jueves, 20 de diciembre de 2012

La Bestia del Castillo





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21.- El desacuerdo 

Edward pov 

Una semana de morir en los brazos de mi esposa, mientras mis hijos duermen en la habitación de arriba sin dar nada de molestias en toda la noche, es el paraíso. Pero como todo lo bueno tiene que terminar, el llanto de mis desastres hizo que mi esposa me dejara a mitad de mi segundo intento por tenerla esa mañana. 

La escuche caminar y mover o arrastrar algo… 

¿Qué estará haciendo esta mujer ahora? 

Sin esperar una respuesta que no tendré a menos que vaya por ella, decidí empezar el día. Un hermoso y caluroso sábado, para ser principios de noviembre. 

-¿Qué haces Bella? te lastimaras- dije mientras caminaba hacía ella. 

La insensata mujer trata de mover un mueble pequeño pero realmente pesado para que los desastres no se salgan de la habitación. 

-te llame y me ignoraste, no puedo bajar con los dos al mismo tiempo y esta habitación no puede estar sin puerta ¿y la reja de madera?- pregunto mirándome seriamente. 

Está enfadada. 

-la entrega el carpintero hoy, es más, mandare ahora mismo por ella- dije tratando que no se molestará más. 

Últimamente se enfada por todo. Con el asunto del bautizo anda de un humor del carajo. Por fin a más de un año de matrimonio mi esposa saca el mal genio. 

-bien, porque no quiero tener más preocupaciones, la fiesta en dos días, eso significa que tengo que ver la comida, el vino, las carnes, la limpieza del castillo, que la plata este en perfectas condiciones, además de los ropones de tus desastres y no necesito más cosas en que pensar, con mi falta de periodo tengo más que de sobra…- dijo mientras tomaba a Huracán en brazos y lo metía en la tina vacía. 

Inútil ya que mis hijos se las ingenian para colgarse del borde. En más de una ocasión han estado a nada de caerse de cabeza. Tome a Marco y lo puse con su hermano. 

Estaba por salir cuando sus palabras cobraron sentido. 

-¿tu falta de qué?- pregunte mirándola. 

La forma como abrió los ojos me hizo saber que no tenía intensiones de decirme eso y que se le escapo. 

-¿Bella estas embarazada?- pregunte mientras me sentía diferente. 

-no sé…- 

-¿no sabes? ¿Cómo puedes no saber?- pregunte caminado hacía ella. 

-no sé si estoy o solo es un par de retrasos por todo lo que hemos pasado- dijo de nuevo. 

-¿Cuándo sabrás con certeza?- pregunte con rudeza. 

-¿Qué te pasa? tranquilízate- pregunto sin responderme. 

-¡¡¡¿Qué me pasa?!!! ¡¡¡¿Cómo demonios preguntas que me pasa?!!! Me estás diciendo que podrías estar embarazada de nuevo y quieres que esté tranquilo…- 

-¿Por qué estas gritándome?- pregunto de nuevo interrumpiendo mi reclamo. 

-¡¡¡¡Porque no puedes estar embarazada!!!!- estalle en furia. 

-hemos compartido la cama desde hace meses, ¿Cómo esperas que no lo esté?- pregunto de nuevo. 

-¡¡¡¡maldita sea Isabella, no puedes estar embarazada!!!!- grite una vez más. 

Mientras con la bestialidad de tiempo atrás la tome de los hombros apretándola sin misericordia. 

-me lastimas- dijo al tiempo que unas lagrimas salían de sus ojos. 

Salí de ahí antes de hacer o decir algo más. 

-¡¡¡Edward espera, hablemos de esto!!!- grito en la puerta. 

Pero yo no pare hasta llegar a los establos, ensille mi caballo, mi fiel caballo y salí a todo correr. No me detuve hasta estar a muchas leguas del puente que marcaba la entrada del pueblo. 

Pude ver que Laurent y Emmet estaban a una distancia prudente de mí. También vi que otro pequeño grupo de hombre se dispersaba por el lugar revisándolo, mis hombres están cuidándome. 

Me baje del caballo y me senté debajo de un árbol que ofrecía buena sombra. Un rato pase tratando de poner orden a mis ideas y nombre al sentimiento que ha crecido en mi pecho desde que Bella dijera esas palabras. 

-¿Qué te pasa Edward?- pregunto mi amigo cuando tras tres intentos por fin tuvo valor de acercarse. 

-parece que Bella está embarazada de nuevo- dije con algo de voz. 

-felicidades… ¿o no?- pregunto cuándo lo atravesé con la mirada. 

-no- dije serio. 

-no te entiendo, te casaste para tener hijos, además es normal que tu esposa se embarace si te encierras con ella por horas- dijo sonriendo. 

