cabeza sonriendo. 

Todo iba perfectamente bien mientras atravesábamos la vereda que llevaba a la casa hasta que a lo lejos divise una motocicleta estacionada y a Jacob junto a ella. 

Alice toco mi hombro sabiendo la tensión que la escena me producía. ¿Qué hacia el aquí?

1 comentario:

  1. dios como tomará Edward el saber que su hermanita pequeña tiene novio....Gracias nena ...

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