-no Emmet, con los desastres tengo más que suficiente, no tendré a mi esposa pariendo a cada rato - dije mientras un escalofrío me recorría al recordar el nacimiento de mis hijo y la pesadilla que vino después. 

-pero los hijos son bendiciones Edward, lo sé, yo espero el mío con ansias- dijo sonriendo como idiota. 

-¿no lo vez? No puede estar embarazada, no quiero que este embarazada, no dejare que siga…-callé porque decirlo en voz alta es horrible. 

-¿Por qué?- pregunto mirándome con una expresión que nunca le había visto antes. 

-porque… no quiero perderla- dije. 

Por fin supe que es ese sentimiento. 

Es miedo. 

Miedo en su más pura expresión. 



Bella pov 

-¿estás bien?- pregunto Emmet subiendo en cuanto me escucho gritar. 

-no, sigue a Edward, está fuera de sus cabales- pedí. 

Asintió y minutos después lo vi cruzar la puerta principal con Laurent y ocho hombres más. Me senté en la cama mientras mis hijos lloraban con ganas, el grito de Edward los había asustado. Tome a uno en brazos y luego al otro. Trate de calmarlos pero parecía misión imposible. 

-señora… deje que me haga cargo de los niños, vaya a descansar- me miro cómplicemente Carmen. 

-llévalos con las muchachas y regresa, quiero hablar contigo- dije saliendo de la habitación mientras Victoria, la nueva ayudante de la cocina entraba para ayudarle. 

Me dirigí a la habitación que comparto con mi esposo, me quite el vestido y en camisón me metí bajo las sabanas, la tristeza que se instalo en mi alma es abrumadora. Llore hasta que Carmen entro. 

-¿señora que pasa?- pregunto con su dulzura de siempre. 

-creo que esto esperando otro hijo… y Edward no quiere- dije antes de llorar más fuerte. 

-señora no diga eso, claro que quiere, quizá solo…- 

-no quiere, me grito, me trato bruscamente… no quiere- dije sin dejar de llorar. 

-cálmese, si está esperando esto le hará mal, además con lo de la ultima vez… Señora, ¿no ha pensado que tal vez el señor tiene miedo que le pase lo mismo que antes?- pregunto Carmen. 

-no sé Carmen, no sé con certeza que me paso antes porque cada que le pregunto cambia el tema y nunca me dice que sucedió esos días que no estuve despierta- dije secando mis lagrimas. 

-cuando el ultimo niño nació usted no despertó, Rhona dijo que tal vez no lo hiciera… su esposo paso la noche llorando en ese sillón- apunto al mueble junto a la chimenea- abrazando a los niños, pero esa no fue la única vez que lo hizo, repitió cada noche, cada día que no hubo cambios en su estado, no lo decía pero yo me daba cuenta cuando venía por los niños, se veía sumido en la tristeza, a veces desde las escaleras lo escuchaba llorar. Sufrió mucho señora, ni cuando murió la señora Kate se puso de esa manera. Quizá por eso está así- dijo la mujer abrazándome. 

-¿y qué hago?- pregunte. 

-no sé, el señor es impulsivo, quizá solo lo tomo por sorpresa, mire, esperemos un par de días, si su periodo no llega entonces confirmaremos sus sospechas y le tocará hablar con él, pero si llega, veremos la manera de que no se embarace a menos que lo desee- dijo 

-¿se puede evitar?- pregunte soltándome. 

-bueno hay unas esponjas con vinagre que se usan ahí, aunque puede llegar a ser incomodo y también hay un té para ya sabe… que el periodo baje… también hay un método que es muy fácil pero no sé qué tan confiable, según mi madre si se tiene relaciones 10 días antes y 10 días después del periodo no hay embarazo, yo lo use y me funciono con mis dos primero hijos… no así con el tercero- dijo sonriendo. 

-gracias Carmen, no sé qué haría sin ti- dije. 

-le traeré un té para que descanse y por los preparativos del banquete no se preocupe, todo estará en orden, yo me ocupare de eso, los invitados llegarán mañana y las habitaciones ya están disponibles- dijo antes de salir. 

Me quede pensando en sus palabras, quizá no esté encinta. De ser así me encargare de no estarlo de nuevo. Yo podre renunciar a todo menos a mi esposo, bueno a casi todo. Jamás renunciare a mis hijos. 

Sentí un cuerpo a mi lado. Caliente, fuerte, con ese olor característico de hombre. Edward. Me quede muy quieta decidiendo si abrir los ojos y enfrentarme a él o hacerme la dormida y evitar otra discusión, al menos por hoy. La cobardía pudo más. 

-no tengas miedo Bella, no te gritare de nuevo- dijo a nada de mi oído. 

Abrí los ojos y lo encontré mirándome a nada de distancia. 

-lamento la forma en cómo te trate, no quise ser tan bestia contigo, perdóname- dijo enterrando su rostro entre mi barbilla y pecho, justo en el hueco de mi cuello. 

Lo abrace porque me es imposible estar cerca de él y no hacerlo. 

-¿no quieres tener más hijos?- pregunte apenas. 

-no piense eso, si quiero pero… es muy pronto, los niños apenas tiene seis meses, fueron dos Bella y quedaste muy mal, nada me asegura que no te perderé esta vez, además… no sé me olvida que tu madre…- lo mire con el miedo creciendo en mi pecho - no puedo perderte Bella, no podre vivir sin ti- dijo besándome. 

No hubo delicadeza en sus besos, pero si una enorme necesidad, en minutos me tuvo desnuda y estuvo desnudo él. 

-hazme tuya- pedí cuando me miro completa. 

Me acarició lentamente. Se detuvo al llegar a mi vientre. Su mirada cambio, la expresión en su rostro también. 

-no puedes estar embarazada- dijo. 

-pero lo estoy- dije segura. 

-no lo estarás más… mañana me encargare de eso- dijo con un tono muy suave. 

Se acerco a besarme pero… sus palabras me dejaron fría. 

-¿Qué dices? ¿De qué hablas?- pregunte empujándolo un poco. 

-lo siento Bella, es muy pronto para que tengamos otro hijo…- dijo mirándome serio. 

-¿quieres que lo… pierda a propósito?- pregunte mientras mi excitación se convertía en enfado. 

-sí- dijo 

Y entonces vi a mi esposo como la bestia que todos dicen que fue algún tiempo atrás. 

-no- dije empujándolo más fuerte. 

-¿Cómo que no? eres mi esposa y harás lo que te diga, no tendremos a este hijo y no se dirá mas de esto- dijo enérgico y a nada de gritarme. 

-dormiré con los niños…- dije mientras tomaba una bata y la colocaba sobre mi cuerpo. 

-no te vayas Isabella, no he terminado de…- cerré la puerta detrás de mí con fuerza. 

Camine decidida. 

-¡¡¡Isabela Cullen!!!- grito detrás de mí. 

Esta más allá de la furia, esta… poseído. 

Me jalo del brazo sin delicadeza alguna, estuve a nada de caer por los escalones que separaban nuestra habitación de la habitación de nuestros hijos. Pero me sostuvo cuando ya había perdido el piso. 

-¿así es cómo quieres conseguirlo? ¿Arrojándome por las escaleras? ¿Por qué no me atraviesas con la espada?- dije mientras intentaba soltarme de su agarre. 

-no me des ideas- dijo con su rostro a nada del mío. 

-eres una bestia y nunca cambiaras- dije con todo el dolor a flor de piel. 

Pase junto a él hacía la puerta donde mis hijos dormían, se quedo ahí con la espalda apoyada en la pared mirándome. 

-no lo entiendes… no quiero quedarme sin ti, no lo soportare, no otra vez- dijo sin gritar. 

Me detuve justo en el último escalón. Me gire para mirarlo. Esta llorando. 

-no voy a renunciar a esta vida que creamos en esas noches de amor Edward, no puedo y tu tampoco deberías. Los niños y esta criatura son parte de ambos, ¿matarías parte mi?- pregunte sin acercarme. 

-¿y si te pierdo completa por querer conserva una parte?- pregunto mirándome y caminado lentamente. 

-tendrás tres partes para recordarme… no moriré Edward, no voy a dejar a mis hijos y a ti- dije tocando su rostro. 

Su barba suave. Sus labios cálidos. 

-eso no lo decides tu, eso no lo controlas tu… pero yo si puedo decidir sobre…- puso su mano en mi vientre. 

-no, no puedes- dije alejándome. 

-no te perderé Bella, no lo hare, no me importa lo que tenga que sacrificar para tenerte, eres mía y no me dejarás… ¡no lo harás!- dijo con la voz cargada de furia. 

Sus ojos verdes se tornaron negros, está decidido y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. 

-si sigues con esto me perderás de todas formas- susurre entrando y cerrando detrás de mí. 

Esa noche llore en cuanto mis hijos se durmieron de nuevo después de comer. Es horrible saber que mi esposo intenta acabar con la vida dentro de mí. No lo permitiré pero no sé cómo… La mañana me trajo las respuestas que necesito.


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Sorry por el capi repetido nenas, mi cabeza está en todos lados menos sobre mis hombros :(

4 comentarios:

  1. Hermoso capitulo Ale!! genial de verdad!! te felicito nena por el y espero una actualizacion!! (muevete bruja floja... ahora la estoy esperando jajaja)

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  2. Fantastico ,me encanta la desicion de BELLA...Gracias nena...

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  3. Un capi intenso, estos dos nunca paran de pelear... es cierto que cada uno tiene parte de razón, pero en fin, aver que pasa... besos y graciasss

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  4. Genial como siempre,espero poder leerte pronto,besos,Emma

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